29.11.06

Violencia y literatura

Les quiero recordar que mañana jueves y el próximo miércoles se llevarán a cabo las dos mesas redondas sobre literatura y violencia política organizadas por la editorial Matalamanga, la Universidad Católica y la Universidad de San Marcos para desarrollar la discusión iniciada con la publicación de la antología Toda la sangre.

Pueden ver información sobre las mesas redondas en este boletín informativo del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Católica, coorganizador del encuentro de mañana, jueves, a las 6:30 pm, en el Centro Cultural de la PUC.

A propósito del tema, Gabriel Ruiz Ortega me hizo una entrevista hace varias semanas, en Lima. Ahora el texto ha aparecido en el sitio web del diario español Siglo XXI, así como en los blogs del escritor Max Palacios y el editor Harold Alva.

Imagen tomada de Yuyanapaq y procedente del archivo de Caretas.

1 comentario:

Karina Pacheco dijo...

Gracias por la información sobre la mesa "Violencia y literatura... 1980-2000". Fue muy interesante y la próxima sesión proyecta serlo también, en particular por la inclusión de Carlos Iván Degregori en el programa. Una cuestión a reiterar es que la representación de la violencia (política, social) en la literatura peruana no es una figura que sólo se ha dado alrededor de los 20 años de guerra sucia enmarcados entre 1980 y 2000, sino que parece más bien una marca característica y de larga data de la literatura peruana. Matanzas, abuso de poder, desprecio interétnico aunado a golpes, violaciones, torturas, linchamientos e insultos son ejes que aparecen desde los primeros capítulos en obras como "Aves Sin Nido", "El Padre Horán", en los relatos de "Tempestad en los Andes" de Valcárel, y tantas otras obras clave de narradores como López Albújar, Ciro Alegría, Arguedas, Scorza, Vargas Llosa o el mismo "Paco Yunque" de Vallejo. Una antigua, diversa y amplia literatura de la violencia que más que reflejar las representaciones de la violencia a través de la narrativa de ficción quizás pone el dedo en la pus: la literatura pruana como reflejo de una violencia soterrada, cotidiana, y a veces explosivamente manifiesta que sigue caracterizando los enormes e históricos desencuentros entre los peruanos. Si algún día la buena narrativa de la violencia reduce su espacio en la creación literaria peruana ojalá no sea por un simple cambio de tendencia o boga, sino porque se ha producido un cambio a mejor en nuestra sociedad.

Karina Pacheco Medrano

PD: Gracias también por la antología "Toda la sangre", es magnífica, si bien aún me quedan dos cuentos por leer. Desde ninguna perspectiva entiendo la crítica por haber incluido el de Pérez Huarancca. Creo que ese cuento es el mejor prefacio para 'toda la sangre' que viene después.