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Curiosamente, Chuckito parece querer debate, pero no participa en el único del que tomo parte yo en estos días: el tema de Sendero Luminoso y la literatura peruana. No. Al querido tío César se le nubla la visión y cree que lo importante, lo crucial, lo impostergable, es censurar a cualquiera que haya tenido la osadía de no atacar a Fernando Ampuero. ¿Deliremos juntos, Cesarín? No, no: sigue tú nomás.
No me cabe duda de que el muñequito seguirá con los insultos cada vez que se le vuelva a resentir la herida hepática que define todos sus actos. No pienso volver a ocuparme de él aunque siga desperdiciando sus fuerzas en atacarme gratuitamente (¿"energía" y "energúmeno" tendrán la misma raíz?). Pero apenas se le ocurra una idea --una sola-- que valga la pena, que la diga y la discuto encantado. Anda, Cesarín, no te avergüences: una idea en lugar de todos tus insultos. Tú puedes.
2 comentarios:
Muy acertado el comentario de Hildebrandt. Espero lo sigas posteando.
Gastar saliva en personas que no respetamos no tiene sentido. Mas aun, gastar espacio en un disco duro por alguien asi es simplemente insensato. Hacia tiempo debio decidir ignorar a esta persona. La vida es muy corta como para gastarla asi.
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