19.10.05

Babilonia & las hormigas


Me pregunto si esto es un antecedente inconexo o es, en verdad, la fuente de uno de los pasajes más célebres de la literatura latinoamericana: el final de Cien años de soledad.

Releí hace poco la famosa novela de Mallea Todo verdor perecerá.
La novela es de 1941, años borgeanos. Su historia es simple: en la primera parte, una mujer se casa con un estanciero que cae en desgracia por una sucesión de malas cosechas. El estanciero muere, quién sabe, de depresión, y la mujer huye a la ciudad (todo trascurre entre Ingeniero White y Bahía Blanca). Allí se enamora de un oscuro negociante que no tarda en abandonarla. Ella enloquece y su caída llena las últimas páginas.

Pero el pasaje que quiero hacer notar está en la primera parte. En la estancia, con la mujer y el marido, vive un orate, un opa, de nombre Estaurófilo, de
quien se dice que es idiota porque es hijo de dos hermanos, o de un padre y su hija. Un día, la mujer ve a Estaurófilo sentado en el suelo frente a la casa y, detrás de él, ve una larga y convulsa fila de hormigas que se aproxima. A ella y al marido les viene de inmediato a la mente la invasión mítica de Babilonia. El marido trata débilmente de impedir que las hormigas entren en la casa, pero luego sólo se pregunta qué pasará cuando lo hagan.

Las fechas favorecen la hipótesis: el libro de Mallea fue extensamente leído en los años previos a la escritura de
Cien años de soledad. Pero, claro, también puede ser que tanto Mallea como García Márquez estén simplemente refiriéndose a una misma historia mítica, que yo desconozco (no es que ignore la de Babilonia, pero no conozco un mito sobre Babilonia que presente la figura del hijo de un incesto como parte de su imaginario). Porque en Mallea y en García Márquez, son muchos los elementos presentes: la idea de la casa familiar; el fruto degenerado, hijo de hermanos; Babilonia; las hormigas; la amenaza del fin, etc.

Es particularmente importante considerar la posibilidad de una filiación de Todo verdor a Cien años porque, no está de más recordarlo, ese pasaje es crucial en la arquitectura y en la construcción ideológica del relato de García Márquez.

5 comentarios:

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

No sé exactamente a qué leyendas Babilonia te refieres exactamente, Gustavo, pero hay una con la que habría que tener cuidado (y que sí incluye incesto).
Se trata de la "leyenda" de Nimrod y Semiramis creada por Alexander Hislop en "Las dos Babilonias". Es un invento que saca ventaja de algunas confusiones. Nimrod es un personaje bíblico---el que ordenó la construcción de Babel, nada menos---y Semiramis es una reina mítica de Babilonia (que forma parte de la tradición de "La Diosa Blanca"). Según Hislop, Semiramis era la madre y la esposa de Nimrod (y tuvieron un hijo, aunque Semiramis fuera virgen). Hislop atribuye a esta leyenda varias tradiciones cristianas (el árbol de navidad, la inmaculada concepción, entre otras). De hecho, su idea es que la Iglesia es la segunda Babilonia (es decir, un nuevo horizonte de corrupción sistemática). Esto último lo hizo bastante popular por muchos años (el libro es de 1916). No me extrañaría que los autores que mencionas lo hayn leído y usado esa idea.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Ese es un dato excelente que desconocía por completo, Miguel.

Buscando a este Hislop en Internet, descubro que el libro es aun más antiguo: Hislop murió en 1862. Su texto apareció, primero como panfleto, en 1853, y luego, aumentado y corregido, en 1858.

(Es curioso: la leyenda hechiza de Hislop parece atípica: por lo común las leyendas que incluyen el incesto, que es una forma de redundancia, no contienen detalles como éste: Semiramis es blanca, Nimrod es negro, el hijo es mulato (todo lo contrario de una redundancia)).

Volviendo a Mallea y García Márquez: ahí hay, pues, una posible fuente común. Aunque no suena tan verosímil que dos escritores latinoamericanos, cien años más tarde, leyeran ambos este raro libro y decidieran cada cual por su lado usar la leyenda como fuente argumental para sus novelas. Y queda el asunto de las hormigas, que sigue pareciendo mucho más que una coincidencia. Salvo que también aparezca en esta leyenda inventada por Hislop, con lo cual ya no habría mucho que dudar.

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Es verdad, confirmo lo de la fecha, es muy anterior---no sé por qué razón tengo asociada la publicación de ese libro como un escándalo en medio de la PGM, lamento la confusión.
Es verdad que no es muy probable que leyeran ese libro, pero "la leyenda" que promueve se ha extendido más allá del libro mismo, así que puede que llegara a sus manos por otras vías.
Lo de las hormigas es interesante. Habría que ver si está allí.

Anónimo dijo...

Sólo dos datos al respecto: en el Siglo de Oro hay dos comedia sobre el tema: La gran Semíramis de Cristobál de Virues, y la Hija del Aire de Calderón de la Barca.

Saludos

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Y al menos García Márquez es un lector de Calderón, de modo que el dato se vuelve interesante y valdrá la pena revisar esas obras a ver si, por ejemplo, hay pista de las dichosas hormigas. Muchas gracias.

Sin embargo, como observó Miguel, la leyenda que liga a Semiramis con esto del incesto es apenas del siglo diecinueve.