18.9.06

Curiosa censura

Una de esas coincidencias: anteayer sacamos de la biblioteca de la universidad la película Conducta impropia, un documental francés (pero hecho por cubanos) de 1980, cuyo tema central es la censura, el acoso, el encarcelamiento y las torturas sufridas en Cuba, durante los años sesentas y setentas, por ciertas minorías de todo tipo, incluyendo las religiosas, pero, sobre todo, por los homosexuales.

Buena parte del documental se centra en personas comunes, ni famosos ni distinguidos en sus oficios, pero otra larga porción lo componen las declaraciones de testigos y/o víctimas que tuvieron alguna o mucha relevancia en la cultura y la política cubanas de esos tiempos: Reynaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante, Carlos Franqui, y algunos de los protagonistas aparecen más bien en referencias a través de las declaraciones de otros: Virgilio Piñera, notablemente.

¿Y cuál es la casualidad? Aquí viene. Esa misma noche, cuando acabamos de ver el documental, encontré en mi correo electrónico un mensaje del profesor Jorge Camacho, cubano, de University of South Carolina, quien en el último número de la revista Dissidences, de la que yo soy editor, publicó un artículo titulado La virilidad amenazada del apóstol Martí: una polémica propuesta.

El artículo es polémico, sí, pero no escandaloso, ni arbitrario: es una sustentación del hallazgo del tema homosexual en la prosa de Martí, sobre todo en su prosa ensayística, y, más específicamente, la demostración de que la figura humana como ideal andrógino, hecho de particularidades específicas de ambos géneros, era una idea recurrente en la obra del escritor y héroe cubano.

Pues bien: el profesor Camacho recibió mensajes de colegas suyos residentes en Cuba (cuyos nombre evito mencionar para no ocasionar ningún problema), en los que le anunciaban que, aunque la revista se podía consultar online en la isla, no era posible acceder a ese artículo en particular. Más tarde, los colegas especificaron que la censura se había extendido a todo el website de la revista, al que ahora es imposible acceder en Cuba.

Y pensar que yo, al terminar de ver el documental, ingenuamente, había pensado que tal vez, acaso, pasadas varias décadas, la homosexualidad había dejado de ser ofensiva para el régimen de Fidel Castro.

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