13.12.06

La violencia y la crítica

En estos días han aparecido en internet algunas cosas relacionadas con el tema de la literatura peruana y la violencia política.

Una de ellas es un artículo de Miguel Gutiérrez (originalmente publicado en el número más reciente de Libros & Artes, la revista de la Biblioteca Nacional), titulado Narrativa de la guerra, 1980-2006.

En el ensayo, primera parte de un esfuerzo mayor, Gutiérrez regresa al lugar común (y falso) de señalar la existencia de "periodos de silencio y olvido" en el que el tema no fue tratado, o fue tratado escasamente en nuestras letras. Según Gutiérrez, uno de esos momentos sobrevino luego de "la derrota de SL (con la caída nada épica de su líder) y el MRTA" y con "la instauración autoritaria del fujimorato".

En Indymedia, Centro de Estudios Independientes de Colombia, una página que recoge ensayos y artículos de individuos y grupos de izquierda radical, a veces extremadamente radical, publica
una extraña nota de Mauricio Quiroz Torres donde se comenta una mesa redonda que tuvo lugar en Lima días atrás en torno al tema "La violencia en la crítica literaria peruana".

Pese a que en la mesa (organizada por la revista Casa de Citas, la de Olga Rodríguez Ulloa: ¡oops!) estuvieron Marcel Velázquez y Ernesto Carlín, lo cierto es que el autor de la nota, Quiroz Torres, dedica todo su texto a glosar las declaraciones de otro panelista, Oswaldo Reynoso, quien, como es sabido, desde hace semanas, a su eterno monólogo sobre su propia genialidad le ha añadido una diatriba en contra mía que repite dondequiera que va.

Reynoso
y Quiroz Torres caen en el mismo discursito circular y sin sentido: Reynoso se queja de que en el Perú exista una literatura provinciana ignorada por la crítica y no difundida por el circuito editorial, y acto seguido despotrica contra mi antología Toda la sangre, que, como se sabe, además de incluir un cuento suyo, incluye mayoritariamente a autores del interior del país.

Quiroz Torres
, por su lado, afirma que el tema de la violencia es un incómodo tabú en la crítica literaria peruana, y de inmediato me agrede por haber tocado el asunto en el libro mencionado. No cabe duda de que aquellos que viven de autodenominarse marginales odian a cualquiera que quiera abolir siquiera algo de la marginalidad de los realmente relegados.

También apareció en el blog de
V. Coral una reseña de Toda la sangre: cuentos peruanos de la violencia política.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ver el contraste que se crea entre lo novedoso del enfoque del crítico Coral sobre Toda la sangre, centrado en lo que significa hacer una antología, y la perorata manoseada de Quiroz y Reynoso, quienes parecen no renovar sus referentes desde hace décadas.

Un proceso complejo y problemático como la violencia política en el Perú no puede ser abordado con esquemitas de marxismo tipo Martha Hanecker, donde lo "oficial" es enfrentado a lo "popular" como si fueran bandos milimétricamente diferenciados y además depositarios de la maldad pura los primeros y de la inocencia los segundos.

Tanque de Casma dijo...

Hay unas cuantas inexactitudes de Mauricio Quiroz que quiero comentar, ya que me alude directamente.

El artículo de Mauricio Quiroz está asumiendo como único tema de la mesa la violencia política en la literatura peruana. En realidad, el tema puntual era la violencia en la crítica literaria. Las organizadoras me adelantaron que se tratarían temas como el debate andinos y criollos, el problema de la hegemonía de Lima sobre provincias en la crítica, el estado actual de la crítica, el fenómeno de los blogs y los problemas a la hora de comentar un autor por su postura sobre la violencia política. Como se ve, la mesa no giraba alrededor de la violencia política, por lo que no puede criticarnos a los expositores por no habernos concentrado en ese tema.

Por lo que recuerdo, tanto Marcel y yo basábamos nuestras exposiciones en las interrogantes de una correcta Luz Vargas. Entendí que las invocaciones de ella a centrarnos en sus preguntas se referían a Reynoso, quien del saque anunció iba a tratar un tema particular (sus discrepancias con Gustavo y Thays).

Otra cosa. Si Quiroz hace memoria recordará que yo di mi opinión sobre el término guerra popular y por qué prefería el de guerra interna. Llevarle la contra a Reynoso, en éste y en cualquier tema, no significa decirle pekinés ni prosenderista. Prueba de ello es que, terminada la mesa, Oswaldo y yo conversamos de lo más tranquilo.

Anónimo dijo...

Efectivamente, la mesa no giraba en torno de la violencia política en la literatura. La semana pasada, el señor Mauricio Quiroz nos envió al correo de la revista su nota sobre la mesa e inmediatamente le aclaré lo siguiente:

"el tema era "Violencia en la crítica literaria peruana". No se trata de la violencia como tema literario, (ni de la violencia política de la década de los 80) que es lo que asumió equivocadamente el señor que hizo la primera pregunta y, aparentemente, tú también.
¿No es la violencia política en la literatura un tema más o igual de importante que la violencia a secas en la actividad crítica? Sí, y precisamente Casa de Citas organizó una mesa redonda en la anterior Feria del Libro del Jockey Plaza sobre ese tema. Invitamos al escritor Dante Castro, a los críticos Juan Carlos Ubilluz y Víctor Quiroz, y Rocío Silva estuvo de moderadora. Allí SÍ se trató la literatura última sobre violencia, [los libros]de Roncagliolo y de Alonso Cueto, y la que se hacía en las cárceles. Porque era lo pertinente. Y no fue un tabú hablar sobre eso."

M. Quiroz me ha contestado: "entendido", pero no ha modificado su nota a pesar de haber leído mi aclaración.

Siguiendo con las aclaraciones, Sr. Faverón, le hago saber que fundamos "Casa de citas" Claudia Arteaga, Olga Rodríguez, Fernando Toledo y quien le escribe, Luz Vargas. Luego, ahora, la revista es dirigida por Úrsula León, Olga y yo.

Saludos,
Luz Vargas

Anónimo dijo...

Estimado Gustavo:
Tiene uno de los blogs más interesantes y mejor escritos sobre literatura, pero, por favor, corrija el terrible "diatriba en contra mía".

Gustavo Faverón Patriau dijo...

¿"Diatriba contra mí" sí sería aprobado por el comentarista?

Anónimo dijo...

el posesivo no debe confundirse con el pronombre, cadete Faverón, qué cosa?

César

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Perdón, pero ambos son posesivos.