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Veo en Domingo de La República que ha aparecido ya su artículo, que recoge centralmente declaraciones de Víctor Andrés Ponce y Alonso Cueto, dos de los narradores que con más frecuencia e interés se han aproximado al tema.
Torres insiste varias veces durante el artículo con la idea de una "literatura de postguerra", y parece hallar sustento en las declaraciones de Ponce, que yo encuentro por momentos contradictorias:
"Las obras más importantes sobre la guerra, ya sea en literatura, en el cine o en teatro, se dan algunos años después de terminado un conflicto", dice Ponce, y continúa: "es como si la sociedad y sus actores deb[iera]n tomar distancia. Mira lo que pasa en Chiapas, la guerrilla en Centroamérica y en Colombia, el conflicto en Medio Oriente. Muchos aún continúan, pero ya se presentan intentos de contar esas historias de desencuentros en una sociedad que lleva a sus hombres y mujeres a matarse entre sí".
Cueto, por su parte, es más reacio a la etiqueta de "literatura de postguerra" y prefiere ver el fenómeno como un avatar de la relación constante entre nuestras letras y nuestros problemas sociales, en un país que vive "en estado de guerra permanente".
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