9.1.07

El más grande y el más pesado

Que los coffee-table books hayan aparecido comercialmente antes que los libros-objeto propios de las artes y las letras postmodernas (sé que estoy generalizando) parece un síntoma perverso: como si la trivialización de una forma artística hubiera precedido a esa forma.

Más curioso es esto: el precio elevado suele ser una desventaja con la que deben lidiar quienes tienen un interés genuino en confeccionar un libro-objeto por necesidad expresiva o significativa, mientras que, en el caso de los coffee-table books, se espera que sean caros, porque además de ser libros (o mejor dicho, por encima del hecho de que sean libros) son adornos y símbolos de status.

En Inglaterra, según leo en The Guardian, una nueva editorial (Gloria, fundada dos años atrás) ha tomado la decisión de multiplicar radicalmente ese rasgo, confeccionando coffee-table books
cuyo precio de venta varía entre las 1000 y las 5000 libras.

¿El primer volumen del sello?: se llama Pelé, y es un tomo de doce kilos (derecha) dedicado a contar e ilustrar la historia profesional del máximo héroe del fútbol mundial.

La primera edición de Pelé (la popular, di
gamos) costó 1000 libras (1900 dólares, más o menos), y agotó algunos miles de ejemplares; la de lujo anduvo por las 4000 libras en 150 copias también vendidas; una edición especial autografiada por todos los sobrevivientes del Brasil campeón mundial de 1970 llega a las 5000 libras (unos 9700 dólares).

(Mientras escribo esto, le echo una mirada a mis viejos banderines del Boys que llevan la firma de dos bicampeones mundiales brasileños: Zozimo de Calazans y Djalma Santos. Imagino que son menos glamorosos que un libro bien hecho. Igual, no los vendería por nada... Salvo una buena cantidad, claro está).

1 comentario:

Tanque de Casma dijo...

Doctor
Yo sé que has tenido la suerte de ver a Zozimo, Djalma Santos, Campolo Alcalde y Valeriano López jugar con la rosada, pero no es para que lo restriegues a simples mortales que nos debemos conformar con sufrir con Solanito Guevara y Landauri.
Por cierto, Maradona, en su última gira por el Perú, se mostró con la gloriosa camiseta del Boys a pedido de uno de sus ídolos de chuiquititud: Julio Melendez Calderón.