17.7.06

La ciudad y los perros asesinos

Antes que nada: me fascinan los perros. He tenido muchos y por mucho tiempo. Por varios años la casa de mi familia fue más la casa de nuestros tres perros (un cocker, un collie y una afghano) que la casa de la gente, y los bípedos del hogar nunca nos quejamos. Contentos con conservar una endeble mayoría, aprendimos a convivir armónica y felizmente con nuestros cuadrúpedos.

Como cualquier amante de los perros (sobre todo uno que ha leído a Virginia Woolf), yo también tiendo a atribuirles sentimientos, pensamientos y emociones que seguramente no atraviesan ni sus mentes ni sus corazones ni sus sistemas nerviosos. Los "psicologizo" como el que más. Estoy en mi derecho.

Pero de vez en cuando es bueno recordar que son animales, que no disciernen como uno, y que, no importa hasta qué punto de la estratosfera salten los verdes, los ecologistas y los cinófilos acérrimos, las vidas de los perros son menos importantes que las vidas de las personas. De cualquier persona.

Me ha resultado curioso ver la movilización cívica de protesta que ha despertado en el Perú la idea de sacrificar a un perro rottweiller que días atrás mató a un potencial ladrón de autopartes en Lima. De alguna forma, parece loable que la gente reconozca que la culpa no es del animal. Sin embargo, personalmente, preferiría una sociedad en la que la gente se irritara ante el hecho de que sus congéneres, abismados a la total miseria, arriesguen sus vidas para robar un faro, un par de plumillas o una radio para venderlos y comprar algo de comida. No es así. La gente parece creer que está bien que el tipo esté muerto, y que lo triste sería que muriera el perro.

(Por cierto: quienes suponen que el perro sólo "cumplió con su deber" deberían tener en claro lo siguiente: el perro no sabe qué es el deber; el perro no puede distinguir el bien del mal; el perro no sabe qué es robar porque no sabe qué es la propiedad; el perro matará exactamente de la misma manera a cualquiera que entre en ese lugar a esa hora, y no se dentendrá a preguntarle si es un niño escapando de un secuestrador o un pordiosero buscando un hueco donde dormir. Y el perro matará también a los ladrones, que, hasta donde sé, en el Perú, no tienen pena de muerte).

A quienes están invirtiendo su libido en activar las protestas contra la posible muerte del animal, les propongo otros temas sobre los cuales acaso quieran protestar: los linchamientos populares cada vez más normales en el Perú; la desnutrición, la malnutrición y la muerte por hambre de un número significativo de niños peruanos; los centenares de muertos por tuberculosis que colocan al Perú en un periodo de la historia ya superado en la mayor parte del mundo; la facilidad con que centenares de socios de la mafia fujimontesinista han regresado a la vida normal sin pagar ni un sol ni un segundo de su tiempo (sobre todo en el mundo de la prensa y el espectáculo); el hecho de que dos sospechosos de genocidio vayan a ser, respectivamente, presidente y vicepresidente del Perú durante los próximos cinco años; etc, etc, etc.

Quién sabe: si arreglamos esos otros problemas quizá nuestros perros no tengan que andar matando ladrones por las calles de Lima en un futuro.

Postdata

A una lista en la que participo llegó un mensaje interesante del crítico literario Javier Ágreda. Javier, como colocando un elemento más en la conversación sobre el perro homicida, citó estos dos pasajes de la Biblia:


Exodo, Capítulo 21, 28. Si un buey embiste a un hombre o a una mujer, y este muere,
el buey será matado a pedradas y no se comerá su carne... 29. Si el buey solía embestir,
y su dueño, aunque advertido oportunamente, no lo vigiló, en el caso de que
ese buey mate a un hombre o a una mujer, será muerto a pedradas, y su dueño
también será castigado con la muerte.


1 comentario:

PVLGO dijo...

Aunque parezca increible, hay quienes dudan que la vida de un ser humano sea mas importante q la de un perro. Pero mas alla de esas cuestiones metafisicas (o patafisicas, tal vez), desde un punto de vista pragmatico, es incuestionable de que hay q sacrificar al perro o por lo menos mantenerlo permanentemente aislado, porque, como bien dices, "el perro matará exactamente de la misma manera a cualquiera que entre en ese lugar a esa hora, y no se dentendrá a preguntarle si es un niño escapando de un secuestrador o un pordiosero buscando un hueco donde dormir."