Es sumamente posible, al parecer, que el Nobel de este año vaya a las manos de Orhan Pamuk.
También es bastante posible que los miembros de la Academia Sueca no hayan leído ni media página de Pamuk hasta que, meses atrás, el escritor turco se viera víctima de una injusticia promovida por el gobierno de su país.
Si este año ese premio va a dar a las manos de Orhan Pamuk, habría que tirar la toalla y perder ese nosequé fetichista que nos hace prestarle atención, todavía, a los viejitos de Estocolmo.
O acaso deberíamos proponer a la Academia Sueca que cambie el nombre del premio y empiece a llamarlo Premio Nobel para Figuras Políticas, y que reduzca el asunto de la literatura a un requisito menor, acaso secundario: "se preferirá a los candidatos que, sabiendo leer y escribir, hayan dejado pruebas de ello en documentos impresos".
Por supuesto, si ganan Philip Roth o Mario Vargas Llosa, les extiendo mi insignificante confianza por un año más.
Por lo pronto, vale la pena recordar la lista de ignorados por la Academia Sueca que Iván Thays comentó hoy en su blog: Tolstoi, Chejov, Joyce, Pound, Proust, Kafka, Nabokov, Rulfo, Borges, Onetti.
Bueno, no hay que ser tan exigentes: a cualquiera se le habrían pasado esos nombre, ¿no? Lo importante es que sí se acordaron de darle el premio a Churchill y a José Echegaray (en la foto), sin quienes la literatura del siglo veinte no sería lo que es... Supongo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
¿En verdad se lo ganará Pamuk? Y pensar que tengo en mi biblioteca EL LIBRO NEGRO porque formaba parte de un lote de libros de Santillana que estaban siendo rematados en una tienda por departamentos en Caracas. Si finalmente se gana el Nobel, será muy consolador saber que yo también me habré ganado un dinerillo...
...Y sí, me lo gané.
Publicar un comentario