22.4.06

La raza cómica

Gracias a una invitación de Luis Millones Figueroa para asistir a una conferencia en Colby College, a una hora de Brunswick, ayer tuve la oportunidad de escuchar unas cuantas charlas de lo más interesantes.

Una de ellas estuvo a cargo del célebre historiador austriaco Friedrich Katz, autor de The Life and Times of Pancho Villa y del clásico Ancient American Civilizations. Otra de las presentaciones fue de la crítica literaria Rolena Adorno, de Yale University, conocida en el Perú debido a sus admirables estudios de la obra de Felipe Guamán Poma (autor que, en gran medida, es canónico entre los latinoamericanistas extranjeros gracias a ella).

Una curiosidad: Katz habló acerca de los muchos intentos hechos por la Alemania nazi para ganarse la amistad (o, mediante amenazas, la colaboración) de México en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.

Y luego, en vista de que tanto en la conferencia de Adorno como en la de otra de las ponentes, la cubana Adriana Méndez Rodenas, se había aludido a la imagen de lo latinoamericano como la percibieron, en los siglos dieciocho y diecinueve, personajes como Prescott, Humboldt, Graham, etc., Katz aprovechó para ligar lo dicho por los demás con su propia exposición sobre nazis y latinoamericanos, y entonces comentó algo interesante y desconocido para mí: que Adolph Hitler había sido un ferviente admirador de los incas (que lo encandilaban por su sistemática capacidad de control y su aparente omnipresencia en la vida privada de los individuos, lo que Hitler habría leído en Prescott).

No sólo eso: en Mein Kampf, aparentemente, Hitler observó que la desgracia de los pueblos latinoamericanos no era atribuible a una deficiencia de sus razas aborígenes, sino a la decadencia que implicó el mestizaje: la mezcla es una idea aborrecible por encima de cualquier otra para un racista típico, porque trastorna sus esquemas, sus jerarquías y la claridad clasificatoria que sustenta a todos los fanatismos.

Por ello mismo, anotó Katz, resulta más chocante que el gran abogado mexicano del mestizaje, José Vasconcelos, autor de ese tomo insoportable titulado La raza cósmica (1925) fuera también un propagandista del nazismo, publicista del mismísimo Hitler en el México de los años treintas... Es chocante pero no es realmente extraño: sociedades de múltiples mestizajes, hibrideces y contactos, como las latinoamericanas, corren el riesgo permanente de esencializar el mestizaje, idealizarlo, glorificarlo, suponer que sólo en cierto mestizaje se esconden los valores apropiados para la nación. Así era Vasconcelos: un racista atípico.

Raza aria, raza blanca, raza cósmica, raza de bronce, raza cobriza: todas son instancias imaginarias, imaginariamente transformadas en panaceas reivindicativas. Que unas sean esencializadas en virtud de su pureza y otras en virtud de su hibridación en poco cambia el error fundamental.

Si tenemos racistas típicos, como Hitler, y atípicos, como Vasconcelos, ¿qué clase de racistas son los etnocaceristas que nos quieren gobernar bajo la etiqueta del nacionalismo? Su "raza cobriza", que alguna vez aludió a los indígenas altiplánicos, a los quechuas y demás etnias andinas, de pronto se ha velado (piel de cordero) y empieza a sonar a una defensa de lo mestizo.

Pero no tanto. La idea, al parecer, es que uno necesita tener al menos un toquecito de indígena para estar en algo... Pero, bueno: no está nada claro. No es racismo del típico ni del atípico: es racismo chicha, racismo informal, dispuesto a hacerse de la vista gorda cuando convenga. Racismo con carrousel: "cobrizo", dicen, y nadie sabe de qué hablan exactamente, pero suena a reivindicación y, por lo tanto, gana votos.

No es un discurso fanático, es, más bien, un chascarrillo peligroso, racismo payasesco (más de lo habitual), una verdadera defensa de la raza cómica. O al menos eso parece cuando uno lo mira desde fuera. Pero, ¿qué pasará por la cabecita de Humala con respecto a esos temas? ¿Habrá algo en lo que crea, además de la posibilidad de llenarse los bolsillos a diestra y siniestra?

Imagen: Hitler inca. Fotomontaje: gfp.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

"Todos los intelectuales peruanos están convencidos de que algo horrible puede pasar con la victoria de Ollanta o de Alan García, en vez de preguntarse por qué más de la mitad de la población está contra la democracia liberal"

Estas declaraciones de nuestro Alfaguara 2006 me dan mucho que pensar.
De dónde habrá sacado Santiago, qué encuesta personal habrá hecho para llegar a la conclusión de que si más de la mitad de los electores votaron por García y Ollanta, ergo están contra de la "democracia "liberal".
Yo hablé con un amigo estadista ayer y me dijo que era simplemente imposible colegir esa conclusión de los resultados de las elecciones del 9 de abril.
¿Alguien tiene una respuesta a esto?

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Cuando, hace un par de semanas, hice notar los errores más obvios de las declaraciones de Roncagliolo después de ganar su premio, me llegaron a decir, incluso, que el chico estaba emocionado y por eso respondía sin pensar. (Vaya "defensa". Juro que jamás he escuchado una justificación así para las palabras de ningún intelectual, escritor o artista en toda mi vida).

Ahora, pasado un mes, creo, si no más, Roncagliolo sigue regando inexactitudes a nivel internacional, en diarios de toda América y España. Ya no se contenta con decir que su novela ha inaugurado la tradición de la lucidez en el Perú, sino que ahora resulta ser él el único "intelectual" peruano capaz de ver la realidad tal como es. Y se inventa, de paso, el dato de que más de la mitad de los peruanos está en contra de lo que él llama la "democracia liberal", con lo que le tiende la camita a Humala, de quien parece ser una suerte de embajador quizás involuntario.

Roncagliolo tiene que asumir una cosa: su premio lo ha convertido en un opinador. Hay centenares de sociólogos, antropólogos, historiadores y politólogos peruanos que podrían opinar con muchísima más propiedad, pero los medios no les van a preguntar a ellos, sino a Roncagliolo. Eso debería bastar para que Roncagliolo se decida a leer un par de libros y repase el periódico con los ojos más abiertos, de modo que deje de desinformar al público, peruano y sobre todo extranjero, acerca de la realidad de nuestro país.

Miguel Rivera dijo...

Acabo de leer en Domingo un artículo sobre grupos de rock peruanos que componen canciones en inglés. Dicen que el inglés suena mejor que el castellano para el rock. ¿Esto es solo una involución o más bien una reacción a Humala & Co.? De cualquier modo, harían bien esas personas en explicar por qué no son capaces de decir lo que quieren decir en castellano, y sí en inglés.
Hay varias posibilidades: el español puede ser para ellos la lengua de uso prosaico, y el inglés les parecería "poético". Raymond Chandler contaba que, como él fue educado en Inglaterra, al volver a Estados Unidos el inglés de América le parecía extraño, y por lo tanto, poético (supongo que había leído a los estructuralistas). Este fue el inicio de su trabajo con el inglés coloquial de Los Angeles.
Otra posibilidad: Dado que lo mejor del rock está grabado en inglés, estas bandas cantan en inglés en un esfuerzo mimético pocas veces visto. Algo así como las jarchas, escritas en mozárabe en medio de textos árabes, porque las decían muchachitas que empleaban el idioma de entrecasa de la península ibérica.
Sin embargo, sospecho que lo más probable es que estos grupos canten en inglés porque sienten que eso los separa de la gran parte de la población que no habla ese idioma, así como del resto del rock hecho en Perú.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Dudo que cantar rock en inglés sea "un esfuerzo mimético pocas veces visto". De hecho, puedo pensar en muchos rockeros buenos, italianos, suecos, islandeses, finlandeses, alemanes, brasileños, franceses, incluyendo a varios de los más comerciales pero también a algunos de los más innovadores, como Bjork, que optan por el inglés para su música. Desconozco si se les acusa de racismo o de alguna otra intención discriminatoria por hacer eso.

Alguna vez un amigo me habló de la simple dificultad de seguir las estructuras de versos breves y frecuentes alternancias de acentos del rock usando el léxico del español, un idioma de palabras mucho más largas que las inglesas en general. Teniendo en cuenta que se hace muchísimo rock en español y otros idiomas, y que, sin embargo, la distancia entre la tradición anglo y las demás es sideral, quizá haya bastante de cierto en eso.

Hace tiempo leí declaraciones de la gente de Dead Can Dance en las que, por una vez en sus vidas, se salían del rollo cuasi místico para explicar por qué componían canciones en un seudo-idioma, y la respuesta que daban era que eso les permitía cualquier melodía que ellos quisieran, en lugar de caer en el conflicto de tener que encuadrar las melodías con los acentos y las métricas de los versos, y viceversa.

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Yo no sé mucho de música, pero he oído similares argumentos entre los fanáticos de la ópera italiana con relación a la ópera alemana. Para los primeros, la segunda "destruye" la ópera porque tiene que adaptarse al idioma alemán. Pero incluso si aceptamos que en efecto la musicalidad de la ópera se transforma al ir del italiano al alemán, eso lo único que quiere decir es que la musicalidad se puede adaptar a un idioma sin especiales dificultades, más bien creando una entidad algo diferente musicalmente.

No veo, en principio, razones para no transformar musicalmente el rock de manera que el idioma no sea un problema. Es más, si entiendo bien lo que hacen esos Dead Can Dance, están transformando precisamente el inglés para tener más libertad musical. ¿Por qué no podría hacerse lo mismo con el español u otros idiomas? Y si lo que se busca son versos breves con grupos fónicos no muy largos, el francés tiene grupos fónicos más pequeños que el inglés, así que esa debería ser la lengua favorita de los roqueros si la razón aludida fuera correcta.

Mi impresión es que la elección del inglés de hace por razones más bien comerciales o porque se quiere ampliar la audiencia de uno. Como están las cosas hoy día, escribir en inglés puede ser una manera de llegar a la audiencia más pudiente del planeta, sin perder mucho de la audiencia nativa.

Fernando Velásquez dijo...

¿Y no se acuerdan de la Orquesta de la Luz? "Salsa caliente del Japón para gozar" cantaban en un español bastante correcto. ¿Por qué no cantaban en japonés? Pues porque la salsa, deben haber pensado estos, se canta en español. Pues sí, aunque también alguna vez escuché salsa en francés y no sonaba del todo mal. Claro que nos choca que un grupo peruano canté en inglés porque lo identificamos con la alienación de querer ser gringo. Pero muchos de los grupos de la primera ola del rock peruano (We All Together, Traffic Sound, Laghonia) cantaban en inglés. Y ese no fue (ni es) un fenómeno solo peruano. ¿Y no escribió Moro la mayor parte de su obra en francés? ¿Y Beckett?

Gustavo Faverón Patriau dijo...

El francés puede tener grupos fónicos más breves, pero no es la lengua original del rock, lo que evidentemente tiene que pesar. Y siempre ha habido en todas partes la doble tradición de grupos que hacen rock en sus lenguas nativas y grupos que lo hacen en inglés: transformar o no transformar los rasgos típicos del género es también una elección. Mira por ejemplo lo que pasa con el soneto, que tiene métricas diferentes en cada lengua, según la acentuación y la longitud más habituales de las frases en cada uno. Pero en el rock pasa una cosa más difícil: si escuchas el rock and roll más clásico, el de los cincuentas, verás que las frases suelen ser de cuatro sílabas o cinco, lo que en español te da espacio, por lo común, para una, dos o tres palabritas, y suele conducir a estrofas de lo más idiotas (algo tendrá que ver eso con que nuestra nueva ola haya sido casi oligofrénica). La cosa es que, en la adaptación, a veces se pierde, justamente, lo que al artista más le atrae del género. Por ejemplo: la concisión extrema del haikú y otras formas poéticas orientales igualmente breves, es más potable en lenguas de palabras cortas. Puedes adaptar eso al español, pero perderás precisamente la concisión extrema que define al género, o te forzarás a una concisión tal que no diga casi nada. En el caso del rock, uno de esos rasgos suele ser el ritmo sincopado y agitado, casi espasmódico, muy difícil de conservar con nuestras largas frases. Se han hecho cosas notables en el rock hispano, pero, curiosamente, no puedo pensar en letristas de esa tradición que tengan el nivel de gente como Leonard Cohen o Bob Dylan, y me pregunto si las restricciones de ritmo y fraseo del género tendrán que ver.

Miguel Rivera dijo...

Tengo entendido que el primer disco de Björk como solista fue grabado cuando ella ya se había mudado a Londres. Sobre Roxette, cito a Wikipedia: According to liner notes written by Gessle on a 1990 re-issue of the album, the group's first English-language release was in response to interest expressed by Capitol Records, an American label affiliated with Gyllene Tider's parent EMI Group. Though Gessle had written one English-language song that appeared on a 1982 album by ex-ABBA singer Frida, it was, in fact, music set to a Dorothy Parker poem. Writing songs in English for Gyllene Tider was an attempt to reach into the lucrative American market.
Supongo que, además, una cosa es cantar en inglés en Europa del norte (donde, tengo entendido, mucha gente habla inglés) y otra cosa hacerlo en Perú.
Los grupos de los que hablan no están precisamente a punto de lanzar sus canciones en algún mercado de habla inglesa, así que parecería un tanto misterioso expresarse en un idioma en el que la mayoría de sus oyentes no los van a entender. Mencionas el hecho de que el inglés permite oraciones más cortas que el castellano. Cierto, pero ninguno de los entrevistados dice eso. Simplemente afirman que el inglés suena mejor. Cuestión de gustos.
Otra cosa: hay letras estupendas en español, como la de Los Dinosaurios, varias de Andrés Calamaro, Julieta Venegas. Claro que la mejor que he escuchado no es de rock: "Pedro Navaja".

Daniel Salas dijo...

"Mortem" el grupo metalero de los hermanos Cerron, incluia versos en quechua y en latin, si no me equivoco. Un caso interesante es el de Uchpa, que interpreta composiciones en quechua y ademas mezcla el blues con los ritmos andinos. Queda muy bien porque el blues se adapta perfectamente al tono triston del huayno.

Tal vez la razon por la cual algunas bandas prefieren el ingles sea meramente comercial. En el mercado internacional, el ingles es comprendido por mucho mas publico.

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Yo creo que la razón bien puede ser comercial. El hecho de que el inglés sea la lengua original del rock ciertamente tiene un importante peso cultural también.

Lo que me parece inapropiado es culpar a la estructura de los idiomas. El ejemplo del soneto (y el de la ópera) muestra como es perfectamente posible adaptar una especia musical o poética a otras lenguas. Hay que tener cuidado con las generalizaciones lingüísticas. El tamaño de las palabras no afecta la concisión. La lengua original del haiku es el japonés, precisamente una lengua con abundancia de palabras largas; hay también una forma de haiku (el llamado kimu) en hebreo, que tampoco se caracteriza por la cortedad de sus palabras. En chino, en cambio, el haiku no es más relevante de lo que es en español, a pesar de que la inmensa mayoría de las palabras son monosilábicas.

Tanque de Casma dijo...

Lo que dice Nando es interesante. Es verdad que algunos géneros se asocian más con un idioma. La salsa y el español es uno de ellos, aunque uno de sus antecedentes, el bubalú (o como se escriba) era un sancochado generalmente cantado en spanglish con un aire de sicodelia tropical. En la música criolla tenemos el vals Todos vuelven, compuesto originalmente en step one. Este ritmo de comienzos del siglo XX (en el que también compuso Pinglo) supongo que era pensado más para el inglés que para el español.
Por cierto, hay un grupo de peruanos descendientes de japoneses que han emigrado a la tierra de sus ancestros y ahora hacen reggeatón en inglés, español y japonés. Todo un palimpsesto moviendo las caderas.
Increible los comentarios que provoca una invitación a una conferencia.

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Sí, aunque interesantes, los comentarios se han ido un poco por la tangente.

Quisiera anotar algo un poco más en línea con el post original, en relación con la ubicuidad del racismo. Quizá habrán oído del movimiento religioso Falun Gong. Está en las noticias estos días porque una militante se coló como periodista en la Casa Blanca y le lanzó unos gritos al presidente chino, que estaba de visita.

Aunque ha recibido la solidaridad internacional, debido sobre todo a la persecución del gobierno chino, el Falun Gong es un movimiento de corte racista, que está explícitamente en contra del matrimonio interracial (creen que cada raza tiene un cielo especial y que los "mestizos" carecen de paraíso). Y como si eso fuera poco, su signo es la esvástica, aunque no en imitación del partido nazi (no son particularmente antisemitas, digamos), sino rescatando un muy antiguo signo religioso, que significa entre otras cosas armonía y paz. Nótese sin embargo que Hitler eligió la esvástica por razones similares, al entender que la armonía consistía en la separación de razas que los antiguos vedas impusieron en la India (y que es el origen del sistema de castas). La esvástica nazi gira hacia la derecha, sin embargo, porque Hitler la tomó de la tradición védica; la del Falun Gong gira hacia la izquierda, porque la han tomado de la tradición budista.

juan carrillo dijo...

holas, sólo para mencionar un dato: uno de los inventors del bugalú fue joe bataan ("gipsy woman"), un afro-filipino del harlem latino que tocaba, entre otros con la harlem river-drive...

Fernando Velásquez dijo...

Todos los intentos de ingeniería racial han resultado ser un fracaso. Paradójicamente, uno de los primeros pueblos en reconocerse diferente del resto fue el judío, que se declara superior al resto de sus vecinos al reivindicarse como elegido por el único dios verdadero. La manera en la que han logrado no solo conservar sus particularidades culturales sino construir uno de los más admirables legados en la historia humana es sorprendente y admirable. Pero como todo legado, el judío es también problemático, aunque por el Holocausto se debe ser muy cuidadoso al discutirlo. Sin embargo, la existencia del estado de Israel añade bastante al problema al ser –entre otras muchas cosas– el último coletazo de una visión colonialista del mundo.