La olla vacía

Hace unas semanas, como saben, un comentario de Hugo Chávez sobre Noam Chomsky catapultó cierto libro del lingüista americano hasta el primer puesto de ventas online en Estados Unidos.

Tengo la lamentable impresión de que, no importa cuántos miles de personas hayan acudido a escuchar a Noam Chomsky en su visita a Lima (visita que, según me dicen, termina un poco antes de lo planeado, debido a un problema familiar del invitado), el aumento del número de libros de Chomsky vendidos en librerías limeñas debe de haber sido minúsculo.

De hecho, al menos hasta anteayer, salvo por El Virrey, la visita de Chomsky parecía un hecho inexistente a juzgar por los mostradores de las librerías de la capital. Es lamentable, pero para la inmensa mayoría de los peruanos, y hablo de los peruanos con acceso a librerías, el fetiche por los intelectuales hace tiempo que dejó de traducirseen apego a la lectura.

Pregunta suelta: ¿cuántos de los líderes nacionalistas que ahora reclaman a Chomsky como suyo por sus "coincidencias intelectuales" con Ollanta Humala (¿¡!?) habrán leído algo del trabajo de Chomsky? ¿Cuántos de ellos sabían hace un mes que Chomsky existía?