5.6.07

Conrad y otros dobleces del canon polaco

"I am a Pole": acerca de un ministro chauvinista y un escritor multinacional

El nombre de Roman Giertych se volvió de pronto, esta semana, uno de los más comentados en el mundo literario: Giertych es el ministro de Educación polaco que propuso eliminar de los programas escolares de su país las lecturas de escritores como Franz Kafka, Fiódor Dostoiesvski y Johann Wolfgang Goethe.

Gracias a dios y a Jaroslaw Kaczynski, primer ministro de Polonia, parece que la iniciativa de Giertych, conocido por sus exabruptos homofóbicos y sus arrances de patrioterismo ultranacionalista, no se pondrá en marcha.

Por supuesto, a muchos el espectáculo chauvinista de Giertych nos ha servido para confirmar que, en países como Polonia, herederos de una intrincada historia de ocupaciones, anexiones, rediseños fronterizos, alianzas militares, migraciones masivas y exterminios étnicos, la alineación del canon literario no es asunto sencillo, y que el conservadurismo nacionalista sigue luchando por purgar de él a cualquiera que pueda ser juzgado un desertor, un disidente o un diferente.

En efecto, esa era la dirección que Giertych quería dar a su modificación de los programas literarios escolares: proponía colocar en el centro canónico a un autor como Henryk Sienkiewicz --el Nobel autor de Quo Vadis, escritor de lengua polaca, buena parte de cuya obra está alimentada de un incesante espíritu antigermano-- y eliminar de él no sólo al ruso Dostoievski, el alemán Goethe y el judío austro-húngaro Kafka, sino también a los polacos Stanislaw Witkiewicz, Witold Gombrowicz y Joseph Conrad.

En el caso de Witkievicz (o Witkacy, como firmó desde cierto momento en su vida), presumo que la razón es la defensa cerrada del consumo de drogas que está presente en casi toda la obra del novelista, dramaturgo, filósofo y artista plástico polaco. En el caso de Gombrowicz, la censura debe estar vinculada con el exilio de décadas que el autor de Ferdydurke pasó en Argentina, Alemania, Francia y otros países, y con el hecho de que casi toda su obra haya sido publicada primero en el extranjero (incluso las ediciones en polaco, que aparecieron en Francia).

En el caso de Conrad, el rechazo de los nacionalistas está evidentemente relacionado con su abandono del polaco como lengua literaria, es decir, con el hecho, mencionado varias veces en este blog en días recientes, de que Conrad haya sido, para cualquier efecto práctico, un escritor inglés, por circunstancia pero también por elección (aunque él decía que el inglés, como lengua literaria, no había sido una asunción optativa, sino una respuesta natural a su necesidad de expresión).

Justamente, fue hablando de eso que algún comentarista en el blog se preguntó hace unos días si en Polonia habría un debate en torno a la nacionalidad de Conrad, o de la obra de Conrad, y si su inclusión en los programas escolares polacos estaría determinada por su origen o simplemente por su rol canónico a nivel europeo.

Intuyo, a juzgar por los nombres mencionados, que el programa literario polaco que Giertych ha puesto en discusión está determinado por la zigzagueante historia política de su país: escritores polacos y también rusos, alemanes, checos judíos, ucranianos, polacos locales y polacos del exilio: son los ríos madre de la nacion polaca moderna.

Navegando internet, en busca de datos sobre el tema, me he encontrado con algunos textos que pueden resultar de interés: investigaciones y debates sobre referencias culturales, históricas y literarias de la tradición polaca en la obra de Conrad; y asimismo sobre la relación de Conrad con las lenguas que hablaba y escribía --el francés era, curiosamente, según parece, un idioma que dominaba con más naturalidad que el inglés y más agudeza que el polaco.

A mí me llama la atención, de modo particular, un párrafo de Conrad citado en uno de los ensayos que les acabo de enlazar --el de Alicia Pousada sobre el multilingüismo del autor de Heart of Darkness--. Me resulta interesante porque en él Conrad parece dibujar con precisión la distancia que hay entre la adopción de una lengua como medio de expresión creativo y el sentimiento de pertenencia de un individuo a cierta comunidad nacional. El párrafo explica la elección del seudónimo Joseph Conrad como una defensa del apellido polaco
(Conrad se llamaba originalmente Teodor Józef Konrad Korzeniowski), la adopción del inglés como un recurso artístico del escitor y la pertenencia polaca y ucraniana como necesidades del hombre:
"It is widely known that I am a Pole and that Józef Konrad are my two Christian names, the latter being used by me as a surname so that foreign mouths should not distort my real surname‑‑a distortion which I cannot stand. It does not seem to me that I have been unfaithful to my country by having proved to the English that a gentleman from the Ukraine can be as good a sailor as they and has something to tell them in their own language. I consider such recognition as I have won from this particular point of view and offer it in silent homage where it is due".
Fotomontaje gfp, a partir de esta fotografía.

12 comentarios:

LuchinG dijo...

"I consider such recognition as I have won from this particular point of view and offer it in silent homage where it is due".

Would you be so kind to translate this phrase? It's meaning scapes from my limited knowledge of the English Languaje.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

"Es desde este punto de vista que considero el reconocimiento que he ganado, y así es como lo ofrezco en silencioso homenaje donde es debido".

Es cierto que es una frase menos transparente que el resto del texto, pero básicamente quiere decir que, para Conrad, ser reconocido como un gran escritor en Inglaterra, y en la lengua inglesa, y acaso como un maestro de ese idioma por encima de escritores británicos, es un triunfo que él le quiere ofrecer a sus connacionales polacos y ucranianos.

LuchinG dijo...

Gracias por la traducción al castellano y la retraducción del castellano al castellano, "a donde es debido" podía haber significado Inglaterra.

Anónimo dijo...

estimado crítico de la revista Quimera, veo que se ha quedado usted con el otro capo de la mafia como único interlocutor. Que estimulante.

Vicente

Anónimo dijo...

Gombrowicz era un homosexual abierto y no sería extraño que eso también haya pesado en la propuesta del ministro, que parece un declarado enemigo de los homosexuales.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Esteban: ese comentario sobre Gombrowicz es exactamente el mismo que me hacía Peter Elmore por email esta mañana: es cierto, es una razón probable.

Anónimo dijo...

como debemos considerar entonces la situación de los escritores bilingues peruanos, los aymaras y los quechuas, aquellos que nacieron en un medio donde se hablaba un idioma distinto al castellano y tuvieron que asumir otra lengua para escribir, hay novelas escritas en una lengua intermedia entre el quechua y el castellano, y no olvidemos que Arguedas fue acusado cuando publicó su primer libro de haber caído en un híbrido en término de lenguaje. si no recuerdo mal él mismo señaló esa deficiencia en su primer libro. pero ?era una deficiencia?

Gustavo Faverón Patriau dijo...

"Hay novelas escritas en una lengua intermedia entre el quechua y el castellano"

Pues creo que la discusión tendría más sentido si mencionas cuáles son esas novelas y cuál es su estatus lingüístico.

Anónimo dijo...

Creo que la pregunta del anónimo deja ver cuál es la manera en que el canon va adueñándose de lo que en un momento le parece ajeno. Si Arguedas era muy heterogéneo en su tiempo y ahora es el narrador más votado de la encuesta de Hueso Húmero, eso implica un cambio saludable en la estructura del canon. ¿O no?

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

A mí también me gustaría saber sobre esas "novelas escritas en una lengua intermedia entre el quechua y el castellano". Y si hay manuscritos o publicaciones agradecería mucho los textos o las referencias.

Anónimo dijo...

Asu! lengua intermedia entre el quechua y el castellano.

Seguro es una novela de ciencia ficcion

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

No es ciencia ficción que haya "una lengua intermedia entre el quechua y el castellano", si por eso se entiende, por ejemplo, el español que usan los hablantes nativos de quechua. Es un hecho universalmente confirmado que en situaciones de lenguas en contacto surgen variedades que uno pudiera llamar "intermedias" (lo que a veces se refleja en los nombres que adoptan informalmente: spanglish, quechuañol, franglais, hinglish, chinglish, entre otros). Menos común es encontrar literatura en esas variedades (pero sí existe). No sabía de ninguna novela en "una lengua intermedia entre el quechua y el castellano", pero me encantaría saber al respecto, si es verdad.