4.10.07

La corona de Amis

Terry Eagleton y Martin Amis

Mi amigo y futuro socio ciberespacial (ad honorem, claro), el novelista Iván Thays, que tiene con los críticos y con la crítica una relación más tortuosa que el serpentín de Pasamayo, publicó hace unos días, en su blog Moleskine Literario, fragmentos de un artículo aparecido en el diario londinense The Independent en el que, a su vez, se resumía un entredicho sucitado entre el narrador inglés Martin Amis y su compatriota el crítico literario Terry Eagleton.

En su post, Iván hace notar que Eagleton "mira por encima del hombro a los escritores ingleses contemporáneos, que le parecen poco comprometidos o peor aún, ideológicamente incorrectos". Y da la impresión, por ello, de pensar que si Eagleton ataca a Amis lo hace como parte de una inclinación suya a maltratar a sus contemporáneos no marxistas.

Me llamó la atención ese comentario porque Terry Eagleton no es ni ha sido jamás un abogado de la figura del "escritor comprometido", y mucho menos todavía alguien que se cuide de respetar la lógica de la llamada corrección política.Y mucho menos un sectario.

Difícil imaginar que un crítico que ha dedicado, como Eagleton, una gran porción de su obra, libros enteros, a estudiar a Chaucer, Richardson, Shakespeare, Austen y las hermanas Brontë, y que ha señalado a contemporáneos británicos suyos como Colm Tóibín entre los grandes autores del siglo veinte, pueda ser etiquetado como alguien a quien sólo le gustan las novelas comprometidas, revolucionarias y marxistas (y eso, siempre y cuando sean traducidas de otras lenguas).

Que alguien crea en el análisis marxista como método crítico y en el marxismo en general como teoría política, no quiere decir que esa persona crea que los narradores deban ser marxistas ni mucho menos que deban escribir en función de esa identidad ideológica. De hecho, para entender con precisión eso, pocos libros son tan ilustrativos como Criticism and Ideology (1976), Marxism and Literary Criticism (1976) y Ideology (1991), todos ellos del mismo Eagleton.

¿Qué es, entonces, lo que criticaba Eagleton en Amis? En el prólogo a una nueva edición de Ideology, Eagleton arremete contra Amis concentrándose en las declaraciones públicas del novelista y en el contenido de un artículo suyo publicado el año pasado, en tres partes, por The Guardian: "The Age of Horrorism".

En ese artículo y en sus declaraciones, Amis ha justificado y avalado buena parte de la política de Bush y Blair en relación con la llamada "guerra contra el terror" (critica por principio las torturas, pero también dice que el gobierno de Bush, al cometerlas, es "menos hipócrita" que el gobierno inglés), y exige que muchos aspectos de ella se radicalicen.

Eagleton alerta sobre las consecuencias de ese tipo de pedido: que se acose y persiga constantemente a quienes parezcan provenir del Medio Oriente o ser pakistaníes, que se les investigue, que se les deporte si llegan a ser sospechosos (no culpables, sino sospechosos), etc.

(No es necesario decir que todo eso es una nueva forma de instrumentalización del famoso racial profiling, aplicado ahora a naciones y zonas enteras del planeta: una de las herramientas más engañosas y peligrosas del racismo, porque tal parece que muchos que no se consideran racistas no ven nada malo en la implementación de ese mecanismo).

Supongo que varios de nosotros, incluyendo acaso a Iván, estaremos de acuerdo en que Amis ha terminado por caer en la trampa del fanatismo, es decir, en esa especie de trampa refleja que el fanatismo le tiende a sus enemigos: ha empezado él también a creer que todo en el mundo es blanco o negro (muy peligroso: eso es lo que convierte los escenarios del terror en escenarios de guerra sucia: eso es exactamente lo que pasó en el Perú cuando el Estado comenzó a pensar, como los senderistas, que todo aquel que no estuviera de su lado era un enemigo).

Ahora bien: ¿qué tiene que ver el supuesto menosprecio de Eagleton hacia los novelistas ingleses de su tiempo con la crítica que hace sobre el artículo de Amis? Yo creo que poco o nada. Si lo trasladamos al caso peruano: que Vargas Llosa sea un gran novelista no quiere decir que todos tengamos que ver el mundo como él, o que no tengamos derecho a criticarlo cuando pega un resbalón. Si yo critico el "Informe sobre Uchuraccay", no estoy diciendo que La guerra del fin del mundo sea mala literatura.

Es que ser un buen novelista no le da a nadie derecho a reclamar la corona de la infalibilidad, ni la de la inmunidad, ni dentro ni fuera de la literatura. Y no hay que olvidar que los críticos también tienen derecho a decir lo que quieran. Incluso tienen derecho a criticar.

Más sobre el tema: blog de The Guardian.

Fotomontaje gfp.

5 comentarios:

Ivan Thays dijo...

Genial esta frase: "no hay que olvidar que los críticos también tienen derecho a decir lo que quieran. Incluso tienen derecho a criticar."

Y muy bueno el comentario

Saludos

IVAN

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Lo que me llama más la atención, y no llegué a mencionarlo, es el escándalo académico: Amis e Eagleton son profesores de la Universidad de Manchester (Eagleton desde hace mucho y Amis desde hace apenas unos meses). Para mí que el asunto va a terminar con muertos y heridos.

Anónimo dijo...

Oigan amigos, ¿por qué no hacemos una encuesta sobre las trs ultimas antologias narrativas peruanas? Creo que han sido muy injustos con Nacidos para Perder y las demas. Disidentes tiene la proteccion divina de Cueto. Entonces hagamos una encuesta ¿Que opinan?
LCL

Anónimo dijo...

La verdad es que mi lectura del debate es muy distinta a la que usted propone. No creo que Amis sea una especie de vocero de la propaganda norteamericana. Creo que hay que poner las cosas en su justo nivel. Es verdad que Amis puede tener una postura que para algunos puede considerarse algo eurocéntrica, pero de ahí a pensar que es un seguidor de los errores cometidos Irak es un gran equívoco. Y el tema en la discusión de Eagleton y Amis es precisamente los matices. Eagleton se apresuró indebidamente en sus opiniones hacia Amis. Cometió un error profundo en citar fuera de contexto y atribuyendo cosas que Amis no dijo. En eso se equivocó, se le pasó la mano, y mostró que tiene un deseo en dar una imagen del escritor distinta a la que tiene. Concuerdo con usted que Eagleton no es un Sartre, pero tampoco es Wilde Quienes lo han leído saben que práctica muy a menudo el sarcasmo mal intencionado, la descalificación gratuita y en ciertos momentos el simplismo.

Saludos

Anónimo dijo...

Excuseme señor anónimo, dijo usted "errores cometidos en Irak"? Lo dijo? Se refiere a los "errores" cometidos en la carcel de Abu-Ghraib o al número de "errores" que suma la lista de civiles muertos en Bagdad cada día?