En e blog de Carlos Sotomayor (periodista del diario Correo) aparece esta reseña de la última novela de Ezio Neyra, Todas mis muertes (Alfaguara, 2006).
En resumen, Sotomayor parece juzgar que la nueva novela de Ezio cumple las expectativas despertadas por la primera, aunque le objeta el no ir más allá de ese esfuerzo inicial (el de Habrá que hacer algo mientras tanto), que parece considerar superior en ambición y en alcance simbólico.
Por otro lado, un nuevo número de la revista literaria La Siega trae una entrevista a Ezio, hecha por el director de la publicación, Luis Miguel Hermoza, poeta peruano residente desde hace años en Barcelona.
La entrevista es larga, detallada y entretenida, y hacia el final Ezio habla de sus dos proyectos simultáneos: dos novelas, que podremos llamar por ahora, a falta de nombres oficiales, "la novela de la peluquería" (¿alguien dijo contrapunto a Mario Bellatín?) y "la novela de Santa Rosita".
(Mirándolo bien, Ezio sí parece referirse a la primera como La peluquería. Aún no es tarde para buscar otro título).
Imagen: Ezio Neyra fotografiado por Sophie Canal, quien, dicho sea de paso, es uno de los motores de la editorial Matalamanga.
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5 comentarios:
La objetividad no estriba, querido Faverón, en la crítica leve, suave, indirecta,
anémica por falta de valor: la consistencia exige adecuación entre palabra y acción; de la ausencia de esta últimoa se desprende el corpus de los comentarios de sus amigos, e incluso suyos: la demagogia.
¿Qué le pasó al Pseudo Calvo? ¿De qué está hablando?
Cosas raras tiene este Calvo. Ahora es Eduardo y no Edward, ahora es Fredh y no John. A lo mejor sea un personaje que cronológicamente tiene 45 años, pero ante la Reniec tiene 40, ante los patas 37 y ante las chicas hace creer que tiene 34. Cosas raras.
Gabrielito.
Usted me denomina "Pseudo Calvo", su adlátere Gabriel Ruiz-Ortega elucubra en torno a mi tan huidiza identidad, a partir de datos inexactos e improbables; lo único que logran es descentrar una discusión clara e inequívoca.
Suyo, E.
¿Datos inexactos e improbables? ¿Por qué no te quitas la careta de una vez por todas y muestras la carita? Aún así uses esa cuenta blogger creada -aún para atacarte (qué novedad)-, es obvio que tú solito has caído por esas vesánicas ansias de que siga hablando de ti. Además tienes el cuajo de decir que se descentra una discusión clara e inequivoca. Ya pues, Gaspar, no creo que estemos en un consultorio en el que se trate problemas emocionales. All you need is love.
G.
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