10.5.07

¿Qué tiene él que no tenga yo?

El despecho de El Tiempo ante el desplante de Fernando Vallejo

Ya pasaron algunos días desde que el novelista ex colombiano Fernando Vallejo publicara una carta pública de renuncia a su nacionalidad y se convirtiera no solo en flamante mexicano, sino además en un enemigo mortal de muchos en Colombia.

La carta fue durísima, dramática y destemplada. Las reacciones han ido desde el alarido indignado hasta la olímpica indiferencia, pero la mayor parte han sido muestras de chauvinismo entre dientes: es explicable la molestia de muchos colombianos, pero en algunos casos el intento de no hacer visible el disgusto ha llevado a ciertas personas a decir cosas francamente absurdas.

La más divertida que he visto está en un texto titulado El ex colombiano Vallejo. Me la hace notar mi amigo Fernando Aguirre, quien la encontró en la página editorial del diario colombiano El Tiempo. El momento culminante sobreviene cuando al editorialista de El Tiempo le entra la pataleta debido a que Valllejo ha decidido no sólo renunciar a su nacionalidad colombiana sino, en el colmo de la afrenta, preferir la mexicana. Entonces la editorial de El Tiempo se vuelve, insospechadamente, una diatriba contra México:
"Pero en lo que más se equivoca es en repudiar a Colombia por violenta y corrupta, para acogerse al escudo mexicano. México es un país extraordinario, pero su historia y su presente son, lamentablemente, aún más violentos y corruptos que los nuestros. En cuanto a su amor por los animales, le espera una desvelada labor en su nueva patria, pues, aparte de profesar México pasión por las riñas de gallos y las corridas de toros, son tristemente célebres sus sangrientas peleas de perros".
Casi literalmente le dicen a Vallejo: te fuiste con uno peor que yo; saliste de Guatemala (en este caso Colombia) y caíste en Guatepeor (en este caso México).

Lo gracioso es que unas líneas antes la editorial anuncia que sería absurdo reclamarle nada a Vallejo por motivos nacionalistas. Lo que parecen no notar los editorialistas de El Tiempo es que el nacionalismo actúa siempre en un doble movimiento que supone la afirmación de lo propio pero también el desmedro e incluso el desprecio de lo ajeno. Fíjense cuán mecánico es el asunto: Vallejo opta por ser mexicano y de inmediato salta un resorte en el alma de los periodistas colombianos y algo los lleva a terminar denostando ya no sólo a Vallejo sino a todos sus flamantes compatriotas.

Enlaces

~ Un comentario de Martín Tanaka sobre la carta de Vallejo.
~ La noticia en Radio Caracol.

Imagen tomada de la revista Semana.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé qué tanta algazara y bullicio porque alguien prefiere una nacionalidad a otra. ¿No se supone que tenemos derecho a una nacionalidad y eso incluye el derecho a escoger una y, por lo tanto, renegar de otra? ¿No tenemos la libertad de exponer los motivos por los cuales preferimos un color y no otro? Pero claro, con argumentos como los de Tanaka seguiremos en una esquina llena de moralina e hipocresía. A mí me parece que, por destemplado que haya sido o pueda parecer, el señor Vallejo ha tenido un gesto sincero y de gran honestidad, eso, me huele, es lo que incomoda a Tanaka, tan correcto políticamente.

Anónimo dijo...

El comentario de El Tiempo no me pareció divertido. Que un "mexicano" (antiguo o flamante, que importa) te diga "imbécil" sólo por ser colombiano es sumamente injusto (de qué otra manera puede interpretarse eso de "país imbécil"?)Más bien, creo que el comentario está en la misma línea del comentario de Martin Tanaka que linkeas: claro que cada quien tiene derecho a hacer lo que quiera con respecto a su nacionalidad, pero así como adoptas una nueva por cuestiones afectivas o de identificacion, hay otras personas que la mantienen exactamente por lo mismo. Y para relativizar los argumentos, si se los puede llamar así, de Vallejo, el comentarista simplemente hace una comparación entre la violencia de México y Colombia, que seguramente tiene el mismo tono de "humor negro" que Semana dice tienen las palabras del escritor.

En el balance me quedo con el comentario que colocó Silvio Rendón en el blog de Tanaka: cuánto amor por Colombia rezuman las palabras de Vallejo, para mi gusto tanto que terminó ofuscado y haciendo, éste sí, una pataleta.

Saludos

Luis.

Anónimo dijo...

Raúl Porras dijo hace muchos años que el Perú era la madrastra de sus hijos. Es decir, no una de sus instituciones, no su burocracia, sino todo el país, el Perú. Nadie se ha rasgado las vestiduras por este asunto. Por otro lado, no se olviden de que Vallejo, por más epítetos que le endilgue a su ex Colombia, tiene una obra cuyo centro es precisamente el país que tanto dice odiar.

Anónimo dijo...

QUINTA COLUMNA

La 'traición' de Vallejo

Óscar Collazos. Columnista de EL TIEMPO.

Un moralista que apenas rompió un vínculo burocrático.


A las cinco de la tarde del martes, 1.200 lectores de EL TIEMPO -"patriotas" en su mayoría- seguían lanzándole al autor de El desbarrancadero toda clase de improperios. Se acababa de conocer en los medios la carta en la que Fernando Vallejo renunciaba a la nacionalidad colombiana.


Aunque unos pocos trataban de comprender la decisión de un escritor que nunca encontró motivos para hacer profesión de fe patriótica, la mayoría parecía bailar imaginariamente sobre los restos mortales de Vallejo. A medida que leía esos mensajes implacables, recordaba nuestra historia reciente. ¿No eran acaso 'patriotas' los 'extraditables', que decían preferir una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos? ¿No fueron patriotas los 'pájaros' y 'chulavitas' de la Violencia bipartidista? ¿No acabarán siendo 'patriotas' los ejércitos privados y los 'ejércitos del pueblo' que en los últimos 20 años llenaron de fosas comunes el territorio nacional?


Si la 'nacionalidad' no es más que el vínculo jurídico entre una persona y un Estado, la renuncia de Vallejo rompió apenas un vínculo burocrático y un trámite de fronteras. Dudo de que pueda romper con su memoria cultural. Esta lo vincula para siempre a la fatalidad de ser colombiano y a la tradición de Vargas Vila, Barba Jacob y Fernando González.


El gesto de Vallejo no es inferior ni superior al de quienes creen que toda nacionalidad es azarosa. En este preciso momento debe de haber miles de colombianos dispuestos a renunciar a su nacionalidad si les ofrecen un futuro más digno, duradero y justo. Como esto es motivo de vergüenza y prueba de uno de los fracasos de la patria, mejor no convertirlo en escándalo 'patriótico'.


Lo anterior conduciría a la mención de millones de colombianos expulsados hacia las periferias de su propia patria, a las miserables razones de quienes, puestos a elegir entre la patria y un colosal negocio multinacional, pierden el pasaporte y trampean con las obligaciones fiscales.


La literatura de Vallejo es la obra de un moralista. Sé que va a ser difícil convencer a los lectores de esta columna de que el carácter moralista de esa obra está precisamente en el hecho de resaltar hasta sus extremos más patéticos las peores y más atroces realidades de "la patria". El carácter moralista de esa obra se encuentra en el fatigoso empeño de preferir el grito al silencio, la diatriba al acuerdo mentiroso, la impaciencia que increpa a la resignación que envilece.


Si no se comprende la decisión del escritor desde la perspectiva de un hombre sincero y desesperado, se caerá en la tentación de calificarlo de "traidor". Vallejo es un moralista cuya obra responde de manera airada a la tradición regional de la usura y la hipocresía moral, a las variantes pervertidas del éxito y la fortuna a cualquier precio, del "levante plata, mijo, levántela como sea". Responde a esto y también a la tradición universal de la desobediencia.


Óscar Collazos

Anónimo dijo...

el tio ha vivido mas de treinta años en mexico y su obra literaria esta ambientada en colombia que es la patria original de este escritor. para mi sigue siendo colombiano, es mas colombiano que muchos de sus compatriotas y por cierto mejicano, o no se pueden ser las dos cosas al mismo tiempo? la carta de vallejo, en todo su odio a colombia destila un profundo amor por colombia, aunq esto suene o se lea contradictorio. otra cosa es resaltar la estupidez del periodista del diario el tiempo...

de vallejo solo he leido la virgen de los sicarios, me dicen que tiene novelas mejores y ya tendre oportunidad de leerlas. esa novela la compre en una libreria medio informal que habia hacia el final de la avenida larco (en el lado derecho si vamos mirando al mar) y ambientada en un estrecho garage de uno de los inmuebles que da a la avenida. Aun debe estar ahi, pero recuerdo que vendian libros de literatura nuevos y bastante mas baratos que en otras librerias "de cadena" como el crisol, la casa verde o el virrey (de lejos esta ultima la mejor de todas)
la virgen de los sicario es como una novela de esas lumpen que trata entre otros temas como el de la violencia, el narcotrafico, la degradacion humana, y la muerte; de la relacion amorosa entre un viejo y un chiquillo menor de edad que ademas de cepillarse al viejo, es un niño sicario que para asesinando gente por billete y q ademas, tiene una especial devocion catolica por la virgen (como una version paisa o antioqueña de nuestra sarita colonia). no se si la novela es de lectura obligatoria, ni la calidad literaria que pueda tener, si les puedo decir que esta escrita en un lenguaje bastante fluido y original por la jerga regional q utiliza. a mi me impacto por la capacidad q tiene este escritor para pintar a traves de la palabra las dimensiones de lo sordido y misero que puede llegar a ser el ser humano.
a continuacion un breve background familiar del escritor (tomado de wikipedia en español):

"Hijo legítimo del ex senador de la república, ex ministro de desarrollo, ex miembro de la constituyente de Colombia, ex presidente del Directorio Conservador de Antioquia, ex secretario de gobierno, director del periódico El Poder y abogado conservador Aníbal Vallejo Álvarez."

...como q el hijo decidio vivir en las antipodas del padre.

y yo para terminar solo les digo q mi abuela hubiera comentado: pobre padre si aun viviece, que verguenza de hijo...

slds.

advertencia: cuando me lean, favor de leerme sin creerse necesariamente en lo q escribo; la rigurosidad y las afirmaciones vertidas en este blog y en otros, no necesariamente tienen q estar a la altura de sus lectores.

Miguel Rivera dijo...

"Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes".
El jardín de senderos que se bifurcan

Max Palacios (Lima, Perú) dijo...

Hola Gustavo:

Nuevamente recurro a tu blog para opinar sobre esta controversial noticia y me animo a ensayar las siguientes ideas:

1. Fernando Vallejo es uno de los escritores latinoamericanos más honestos y consecuentes de las últimas décadas, cuyas "virtudes", si se les quiere llamar así, han conducido su vida y ha trasladado a sus libros (Recordemos la donación del Premio Rómulo gallegos para los perros callejeros de Caracas).

2. Si Vallejo ha decidido renunciar a su originaria nacionalidad colombiana, sus buenas razones personales tendrá (las cuales las pueden leer en la carta aparecida en el enlace que posteas); al fin y al cabo, la nacionalidad es una cuestión tan azarosa como la pertenencia a determinada familia. A nadie le piden permiso para nacer en determinada familia, asi como a nadie le preguntan qué nacionalidad quiere adquirir al momento de venir a este "valle de lágrimas".

3. Apelar al hecho de que México es una país más corrupto y violento que Colombia y que Vallejo ha cambiado Guate"mala" por Gaute"peor", como lo afirma el columnista de El Tiempo, es una perfecta tontería. En todos los lugares del mundo de cuecen habas. Vallejo considera que Colombia "castró" sus aspiraciones artísticas y cinematográficas y en México encontro siempre el apoyo que necesitaba.

4. En último termino, reclamarle a un escritor como Vallejo ingenuos chauvinismos y nacionalismos es como "pedirle peras al olmo". Habría que acercarse un poco a la obra del autor colombiano para darnos cuenta de este hecho. Lo que ha hecho Vallejo es producto de su entera libertad y albedrío, la expresión absoluta de un hombre libre y consecuentes de sus actos.

Anónimo dijo...

Odio al estado por amor a una nación atropellada.

Esta es mi lectura de la carta del escritor dirigida a Colombia, con la que concuerdo y me parece que está en todo su derecho de expresarla. Obvio que también entiendo a los estrechoz intelectuales del Perú, Colombia y otras latitudes. Supongo que saltaron a opinar con la misma facilidad que un canguro, porque semejante valentía para poner en claro sus ideas, y no caer en chauvinismo que entorpece, es inusual en ellos.

Gracias por recomendarnos la lectura de una carta tan sincera.

R.V.

Óscar Ávila dijo...

Parece inevitable que cuando se acaban los argumentos se fortalecen los nacionalismos. Vaya cosa. Saludos.