"There Are More Things", el cuento que Jorge Luis Borges dedicara a la memoria de H.P. Lovecraft, me pareció siempre uno de los menos interesantes del argentino.
Quizá porque en una lectura superficial no parece ofrecer mucho más que esa suerte de horror formulaico que modela la mayor parte de los relatos de Lovecraft: un narrador testigo, al borde de la locura, nos cuenta el asombroso camino que debió recorrer para hacer un descubrimiento espeluznante, pero la narración se detiene justo antes de que el sujeto nos describa su hallazgo, porque el horror es, por definición, inefable.
El interés del cuento cambia significativamente cuando uno lo coloca en el conjunto de la obra borgeana: "There Are More Things" es una reescritura del mito del Minotauro. El narrador es un Teseo más humano que divino o heroico, un Teseo amedrentado que no acude a su cita con la bestia encerrada en el laberinto por un sentido del deber trágico, sino por pura casualidad, llevado por un accidente.
Él mismo nos cuenta la historia, lo cual es indicio de que el encuentro de este nuevo Teseo y ese acertijo violento y deshumanizado que es el Minotauro no ha sido mortal para el primero. Pero el relato concluye sin que se llegue a narrar la confrontación, de modo que tampoco sabremos nunca si en esta versión del mito el héroe ha llegado a matar al humano-animal, si le ha cortado la cabeza de toro dejando su cuerpo de hombre en el suelo del laberinto, o si ha salido, indemne y despavorido, a reunir fuerzas para hablarnos del horror sin atreverse a nombrarlo directamente.
El título inglés del cuento me llamó siempre la atención y, a decir verdad, si lo he releído ahora es porque, revisando a Shakespeare (cosa que por primera vez hago en inglés), encontré su fuente: "There are more things, Horatio, than are dreamt of in your philosophy" es una frase dicha por Hamlet en la primera escena del quinto acto de su tragedia: "Hay más cosas, Horacio, que aquellas que tu filosofía alcanza a soñar".
Y Borges le da un sentido metafísico (que ya está también en la imaginación lovecraftiana, de hecho) pero también un múltiple sentido mítico, pues su ser inimaginable es asociado en el relato, consecutivamente, con el Minotauro, con la anfisbena y con el Gólem de la tradición judía (eso queda claro en la referencia al comprador de la casa, Max Preetorius, como un "judezno"), del mismo modo en que el laberinto es dotado de rasgos que lo conectan con el erigido por Dédalo, pero también con los soñados por Piranesi: "there are more things", nos dice Borges, no sólo más allá de "your philosophy", sino más allá de todas: cada vez que imaginamos un universo, abrimos una cavidad alterna donde habitan nuestros monstruos (de allí la importancia en el relato de Charles H. Hinton y sus teorías de la cuarta dimensión), pero a esos monstruos sólo somos capaces de evocarlos brumosamente, nunca de identificarlos a plenitud.
El mundo implica un submundo, como el paraíso implica el averno: "que exista el cielo, aunque nuestro lugar sea el infierno" es una frase que repiten varios personajes de Borges, incluido el más despreciable de ellos: Otto Dietrich zur Linde, el subdirector del campo de concentración de Deutsches Requiem. Pero más allá del cielo y del infierno, aun hay otras cosas.
Postdata
Acabo de recordar que mi amigo, maestro y guía Daniel Salas escribió sobre este cuento de Borges, "There Are More Things", en el blog Ficciones, meses atrás. Aquí el enlace.
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4 comentarios:
Hola Gustavo
Como probablemente sabes, existe al menos una duda razonable acerca de que la frase borgeo-shakespereana (disculpa la cacografía) no sea anterior: el relato conocido como El Porquerizo, atribuido a Frantisek Palacky, del que ofrecí una traducción (asistida) diez años atrás en la colección Un Único Desierto, dice (cap. V) "Hay, creo, más cosas en el cielo y en la tierra de las que pueden haber emanado del Uno: son repetición inútil y a la vez infinita variedad." La frase está citada en un contexto neoplatónico, farragoso, que fue un infierno traducir; entiendo que implica que Plotino esconde en alguna de las Enéadas a la madre de todas estas frases célebres.
Debo recordarte que, disgustado con la posibilidad de que las cosas no fueran aún más confusas, o anteriores, no pude impedir que uno de los personajes de Test de Turing se pronunciara al respecto: "Parafraseando al viejo aforismo gnóstico: 'Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Max, de las que pueden cifrarse en ceros y unos...'."
Quizá There Are More Things -el cuento de Borges, el papel del hombre ante el cosmos, y la lectura que haces (de ambas cosas) como un laberinto con su Teseo y su Minotauro -pero también con su hacha de hierro en el centro- sea, pues, un Prototipo Eterno, de los que adivinó (el verbo es patético) el recto Plotino.
Un abrazo, Enrique P.
Plotino también hacía cierta pregunta que el protagonista de Borges quiere responder (lamento citar en inglés):
"By what faculty in us could we possibly know Evil? All knowing comes by likeness. The Intellectual-Principle and the Soul, being Ideal-Forms, would know Ideal-Forms and would have a natural tendency towards them; but who could imagine Evil to be an Ideal-Form, seeing that it manifests itself as the very absence of Good?"
Si "the intellectual principle" y "the soul" sólo conocen "formas ideales", y es inimaginable que el mal sea una "forma ideal", para conocer el mal (esa es la tarea del personaje de Borges, más modesta que la tarea de Teseo, que es confrontarlo y destruirlo) el personaje debe ingresar en un espacio caracterizado por la total ausencia del bien: por eso, creo, estas ficciones siempre implican la construicción de un espacio monstruoso que sea a la vez un escándalo de la razón: la casa de Preetorius, el laberinto de Dédalo.
(Concedido entonces: Plotino antes que Shakespeare, Borges y Palacky).
antes que ellos está Platón, en su Timeo cita a Demóstenes, quien dijera a sus discípulos que las cosas del mundo y de los otros mundos no son abarcables por el pensamiento. Plotino era lector asiduo de Platón, no en vano es llamado neoplatónico. No será la frase, pero la idea ya estaba en Platón.
ni Platón ni mucho menos Demóstenes dijeron nada parecido a lo que afirma el anónimo.Es cierto que Plotino bebió de las fuentes de Platón pero tuvo lo suyo.
Juan
Filosofía San Marcos
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