El asesinato en New York, a mediados del siglo diecinueve, de una mujer llamada Mary Cecilia Rogers, marcó un hito en la ruta de la novela policiaca, pero bien pudo haber señalado un camino distinto, e incluso pudo haber sido uno de los grandes motores de otras especies narrativas.
Mary Rogers era la dependienta de una tienda de cigarros. Su belleza y su simpatía la habían vuelto una estrella de culto entre la clientela y un personaje célebre en la ciudad. Los hombres le escribían poemas que circulaban de mano en mano. No fue ninguna de ésas la obra literaria que la volvería inmortal.
Cuando Mary Rogers fue asesinada y su cuerpo fue descubierto en el río Hudson, uno de sus antiguos clientes, Edgar Allan Poe, se encargó de transformarla sobre el papel en la desgraciada Marie Roget, en un relato titulado The Mystery of Marie Roget, el segundo de los cuentos de Poe protagonizados por Auguste Dupin (que aquí pueden leer en traducción de Julio Cortázar).
Poe aprovechó la historia real de Rogers para expandir los alcances de su reciente criatura --lo que hoy llamaríamos el cuento de enigma--, volviéndola una curiosa intervención sobre la realidad: Poe anunció a los cuatro vientos que escribiría el relato y que, cuando Dupin proclamara la identidad del culpable, habría que hacerle caso, pues Poe se proponía resolver el crimen real a través de la solución del crimen ficcional.
Eso no ocurrió: Dupin bosquejó varias posibilidades, alguna de ellas considerada posteriormente por la policía (la hipótesis del marinero), pero el impacto del cuento en la solución real del delito fue virtualmente inexistente.
Hubo, sin embargo, una consecuencia distinta: el crimen de Mary Rogers había dejado una huella en la imaginación neoyorquina, huella que Poe hizo legendaria con la aparición de The Mystery of Marie Roget. En ese tiempo, los novelones del francés Eugene Sue (Los misterios de París) habían ya capturado a los norteamericanos por asalto.
Y el producto de esos dos impulsos --la ficción criminal basada en hechos reales y contemporáneos, por un lado; la novela del develamiento social, la ficción que hurgaba en los lados oscuros de la ciudad, por el otro-- acabaron por producir muchas de las primeras novelas de introspección social de Estados Unidos, muchas de las ficciones que inauguraron el naturalismo urbano norteamericano.
Y esas mismas novelas abrieron también la puerta de otra tradición, la de las true crime novels, entre cuyas muchas y muy distintas variantes uno podría colocar desde clásicos de non-fiction, como In Cold Blood de Capote, hasta novelas criminales como The Black Dahlia de James Ellroy.
De alguna manera, todas esas son líneas que parecen nacer en ese cuerpo muerto hallado en el Hudson a mediados del siglo diecinueve: el cuerpo de Mary Rogers.
Curiosamente, entre los clientes de la cigarrera que recordaban con admiración a la bella Mary Rogers, además de Poe, se encontraban también James Fenimore Cooper (el autor de The Last of the Mohicans) y Washington Irving (el creador de Rip Van Winkle y The Alhambra).
Así que, quien sabe, quizá la pobre cigarrera también vive, más escondida, menos evidente, en alguna ficción de alguno de estos otros admiradores suyos.
(Todo esto venía a propósito de algo, aunque no lo parezca: el escritor norteamericano Daniel Stashower, de relativa fama él mismo como autor derectivesco, acaba de publicar un libro acerca del caso de Mary Rogers / Marie Roget y la forma en que Edgar Allan Poe lidió con él en su obra. El libro se llama The Beatiful Cigar Girl: Mary Rogers, Edgar Allan Poe and the Invention of Murder).
(Y para los amantes del cómic, también anda por ahí The Mystery of Mary Rogers, de Rick Geary: la leí hace un año, más o menos; es bastante bueba, aunque no llega al nivel que tuvo Geary en su novelita grafica sobre Jack the Ripper).
Imágenes: Mary Rogers, un folletín de la época y un grabado de prensa que describía el rescate de su cuerpo en el río Hudson.
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2 comentarios:
Sí, se trataba de un cuento tipo documental que leí cuando era un crío en esas edicion españolas encuadernadas que vendían en Scala gigante (por los años 80). Recuerdo los grabados. En uno estaba Drácula jalando con una soga al cuello a una rubia en enaguas hasta la ribera del rio Hudson. Ella era Mary. Esa atracción por el policial, las posibilidades de resolucion y los casos inconclusos que sobrecogen se parece a esa serie gringa de gran audiencia: Misterios sin resolver.
pero si el causante de la muerte de mary rogers no fue el marinero...? entonces quien fue?, tengo entendido que mary murio por causa de un aborto, pero quien fue el que le hizo el aborto? quien es el hombre de tez morena?
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