5.12.05

El Cardenal fascista

Un amigo me hizo notar algo que no había visto en una entrevista a Fernando de Szyszlo en La República; se trata de esta referencia a Ernesto Cardenal, según Szyszlo, fascista en su juventud:

"--¿Y por qué se fue a París?

--Todos los latinoamericanos nos fuimos a París. Al acabar la guerra conocí a todos los pintores y a todos los poetas latinoamericanos de mi generación en París, porque allí me los encontré. Matta, Lam, Tamayo, Paz, Cortázar, Carlos Martínez Rivas, a Ernesto Cardenal, que era fascista en esa época.

--¿Fascista?

--Sí, partidario de Franco. Siempre cuento una anécdota: nos reuníamos los martes en lo alto del Café de Flore, instados por Paz a hacer una revista latinoamericana, política y literaria. Iban españoles, como Arturo Serrano Plaja, que estaba en el exilio y fue amigo de Vallejo. Y un día apareció Cardenal, que venía de Madrid, de disfrutar de su beca franquista. Hubo una discusión sobre la Guerra Civil, y dijo: `Confesemos: al final, todos los muertos son iguales'. Y Serrano saltó y le gritó: `¡Esto es de un hijoputismo intolerable! ¡No me mezcle mis muertos con sus muertos!´".

El lugar común sería decir que los opuestos se atraen, y que por ello habría sido fácil que el joven Cardenal fascista acabara sumándose el bando contrario, haciéndose comunista. Otros dirían, con mayor acierto quizá, que esos dos extremos, aparentemente opuestos, siempre han estado muy cerca el uno del otro.

Imagen: los dos Cardenales (fotomontaje: gfp).

13 comentarios:

Anónimo dijo...

voy a citar una frase de borges: el cielo y el infierno son exagerados los actos de los hombres no valen tanto". Tal vez exageré en decir: que borges se burlaba de la cultura, no estuve en su pellejo para imaginar lo que pensaba, aunque yo creo que sí, tampoco soy gran conocedor de la obra de borges, es más, a mí me gusta más el borges poeta, pasa que yo no lo veo desde el punto academico, solo digo lo que pienso, pero ando subido de revoluciones, y tal vez, estoy siendo un poco injusto con: salas y faveron, aunque debo decir no ha sido una crítica exactamente contra ustedes, ni los he tildado de snobs Pero ante todo mantengo mi pensamiento que sobre los snobs tengo, y sobre todo de la cultura,para que sirve en realidad?...cualquier tipo que lee se considera inteligente, es cierto, por qué negarlo, y sobre todo cuando escribe, y peor cuando se imagina insuperable. leonardo aguirre dice que ha visitado mi blog y le parece una perdida de tiempo, pues bien él está en su derecho, como también yo lo estoy cuando digo: que no me gusta lo que hace,escribir correctamente, no es sinonimo de que lo que se hace, sea buena literatura, y ustedes lo saben, la leyenda cuenta que : córtazar y dostoieski escribían pésimos, pero hicieron una literatura genial,y de bolaño se dice lo mismo, la historia de la literatura es un asunto de egos a veces, lo que intento es desmitificar eso, aunque por momentos me vaya de revoluciones, en realidad no intento convertirme en personaje público, estar por allí lanzándoles dardos a todo el mundo, a veces es cierto, mi pose de tipo cínico me va de maravillas, pero habría que pensar un poco en la frase de borges no?

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Espartako:

Te agradecería que, por lo menos, ya que estás cambiando el tema del post por completo, tengas la amabilidad de explicarle a los lectores de qué estás hablando.

Anónimo dijo...

Espartako y Toyo tienen como deporte favorito la desubicación.
Este post ya fue puesto en el blog de Leonardo Aguirre.

Julio Suárez Anturi dijo...

Gustavo, espinoso pero interesante tema, este de "los opuestos (que) se atraen", o los "dos extremos, aparentemente opuestos, (que) siempre han estado muy cerca el uno del otro".
Fascistas o revolucionarios, el objetivo es el mismo: el poder del Estado, para después ejercer, ¡legítimamente!, el uso de la fuerza. Cuando se presentaban situaciones de estas, del agua y el aceite que, en realidad se mezclan, un colega decía que no hay mayor radical que aquel que ejerció en las filas contrarias.
Y ponía de ejemplo un caso elemental: el fumador que deja de fumar. Este, empieza a hacer aspavientos cada vez que alguien fuma, aletea con la mano, mira de sesgo y hace respingos de verdadera repugnancia. Quizás, sí, Cardenal fue fumador. Por lo demás, en ese ejercicio de la fuerza del poder, izquierdas y derechas son solo etiquetas.
Pero lo que encuentro alucinante de tu comentario, es la expresión de un Fernando de Szyszlo ofendido diciendo: "¡No me mezcle mis muertos con sus muertos!", como si hubiesen "muertos de primera clase" y de "segunda clase", o "crímenes buenos" y "crímenes malos", en la barbarie que siempre encierra el poder y el uso de su fuerza.
Considero que la vida es sagrada.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Es interesante lo que dices; es la lógica del converso que muchos han estudiado en el caso de los nuevos cristianos en España y América.

No es de Fernando de Zsyzslo la frase del final, por si acaso; él sólo está refiriendo la convesación de otros: la frase es del español Serrano.

Anónimo dijo...

Acabo de escribir en tu post sobre Bayly acerca de cierto hampón de puerto, y me lo encuentro abriendo este debate.
Sigo pensando, Gustavo, que eres demasiado indulgente con esta variante diarreica de Zelada.

Anónimo dijo...

Gustavo:
A tus lectores les explico que, en mi post anterior, estaba hablando de otro tema que no tiene nada que ver, sobre lo que se está hablando aquí. Era sobre prochazka, la cultura popular y el esnobismo. De mi parte todo tranquilo, pues creo que, el placer de lectura va mucho más allá de que, cuan complicado sean los textos, hay historias sencillas que dejan mensajes profundos y viceversa. Confieso no haber leído a prochazka, o sea que, no puedo opinar sobre él, sería algo injusto, aventurarme en decir algo sobre él. De acuerdo en eso de que, los conocimientos aunque sean mínimos de distintas referencias, convierten al lector más audaz, capaz de degustar textos más exquisitos o mejor trabajados, por así decirlo, si no lo sabré yo, que de chico me costaba entender la pagina cultural del El Comercio, por poner un ejemplo. En eso no hay nada de malo tampoco, pues el mismo García Márquez confeso haber abandonado el “Ulises”, pues la paciencia no le daba para más. Sobre lo que dije de Borges, bueno pues, eso sí que duele a cualquiera, es doloroso saber que, lo que uno defiende, no es más que un espejismo, un artificio, por no llamarlo tontería, me encantaría, no sé, entrevistar al fantasma de Borges, y preguntarle que es lo que pensaba de toda esa gente que lo rodeaba, yo no creo que el viejo haya sido tan caído, para imaginar que, lo que estaba viviendo haya sido algo hermoso y real, los que vemos la vida en su verdadera forma, no es a veces insoportable, y tenemos que reemplazarla de alguna u otra forma, escapar de esta realidad, alterarla, al menos Nietzsche si que, defendía abiertamente lo que pensaba, como yo lo estoy haciendo ahora.
saludos

Anónimo dijo...

Muchas personas tienen debilidad por los extremos, sean estos políticos, estéticos o de alguna otra índole. Una interpretación facilistona podría decir que esto se debe a que en los extremos los límites son identificables y claros,las opiniones verticales y limpias, las ideas concretas, sólidas, sin fisuras ni ambiguedades; que en los extremos no hay sutilezas ni posibilidades de redención. Fernando de Szyszlo es, de alguna manera, una de esas personas. Habría que ver sus opiniones sobre arte contemporáneo, por ejemplo. Recuerdo, aún con impresión, cuando declaró que las instalaciones (formato canónico desde la década del sesenta, por otro lado) no eran una expresión artística sino puros fuegos fatuos. Ese es un tipo de facismo. Sin muertos, pero dañino también.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

No, pues, eso no es fascismo, es apenas falta de sensibilidad para ciertas manifestaciones artísticas, nada más.

No entiendo por qué esa tendencia de la gente a llamarle fascismo a cualquier cosa. Los fascistas encarcelaban, torturaban o perseguían a los artistas que hacían arte que ellos consideraran fatuo.

Llamar fascista a Szyszlo es una arbitrariedad increíble.

Anónimo dijo...

Concuerdo totalmente con la opinión última de Gustavo, y quisiera agregar un factor que me parece crucial. Ese factor es la posibilidad de que la opinión este convocando a la acción, o apoyando acciones en curso o ideologías sociales existentes, etc. Es muy diferente si yo digo que "Ollanta Humala es la solución, por las buenas o por las malas" que si yo digo que "El indigenismo es el verdadero arte del Perú y el resto son pitucadas". A mi entender la primera es una opinión fascista y la segunda es una relativamente inofensiva estupidez. La única forma en que la segunda se volvería más relevante sería si yo articulara la opinión desde una posición de poder (p.e. soy presidente del INC) o si estuviera dando esa opinión en el marco de una llamada a la acción. Incluso en ese caso llamarla fascista es un poco difamatorio, porque resulta inverosímil pensar que dicho llamado a la acción fuera a terminar en medidas de cárcel, tortura y gulag para los artistas "pitucos". Si así fuera probablemente estaría sucediendo como resultado subsidiario de una reingeniería fascista del gobierno, que tendría que ser denunciado en general. pEl calificar de "fascista" una opinión planteada a un terreno diferente al del sistema político/legal del estado, y que por añadidura no convoca a la acción sino simplemente opina es exagerado y caldea los ánimos.

Anónimo dijo...

Ciertamente. Decir que Szyszlo es fascista por objetar un formato canónico en la historia del arte como el de la instalación es inexacto e injusto. Pero no deberíamos ser tan indulgentes con ese tipo de declaraciones como lo está siendo Faverón -"apenas falta de sensibilidad para ciertas manifestaciones artísticas, nada más"-. Szyszlo es un personaje muy poderoso en términos de influencia en el establishment cultural peruano, y su declaración es de un conservadurismo alarmante, preocupante. El que no ve eso es un conservador como él o un ignorante.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Claro, porque Szyszlo, en efecto, anda por ahí ordenando que las salas no admitan instaladores, que los críticos no los elogien, y el público no los vea... Obvio.

¿Saben qué cosa sí es claramente fascistoide? Eso de decir que es "preocupante" y "alarmante" que un artista sea conservador: ¿cómo solucionar la alarma y la preocupación del iluminado comentarista? ¿Aboliendo a Szyszlo y a todos los conservadores?

Szyszlo por lo menos no es un ignorante que diga que es alarmante y preocupante la existencia de gente influyente que no piense como él.

Anónimo dijo...

Claro, qué bonito. Bajo esa perspectiva el viento se llevaría las palabaras del así llamado "primer artista" del Perú. Ese señor influye en la gente, eso es innegable, y por eso tiene una responsabilidad pública. Negar la validez de un formato artístico como el de la instalación -ojo con lo elemental del tema- es no solo preocupante viniendo de quien viene, sino vergonzoso. Una declaración de ese calibre -entendámonos por favor- desorienta, manipula, genera desinformación. Pero parece que nuestro querido blogger es igual de ultra, por eso se pica así. Por eso salta con violencia.