12.12.05

Matar a la muerte

Stanley "Tookie" Williams, ex pandillero sentenciado a muerte, y el gobernador de California que acaba de rechazar su pedido de clemencia. (Fotomontaje: gfp).


En "El milagro secreto", Borges elaboró la idea de un ser superior que otorgaba a un condenado a muerte un perdón que, a la vez, parecía eterno y fugaz. En "Los teólogos", otro de sus cuentos, la idea crucial es que, en la mente de Dios, defensores y atacantes de una causa pueden confundirse hasta parecer una misma persona.

En California, como en todos los estados de Estados Unidos, el perdón de los condenados a muerte está en manos del gobernador. Y el gobernador es Arnold Schwarzenegger, quien, en su campaña para penalizar el asesinato, se ha negado a perdonar, hasta ahora, a tres sentenciados (todos los que le han pedido clemencia). Para quienes no creemos en la pena de muerte, esas vidas quedan en la cuenta del gobernador, quien no deja de parecerse, así, a aquellos a quienes quiere combatir.

El caso más reciente es el de Stanley "Tookie" Williams, fundador, treinta años atrás, de una pandilla de Los Angeles, los Crips, y hallado culpable de cuatro muertes en dos asaltos cometidos en 1979. Williams, quien siempre se declaró inocente, ha pasado las últimas décadas una vida peculiar, convertido en abogado del pacifismo, y en escritor de libros para niños, y nominado en el 2001 a un Premio Nobel de la Paz.

Difícil decir si ese cambio es sincero o parte de una estrategia defensiva. Poco importa: matarlo es repetir el crimen que él, o alguien, más, cometió. El pedido de clemencia ha sido rechazado ayer por Schwarzenegger, y la muerte de Williams está programada para la medianoche.

(Postdata del martes 13 de diciembre: en efecto, Stanley "Tookie" Williams fue ejecutado con inyección letal a la medianoche del lunes al martes).

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Schwartzenegger declaró, por escrito, que no pedonaba a Williams porque Williams nunca se había arrepentido públicamente de los crímenes.

Pero lo que pasa es que Williams siempre ha dicho que él no cometió esos crímenes, lo que crea una situación bien rara: para que Terminator lo perdone, Williams tiene que decir que él fue culpable y "arrepentirse", incluso si de verdad no es culpable.

Williams fue hallado responsable de los asesinatos hace muchos años. Fue inculpado por el testimonio de otros delincuentes, y su defensa siempre ha asegurado que la policía le pagó a esos delincuentes por sus testimonios para así librarse del líder de una de las pandillas más bravas de L.A.

Anónimo dijo...

El asunto no es si cometió o no el crimen. La cuestión es si es válido condenar a muerte a alguien. Si Williams mató o no es un dato aparte por lo que debe, de ser culpable, pagar una condena acorde al delito (cadena perpetua o varios años en la cárcel, podría ser).

franhilz dijo...

Oh Jezzz! - igualar a pena de muerte a un asesino que masacró a una familia entera, incluido un niño y ultimó a sangre fría a un dependiente de una tienda con la culpa de su crimen es haber perdido toda balanza moral y lógica.

Jamás ambas cosas serán iguales.
Lo primero es impartir justicia y en esta difícil tarea SIEMPRE serán más importantes el dolor y el sufrimiento de las víctimas y sus familiares que el criminal.

Cuando un terrorista se llena de bombas, se sube a un tren y se hace explotar masacrando a cientos de inocentes no faltan los idiotas que lloran por el terrorista.

¿Qué pretenden con esa pose de cóctel? ¿Estar "in"? ¿Llamar la atención llevándole la contra a la lógica humana?

El asunto es más que claro - cuando hay un crimen hay que castigar al criminal y apoyar y ayudar a la víctima - no al revés!

Anónimo dijo...

Empezando, no me interesa ningún cóctel, soy abstemio. A mí me parece que por la misma lógica que se le condena a alguien quitar la vida a otra, no se debe juzgar con pena de muerte. Nadie tiene el derecho de quitar la vida a otra, a menos que se piense en que la ley del ojo por ojo sea lo adecuado. Además, no estoy seguro que una cadena perpetua sea más llevadera que una pena capital.

Anónimo dijo...

Creo que una cosa que merece debatirse es si se considera que las sentencias deben tener un carácter meramente punitivo, o si también deben tener un carácter reformador. Y si ese carácter reformador debe ser simplemente por el lado disuasivo, o por el de una genuina transformación del reo. Me explico: lo punitivo sería el clásico ojo por ojo. Hiciste A y se te castiga a una pérdida lo más semejante posible a A. La reforma con carácter meramente disuasivo sería: "Ah, ahora que pasaste X años en prisión ya sabes cómo es, así que no volverás a delinquir POR MIEDO a volver a la cana". La tercera opción, que algunos consideran idealista, es suponer que la experiencia de la privación de la libertad pueda enseñar a la persona a valorar su vida, y la de otros, de otra manera. La polémica respecto a Tookie Williams se encendió porque a muchos les dio la impresión de haber cambiado genuinamente en prisión. Obviamente, una opción como la pena de muerte es una tacha implícita a las otras; la cadena perpetua no lo es porque, aunque se le impide al presidiario reintegrarse libremente a la sociedad, eso no impide totalmente su interacción con ella. De allí, por ejemplo, el caso de Williams y su candidatura al Nobel, que implica alguien que fue visto como capaz de acción. Lo del arrepentimiento me parece una soberana estupidez, porque presupone que el sistema de justicia establece una verdad, y no una hipótesis "más allá de toda duda razonable". Personalmente, creo que la sociedad queda duramente cuestionada si consideramos incorregibles a algunos de sus miembros.

Anónimo dijo...

"La pena de muerte es la forma más extrema de pena cruel, inhumana o degradante. [...] La pena de muerte es irreversible y entraña el riesgo de que se ejecute a inocentes. No se ha podido demostrar nunca que la pena de muerte tenga mayor efecto disuasorio frente a la delincuencia que otros castigos." (Amnistia Internacional)
Los siete paises en el mundo que ejecutan a mas personas (en ese sentido los paises mas crueles) son: 1) China, 2)Iran, 3)Vietnam, 4)USA, 5)Arabia Saudita, 6)Pakistan, 7)Kuwait
http://www.deathpenaltyinfo.org

Anónimo dijo...

A Dock: no he leído aún los comentarios siguientes al tuyo, pero estoy de acuerdo contigo.

PVLGO dijo...

Yo no creo en la pena de muerte por dos simples razones: que no soluciona nada y que, lo peor, puede caer sobre cabezas inocentes. Por otro lado, tal vez la pena de muerte debiera ser una opcion para el condenado a cadena perpetua. Es decir, el Estado tendria el poder de condenar a cadena perpetua, dandole la opcion al condenado a elegir la muerte cuando le de la gana. Seria una especie de eutanasia.

Me equivoco cuando identifico a los q preconizan la pena de muerte con aquellos q aborrecen la eutanasia?

Anónimo dijo...

A Ernesto:

Eres fundamentalista. No te cierres en palabras. Razona.

Supongamos que por alguna razón hubieses podido encontrarte con (digamos) Hitler en 1933, cuando se convirtió en el Fuehrer alemán. Supongamos que por alguna razón hubieses tenido la certeza de los horrores indecibles que seis años después iba a lanzar contra gente indefensa a la que aborrecía por el color de su piel o por la forma de su nariz. Imagínate a Hitler en una de sus pomposas y estridentes ceremonias en los estadios nazis hacia 1993, 1935, aullando ferocidades para convencer a la mayor parte de alemanes de convertirse en cómplices o ejecutores de sus futuros salvajismos. Si por algún mecanismo de ciencia ficción hubieses tenido garantizada tu vida, ¿te hubieses abstenido de matarlo, sabiendo qué ocurriría con millones de personas totalmente inocentes en caso que te acobardaras? No creo que te chuparas. No creo que hubieses pensado "oh, pobrecita Eva Braun, si mato a Hitler ella llorará muchas noches la muerte de su Adolf".

Otro ejemplo a la mano: ese desmadrado que hace unos días, en Lima, estranguló y asesinó a sus tres hijos (de 9, 7 y 5 años) para provocarle dolor a la madre de sus hijos, a la que odiaba por celos o yo qué sé.

Hay casos en que los actos son tan miserables, tan canallas, tan repugnantes, y junto con todo eso tan deliberados, que ni siquiera la muerte es castigo suficiente.

(Finalmente, Ernesto, con tu mismo criterio, justificas que a una persona incurablemente enferma se le deba negar su solicitud de morir aun cuando ello equivalga a hacerse de la vista gorda frente a los horrendos tormentos que inútilmente la enfermedad le producirá; puesto que la vida es sagrada, que se aguante hasta que reviente por si solo, ¿verdad?).

Anónimo dijo...

En su último post el sr Sanchez comete un error fundamental, que es que no parece diferenciar entre la pena de muerte y el asesinato. De allí su visión digna del más encumbrado Van Damme: "No te chupes, compadre, mata a Hitler, salva el mundo!". Hacer eso sería un asesinato, un regicidio, si quieren. La pena de muerte, por el contrario, es una solución jurídica del estado frente a un delito. Por eso los delitos penales son membretados "El estado peruano vs. fulanito". El delincuente es un enemigo del estado. Ahora bien, la pregunta es: "¿Se gana algo cuando el estado elimina toda posibilidad de interacción entre la sociedad y uno de sus miembros?" Mi opinión es que no, y que para aquellos que se consideran cristianos, es además aberrante el negarle de antemano a un ser humano toda chance de regeneración. Una cadena perpetua es una pena en la que no se corre ningún riesgo (el porcentaje de reos que fugan de la cárcel en los EEUU y que logran permanecer prófugos por más de una semana tras ello es infinitesimal), y en el que se mantiene vigente la dignidad humana de aquel que, justamente, se la negó a sus víctimas. Es negarle la razón al mal y me parece que es la única salida socialmente sana. Las víctimas a quienes se le hace caer en el revanchismo se equivocan.

Julio Suárez Anturi dijo...

Para molestia de Sánchez, parto del principio de que la vida es sagrada. Por lo mismo, la pena de muerte es un viejo "ojo por ojo" de los tiempos de Moisés, que no devuelven a los padres la vida de su hija adolescente violada y asesinada, sea el caso.
Varios escaparon a Nuremberg con una cápsula de cianuro, como... ¿auto pena de muerte?
Hay, aunque no se quiera, alteraciones y lesiones mentales, congénitas o adquiridas, que hacen obrar a alguien, permanente o temporalmente, de manera demencial. ¿Matarlos?
Aquel que se erige detentador de la vida ajena, y dispone la muerte del otro, "no deja de parecerse, así, a aquellos a quienes quiere combatir".

Anónimo dijo...

A ver, Sánchez, razonemos
Siguiendo tu lógica, si te encuentras con alguien con un discurso que a tu entender es peligroso para la sociedad (tú pones el ejemplo fácil de Hitler, pero puede ser cualquier violentista que se te ocurra), es nuestro deber darle vuelta. Entonces, si creemos que los Humala, por ejemplo, encarnan un peligro para la humanidad, es nuestro deber pasarlos por las armas. Creo que no tengo el derecho de matar a nadie por lo que yo suponga.
En el caso del fotógrafo que mató a su familia, creo que peor castigo que la pena de muerte es la cadena perpetua. Al final, al morir no tendrá oportunidad de tener remordimiento por lo que hizo y no sufrirá más.
Sobre la eutanasia, pues, ese es otro tema en el que no quiero opinar ahorita.

Anónimo dijo...

Comentarios:

1. No dije “tenemos derecho a darle vuelta a cualquier violentista”. Mi ejemplo era, si quieres, de ciencia ficción: tú estás en 1933 o 1935 y sabes –no es que presientas o temas sino que sabes- lo que dentro de unos años les va a pasar a centenares de miles de niños en Treblinka, Auschwitz y demás campos de concentración nazis. Niños idénticos a tu sobrina de 4 años, a tu hijo de 2 años.

(Te repito: mi ejemplo no pretende ser “realizable”, sólo es un ejercicio mental). Sabiendo lo que va a pasar, y estando en capacidad de matarlo sin sufrir represalia alguna ¿optas por perdonar la vida a Hitler aduciendo que toda vida humana es sagrada? Si esa es tu opción, creo que has renunciado a razonar por ti mismo y solamente repites lo que manda la moda, la ideología de moda.

2. Mañana llega al mundo un engendro nauseabundo que parece el cruce de un calamar, un ciempiés y una viscosa cucaracha. Puesto que este bicho tiene una inteligencia equivalente a la de 400 einsteins, los humanos son como liendres para él, y por tanto aniquila a todo imbécil que se cruza en su camino (aunque en su planeta es de lo más respetuoso con sus congéneres). Tienes la opción de matarlo. No lo haces porque su vida es “sagrada”. ¿Te parece razonable ese punto de vista? A mí no.

3. Otra cosa: yo creo en la justicia del castigo. ¿Nunca en tu vida has hecho una mezquindad, nunca en tu vida has herido deliberadamente a alguien que no merecía ese trato? ¿Ah, te ha ocurrido por lo menos alguna vez, verdad? Y acaso ¿nunca te has arrepentido de lo que hiciste y hubieses querido encontrar algún medio de “purgar” ese acto miserable que cometiste?

Anónimo dijo...

oe,sánchez, qué te pasa. eres mongolito? si el bicho del que hablas lee tu comentario, te aniquila sobre el pucho.

Anónimo dijo...

López:

El nos borra a ti, a mi, a Faverón, a todos, y si por milagro capturamos a alguno nosotros, respetuosos del carácter "sagrado" de toda vida consciente e inteligente, lo encerramos a cadena perpetua. Después llegan sus primitos, y se tragan a lo que quede de seres humanos. La humanidad desaparece pero "muere en su ley", con el orgullo de no haber condenado a muerte a ningún ser consciente e inteligente.

Anónimo dijo...

Sánchez
El ejemplo que usas de Hitler se parece a un tema tocado en Terminator II o III (no me acuerdo bien), en el que se va a matar a un científico por lo que sus inventos harían en el futuro. A última hora se le perdona la vida por un rollo de la protagonista. El científico luego se arrepiente apriori de lo que hubiera ocasionado y busca evitarlo. Puestos a mezclar ciencia ficción con ética, ¿también te parece que es irracional seguir el ejemplo de la película? ¿Sigo sin razonar por pensar distinto a ti?

Anónimo dijo...

Ernesto, el guión de esa película no equivale al ejemplo ficticio que yo puse. Según te entiendo, en ese guión las siguientes generaciones humanas se salvaron sin necesidad de matar a cierto individuo gracias a que este último desistió de hacer no sé qué cosa. Eso te he entendido.

Pero en el ejemplo que yo te pongo no hay espacio para arrepentimiento o para desviaciones con respecto a hechos históricos irreversibles. En mi ejemplo, tú eres un viajero en el tiempo y sabes que de todas maneras, absolutamente de todas maneras, Hitler va a masacrar a millones en los siguientes años. Sabes que no habrá otro futuro sino ese. ¿Y pudiendo matarlo no lo matarías porque su vida, como toda vida consciente de si misma, es "sagrada"?

En cuanto a mi otro ejemplo... te pido que supongas un monstruo que llega "desde otras regiones de la astronomía o del tiempo", físicamente repugnante y aun incomprensible, pero mentalmente mucho más adelantado que nosotros, tanto así que para su perspectiva nosotros somos tan inteligentes y respetables como los piojos o las termes. El nos destruirá del mismo modo que nosotros a dichos insectos. ¿Y en cambio nosotros deberíamos decir que, tratándose de una criatura con consciencia de si misma e inteligencia superior, debemos dejarla vivir? ¿En nombre de la sacralidad de la vida inteligente, debemos limitarnos a encerrar al monstruo, esperando que (con su inteligencia exponencialmente superior a la nuestra) discurra fatalmente un medio para escapar y seguir exterminándonos? A esa conclusión absurda te lleva el dogma de la "sacralidad" de la vida.

Mis ejemplos son exagerados pero los pongo así para que puedas ver.
Por supuesto que puedes pensar como te dé la gana, pero por favor trata de pensar tú mismo. No te plieges asuperar las ideologías y las modas.

Uno se siente progresista y elegante y muy elevado pronunciándose contra la pena de muerte, pero hay que razonar y no simplemente repetir, como cantaleta, "la vida es sagrada, la vida es sagrada, cualquiera que sea el individuo, cualquiera que sea la cosa que haya hecho".

Anónimo dijo...

Una errata: en el penúltimo párrafo pongo "no te pliegues asuperar las ideologías o las modas". Debe decir "no te pliegues a las ideologías o las modas".

Anónimo dijo...

Estimado Sánchez
1.- Si la vida humana no es sagrada, por qué, siguiendo tu lógica, se debe matar a un asesino.
2.- Me opongo a la pena de muerte porque considero que hay otras formas de castigar más adecuadas. Además, si hay un error judicial es muy difícil subsanar una ejecución.
3.- No lo has dicho, pero uno de los argumentos a favor de la pena capital es que es disuasiva. Si esto fuera cierto, en EEUU no habría necesidad de ejecutar tan seguido.
4.- No me creo elegante ni progresista por mi postura. Yo no he calificado de retrógrada ni de grosera tu forma de pensar.
5.- Hay muchos argumentos en pro y en contra de la pena de muerte. A mí me han convencido los de una postura.