Días atrás, Mario Vargas Llosa publicó un artículo acerca de Evo Morales, el nacionalismo aymara, y los nacionalismos paralelos del autócrata venezolano Hugo Chávez y de su entenado, el aun menos talentoso ex militar peruano Ollanta Humala.
Un tema central del texto de Vargas Llosa
Decía Vargas Llosa: "gracias a personajes como el venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales y la familia Humala en el Perú, el racismo cobra de pronto protagonismo y respetabilidad y, fomentado y bendecido por un sector irresponsable de la izquierda, se convierte en un valor, en un factor que sirve para determinar la bondad y la maldad de las personas, es decir, su corrección o incorrección política".
De inmediato, han llovido las respuestas, sobre todo de nacionalistas bolivianos airados, y, cuando no, tampoco ha faltado una réplica de la pluma más rápida del panfleto latinoamericano, el uruguayo Eduardo Galeano, uno de los escritores menos interesantes y más inexplicablemente admirados de la región.
El artículo de Vargas Llosa es ampliamente discutible, cuando no desacertado, y, sin embargo, parece dar en el blanco al menos en un aspecto, el referente a la forma en que cierta izquierda desesperada se viene subiendo al carro de Chávez, Morales y Humala, aquí y allá.
La respuesta de Galeano no toca ninguno de los verdaderos puntos débiles del comentario de Vargas Llosa
Galeano se contenta con amontonar lugares comunes, y, finalmente, parece darle la razón a VLL acerca de la rapidez con que alguna izquierda oportunista se está apresurando a aplaudir a Morales y compañía aún antes de tener muy claro cuál será su perfil político de ahora en adelante.
Galeano balbucea acerca de "esperanzas" y menciona "el nacimiento de una nueva historia", pero sus palabras y silencios dejan bastante claro que, en el fondo, no tiene idea de qué pasará en el futuro con Bolivia en manos de esa incógnita política que es hoy Evo Morales.
Imagen: Vargas Llosa y Galeano, como siempre, enfrentados
12 comentarios:
Algo que llama la atención en los escritos de Vargas Llosa de este tipo es el simplismo de su concepción de lo indígena. Llama la atención, digo, porque hay que recordar que desdes sus inicios llevó adelante una polémica muy enérgica con las simplificaciones del indigenismo literario y de ahí en adelante su literatura siempre ha estado del lado de la complejidad, nunca de la chatura. Supongo que la pregunta será ingenua, pero no está de más tratándose de un escritor que también quiere ser, o es, pensador: ¿cómo puede ser, sobre el mismo tema, sofisticado cuando crea y simplista cuando opina?
De otro lado, coincido con Gustavo en que el artículo de Vargas Llosa apunta a un tema que la izquierda debería tomar como un tema de polémica y reflexión urgente: ¿qué ha pasado para que hoy en día Chávez y Humala pasen por ser la "izquierda"? ¿cómo es posible que después del aprendizaje democrático de los ochenta, el descubrimiento de la "sociedad civil" y todo aquello, un buen sector de la izquierda se entusiasme con Chávez o por lo menos guarde silencio al respecto?
Me llamó la atención, por último, esta frase de David Rieff en un artículo sobre Morales en Letras Libres: "Es bastante preciso hablar del renacimiento de la izquierda en América Latina, pero la triste realidad es que el renacimiento es más un emblema de la desesperación que de la esperanza".
Sólo para equilibrar la cosa, hay que decir que si la izquierda tiene su Galeano, la derecha tiene su Carlos Alberto Montaner.
y que si la izquierda tiene a Chavez, acá la derecha tuvo a Fujimori.
Mas alla de lo q uno pueda pensar de las ideas de Galeano o Vargas Llosa, hay q tomar en cuenta q Galeano no ha respondido con un articulo sino en declaraciones a la prensa. La diferencia es importante.
Sí, es verdad pvlgo. Galeano no ha redactado un texto expresando lo que piensa del tema sino contestado un par de preguntas. Las respuestas del uruguayo se suponen que no han sido tan meditadas como el artículo de Vargas Llosa.
Como dice Félix, sorprende lo simplista de las opiniones de MVLL en temas como el indigenismo. Y lo que me llama la atención la forma en que ataca a Evo Morales. O sea, el presidente boliviano no es indígena porque en él se encarnan todos los vicios de los "criollos". Al final, lo que hace es darle la razón a discursos maniqueos como el del padre de los Humala. Es un poco contradictorio, por decir lo menos.
Otra cosa. Discrepo con Gustavo en que equipare a Evo Morales con Humala y Chavez. Este es un dirigente sindicalista y cocalero con muchos más años en política que los dos últimos. Decir que la izquierda se le está subiendo al carro es un poco raro. Al final, si un dirigente sindicalista no es de izquierda, entonces ¿qué lo es?
No, pues, Ernesto, justamente lo que digo es que es un defecto del artículo de Vargas Llosa equiparar a los Humala con Morales o Chávez, sin señalar las muchas y muy obvias diferencias. Pero que a todos se les están subiendo al coche una serie de personajes de una izquierda oportunista que jamás hubieran dado medio por movimientos indigenistas ni cosa similar, eso está claro.
Gracias, Sr. Faverón, por poner esa foto de Galeano donde se le ve tan guapo con esa mirada matadora; ahora la piel se le escapa de la cara y no se le ve así. Recordar es volver a vivir. ¡aaaahhhh!
Gustavo
Si entiendo que diferencias a Evo de los otros dos. Lo que no concuerdo es que se le critique a la izquierda por hacer suyo su triunfo. Si decimos que "cierta izquierda oportunista" es la que se está subiendo al coche, ¿cual es entonces la izquierda que tiene derecho a ello?. De que hay oportunistas que buscarán aprovecharse de la victoria de Morales, de seguro, y no sólo de la izquierda.
Acá, en el Perú, he leído a un columnista afirmar que el gobierno de Evo Morales iba a ser perjudicial para Humala porque, como de todas maneras será un desastre, éste "vacunaría" al electorado peruano. Tan sesgado como decir que Morales es criollo.
Pero si hablamos de subidas al coche deberíamos comentar también que se quiera equiparar a Lourdes Flores con la Bachelet. Para ciertos opinantes, las elecciones en Chile ayudarán a la candidata de Unidad Nacional porque ambas son mujeres. Dudo que el único mérito de las dos sea ese. Y levantar a Lourdes Flores con eso es desconocer su trayectoria. Si nos ponemos en ese plan, entonces que se alegren en Unidad Nacional por el triunfo de Evo Morales, un soltero igual que Flores Nano.
Por otro lado, me parece interesante que señales las deficiencias de ese discurso que se está manejando en estos días de satanizar a Humala comparándolo con Chávez y Morales. Sobre todo con este último, un presidente elegido democráticamente con más del 50 por ciento de votos y con bastantes años en política.
Pero, ojo: comparar a Humala con Morales es satanizar a Morales, no a Humala, que ningún mérito político ha tenido en su vida y ninguna línea clara tiene hasta hoy.
Si consideramos que Humala es una persona con poca trayectoria política y Evo Morales es lo contrario, claro que lo estamos haciendo un flaco favor al presidente boliviano.
El asunto es que cierta prensa manipula lo referido a Morales y lo presenta de forma totalmente tergiversada. Creo que estuviste en Perú cuando pasaron el reportaje de Panorama el día de las elecciones bolivianas, por lo que entenderás a lo que me refiero cuando digo que se sataniza a Humala comparándolo con Chávez y Morales.
Es interesante la pregunta de Félix acerca de por qué Vargas Llosa es tan profundo e iluminador en sus novelas, pero puede ser tan chato en sus opiniones periodísticas---aunque, justo es reconocer, con frecuencia es muy inteligente en sus artículos también.
Me atrevo a sugerir que la razón para eso está en la lógica misma de la creación. Contra lo que pudiera imaginarse a simple vista, el discurso mítico (por extensión, la ficción, digamos) es más estricto que el discurso científico o analítico: la ficción debe ajustarse a las posibilidades, es decir, tiene que ser convincente, tiene que atraparte, hinoptizarte. En ese sentido, un creador de ficciones, en particular, si conoce su oficio, no puede simplemente decir lo que le da la gana, sino que tiene que construir su obra de modo que las partes se ajusten armoniosamente unas con otras y de algún modo se enganchen con el acervo particular de sus lectores.
El discurso analítico, en cambio, no tiene esa restricción. Un investigador puede descubrir partes de la realidad que los demás no entienden, o no aceptan, o que simplemente no les interesa. Nada de eso lesiona el discurso analítico. En el caso de la crítica cultural, que Vargas Llosa ejerce (admirablemente, por lo general), eso implica el riesgo de creerse que lo que tú sabes es necesariamente lo que los demás deberían saber, es decir, el riesgo de creer que tus herramientas de análisis son perfectas y adecuadas. En el discurso analítico hay por supuesto procedimientos para controlar estos riesgos (experimentos, métodos, etc). Vargas Llosa simplemente no se ha dado el trabajo de verificar sus hipótesis. Cree saber, por ejemplo, que si alguien habla castellano no puede ser indígena, y acusa a Morales de no ser realmente un indígena porque habla castellano. El argumento sería impecable si no fuera porque la premisa es falsa.
Por supuesto, es probable que sí haya muy buenas razones para criticar a Morales (ya veremos qué pasa), pero las que plantea Vargas Llosa no parecen bien encaminadas.
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