6.5.06

De blogs y plagios

No es que se hayan descubierto otros casos de novelistas plagiarios en Estados Unidos en lo que va de la semana (aunque en meses recientes ha habido acusaciones muy serias contra el historiador Stephen Ambrose y el médico best-seller Deepak Chopra).

Lo que se ha descubierto, en cambio, es que la misma Kaavya Viswanathan, la estudiante de Harvard, de diecinueve años, cuya novela How Opal Mehta Got Kissed, Got Wild, and Got a Life fue desenmascarada hace unos días como un plagio, no sólo copió páginas de una novela de Megan McCafferty, sino, además, por lo menos, las de otras dos consagradas escribidoras de chick-lit: Meg Cabot y Sophie Kinsella.

La importancia de los blogs, ya sea los literarios o los chismográficos, en la revelación de la copiandanga de Viswanathan, ha provocado un interesante artículo hoy día en La Nación de Argentina, acerca del impenitente escrutinio al que, ahora y gracias a la multiplicación de los blogs, está sometido todo aquel que publique un libro, un artículo, un comentario o, ciertamente, otro blog.

Por ejemplo: Will Payne, un devoto blogger de Cambridge, ha publicado en The Harvard Crimson (el diario que descubrió el plagio inicialmente) un artículo interesante en el que, irónicamente, se pregunta si no será Viswanathan, simplemente, no una copiona sino una amante del sampleo, debido a su conocida afición por el hip hop: quizá la escritora estaba sólo recurriendo a pasajes ajenos para recontextualizarlos, darles un nuevo sentido, etc, etc.

El ejemplo de Zurita

Un ejemplo un poco más confuso: a raíz de una crítica negativa, el poeta chileno Raúl Zurita envió al diario El Mercurio una carta que se iniciaba con el siguiente párrafo:

"


La frase en casi tan ingeniosa como esta de Antonio Cisneros a los poetas de Hora Zero en 1970: "Compañeros: Veo que el primer número de Hora Zero lo han empezado con el pie derecho --que la próxima vez lo escriban con la mano".

Pero Zurita no logró salir impune del evidente plagio: un blogger, para variar, se encargó de señalar el entuerto... ¿O no? Veamos la manera en que lo revela el periodista Paolo de Lima. Dice: "La carta de Zurita empieza intertextualizando una conocida frase de Antonio Cisneros a Hora Zero en 1970"...

No. No señaló el entuerto. O, más bien, lo señaló sólo para nombrarlo con un eufemismo, y justificarlo.

Dos preguntas inocentes: ¿Zurita habrá meditado algo como "Hmm, esta es la oportunidad perfecta para intercalar aquí una frase de Cisneros, de modo que en la intertextualidad queden conectadas para siempre mi polémica con Warnken y el choque entre Cisneros y Hora Zero...?

O habrá pensado más bien: "Hm... ¿y ahora qué pongo... no se me ocurre nada ingenioso, y yo quiero quedar como ingenioso... Ah, ya sé, voy a agarrarme la frase esa de Cisneros y la voy a poner como si fuera mía... Total, cuántos lectores de El Mercurio habrán leído Estos trece...".

Es curioso: salvo que la suya sea una observación irónica, Paolo de Lima parece querer justificar a Zurita con un argumento del tipo de los que Will Payne (también estudiante de Harvard, de 20 años de edad) ironiza por indefendibles y absurdos en su artículo: todos sabemos la diferencia entre un plagio y una cita.

O quizá De Lima ha querido decirnos una sola cosa: que Zurita añade una nueva dimensión al ejercicio de la "intertextualidad" (ya que la copiadera, después de todo, es, en efecto, intertextual): el plagio de cartas...

Imagen: a Viswanathan y McCafferty, en los extremos, se suman ahora Kinsella y Cabot. Fotomontaje gfp.

1 comentario:

Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

Hola, Gustavo.
Leí tu post. Me parece realmente lamentable que una persona que se dedica a la "crítica literaria" como el señor Paolo de Lima caiga en semejante clase de confusiones. No creo que sea una observación irónica la que quiso hacer, es mas bien, una evidente falta de sentido común, a lo mejor, movido por sus ansias de justificar a como de lugar al buen poeta Raúl Zurita.
Ojalá que estos deslices no se vuelvan a colar en sus ya discutidos estudios críticos. Nada personal contra él, valga la aclaración.
Saludos.
G.