30.4.07

Violencia posfranquista

Tercer número de Dissidences: primer especial

Parece mentira (créanme), pero ya está online el número 3 de Dissidences: Hispanic Journal of Theory and Criticism, la revista de literatura y crítica cultural que edito desde hace dos años y que desde ahora cuenta con el auspicio del Departamento de Español y el Programa de Estudios Latinoamericanos de Bowdoin College.

Si no la conocen y les llama la atención darle una mirada, pueden ingresar por la página principal (de paso así podemos ver cómo se mueve el contador, lo que nunca está de más para nuestra estadística).

Si quieren ver el tercer número en particular, este otro vínculo los llevará al índice. La revista publica artículos en español, catalán e inglés, pero en este número, no por coincidencia, todos con una sola excepción están en castellano.

Se trata del primer número especial de Dissidences: ocho artículos dedicados exclusivamente a la España posfranquista y a un asunto particular en ella: las formas de la violencia social, histórica y política en la literatura de las últimas décadas.

El título del especial es
Violencias en la España posfranquista: antecedentes, representaciones e influencias, y en él han trabajado dos editores, que tienen todo el mérito de la selección, mis amigos (españoles ambos)
Isabel Cuñado (profesora de Bucknell University) y Francisco Fernández de Alba (profesor de Wheaton College). La presentación del número, justamente, está a cargo de Fran.

Uno de mis artículos preferidos (aunque no sé si debería yo decir esto) es del único peruano presente entre los colaboradores: Amansar el Guernica, de
Pedro Pérez del Solar (profesor de la Universidad de Texas en El Paso), una evaluación interesantísima de las distintas formas y los diversos sentidos que adoptó el cuadro de Picasso en el cómic español de las décadas pasadas.

Damián González Madrid (profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha) escribe un estudio minucioso del concepto de violencia política a la luz de la historia del franquismo y los años posteriores a la dictadura.

Cristina Moreiras Menor (profesora de la Universidad de Michigan) nos ha entregado un estudio titulado De lo natural a lo histórico. De lo ético a lo político: Temporalidades violentas en Delibes y Camus, un trabajo comparativo sobre Los santos inocentes de Delibes y la adaptación fílmica hecha por Mario Camus y estrenada en 1981.

Ana Luengo (profesora de la Universidad de Bremen) nos da un estudio sobre cierto tipo de novela criminal y la representación en ella de la ciudad de Barcelona: La necesidad de narrar la violencia: la otra cara de Barcelona en la novela negra.

Maarten Steenmeijer (profesor de la Universidad de Radboud, en Holanda) colabora con una revisión de la figura de Kurt Cobain en la ficción española reciente. Su artículo se titula Autenticidad, muerte y martirio: Kurt Cobain en la narrativa española.

El crítico griego Alexis Grohmann (profesor de la Universidad de Edimburgo) aporta un artículo también muy interesante: Sobre guerra e hybris en El pintor de batallas de Arturo Pérez-Reverte.

Isabel Cuñado, otra de las editoras del número, profesora de Bucknell y autora de un libro de crítica sobre la obra de Javier Marías, cierra la nómina de artículos con Despertar tras la amnesia: guerra civil y posmemoria en la novela española del siglo XXI.

Además hay una buena cantidad de reseñas, la mayoría de ellas referidas en general al tema central de este número. Todos los textos tienen una versión adicional en pdf, de modo que pueden imprimirse por separado, si el lector prefiere quedarse con una copia (el número completo anda por las 200 páginas).


Imagen: Equipo Crónica y una de sus variaciones sobre el Guernica.

Volta, Björk

Nuevo disco de la genial artista islandesa

Este 8 de mayo sale al mercado mundial Volta, el disco nuevo de Björk, que los críticos empiezan a comentar como el mejor de la islandesa en varios años (no los críticos de Rolling Stone, por cierto, que le dan muy buen puntaje pero no parecen especialmente impresionados por la colección).

Ha habido avances: un largo podcast que pueden ver aquí, aquí y aquí, dividido en tres partes y que muestra fragmentos de algunas canciones pero también, y sobre todo, una divertida entrevista con Björk acerca de las motivaciones detrás de este nuevo trabajo.

Hay tembién en YouTube un video de la presentación r
eciente de Björk en el programa Saturday Night Life, con su inrterpretación del primer single del disco, Earth Intruders, que amenaza con convertirse en una de sus canciones más populares (es de hecho muy pegajosa, caso extraño en la música de Björk, que ha llamado a su disco "tecnovudú pagano, tribal y extrovertido"). La canción Earth Intruders está también ya a la venta online en ITunes Store.

También como novedad hay en YouTube una versión en vivo de Innocence, que será probablemente el segundo single del disco; las imágenes son poco claras y el sonido mediocre: el video fue captado con un celular en un concierto en Islandia hace un par de semanas.

Y ya que ese video está más o menos, les dejo aquí enlaces directos a varios de los mejors de la carrera de esta artista múltiple y complejísima.

No solo son grandes canciones, son videos extraordinarios en todos los casos, dirigidos por notables del cine contemporáneo y del videísmo mundial (no en vano
Björk es pareja de Matthew Barney, uno de los nombres clave de las artes visuales en occidente hoy).

~ Venus as a Boy dirigido por Sophie Muller.
~ Excelenrte video de Isobel dirigido por Michel Gondry.
~ Notable video de Bachelorette dirigido por Michel Gondry.
~ Otro notable video de Gondry: Human Behaviour.
~ ¿Quién es el director de Who Is It?... Who Is It?..
~ El divertido video de It´s Oh So Quiet dirigido por Spike Jonze.
~ Aquí una yapa en clave de humor: Bjork cantando una versión acaso alcohólica de No Limits.
~ Más humor: Björk desentraña para siempre los misterios de la televisión
~ Una rareza absoluta: Bjork muy jovencita cantando uno de los temas de Gling Gló, el ya legendario álbum de jazz que grabó en su lengua materna.

27.4.07

La prensa inútil

La oposición y la libertad de morderse la cola

Ollanta Humala es un oportunista, un mitómano, un demagogo y una amenaza para el futuro del Perú. También --no a pesar sino probablemente gracias a todo ello-- es un político bastante exitoso, cuyas ideas fueron respaldadas por varios cientos de miles de votantes en las últimas elecciones.

Ollanta Humala ha decidido irse de gira a los Estados Unidos a propalar los motivos por los que él juzga que el TLC peruano-norteamericano no debería suscribirse. Así como los presidentes Toledo y García entiendieron que una necesidad política les exigía y permitía entrevistarse tanto con líderes congresales oficialistas (republicanos) como con opositores (demócratas) en sus giras por Estados Unidos, así Humala, en su rol de líder político de parte de la oposición peruana, cree pertinente entrevistarse con las autoridades norteamericanas.

¿Existe algún motivo por el cual un líder de oposición deba mantenerse callado una vez que ha perdido las elecciones? Obviamente, no. ¿Existe alguna razón por la cual las opiniones que él representa deban ser silenciadas? Evidentemente, no. Cualquiera que quiera pintar a Humala como una suerte de traidor a la patria por su intención de promover la no suscripción del TLC es, antes que nada, un antidemócrata, un autoritario: negar a los demás la libertad de sustentar una opinión, exponerla y defenderla es ni más ni menos que la esencia misma del fascismo; negársela a un líder de cientos de miles es la forma más transparente de ese fascismo.

Lo curioso es que, durante los últimos años, ha sido evidente que el espíritu del fascismo peruano ha encarnado en los dos rivales que ahora se enfrentan: el Apra (con su inclinación violentista, su burla constante de los derechos humanos, su tendencia a la amnesia histórica) y el nacionalismo humalista (con su xenofobia constante, su chauvinismo desbordado, su racismo mal escondido).

Curioso, digo, porque ahora los que se enfrentan en el mano a mano son, entonces, dos fascismos, o filofascismos, o cuasifascismos. Pero más curioso, además, porque parte de la prensa que habitualmente ha querido pintarse como demócrata y opuesta al aprismo, ahora ataca a Humala con argumentos exactamente igual de fascistoides que los de los dos rivales de turno: desde la tele y los diarios se señala a Humala como si fuera poco menos que un traidor por planear esta gira norteamericana, y hay periodistas que apenas si pueden ocultar su espíritu dictatorial bromeando con humor dudoso sobre los méritos que Humala estaría haciendo para ser fusilado.

Es un espectáculo francamente ridículo, patético. Y es una radiografía de la confusión que tienen muchísimos peruanos acerca del mecanismo de la democracia: en el Perú, en efecto, hay demasiada gente que cree que ganar las elecciones es arrogarse el poder de ser un autócrata, el poder omnímodo, y despojar a los perdedores de su derecho a seguir pensando lo que pensaban antes de la derrota y a seguir luchando por los mismos objetivos, correctos o incorrectos, intelgentes o absurdos, obvios o discutibles.

En el Perú, mucha gente cree que la democracia es elegir un dictador nuevo cada cinco años, y que el candidato que pierde una elección debe darse por muerto y callarse la boca por el resto de sus días. Si así fuera, los primeros que deberían confinarse al encierro de por vida son, paradójicamente, muchos de esos mismos periodistas que ahora exigen a Humala guardar silencio, y que jamás han estado del lado de los ganadores en una elección (salvo en la de Toledo, a quien le dieron la espalda media hora después de asumido el poder).

¿Les costaría mucho guardar un poco la compostura y siquiera aparentar un cierto espíritu democrático? No es difícil: permítanle a Humala decir lo que piensa; tiene derecho. Permítanle ir donde quiera y exponer las ideas por las que votaron sus cientos de miles de electores. Y tengan dos dedos de frente: si ustedes ahora apoyan a García en esto, defendiendo la idea de que quien perdió la elección no tiene derecho a una voz propia, ustedes serán los siguientes, apenas decidan oponerse seriamente a los excesos que el gobierno aprista tarde o temprano empenzará a cometer.

Pocas cosas son tas estúpidas e inservibles en este mundo (excepto para las dictaduras) como una prensa de oposción que no defiende la libertad de expresión de todos los ciudadanos. Sin embargo, ésa es precisamente la absurda línea que viene definiendo el perfil de mucha prensa peruana: creen que "libertad de expresión" y "libertad de información" son derechos de los periodistas pero no de otras personas, como, por ejemplo, los líderes de la oposición.

Allá ellos.

Estrella distante, la película

Productor tiene en manos guión sobre novela de Bolaño

Se veía venir: un productor chileno, asociado dentro de una empresa española en Barcelona, tiene entre manos el proyecto de una película basada en una de las mejores novelas breves del chileno Roberto Bolaño: Estrella distante.

De la noticia, aún poco definida y sin plazos claros, me entero gracias a una pequeña nota en El Mercurio de Chile (dicho sea de paso, el breve artículo es poco menos que un compendio de mala escritura periodística): pueden leer el texto aquí.

Al parecer, el productor, llamado Andrés Mardones, tuvo la idea inicial de adaptar o bien Una novelita lumpen (libro que debe estar entre los menos leídos del narrador sureño) o bien Estrella distante, y tras decidirse por esta última y escribir cuatro versiones distitntas del guión, ha llegado a una historia que prefiere no llamar adaptación: será una cinta "inspirada" en los tres capítulos finales de la novela. (Cosa curiosa, si uno tiene en cuenta que eso descarta todo el núcleo dramático del libro de Bolaño y, sin la menor duda, sus mejores pasajes).

El otro proyecto actual de la empresa de Mardones es una adaptación de El baile de la victoria, de Antonio Skármeta, dirigida por el español Fernando Trueba. Mardones, por cierto, aún anda en busca de director para el film inspirado en Estrella distante.

Imagen tomada de
aquí.

Alarcón, Thays, Roncagliolo

En la Selección Latinoamericana Sub 39 del Hay Festival

Tras meses de una votación online abierta a escritores, críticos y lectores en general iberoamericanos a través de la página web del Hay Festival, y de su iniciativa Bogotá 39, se seleccionó a un grupo de candidatos a integrar la lista de los más talentosos autores menores de 39 años de la región.

De entre los candidatos propuestos, un jurado formado por los colombianos Héctor Abad Faciolince, Piedad Bonnet y Óscar Collazos eligió la nómina final.

Pueden ver la lista completa en esta página del diario El Tiempo de Colombia (la iniciativa original partió de un organismo del municipio bogotano y los organizadores del Hay Festival).

Aunque, para variar, una vez más, el jurado exclusivamente colombiano ha elegido más colombianos que otra cosa, lo cierto es que el Perú está entre los países más representados, con tres autores:
Iván Thays, Daniel Alarcón y Santiago Roncagliolo.

El más joven de toda la lista es el venezolano Rodrigo Blanco Calderón, de 26 años, autor de Una larga fila de nombres, y los mayores, con 39 años, son Gabriela Alemán, de Ecuador; Jorge Volpi y Fabrizio Mejía Madrid, de México, y Junot Díaz, de República Dominicana, a quienes se aproxima nuestro compatriota Iván Thays, 38, de quien esperamos novedades en un futuro próximo.

La muerte de Watanabe

Reacción de la prensa

En el diario ABC de España, el articulista Juan Malpartida lamentó la muerte del poeta José Watanabe y se refirió a su obra como una "exaltación de la paciencia pero también de la atención a los sentidos".

En El Universal de México, el artículo alusivo habla con insisitencia de la versatilidad de los conocimientos de Watanabe y de la finura de sus escritos, y se entrevista a Iván Thays, quien menciona que Watanabe poseía "una sabiduría entre rural y filosófica".

La Jornada, también de México, alude a la historia personal de Watanabe, su no pertenencia a los grandes grupos poéticos de su generación (la de los setentas) en el Perú, y se califica a su poesía como "una de las más bellas y cautivantes de la poesía contemporánea en lengua castellana".

El Mercurio de Chile le dedicó una nota en que se refiere a su trabajo poético como "
influido por la tradición poética japonesa y por la poesía simbolista francesa, con un toque de misticismo, mucho arraigo en la cotidianidad y humor".

La prensa nacional se ocupa del tema a través de un artículo
muy informado y sensiblemente escrito, de Pedro Escribano y Cynthia Campos, en el diario La República.

Aparen también un artículo de
Rudy Torres en Perú.21 y una nota necrológica del redactor Carlos Sotomayor en el diario Correo. Amigos y colegas del escritor lo recuerdan en un cable de la Agencia Andina que se reproduce en El Peruano.

El diario El Comercio ha publicado también diversas notas sobre el tema, y entre ellas destaca este artículo de Enrique Planas. El velorio del poeta se lleva a cabo en la iglesia de la Medalla Milagrosa y el entierro será en Lurín.


Foto de José Watanabe (a la derecha, sentado), publicada por La República.

26.4.07

In memoriam José Watanabe

Murió el poeta de Banderas detrás de la niebla



Qué años tan tristes para la literatura peruana han sido estos en que se han ido personas notables como Jorge Eduardo Eielson, Pablo Guevara, Pilar Dughi y, ahora, tristemente, el poeta José Watanabe.

Watanabe murió anoche, a las 11:30 pm, a causa de una hemorragia debida a la complicación del cáncer a la garganta que padecía desde hace tiempo, y que había conducido a su internamiento el mes pasado.

Discretamente, como dicen que hacía todas las cosas, se había recogido Watanabe en Neoplásicas sin decir a casi nadie que el problema era enorme y que podía ser fatal.

Un cable de RPP dice: "Watanabe nació en Laredo, cerca de Trujillo, localidad que se ve reflejada en su poemario El guardián del hielo. Hijo de madre peruana y padre japonés, heredó de su progenitor su gran amor por la lectura y una vocación plástica que lo llevó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Trujillo".

Watanabe ha muerto en un momento en que el contacto entre su obra y el público lector peruano (y también español e iberoamericano en general) había entrado en una etapa inusual: en el Perú, se había vuelto lectura frecuente, cita necesaria, y se extendía un consenso llamativo sobre la importancia de su trabajo poético; en España, algún libro suyo de poemas había alcanzado la infrecuente posición del best seller; en otros países hispanos, los premios a su obra empezaban a llegar con asiduidad.

Hace sólo unos días, mi amiga Ximena Briceño me había dicho algo sobre la llegada de Teresa Ralli de Yuyachkani a Ithaca, New York, para montar allá la bellísima adaptación de Antígona que Watanabe escribió para el notable grupo teatral peruano. Otros amigos de Cornell me hablaron luego sobre el éxito de la presentación: Watanabe es sin duda el poeta peruano contemporáneo que más llama la atención de la academia americana, y acaso también en la academia local, lo que, sumado a su éxito relativo entre el lector común de poesía, lo convierte en una figura sui generis.

Que Watanabe descanse en paz y que su obra siga en movimiento.

~ Ver una extensión de la noticia en El Comercio.
~ Escuchar poemas de Watanabe en mp3.
~ Biografía y bibliografía de Watanabe.
~ Más poemas de Watanabe: texto y audio.

~ Página sobre Watanabe con selección de poemas, reseñas, entrevistas.
~ Reseñas de cuatro libros de Watanabe por Javier Ágreda.
~ La entrevista más reciente.

(Vídeo de Presencia Cultural de Canal 7 bajado de YouTube)

25.4.07

Pablo de Santis

Imagino que el hecho de que la Editorial Adobe publicara años atrás una edición peruana de la novela Filosofía & Letras debe haber familiarizado a los lectores peruanos con el trabajo de Pablo de Santis, autor cuya obra va desde los guiones de cómic (es uno de los nombres medulares de la revista Fierro) hasta la ficción más intelectual, pasando por casi toda la literatura "de género" que es característica de las letras argentinas: la novela de misterio, el misterio juvenil, la ciencia ficción, el relato de horror, etc.

Uno de mis vicios durante los años en que escribí la tesis doctoral fue arrasar con todos los libros de
De Santis que había en la biblioteca de Cornell, es decir, con casi todos los que ha escrito, y descubrí más de uno de recomendación obligada, como La traducción y la excelente novela El calígrafo de Voltaire, con su universo trasgresivo de sabios criminaloides, autómatas y códigos secretos.

De Santis es sin duda uno de los más lúdicos entre los latinoamericanos de su generación, uno de los más puramente divertidos y también uno de los más inteligentes. Guillermo Martínez, un enemigo de las generaciones, me dijo una vez sentirse, no obstante, afín a De Santis: quienes los hayan leído a ambos, descubrirán sin duda la conexión.


Quienes quieran darle una ojeada a su obra antes de buscar sus libros, pueden ver varios fragmentos de lo suyo en esta página, incluyendo algo de su trabajo en cómics con
Max Cachimba y entrevistas como ésta que le hace María Esther Vázquez (o esta otra de Pedro Escribano aparecida hoy en La República). En esta otra página hallarán un buen número de reseñas de El calígrafo de Voltaire (en inglés, francés, alemán y portugués). Én este otro lugar podrán ver una entrevista en vídeo a De Santis, en la página de la Audiovideoteca de Escritores de Buenos Aires.

Como se sabe,
De Santis acaba de ser ganador del primer Premio Planeta-Casa de América con su novela El enigma de París. Primer finalista fue nuestro compatriota Alonso Cueto con El susurro de la mujer ballena.

24.4.07

Masacres y copycats

Gracias al mensaje de un comentarista llego a la página infoplease.com, en la que se ofrece una cronología de las masacres escolares ocurridas en los últimos diez años en todo el mundo. Se enumeran 47, de las cuales 36 tuvieron lugar en escuelas de los Estados Unidos.

Uno de los temas que tiene preocupada a la sociedad norteamericana es lo que aquí llaman el "copycat factor": la posibilidad de que uno de los motivos de este tipo de crímenes sea la pura imitación, la emulación e incluso la competitividad: que los adeloscentes decidan cometer estos asesinatos por copiar actitudes de otros y por el afán de superar su fuerza mortífera.

Aunque muchos sicólogos que aparecen comentando estos hechos en la televisión de aquí sugieren que la mentalidad del copycat no es muy compatible con el perfil de estos sicópatas, un hecho que muchos otros recuerdan es que Eric y Dylan, los asesinos de Columbine, hicieron explícito su deseo de establecer una suerte de record en dicha masacre.

De hecho, dos días después de lo de Virginia Tech, vi en la CNN un informe sobre un hombre en California que había amenazado con asesinar estudiantes de colegio en una masacre que haría parecer la de Virginia un hecho trivial.

Otro dato escalofriante se lo escuché a un comentarista de NBC anoche, invitado en el programa de David Letterman: desde la matanza de Virginia Tech, apenas hace una semana, han ocurrido en Estados Unidos ya dieciséis actos menos letales pero aparentemente inspirados en aquél.

Siguiendo con el tema de los copycats: noten en la lista que ofrezco a continuación cómo, de los tres casos ocurridos en Alemania, dos de ellos sucedieron con apenas un mes de diferencia, lo que sugiere la posibilidad de que el primero haya sido inspiración del segundo.

Feb. 2, 1996
Moses Lake, Wash. Two students and one teacher killed, one other wounded when 14-year-old Barry Loukaitis opened fire on his algebra class.

March 13, 1996
Dunblane, Scotland 16 children and one teacher killed at Dunblane Primary School by Thomas Hamilton, who then killed himself. 10 others wounded in attack.

Feb. 19, 1997
Bethel, Alaska Principal and one student killed, two others wounded by Evan Ramsey, 16.

March 1997
Sanaa, Yemen Eight people (six students and two others) at two schools killed by Mohammad Ahman al-Naziri.

Oct. 1, 1997
Pearl, Miss. Two students killed and seven wounded by Luke Woodham, 16, who was also accused of killing his mother. He and his friends were said to be outcasts who worshiped Satan.

Dec. 1, 1997
West Paducah, Ky. Three students killed, five wounded by Michael Carneal, 14, as they participated in a prayer circle at Heath High School.

Dec. 15, 1997
Stamps, Ark. Two students wounded. Colt Todd, 14, was hiding in the woods when he shot the students as they stood in the parking lot.

March 24, 1998
Jonesboro, Ark. Four students and one teacher killed, ten others wounded outside as Westside Middle School emptied during a false fire alarm. Mitchell Johnson, 13, and Andrew Golden, 11, shot at their classmates and teachers from the woods.

April 24, 1998
Edinboro, Pa. One teacher, John Gillette, killed, two students wounded at a dance at James W. Parker Middle School. Andrew Wurst, 14, was charged.

May 19, 1998
Fayetteville, Tenn. One student killed in the parking lot at Lincoln County High School three days before he was to graduate. The victim was dating the ex-girlfriend of his killer, 18-year-old honor student Jacob Davis.

May 21, 1998
Springfield, Ore. Two students killed, 22 others wounded in the cafeteria at Thurston High School by 15-year-old Kip Kinkel. Kinkel had been arrested and released a day earlier for bringing a gun to school. His parents were later found dead at home.

June 15, 1998
Richmond, Va. One teacher and one guidance counselor wounded by a 14-year-old boy in the school hallway.

April 20, 1999
Littleton, Colo. 14 students (including killers) and one teacher killed, 23 others wounded at Columbine High School in the nation's deadliest school shooting. Eric Harris, 18, and Dylan Klebold, 17, had plotted for a year to kill at least 500 and blow up their school. At the end of their hour-long rampage, they turned their guns on themselves.

April 28, 1999
Taber, Alberta, Canada One student killed, one wounded at W. R. Myers High School in first fatal high school shooting in Canada in 20 years. The suspect, a 14-year-old boy, had dropped out of school after he was severely ostracized by his classmates.

May 20, 1999
Conyers, Ga. Six students injured at Heritage High School by Thomas Solomon, 15, who was reportedly depressed after breaking up with his girlfriend.

Nov. 19, 1999
Deming, N.M. Victor Cordova Jr., 12, shot and killed Araceli Tena, 13, in the lobby of Deming Middle School.

Dec. 6, 1999
Fort Gibson, Okla. Four students wounded as Seth Trickey, 13, opened fire with a 9mm semiautomatic handgun at Fort Gibson Middle School.

Dec. 7, 1999
Veghel, Netherlands One teacher and three students wounded by a 17-year-old student.

Feb. 29, 2000
Mount Morris Township, Mich. Six-year-old Kayla Rolland shot dead at Buell Elementary School near Flint, Mich. The assailant was identified as a six-year-old boy with a .32-caliber handgun.

March 2000
Branneburg, Germany One teacher killed by a 15-year-old student, who then shot himself. The shooter has been in a coma ever since.

March 10, 2000
Savannah, Ga. Two students killed by Darrell Ingram, 19, while leaving a dance sponsored by Beach High School.

May 26, 2000
Lake Worth, Fla. One teacher, Barry Grunow, shot and killed at Lake Worth Middle School by Nate Brazill, 13, with .25-caliber semiautomatic pistol on the last day of classes.

Sept. 26, 2000
New Orleans, La. Two students wounded with the same gun during a fight at Woodson Middle School.

Jan. 17, 2001
Baltimore, Md. One student shot and killed in front of Lake Clifton Eastern High School.

Jan. 18, 2001
Jan, Sweden. One student killed by two boys, ages 17 and 19.

March 5, 2001
Santee, Calif. Two killed and 13 wounded by Charles Andrew Williams, 15, firing from a bathroom at Santana High School.

March 7, 2001
Williamsport, Pa. Elizabeth Catherine Bush, 14, wounded student Kimberly Marchese in the cafeteria of Bishop Neumann High School; she was depressed and frequently teased.

March 22, 2001
Granite Hills, Calif. One teacher and three students wounded by Jason Hoffman, 18, at Granite Hills High School. A policeman shot and wounded Hoffman.

March 30, 2001
Gary, Ind. One student killed by Donald R. Burt, Jr., a 17-year-old student who had been expelled from Lew Wallace High School.

Nov. 12, 2001
Caro, Mich. Chris Buschbacher, 17, took two hostages at the Caro Learning Center before killing himself. Jan.

15, 2002
New York, N.Y. A teenager wounded two students at Martin Luther King Jr. High School.

Feb. 19, 2002
Freising, Germany Two killed in Eching by a man at the factory from which he had been fired; he then traveled to Freising and killed the headmaster of the technical school from which he had been expelled. He also wounded another teacher before killing himself.

April 26, 2002
Erfurt, Germany 13 teachers, two students, and one policeman killed, ten wounded by Robert Steinhaeuser, 19, at the Johann Gutenberg secondary school. Steinhaeuser then killed himself.

April 29, 2002
Vlasenica, Bosnia-Herzegovina One teacher killed, one wounded by Dragoslav Petkovic, 17, who then killed himself.

April 14, 2003
New Orleans, La. One 15-year-old killed, and three students wounded at John McDonogh High School by gunfire from four teenagers (none were students at the school). The motive was gang-related.

April 24, 2003
Red Lion, Pa. James Sheets, 14, killed principal Eugene Segro of Red Lion Area Junior High School before killing himself.

Sept. 24, 2003
Cold Spring, Minn. Two students are killed at Rocori High School by John Jason McLaughlin, 15.

Sept. 28, 2004
Carmen de Patagones, Argentina Three students killed and 6 wounded by a 15-year-old Argentininan student in a town 620 miles south of Buenos Aires.

March 21, 2005
Red Lake, Minn. Jeff Weise, 16, killed grandfather and companion, then arrived at school where he killed a teacher, a security guard, 5 students, and finally himself, leaving a total of 10 dead.

Nov. 8, 2005
Jacksboro, Tenn. One 15-year-old shot and killed an assistant principal at Campbell County High School and seriously wounded two other administrators.

Aug. 24, 2006
Essex, Vt. Christopher Williams, 27, looking for his ex-girlfriend at Essex Elementary School, shot two teachers, killing one and wounding another. Before going to the school, he had killed the ex-girlfriend's mother.

Sept. 13, 2006
Montreal, Canada Kimveer Gill, 25, opened fire with a semiautomatic weapon at Dawson College. Anastasia De Sousa, 18, died and more than a dozen students and faculty were wounded before Gill killed himself.

Sept. 26, 2006
Bailey, Colo. Adult male held six students hostage at Platte Canyon High School and then shot and killed Emily Keyes, 16, and himself.

Sept. 29, 2006
Cazenovia, Wis. A 15-year-old student shot and killed Weston School principal John Klang.

Oct. 3, 2006
Nickel Mines, Pa. 32-year-old Carl Charles Roberts IV entered the one-room West Nickel Mines Amish School and shot 10 schoolgirls, ranging in age from 6 to 13 years old, and then himself. Five of the girls and Roberts died.

Jan. 3, 2007
Tacoma, Wash. Douglas Chanthabouly, 18, shot fellow student Samnang Kok, 17, in the hallway of Henry Foss High School.

April 16, 2007
Blacksburg, Va. A 23-year-old Virginia Tech student, Cho Seung-Hui, killed two in a dorm, then killed 30 more 2 hours later in a classroom building. His suicide brought the death toll to 33, making the shooting rampage the most deadly in U.S. history. Fifteen others were wounded.


Imagen de Barb Hirokawa, tomada de aquí.

De Santis y Cueto en el Planeta-Casa

El dato que me llega gracias a Iván Thays: se han hecho públicos los resultados del Primer Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América.

Una vez más,
Alonso Cueto está en la nómina final: el ganador ha sido el argentino Pablo de Santis (qué buena noticia es siempre la aparición de una nueva novela de De Santis) y el primer finalista ha sido Alonso.

Se recordará que, en la lista de los últimos diez seleccionados, había una novela peruana,
Reencuentro con Rebeca: ése ha de haber sido el título provisional de la novela de Alonso, que el cable llama ahora El susurro de la mujer ballena.

Había también dos argentinas:
El enigma de París y Oaxaca. Pues bien, la primera de ellas es la obra de De Santis, que ha obtenido el premio de 200 mil dólares. Cueto, por cierto, recibirá 50 mil por la posición de primer finalista.

Imagen: Retrato de De Santis por María Kusmuk.

Rattawut Lapcharoensap

Ernesto Carlín me pregunta cada cierto tiempo cuáles son las novedades literarias norteamericanas que vale la pena comprar en estos días, y siempre, por algún motivo, olvido responderle. Que vaya este artículo de Ed Pilkington en The Guardian como resptuesta vicaria.

De la media docena de autores mencionados (todos extraídos de la lista de los autores jóvenes norteamericanos más interesantes del momento, según Granta), he leído sólo a
Jonathan Safran Foer.

Pero me voy por el segundo: acabo de comprar Sightseeing, libro de cuentos de
Rattawut Lapcharoensap, escritor de 28 años, norteamericano de origen tailandés y que resulta ser un ex alumno de Cornell (aunque nunca lo escuché mencionar en los años que pasé allí).

Granta ha publicado antes dos cuentos de Lapcharoensap, y uno de ellos está online, así que los lectores de Puente Aéreo pueden ir clavándole el diente sin esperar a tener el libro en las manos: el cuento se llama "Farangs".

Vale la pena recordar que en la lista de Granta de "los mejores narradores jóvenes norteamericanos" aparece también nuestro compatriota Daniel Alarcón, autor del libro de cuentos War by Candlelight y de la novela Lost City Radio. Alarcón, a sus treinta años de edad y autor de dos libros de primer nivel, es sin duda el punto más alto de su generación en el Perú.

Retrato de Lapcharoensap tomado de aquí.

22.4.07

Más consecuencias de Virginia Tech


Como peruano que vive siete años ya en Estados Unidos, la sola idea de enjuiciar a la sociedad norteamericana como un mundo peculiarmente violento me resultaría extraña.


No hay un sólo lugar en los Estados Unidos, ni el más lumpenizado ni el más empobrecido ni el más marginal, donde se ejerza una violencia social tan sangrienta y destructiva como la que ha arrasado pueblos enteros en el Perú en años recientes.

No hay una ciudad en Estados Unidos tan violenta como Lima. En siete años aquí, no he visto la ferocidad que he vivido en cualquier media hora de caminata por el centro de la capital del Perú.

La experiencia de los locos desnudos ambulando por la calle, los cadáveres cubiertos con papel periódico en la carretera, las bandas de niños abalanzándose a desvalijar un automóvil en movimiento, las barras de cuchilleros en los estadios, no las conozco por estos siete años, sino por mi vida anterior en el Perú.

Por cada
Cho Seung-Hui, la historia cercana del Perú tiene diez criminales militares y cien terroristas genocidas. Por cada estudiante muerto en un aula de Virginia Tech, dos mil peruanos murieron en la guerra interna. Hay en nuestra historia última por lo menos una docena de matanzas tan terribles como la de la Universidad Tecnológica de Virginia.

(Asociamos a los "serial killers" con la cultura norteamericana, y nos escandalizamos de su existencia, olvidando que el más grande asesino en serie de la historia fue un colombiano, y que la mayoría de sus víctimas fueron mujeres peruanas. Y que la policía del Perú dejó escapar al criminal, entre otras cosas, porque sus víctimas eran indígenas y, por tanto, no resultaban demasiado relevantes).

Se puede argumentar que los norteamericanos cometen sus actos más violentos en tierras ajenas: en invasiones, conquistas, bombardeos, etc. Es cierto y es una realidad que nadie debería aceptar ni ocultar. Pero eso no hace menos cierto que la convivencia dentro de la sociedad americana sea infinitamente más pacífica que en muchos otros lugares del mundo, incluido aquel del cual vengo yo.

Entre las opiniones vertidas por comentaristas peruanos --sociólogos, antropólogos y psicoanalistas-- sobre la masacre de
Virginia Tech, una muy común atribuye este tipo de estallido homicida a la cultura norteamericana del exitismo, a la supuesta importancia en la imaginación estadounidense de las figuras de "winners" y "losers". Yo creo que esa es una reducción tremenda.

Como saben algunos de los lectores de este blog, yo hice mi doctorado en
Cornell, universidad que en algún momento tuvo, muy a su pesar, una de las mayores cifras de suicidios de estudiantes en los Estados Unidos (según entiendo, el MIT tiene la peor estadística en ese terreno).

Recuerdo haberme sorprendido una tarde en el campus de
Cornell al leer, en un cartel colocado a la vista de todos, un dato escalofriante: del total de estudiantes que se habían suicidado en Cornell en años recientes, un tercio era de origen asiático.

Aunque el de
Cornell es uno de los campus norteamericanos más poblados de estudiantes orientales (japoneses y surcoreanos, sobre todo, pero también chinos, vietnamitas, tailandeses, etc), esa proporción superaba muy largamente al porcentaje de estudiantes asiáticos dentro del total del cuerpo estudiantil de la universidad.

Durante los últimos años, hablé de eso muchas veces con mis alumnos del bachillerato en
Cornell, con mis profesores del doctorado, con mis compañeros. Sólo dos explicaciones consistentes surgían regularmente de esas charlas. La primera era que los estudiantes asiáticos se adecuaban peor que otros a la sociedad americana y eran más propensos a caer víctimas de la soledad.

La segunda era que para muchos estudiantes asiáticos, un fracaso en los estudios en
Cornell (o donde los tuvieran que cursar) implicaba una enorme vergüenza, una vergüenza radical, que les volvía insoportable la sola idea de tener que enfrentar a sus padres y a sus familias con la noticia de un rendimiento mediocre.

Esa hipótesis la pude verificar de primera mano, en varias largas conversaciones con un buen amigo surcoreano, que me explicó muchas veces el complejo mecanismo de honor y orgullo propio que se echaba a andar entre los coreanos cuando uno de ellos marchaba a una universidad con ciertas metas y no las conseguía.

Ese dato es tan público y notorio en la cultura universitaria americana, que durante la última semana me he preguntado muchas veces por qué
nadie en los medios de Estados Unidos ha dicho absolutamente nada en relación con el hecho de que el asesino suicida de Virginia Tech haya sido un surcoreano. Un surcoreano que andaba muy mal en su rendimiento académico y que tenía, en cambio, una hermana estudiante estrella en Princeton University. Un surcoreano al cual su tía abuela, en una reciente entrevista televisiva, llama "el idiota".

Puedo imaginar que muchos han pensado en el hecho de que el asesino sea un extranjero. También puedo imaginar que muchos de quienes lo han pensado lo han hecho en términos racistas o xenofóbicos: como si la pertenencia étnica del criminal explicara el crimen. Quienes piensen así, creo yo, hacen mejor en callárselo (y harían mejor en ni siquiera pensarlo): un nuevo mensaje racista es lo que menos se necesita en estas circunstancias.

Pero supongo que el mero miedo a la incorrección política ha frenado a muchos otros de siquiera inscribir el origen del criminal entre las variables a considerar. Y eso me parece mal. El hecho de que la mayor masacre universitaria de la historia de EE.UU. haya sido cometida por un extranjero debería al menos ser un factor considerado por quienes se apresuran a describir la masacre de
Virginia Tech como poco menos que un típico producto americano.

No lo digo porque piense que la sociedad americana es completamente inocente de esta masacre (el asunto de la legalidad de la tenencia de armas, por ejemplo, es un absurdo que debería concluir ya), sino porque creo que
tal vez su culpa --que en todo es culpa por excepción y no por regla-- tenga menos que ver con la cultura de las armas, los medios y el exitismo que con la pura y dura segregación, y con la marginación racial o étnica o cultural.

En todo caso, revisar y estudiar la medida en la que los coreano-americanos (
Cho llegó a Estados Unidos con apenas ocho años de edad) son realmente aceptados en este país no parece una tarea que esté de sobra en estos momentos. Recuérdese dos cosas: los roommates del asesino pensaron por mucho tiempo que Cho no sabía siquiera hablar inglés, y por eso en algún momento dejaron de intentar comunicarse con él; sus compañeros de dormitorio pensaron que buena parte de sus modales extraños e incomprensibles podían deberse a su pertenencia a otra cultura.

Entonces: los medios evitan mencionar la condición de
Cho como extranjero aparentemente por una cuestión de corrección política (o bien porque en verdad no perciben ninguna conexión entre el asunto étnico y los sucesos de la última semana); paradójicamente, esa misma actitud hace que se pierda la oportunidad de considerar la pertenencia de Cho a una minoría como uno de los elementos a evaluar cuando se estudie el caso.

Lo interesante es preguntarse si la corrección política en esta ocasión resulta más positiva que negativa, o viceversa. Hay quienes dirán que en Estados Unidos no existe una xenofobia específica contra los coreanos. Habrá que recordar que uno de los grandes disturbios xenofóbico-racistas de las últimas décadas tuvo a los coreanos como objeto, en Los Angeles, en el año 1992, y que ocurrió como consecuencia de un asesinato cometido por un coreano.

Que entonces el crimen desatara una larga serie de venganzas contra toda la comunidad coreana y que ahora, en cambio, el origen coreano del criminal sea casi elidido de la discusión me da una impresión sospechosa, un tanto artificial. Puede ser que en estos quince años los americanos hayan borrado de sí mismos el racismo anticoreano; también puede ser que lo estén reprimiendo pero que subsista por ahí. Un recorrido a los videos que muchos americanos están colocando en YouTube en estos días, deja en claro que esta última posibilidad es más que notoria.

Se puede fácilmente argüir que, si los medios hubieran subrayado la pertenencia de
Cho a la minoritaria comunidad surcoreana, a estas alturas en Estados Unidos se podría estar viviendo una ola de ataques a miembros de dicha colectividad, una enfermiza prolongación de la matanza. También se puede argüir que, al no prestarle ninguna atención a tal pertenencia, se está extraviando un factor explicativo del sentimiento del asesino ante la comunidad a la que hizo objeto de su agresión criminal.

En todo caso, no es un tema sencillo, y de alguna manera, creo, se debería lidiar con él.

Episódicos versus narrativos

Hace unos domingos, a fines de marzo, Alberto Fuguet publicó en la Revista de Libros de El Mercurio una columna interesante bajo el mismo título que lleva este post: Episódicos versus narrativos.

En ella, Fuguet cuenta el caso de la novelista norteamericana Vendela Vida y su novela Let the Northern Lights Erase Your Name, escrita, según confesión de la misma narradora, a inspiración de un ensayo del filósofo y crítico literario británico Galen Strawson titulado "Against Narrativity" (ensayo que pueden leer aquí y que les recomiendo de todo corazón).

Fuguet resume la idea de Strawson, a la luz de la novela de Vida, en los siguientes términos:
"Según el filósofo Galen Strawson y su ensayo Against Narrativity ("Contra la narración"; suena muy Sontag), hay gente que ve la vida como si fuera una historia (los "narrativos") y gente que siente que las historias no tienen importancia alguna, que lo importante es lo que uno es y lo que uno es no es más que su presente. Esta gente sería "episódica".

"Llevado esto a los libros, todo puede ocurrir. Gente "episódica" puede producir libros "narrativos" y viceversa. Estructuralmente, la novela de Vendela Vida es bastante episódica pero, al final, tanto ella como Clarissa, su protagonista, se declaran narrativas en el sentido profundo del término: ambas creen que uno es el resultado de su pasado. Que existen, por así decirlo, tres actos. Que al final uno es una autobiografía con piernas. Que al final todos nos creemos el protagonista de nuestra historia, sea esta mala, buena o no dé ni para un escuálido cuento de taller".
Curiosamente, el día en que leí el ensayo de Fuguet, acababa de editar uno de Chris Andrews sobre Roberto Bolaño que recurre a las ideas de Strawson para revelar la estructura narrativa de ciertos textos del chileno. Y me había quedado pensando en las nociones de la subjetividad episódica y la narrativa, y la manera en que ambas se transladan a la novela.

Pese a que ya muchos críticos están haciendo la asociación mecánica entre "novela narrativa" y modernidad, por un lado, y "novela episódica" y postmodernidad, por el otro, reduciendo con ello la sutileza del argumento de Strawson, es claro que ambas formas de autopercepción y autorreconocimiento trascienden la sencillez de esa división.

En la novela peruana, digamos, cosas como La guerra del fin del mundo o Conversación en La Catedral representan el extremo del impulso "narrativo", mientras que libros como La vida exagerada de Martín Romaña , en cambio, por ejemplo, están en el polo episódico.

Pero uno podría alegar que la novela de Vargas Llosa esconde un espíritu deconstructivo, así en general, y una suspicacia ante la historia que son mayores que los del texto de Bryce.

Eso se debe a que en la novela de Bryce la necesidad de construcción de una historia ha desaparecido. Incluso la relación entre unos capítulos y otros parece sólo la consecuencia arbitraria del impulso de relatar y de la inevitabilidad de la linealidad del lenguaje.

¿Eso se debe a que Bryce es "más postmoderno", como, de hecho, se ha afirmado muchas veces? Yo no lo creo; pienso, en cambio, que sí es más episódico.

En un libro de Vargas Llosa más semejante al de Bryce, Travesuras de la niña mala, encontramos, no obstante las semejanzas, la necesidad de una cierta correspondencia entre la historia personal, íntima, y la historia pública, junto a la necesidad de hacer del mundo y de las personas en el mundo el producto de un devenir, es decir, seres cuyo presente está cifrado y dispuesto en su pasado.

Travesuras de la niña mala parece contener todos los requisitos del mood "episódico" de Strawson y, sin embargo, organizarse éticamente a partir de los modos de percepción "narrativos": de hecho, al final de la novela, al cabo de las muchas historias casi independientes que conforman la vida de los protagonistas, uno de ellos recogerá los fragmentos de ambas vidas para transformarlos propiamente en una novela, como si todavía ese gran impulso unificador fuera necesario y perentorio.

PD: No tiene pierde esta entrevista a Strawson en
The Believer.

Imágenes: Galen Strawson (tomado de Conscious Entities); Vendela Vida.

21.4.07

El blog de los milagros

Parece chiste, pero no. Un amigo que buscaba información en internet sobre películas latinoamericanas se encontró con un texto del crítico y cineasta argentino Guillermo Ravaschino sobre la película mexicana El callejón de los milagros.

Al rato, navegando, mi amigo se encontró con un texto de Eloy Jáuregui que contiene párrafos enteros --casi 600 palabras--, idénticos a los del ensayo del crítico platense.

Hay que notar, eso sí, la manera en que los textos de uno son profundamente reelaborados por el otro. Por ejemplo, allí donde Ravaschino escribe:

"por la formidable dirección de actores y por un criterio minucioso que descartó la profusión de cortes, otro rasgo televisivo, en favor de aquellos planos largos en tiempo, cortos en espacio, que tanto ayudan a los buenos intérpretes a traducir las emociones",
Jáuregui escribe:
"por la formidable dirección de actores y por un criterio minucioso que descartó la profusión de cortes, otro rasgo televisivo, en favor de aquellos planos largos en tiempo, cortos en espacio, que tanto ayudan a los buenos intérpretes a traducir las emociones".
Y donde Ravaschino anota:
"De la mano de estas cámaras, Salma Hayek comiendo un clásico burrito en plena calle al mediodía se convierte en un inesperado espectáculo de sensualidad. A diferencia del realismo mágico, que busca seducir con vistas propias de postal turística, El callejón... surca el paisaje de los rostros. No es un film "más grande que la vida", ese viejo malentendido, pero es tan vivo como la vida misma. Por eso se deja ver en un sentido profundo: cuando pasan cosas se las palpita y cuando no, casi se desea que no sucedan, que ese delicioso costumbrismo se limite a transcurrir",
Jáuregui, siempre con ese tono que lo distingue radicalmente de cualquier otro cronista, y que es la envidia de todos quienes lo conocen, escribe lo siguiente:
"De la mano de estas cámaras, Salma Hayek comiendo un clásico burrito en plena calle al mediodía se convierte en un inesperado espectáculo de sensualidad. A diferencia del realismo mágico, que busca seducir con vistas propias de postal turística, “El callejón...” surca el paisaje de los rostros. No es un film "más grande que la vida", ese viejo malentendido, pero es tan vivo como la vida misma. Por eso se deja ver en un sentido profundo: cuando pasan cosas se las palpita y cuando no, casi se desea que no sucedan, que ese delicioso costumbrismo se limite a transcurrir".
En fin. Esto va al file personal de Jáuregui. En su blog, no importa quién escriba los textos, todos aparecen con un encabezado que dice "Por Eloy Jáuregui". Plagios y plagios que van sumándose hasta conformar la copiosa obra del inimitable escritor.

Los especialistas en detección y diagnóstico del plagio de revistas como Caretas y diarios como Correo y La República siguen sin decir esta boca es mía.

En La República, además, han preferido dejar sin publicación una carta mía que señala los plagios anteriores de Jáuregui y reclama por las mentiras que el mencionado plagiario viene diseminando desde su columna en dicho periódico.