5.2.06

Edward Said y el estilo final


Hacia el final de su vida, Degas, casi ciego, aprendió a pintar en líneas duras, casi toscas, para que el grosor de los trazos le permitiera distinguir las formas en medio de la bruma.

También la ceguera obligó a Borges a simplificar el complejo fraseo de su primera época: impedido de escribir con sus propias manos, debía memorizar en las noches y dictar por las mañanas los párrafos que guardaba en la mente.

De seguro, esos detalles evidentes en la transformación del estilo de estos dos artistas son más fáciles de detectar que aquellos otros, más sutiles, a los que la serenidad o la melancolía de la vejez los haya conducido.

En los primeros años de su propia ancianidad, cerca de la muerte, Edward Said escribió un estupendo ensayo sobre las formas en que la vejez puede modificar una poética, una estética, un estilo. La intuición de la muerte, la nostalgia, la enfermedad, la consciencia de la finitud, acaso el descreimiento de las causas alguna vez defendidas, son rasgos que Said aisla, en su lectura de las obras finales de Adorno, Lampedusa, Beethoven y Cavafis, para proponer una caracterización de lo que él llama "el estilo tardío". (El ensayo ha sido traducido al español recientemente y publicado como primicia por El Universal de México).

Imagen: Edward Said (envejecido a la mala). Fotomontaje: gfp.

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