27.10.06

Trabalenguas 4

“Me pregunto… cuál es el sentido de contar, a posteriori, lo sucedido en un evento en vivo”.

--Víctor Coral critica al escritor Max Palacios por haber hecho una pequeña crónica de la presentación de mi antología Toda la sangre. Coral parece proponer una de estas dos posibilidades: (a) que los eventos sean contados a priori, o (b) que los eventos nunca sean contados. Ya saben: si algún dictadorzuelo fascista anda en busca de jefe de prensa, Coral es la voz.

“Antes de escribir sobre la todavía oblicua revelación del otro hijo de Alan García, le di varias vueltas al asunto. Ustedes saben: el curso de Deontología, la Ética a Nicómaco, lo público, lo privado y toda la vaina. De pronto, me di cuenta que tanta cavilación era inútil. En otro blog ya habían tocado ampliamente el asunto, con más pelos y señales que el mismo Hildebrandt. La información ya estaba online. Mis reparos no tenían sentido”.

--Reportero Marco Sifuentes, del canal de Baruch Ivcher, demostrando que para él cualquier reflexión ética pasa a segundo plano cuando se trata de seguir al rebaño, y, de paso, dando testimonio público de que, en su trabajo, el pensamiento es un obstáculo.

Vladimiro Montesinos aguó la fiesta de Fernando Ampuero y Gustavo Faverón. En fatídica coincidencia, los tres escritores decidieron presentar sus respectivos libros el mismo día, ayer jueves”.

--El mismo reportero Marco Sifuentes, en cuya cabeza la presentación de un libro sobre la violencia política que dejó 70 mil muertos en el Perú puede ser para alguien “una fiesta”.

“Imagino que la respuesta será que la calidad es más importante que la cantidad”.

--Mark R. Cox, comentando el libro Toda la sangre antes de leerlo, se queja de que la calidad de los relatos haya sido importante para su inclusión en la antología. Ya saben lo autores antologados por Cox años atrás: fueron escogidos no por su calidad, sino por su importancia estadística.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No son las dos únicas posibilidades. Las otras: transmitir en vivo la presentación, con lo que el blogger se convertiría en cronista radial, o comentar la presentación, pero publicar en un link la transcripción, fiel, de lo dicho por los presentadores.
En cuanto a lo de la chamba de prensa, estoy bien donde estoy: paso.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Para librarse del ridículo que hace su fascismo a flor de piel, le faltó a Coral conceder una quinta posibilidad: que la gente tenga derecho a decir lo que quiera decir y a opinar cuanto quiera opinar. Mientras eso no se le pase por la mente, seguirá siendo el criptofacho que siempre ha sido.

ocraM dijo...

según tu interpretación ¿todos los blogs que tocaron el tema del hijo de Alan fueron borregos de un rebaño liderado por Hildebrandt?

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Eso no puedo decirlo. El único que ha dejado evidencias de ello eres tú.

Y de paso aclaro: no digo que esté mal convertir en noticia las zonas ocultas de la vida de un presidente de la República. Lo que me resulta sorprendente es tu razonamiento: en un primer momento tienes dudas éticas; en un segundo momento, basta con que la mancha haga algo para que tú la imites.

ocraM dijo...

las dudas éticas sobre revelar o no una información terminan cuando ésta ya es revelada al público. eso es simple. y eso es lo que conté.

después vienen las dudas éticas sobre cómo tratar esa información. pero ése es otro tema.

Daniel Salas dijo...

Ocram debería saber (si ha pasado por la universidad) dos cosas: que los problemas éticos aparecen allí donde no hay una respuesta clara sobre lo que se debe hacer y que la solución nunca es la opinión de la mayoría.

Uno se pregunta si, por ejemplo, es justo condenar a muerte un asesino, o si es ético hacer sufrir a quien nos ha hecho sufrir. Y la respuesta nunca es "está bien porque todos lo hacen o porque todos piensan que está bien".

A nadie se le ocurre reflexionar filosóficamente por qué no se puede matar arbitrariamente al alguien que pasa por la calle o por qué no se puede robar el dinero destinado a la caridad. Porque precisamente los problemas éticos son los que poseen alguna dificultad, los que ponen en conflicto dos o más principios. Y si uno va a plantearse un problema ético para despacharlo en dos líneas bajo el argumento de que ya otros han decidido por mí, entonces es mejor no plantearse problema alguno y seguir actuando como un descarado. Hacerse pasar por intelectual es aquí hacer el ridículo.

uvasvero dijo...

Después que se hizo público que la Ventana Indiscreta entraba en el horario de César Hildebrandt, no tuvo ninguna duda en quedarse callado Marco Sifuentes.