Una recomendación a los amantes del policial
Dada la índole del género que los apasiona, los seguidores de la novela policial tienen un trabajo cada vez más difícil: con cada lectura se vuelven más suspicaces, más atentos, más difíciles de sorprender y menos inocentes ante las trampas y los escondrijos de la ficción. Por eso, cuando encuentro una novela del género que tenga una dimensión adicional que ofrecer, una perspectiva diferente, no puedo evitar las ganas de recomendarla.
Y en este caso, no se trata de una novedad editorial, sino de un libro escrito hace más de ochenta años: El maestro del juicio final, de Leo Perutz (1885-1957), autor judío de Praga, matemático de profesión, miembro de una familia de origen español, y que escribió toda su obra en alemán. Perutz estuvo entre los judíos afortunados que, viviendo en Viena, pudieron migrar a Palestina en 1938, en los días de la anexión de Austria a Alemania, y debido a ello pudo salvar la vida.
En El maestro del juicio final confluyen muchas vertientes genéricas distintas: es un policial, sí, pero uno de estirpe fantástica, metafísica incluso (la metafísica, después de todo, decían los habitantes de Tlön, es una rama de la literatura fantástica). Es también una novela de horror (el célebre escritor americano de ciencia ficción Karl Edward Wagner la citaba como una de las mejores trece novelas de horror no sobrenatural de cualquier época). Y además es una ficción autorrefleja, es decir, una que se vuelve sobre sí misma para cuestionar el estatus de veracidad y verosimilitud de su propia trama.
Como en "El sur" de Borges, o en "La noche boca arriba" de Cortázar, en El maestro del juicio final se cuestiona la frontera entre vigilia y sueño, entre realidad y ficción, y se empuja al lector a reformular continuamente su manera de entender las muchas bifurcaciones argumentales, hasta convertir la novela en una fuente inagotable de hipótesis no sólo referidas a la solución del enigma, sino a muchos temas paralelos: la naturaleza de la creación artística, el estigma de la culpa y la represión de la conciencia, etc.
(La traducción española de esta novela es de Jordi Ibáñez, y fue publicada por primera vez en 1988, por Tusquets).
22.8.08
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6 comentarios:
El maestro del Juicio Final
Voy a buscarlo. Justo he estado leyendo en ediciones de Tusquets de 1988 a otro germano parlante que coqueteaba con el policial, Friedrich Dürrenmatt. Parece que la editorial tenía buena mano para ese tipo de autores por esa época. ¿Has leído "El juez y su verdugo"? No será un policial clásico, pero plantea una reflexión interesante sobre el bien y el mal.
Un abrazo
Hola, Gustavo
Perutz es también autor de El marqués de Bolibar, a la que Borges calificó de "perfecto ejemplo de novela fantástica en estado puro". Editada en Tusquets.
ACRÓSTICO DEL ADMIRADOR LEJANO.
Doquiera que estés, o que estoica ya no figures
Olvidos no serán para ti hasta que todas las impresiones sean nada
Recuerdo tu presencia de porcelana notable por el jirón Camaná
Inolvidable Doris Gibson, impresionante fémina
Silencio, el silencio ha venido para tu oriflama vital.
Guardo el recuerdo indeleble de cuando te crucé, de adolescente
Insigne ondeo de belleza y elegancia en el andar
Buena, qué buena, pensó mi picardía joven y admiradora
Sin autocensuras, abierto a la vida, esa que ahora ya no está para ti
Ondeante, impresionante diosa sinfónica
No hay medio de olvidar tu porte femenino.
Estimado Faverón. Es posible poder utilizar tu ventana para dar a conocer la estafa de una editorial independiente ella es "Editorial" Zignos que aceptó publicar mi poemario infantil, pero después de cumplir con los pagos me doy cuenta que han sido mutilados mis textos y faltas de tildes. Errores que no quiere asumir dicha editorial. El dinero se hace y su estafa es manejable para mí, pero no me gustaría que le pase lo mismo a otro muchacho que desee publicar con este mal llamada Editorial Zignos.
Saludos,
Alguna similitud con HP Lovecraft?
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