Durante los ya largos años en que Jaime Bayly ha venido vendiendo la idea (sobre todo en el extranjero) de que él es un artista incomprendido por la pacata sociedad peruana, un paria, un forzoso exiliado, una suerte de peruano del futuro que ha tenido que lidiar escandalosamente con los lastres del conservadurismo limeño, escribiendo unas novelas libérrimas y revolucionarias en las que todos los tabúes son rotos, yo he sospechado (y lo he escrito varias veces) que Bayly es, más bien, la suma total de esos lastres, la cúspide de las taras de la pituquería peruana: una vieja limeña disfrazada de niño (Goyito) terrible.
Como si sus libros no bastaran, hace poco Bayly dio un ejemplo perfecto de cómo es que en él encarna la mediocridad intelectual de la aristocracia hiperconservadora limeña. Lo hizo al deslizar su explicación para el hecho de que Ollanta Humala recibiera grandes votaciones de apoyo, sobre todo, entre el electorado andino. ¿Qué dijo Bayly? En resumen, dijo que a mayor altitud, menor oxígeno, y que, por tanto, era entendible que los serranos tuvieran menor rendimiento intelectual. O sea, dijo que los cholos son brutos. Y lo dijo él, que es blanquito y brillante.
Pues bien, días después, Pedro Pablo Kuczynski (arriba, izquierda), otra de las cumbres de nuestra intelectualidad, el tipo que lleva las riendas de la economía peruana, tuvo uno de esos raptos de originalidad que sólo les son dados a los genios. En medio de un discurso público, aludiendo a los hechos de la política peruana reciente, Kuczynski produjo la siguiente frase: "Esto de cambiar las reglas, cambiar los contratos, nacionalizar, que es un poco una idea de una parte de los Andes, lugares donde la altura impide que el oxígeno llegue al cerebro, eso es fatal y funesto...". O sea, los cholos son brutos.
Uno se pregunta si Kuczynski y Bayly no habrán estado buceando mucho rato sin su snorkel en las cristalinas aguas de nuestras playas del sur. Pero uno se pregunta eso para tomarse las cosas a la broma, para no decir, uno también, alguna bestialidad, como que personajes como estos deberían acercarse a los micrófonos con bozal, o amordazados. Más acertado puede ser optar por la moderación, como lo ha hecho, por ejemplo, Carlos Iván Degregori, y señalar únicamente una cosa: Kuczynski y Bayly son la explicación perfecta de por qué el Perú está tan atrasado y subdesarrollado como está: porque su clase dirigente es una clase atrasada y subdesarrollada.
Un par de preguntas: ¿se podía esperar que Kuczynski, el hombre clave de la economía peruana, hiciera algo para solucionar aunque fuera en parte la situación de desesperada pobreza de la población andina cuando es tan evidente el total desprecio que siente hacia esa población? ¿Se merece un cargo en el gobierno alguien que ve a los gobernados como imbéciles simplemente porque consideran que parte de su desgracia se debe a que gente como Kuczynski esté en el poder desde siempre y, aparentemente, para siempre?
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7 comentarios:
Completamente de acuerdo contigo Gustavo. Excelente post. Muy claro. Saludos.
Excelente post, Gustavo.
Detrás de esta explicación estúpida y trivial, que nada tiene de graciosa, por parte de estos dos intelectuales que sí respiran mucho oxígeno, subyace un problema muy interesante, en el que se combinan, como suele suceder, ciencia y prejuicios raciales.
Hace unos días estuve en Huancayo y, por cierto, tuve que pasar por Ticlio. Tuve un malestar ligero que duró unas tres horas, luego de lo cual ya no percibía ninguna diferencia relevante. Pero muchos otros viajeros no tienen tanta suerte. Y lo que importa es anotar que esta condición, el mal de altura, nada tiene que ver con alguna cuestión racial, sino con ciertas capacidades de aclimatación que no han sido todavía aclaradas. Un andino nacido en Lima puede sufrir el mismo soroche que un blanco igualmente nacido en Lima.
Como se sabe, el mal de altura y, lo que es más relevante, las condiciones fisiológicas en la altura fueron primero hondamente estudiadas por Carlos Monge Medrano y posteriormente por su hijo, el reputado doctor Carlos Monge Casinelli. Ocurre por un lado que los animales de la Sierra sí están genéticamente adaptados a las condiciones de altura mientras que los seres humanos no. Es decir, para el caso de los humanos, la razón por la cual se puede o no resistir la condición de la altura no tiene nada que ver con el fenotipo, mientras que en el caso de los animales, sí. Una vez asistí a una charla en la que una investigadora que trabajaba con Monge Casinelli explicaba cómo después de 500 años las gallinas de los andes habían empezado a poner huevos con una provisión de oxígeno mayor que las gallinas de la costa.
Ahora bien, la doctora Fabiola León-Velarde cuenta un hecho muy interesante en una entrevista que pueden encontrar en este link:
http://www.ceprecyt.org/entrevistas/LeonVelarde.htm
Observen especialmente esta parte de la entrevista en que la doctora León Velarde relata los desencuentros entre los científicos ingleses y el investigador peruano:
"En el año 1921, vino una expedición inglesa, liderada por un importante fisiólogo, Joseph Barcroft, que permaneció más tiempo que la francesa. Esa expedición concluyó con una frase terrible que fue: “el peruano no sólo está físicamente sino también mentalmente incapacitado por las condiciones de vida”. Descubrieron que aumentaba la ventilación y el flujo sanguíneo. Queda claro que no tomaron en cuenta la falta de educación, las condiciones nutricionales en las que vivían las poblaciones estudiadas en Cerro de Pasco. El Dr. Carlos Monge Medrano, padre de nuestro científico Carlos Monge Casinelli, pertenecía a la corriente indigenista y su reacción fue muy importante frente a lo que dijeron los extranjeros. Carlos Monge, en San Marcos, reacciona haciendo su propia expedición a Cerro de Pasco. Ahí emprende su gran obra que culminó con el descubrimiento de la enfermedad de Monge, la que pensó primero que era algún tipo de policitemia, o sea un incremento exagerado de los glóbulos rojos que puede ocurrir patológicamente a nivel del mar. Es un descontrol de la síntesis de glóbulos rojos. Pero, rápidamente se da cuenta que esto está ligado a la disminución de la presión de oxígeno, que no tiene nada que ver con un descontrol de la médula ósea. En el año 1925, presenta el primer caso a la Academia Nacional de Medicina como una nueva enfermedad. Por eso, posteriormente, en la Universidad de París, la nombran como la “ maladie de Monge”. Mundialmente reconocen que es una enfermedad nueva y que ha sido descubierta por un peruano Carlos Monge. A partir de ahí se desarrolla toda una línea de investigación de altura, donde Alberto Hurtado tiene también una gran preponderancia, reconociendo que el hombre andino tiene una capacidad de aclimatarse a la altura. Con un grupo importante de la Universidad de San Marcos, en el que había cardiólogos, nefrólogos, neumólogos, entre otros investigadores estudian cada uno de los aspectos de la adaptación a la altura. Se genera un tratado muy importante, “La enfermedad de los Andes”, donde describe con una gran acuciosidad toda la fisiología del hombre andino."
Este es un claro ejemplo de cómo los prejuicios acientíficos invaden la ciencia pero también de cómo la ciencia misma puede enmendarlos. Y no tiene nada de raro, entonces, que la simplicidad y la chatura circule entre quienes se sienten poseedores de mentes superiores y más complejas.
Pero dejémonos de autoritarismos ilustrados. ¿No será que tanto Bayly como Kuczcinsky quieren expresar (al igual que los mongoles o tibetanos que utilizan el anonimato de la Internet contra el tiránico estado chino) una rebelión contra el discurso hegemónico, ilustrado y occidental que quiere imponer el extravagante privilegio del pensamiento racional y los valores autoritarios, impositivos, esencialistas, de la igualdad? ¿No será que ambos personajes pretenden subvertir, desde los márgenes que ofrece la irracionalidad, aquella cultura globalizada que ha erigido como fetiche los derechos humanos universales? Vamos, es posible que el racismo sea legítimo o una ironía que posee un valor antihegemónico, como alguna vez lo propuso Alexis Iparraguirre quien, dicho sea de paso, hasta ahora no responde a mi cuestionamiento a su apología, tan dignamente académica, de la calumnia. Pero en fin, como él nunca visita los blogs, se puede explicar su silencio.
Acaso no visita este blog, pero es evidente que tiene que visitar los que él administra, así que será cosa de visitarlos y dejarle un mensaje.
Muy buen post, Gustavo. Es el reflejo de una aterradora realidad, premunida de estolidez. Prejuicio, que para desgracia, tiene mucha prensa.
Gabriel.
Sin duda alguna, los que hemos nacido y hemos vivido gran parte de nuestras vidas, o toda, en la sierra somos vistos con otros ojos por algunos personajes del circo político de la eunuca capital. Y coincido con G. Faverón, quien ha defendido lo que a veces es caso perdido: la unión-aceptación-mutuo desarrollo-etc del Perú.
Me pregunto si algún día, los serranos, aquellos indios que nos falta el oxígeno para pensar y no podemos dar una opinión a la altura de los beautiful minds de Lima, tendremos una oportunidad para desarrollarnos. El racismo y la xenofobia interna es otro calvario, además del político-social-corrupto, por el cual debemos atravesar para poder surgir. Hay de los serranos si nos equivocamos... Usualmente, tenemos la culpa de todo y nunca el mérito de algún triunfo.
Tengo entendido que Alexis administra blogs relativos a los cursos que dicta en la universidad. Y Aguirre, hasta donde sé, no tiene ya ningún blog. ¿Tú a cuáles te refieres?
Jaime Bayly es intelectual? Yo juraba q era comediante.
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