El año en que entré a Cornell, fuimos sólo dos los estudiantes nuevos en el doctorado de literatura hispana: la otra mitad de mi promoción fue una amiga chilena, de Santiago, Valeria de los Ríos, que poco después de terminar la tesis doctoral se volvió a su tierra y ahora es profesora universitaria allá.
A riesgo de meter la pata, diré que la tesis de Valeria era un estudio de las diversas formas en que las tecnologías de la imagen visual (el cine, la fotografía) dejaron su huella en distintos momentos de la narrativa latinoamericana del siglo veinte (algún capítulo, o alguna sección de algún capítulo, recuerdo, se refirió a nuestro compatriota Clemente Palma).
En El Mercurio salió hace unos pocos días un excelente artículo de Valeria, Una historia de la mirada, que le puede dar a los curiosos una buena idea de la evolución de los llamados estudios visuales, tan poco difundidos en el Perú hasta hoy, pero que, debido entre otras cosas a su amplitud interdisciplinaria, se vienen expandiendo velozmente en otros ámbitos académicos.
Imagen: Benjamin y Foucault, observadores y observados. (Fotomontaje: gfp; grabado de Escher).
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