1.5.06

Qué bonita vecindad

Quizá suene muy evidente, pero la verdad es que para mí es todo un descubrimiento: acabo de darme cuenta de por qué a los seguidores de Hugo Chávez los llaman "chavistas". No tiene nada que ver con el apellido del troglolíder bolivariano (por cierto, qué culpa tiene Bolívar): la cosa viene, más bien, del Chavo del 8.

¿Alguien recuerda ese episodio del Chavo en que don Ramón y el profesor Jirafales sostienen un encendido y memorable diálogo referido a las cualidades intelectuales del Chavo, y, de pronto, don Ramón llama al Chavo "pterodáctilo" (1).

A eso, Jirafales responde: "usted lo que ha querido decir es que el Chavo es un troglodita". Don Ramón replica: "yo soy incapaz de haber querido decir eso, porque no sé qué cosa es un troglodita". Jirafales responde: "¿Es decir que usted no sabe lo que significa el vocablo troglodita?". Y don Ramón remata la conversación con la frase más genial salida de la imaginación de Chespirito: "Profesor Jirafales, yo ni siquiera sé lo que significa el vocablo vocablo".

Dejemos la metalingüistica de lado, y llamemos chavismo a la práctica de usar un término dando simultáneamente evidencias de que uno sabe y no sabe lo que significa. ¿Un ejemplo? Digamos, el vocablo nacionalizar, en una frase como "vamos a nacionalizar las industrias estratégicas".

En la esfera chavista, es decir, la que, en la práctica, habitan Hugo Chávez, Evo Morales y Ollanta Humala, la palabrita surge cada treinta segundos, y esa frase en particular ("vamos a nacionalizar las industrias estratégicas") sale de los labios de Humala, espasmódicamente, cada vez que el candidato pone cierta distancia entre su labio superior y su labio inferior.

Claro, alguien que se llama nacionalista tiene que hablar de nacionalizaciones. Cada vez que el periodismo le pregunta si eso implica la toma y el control de empresas privadas, a Humala se le prende el foco y recuerda que proponer tal cosa suena un tanto cavernario, y entonces explica que no, que nacionalizar sólo significa "velar por que los recursos del país se usen de forma beneficiosa para el pueblo".

Aparentemente, Chávez y Morales entienden algo muy distinto, dado que es con el beneplácito del primero que el segundo, el día de hoy, ha tomado el control del sector de hidrocarburos en Bolivia. Pero allí no queda la cosa: en el Perú, el secretario nacional de la humalista UPP, José Vega Antonio, acaba de aclarar que eso que ha hecho Morales, y que el boliviano llama nacionalizar, es exactamente lo que Humala hará en el Perú. Y el vocero humalista Eduardo Garivoto ha saltado hasta el techo para decir que nacionalizar significa otra cosa.

Salvo que, en el terreno chavista, el lago Titicaca marque la frontera donde la palabra nacionalizar cambia de significado, podemos entender que eso que Morales está haciendo en Bolivia es exactamente lo que Humala planea hacer en el Perú, para mayor descalabro de nuestra economía. Pero Humala insiste en decir que nacionalizar no significa nacionalizar. Así como don Ramón insistía en ignorar el sentido del vocablo vocablo.

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(1) Puedo estar equivocando muchas cosas en este resumen: cito de memoria y este capítulo lo vi hace muchísimos años.

Imagen: Hugo Chavez: chavista, pero no por antonomasia. Fotomontaje gfp.

2 comentarios:

kam lu wantan dijo...

Otra perlita de la vecindad, en un diálogo entre doña Florinda y el Chavo:
- Chavo, ¿sabes dónde está Kiko?
- No, no sabo.
- No se dice "no sabo"...
- ¿Entonces?
- "No sé"
- Y si no sabe para qué anda corrigiendo a los demás.

José Antonio Galloso dijo...

Es triste pero cierto
duro y cómico
y también con una dosis de TRES PATINES.

Tres Patines: Yo estaba haciendo mis ejercicios manantiales.
Tremendo Juez: ¡Matinales!
Tres patines: Tú estuviste ahí, chico, tú me viste.

A LA REJA!!!!!