12.6.06

Las persas

Durante las últimas eliminatorias mundialistas, hubo un partido sui generis: el último de los que jugó Irán justo antes de clasificar. Fue especial porque en él se batió el record de asistencia de público en una fase previa: ciento diez mil personas en un estadio de Teherán. Fue especial, también, porque casi todas ellas eran hombres. Teniendo en cuenta que en el campo habría veintidós varones usando shorts, no estaba bien visto que las mujeres asistieran, como no está bien visto que asistan a una infinidad de cosas en Irán.

Ayer, mientras veía el partido entre México e Irán, no pude evitar pensar en ese dato, ni recordar la historia contada en los dos volúmenes de Persepolis, la estupenda memoria
-cómic de Marjane Satrapi, ni aquella otra de Dayereh (El círculo), la notable película de Jafar Panahi. Satrapi narra la forma en que la llegada de los fanáticos religiosos al poder en Irán precipitó el desborde de los abusos contra la mujer e instituyó legalmente unas costumbres feroces que de ninguna manera eran mayoritarias antes (de hecho, el movimiento de liberación de la mujer había tenido éxitos mayores ya en la década del treinta). Panahi hace una exposición inteligente y sensible de la situación de abusiva y criminal subordinación de la mujer persa en nuestros días (la película es de hace seis años).

Tampoco me fue posible dejar de pensar en una fotografía que vi hace tiempo, y que he podido encontrar en Internet ahora, para colocarla aquí, sin ánimo amarillista: la imagen de una mujer iraní, acusada de adulterio, a la que un grupo de personas entierra hasta los hombres para que sea más sencillo apedrearla hasta la muerte. En Irán, matar así a una adúltera es legal. Es ilegal, eso sí, hacerlo con piedras demasiado grandes, que puedan quitarle la vida rápidamente, o con piedras demasiado chicas, que no alcancen para asesinarla.

Fue Thomas Mann quien escribió que "la tolerancia se transforma en un crimen cuando se aplica al mal". ¿Qué se hace en Occidente para evitar ser tolerantes con los crímenes de la misoginia consuetudinaria iraní? Poco o nada. Lo más triste es que, por intereses muy diversos, tarde o temprano el gobierno americano invadirá Irán, y dirá que uno de sus motivos es la lucha por la libertad de las mujeres persas. Que gente como Bush cuente con ese tipo de excusas tiene mucho que ver con todos aquellos que, en nombre de un liberalismo o de un multiculturalismo mal entendidos, eligen ser tolerantes con este tipo de costumbres, claramente repugnantes no sólo para nosotros, sino también, sobre todo, y ciertamente, para sus víctimas.

2 comentarios:

Ivan Thays dijo...

Hola Gustavo: aprovecho este interesante post para felicitarte porque tus favoritos, República Checa, jugaron un partidazo, de lejos el mejor equipo de este Mundial hasta la fecha. Una lástima que ahora mismo sea un hospital con Baros cojeando y Koller sin muslo. Veamos si avanzan.

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Esa fotografía es impresionante, sin duda. Es tristísimo que eso todavía pase, incluso en países "liberados" como Afganistán.

Dicho sea de paso, en países donde la mujer tiene un estatuto legal menos frágil, se pone al día bastante rápido. Por ejemplo, ya sabíamos que, en tiempos recientes, en muchos países occidentales, hay más mujeres que hombres en la universidad (y terminando secundaria, etc). Lo curioso es que lo mismo pasa en los países musulmanes donde la mujer puede acceder al sistema educativo; por ejemplo:Qatar, Algeria y Kuwait.