29.10.10

Leer lo prohibido

La biblioteca de los libros vetados

Uno de los problemas elementales que se echan a caminar cuando un gobierno cree que tiene derecho a prohibir la difusión de ciertas obras de arte o literarias, es el relajamiento de las fronteras de qué cosa es censurable: si puedo obstaculizar e incluso castigar legalmente la difusión de una novela porque la considero racista, entonces también puedo hacerlo con una que considere xenofóbica o pornográfica o misógina o sexista o anti-patrióticas, etc.

No tengo que aclarar que muchas novelas cruciales de la historia han sufrido censuras: Animal Farm y 1984 de Orwell, Brave New World de Huxley, el Cándido de Voltaire (en pleno siglo XX en Estados Unidos, por obscenidad), El señor presidente de Asturias, El amante de Lady Chatterley de Lawrence y la Lolita de Nabokov, Madame Bovary de Flaubert, Los versos satánicos de Rushdie, Trópico de Cáncer de Miller, La cabaña del tío Tom de Beecher Stowe.

Las razones pueden variar hasta el vértigo: Alice in Wonderland fue prohibida en China por representar animales con la complejidad de seres humanos; Sin novedad en el frente lo fue en Alemania porque se consideró que podría minar la moral de las tropas; el Diario de Ana Frank fue vetado en Líbano por sionista; Un día en la vida de Manlio Argueta fue prohibida en El Salvador por la crudeza de su representación de violaciones contra los derechos humanos (lo que convirtió a la novela en un boom en Estados Unidos).

Hace unas nueve décadas, el Ulysses de Joyce fue prohibido por obsecenidad en Estados Unidos. Quienes piensan que ese tipo de censura es cosa del pasado deberían saber que la adaptación al cómic de Ulysses, la monumental novela gráfica online Ulysses Seen de Rob Berry y Josh Levitas fue censurada hace poco por la Apple (no por un medida gubernamental, hay que reconocerlo; pero qué gobierno es más poderoso que Apple en el mundo de las comunicaciones), al menos por un tiempo, hasta que las protestas le hicieron modificar la decisión.

Como no hay debate acalorado que no entre tarde o temprano en la fase "hitler", las discusiones sobre la censura de textos considerados racistas en Bolivia ya pasó por el momento en que alguien esgrime el argumento: "¿acaso está mal que los alemanes censuren Mi lucha? Mi respuesta en estos días ha sido: sí está mal; Mi lucha es un libro que alemanes y austriacos y polacos y varios otros deberían no sólo leer sino sobre todo estudiar, de la mano de profesores capaces que den a entender a sus alumnos, con claridad, la profunda deformidad del antisemitismo y de todos los racismos por igual.

(Pero no se debe dejar pasar ese punto de la conversación sin aclarar que ni siquiera en Alemania hay una ley que impida la publicación de Mi lucha. Como expliqué en este mismo blog hace varios meses, en el marco de mis posts sobre la entrada del fascismo a las aulas de la Universidad Católica, lo que pasa en Alemania es un caso sui generis en el que un gobierno regional, el bávaro, ha adquirido los derechos de reproducción del libro de Hitler y con ello ha detenido su reimpresión hasta ahora).

Como dije en un post ayer, pienso dedicar buena parte de los próximos posts de Puente Aéreo a recomendar libros. Pues aquí va la primera recomendación general: lean esos libros prohibidos que mencioné antes.

Lean las cosas que en el pasado o en otros lugares incuso hoy han sido o son consideradas peligrosas, por obscenas, por vulgares, por radicales, por violentas, por racistas, por xenófobas o simplemente por diferentes o por excesivamente liberales. Léanlas con cuidado (es decir, con concentración pero también sabiendo cuando se internan en áreas debatibles o incluso abiertamente ofensivas). Léanlas además pensando en por qué han sido prohibidas y si la prohibición trajo algún beneficio moral verdadero o constatable.

Y luego discútanlas, conversen sobre ellas, coméntelas, que no hay mejor antídoto contra lo peligroso que mirarlo de frente y a los ojos, ya sea para descubrir que no lo era o para comprobar que sí y que merece ser repudiado, con conocimiento de causa.

Cuando Mariátegui advertía sobre el racismo y el clasismo de ciertos libros, lo hacía tras estudiarlos y juzgarlos, juzgar sus pros y sus contras, y lo hacía para pronosticar por dónde habrían de marchar los caminos de una literatura libre de esas taras. Uno de sus lectores fue Arguedas, y ya sabemos que eso dio resultados estupendos.

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

si vetamos a algo es simplemente por que no le entendemos, al ser humano le atemoriza conocerse asi mismo, yo por eso leo bukowski hasta el cansancio un sabio entre muchos... los libros prohibidos solo desnudan nuestra inmundicia y eso para mi esta bien, es la oportunidad perfecta para ser mejores o mejorar nuestras vidas...

Anónimo dijo...

No era correcto vetar el Diario de Ana Frank por sionista, de acuerdo. Tal vez hubiera sido mejor vetarlo por FALSO, por ser constitutivamente una estafa.

Anónimo dijo...

habla un padre: por supuesto prefiero que mis hijos no lean el amante de lady chatterley o la philosophie au boudoir como parte de su formación escolar, cuando necesitan mayores elemntos de juicio para poder pon derar esa literatura. prefiero que lean otros libros como parte de su acercamiento a la literatura, y le voy a pedir al estado que vigile ese programa de lectura, period.

LuchinG dijo...

Propones la lectura crítica de éstas obras y de Mi Lucha, incluso.

De tu post "Tan sólo palabras" del 9.5.07 cito el tercer párrafo:

"El artículo, que merece mucha atención, y con el que concuerto en casi todo, tiene a mi juicio un defecto: Vargas Llosa dicta en él los principios de su idealismo libertario pero no se pone en los casos límite que lo puedan cuestionar."

Replanteo la pregunta que le haces a MVLl: ¿Cuáles serían los casos límite en los que tu propuesta puede ponerse en cuestión?

Rafael Euribe dijo...

El tema de fondo es cuando los libros se enlazan con conflictos sociales.

Por ejemplo, en los primeros años de la revolucion sovietica, hubieron muchos autores que explicaban el caracter dictatorial de los bolcheviques y advirtieron en lo que iba a degenerar. Nadie les hizo caso. Las ideas estaban ahi, pero nadie les hacia caso. Tuvieron que pasar 60 años para que recien les presten interes.

Las ideas racistas en Alemania empezaron solo como un trabajo academico en historia. Tuvo que ocurrir la hiperininflacion, la inmigracion del este, para que estas ideas resonaran mas entre los alemanes empobrecidos.

En Sudafrica e israel, cada vez hay mas casos del "reverse racism" y empiezan asi, como lo mencionas en tu post, con pequeñas medidas que evuelven luego en politicas genocidad.

Anónimo dijo...

MVLL, IDEALISTA LIBERTARIO?
no seria mas acertado tildarlo de "realista conservador"?
Sergîp,

Anónimo dijo...

Anónimo, no podía vetarse el diario de Ana Frank por falso, porque en la época del veto no había evidencia suficiente que sustentara eso. Pero te diré que igual no debería vetarse. Sea como fuere, el libro ya se ha hecho un lugar en la literatura contemporánea. Tampoco vamos a prohibirles a los niños que lean Alice in Wonderland porque lo escribió un pedófilo que fotografiaba niñas desnudas. O quitar del currículum escolar a Chocano porque era un sujeto de lo peor en su vida personal y terminó como tenía que terminar.
No busquemos razones para vetar, busquemos razones para comprender.

Anónimo dijo...

Si, claro, es falso el diario de Ana Frank, por eso el padre escondió varias páginas durante décadas, para proteger el pudor de alguien que no existe al hacer publicos los pensamientos que nunca tuvo.

J. Rosas Ribeyro dijo...

En Francia "Mi lucha" es un libro prohibido. Sólo se le encuentra en venta clandestina en algunos libreros de segunda mano.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Qué gusto que comentes aquí, bienvenido. Yo tengo entendido que en Francia "Mi lucha" es legal y que lo publica Les Nouvelles Éditions Latines; quizá hayan dejado de hacerlo, pero me parece que no es una prohibición.

Anónimo dijo...

Estamos hablando de libros para la educacion escolar en Bolivia no?. Que fijacion con el gobierno de Evo.