22.1.06
Le verdad se ahoga
La Fundación Príncipe de Asturias viene convocando a los intelectuales que alguna vez han recibido su premio anual, el prestigioso Príncipe de Asturias, para que se reúnan en coloquios públicos a debatir sobre temas planteados por ellos mismos.
A pedido del italiano Claudio Magris, su pareja de conversatorio fue el alemán Günter Grass (no por nada Magris es un triestino, es decir, poco menos que un germano-italiano en términos culturales, y catedrático de literatura alemana).
¿El tema? Magris lo resumió en una pregunta: "¿Es posible decir las cosas tal como son?", y, aunque el telón de fondo de su cuestionamiento recoge muchas de las dudas actuales que recaen sobre el pensamiento postmoderno, su blanco inmediato, en lo político, era la notoria falsedad y la inclinación por el engaño que se ha vuelto predominante en el gobierno del segundo presidente Bush.
(¿Alguien ha notado que lo que caracteriza a la mitomanía del régimen de Bush no es una mayor sofisticación de la mentira, una mayor complejidad, como cabría pensar, sino, por el contrario, la inexplicable vulgaridad y simpleza de sus engaños?).
"La verdad existe, pero se ahoga", dijo Magris en el conversatorio. Grass, por su lado, añadió: "La manipulación existió siempre, pero hasta 1989 teníamos a la URSS para echarle la culpa... Ahora que no está la URSS, ya sabemos que no sólo en los países autoritarios se manipula".
(Si Magris o Grass se dieran una vuelta por Lima, leyeran nuestros diarios, escucharan a nuestros políticos, verían que el asunto puede ser aún más grave: la verdad puede ser ignota e indescifrable del todo, y eso de tener la decencia de andar buscando, al menos, chivos expiatorios, ya pasó de moda. El artículo de El País en que Juan Cruz, desde Oviedo, nos entrega una crónica del conversatorio, lo pueden leer aquí.
Imagen: De atrás hacia adelante, Magris, Grass, Bush (fotomontaje: gfp).
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