19.1.07

Los dos rostros de Mona Lisa

Cuatro cosas que desconocía he descubierto sobre la Mona Lisa en poco tiempo: la primera, a través de la prensa, ha sido su nombre (y las circunstancias de su muerte).

La segunda es que el cuadro que muchos reconocen como una versión alternativa o preliminar de la
Gioconda original de Leonardo, que difiere del más célebre en varios rasgos, está exhibido en una colección permanente apenas a veinte minutos de mi casa (foto de la izquierda).

La tercera, que la Mona Lisa tenía la voz menos atractiva del mundo (pero vamos: el aspecto físico de esta mujer tampoco fue jamás despampanante, ¿no?). Y la cuarta: que acababa de dar a luz a una criatura poco antes de que Leonardo se volviera su retratista.

Del nombre y la muerte da cuenta un cable de EFE resumido en La República, y que aparece en versión ligeramente más larga en El País de España: se llamaba
Lisa Gherardini (la monna Lisa), esposa de Francesco del Giocondo, y murió a los sesentirés años de edad en un convento florentino, al cuidado de una Sor Lucia, en 1542, treinticinco años aproximadamente después de pintada y veintitrés luego de la muerte de Leonardo.

¿Qué hace una versión alternativa de la Monalisa a veinte minutos de mi casa? La recibió como donación el Museo de Arte de Portland, Maine, años atrás. Parece inacabada, el paisaje de fondo es otro y la sonrisa casi no está allí: es una
Monalisa más inescrutable, pero menos melancólica. Fue pintada en los mismos años que la célebre pieza del Louvre, y por una mano igualmente zurda. Es más probable que fuera el mismo Leonardo que uno de sus estudiantes.

¿Y eso de la voz menos atractiva? Es el hallazgo de un científico japonés, que, basado en la apariencia de la mujer, su aparente contextura, peso, la forma de su garganta, etc., ha reconstruido las condiciones físicas de su aparato fonador para producir la voz que pudiera haber provenido de ese cuerpo. Es un tanto decepcionante por la trivial ordinariez de la voz resultante, pero, en fin: aquí la pueden escuchar.

¿Y qué hay de lo del hijo? Según da cuenta el Corriere della Sera, un crítico de arte que pudo meses atrás, en setiembre, reexaminar el cuadro del Louvre con rayos infrarrojos y programas de imagen tridimensional determinó que, sobre el vestido de la mujer, hay un velo, invisible hasta ahora por la oscuridad de que el tiempo ha dotado al cuadro, y que ése velo tenía una razón de ser: era el signo social que anunciaba a una madre que acabara de dar a luz. ¿Tendría eso que ver con la enigmática sonrisa? Posiblemente.

(Yo estuvo en el Louvre una sola vez, hace seis años. La Gioconda sigue siendo misteriosa para mí, entre otras cosas, porque es virtualmente imposible verla, detrás de un acordonamiento y una ventanilla de vidrios oscuros destinados a aplacar los flashes de los turistas. La presencia de los vidrios acaba por animar a los observadores a lanzar sus flashes, pues saben que de cualquier forma no dañarán el cuadro. Lo que no saben (no sabemos) es que la cámara difícilmente atravesará esos vidrios en absoluto: al final, en la foto, aparece uno junto a decenas de desconocidos parados en torno a un rectángulo negro y brillante).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Posiblemente el excesivo celo con que se protege a La Gioconda no se deba solamente a la posibilidad de que algún torpe espectador dañe el cuadro, sino también al destino trágico del mismo. Ortega y Gasset tiene un brillante ensayo dedicado a las desventuras de esta obra de Leonardo, usurpada, según tengo entendido, en más de una ocasión.

Anónimo dijo...

La reconstrucción de la voz de la Gioconda por japoneses no es nada nuevo, se ha hecho hace más de un cuarto de siglo. Si esta es un nueva versión con la mas moderna técnica, la voz resulta bastante artificial.

Tanque de Casma dijo...

No es por aguafiesta, pero versiones sobre la identidad de la Mona Lisa aparecen todos los años (o casi). Hasta autorretrato dicen que es.
Slds

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Pero la posibilidad de que fuera esa mujer no es una novedad, Ernesto: era lo que se dijo en tiempos de Leonardo. El historiador que investiga el caso, más bien, ofrece noticias sobre cuál fue el destino posterior de esa mujer, documentándolas con papeles del convento donde su esposo, Giocondo, la colocó para que pasara sus días finales.

Anónimo dijo...

Si la pintura es ampliamente conocida por "la Gioconda" o "Mona Lisa" y que siempre hayan existido fuertes evidencias que la modelo se llamaba Lisa y haya sido esposa de Giocondo. A veces los "expertos" complican las cosas solo por dar la contra y negarse a ver lo obvio.

La versión de que sea un autoretrato tiene en contra ese velo que usaban las mujeres despues de un parto.