Como se sabe, Elie Wiesel es no sólo un novelista considerable sino además un activista político notorio, cuya lucha contra el antisemitismo y por la superviviencia de la memoria del Holocausto mereció el premio Nobel de la Paz hace veintiún años.
Su labor ha sido también objeto de críticas muy duras: ha habido quienes, como Noam Chomsky, le han objetado no incluir a los palestinos entre los pueblos cuya opresión denuncia; ha habido, del mismo modo, quienes lo han acusado de lucrar con el "negocio del Holocausto".
Pero los ataques más duros que ha recibido en las últimas seis décadas han sido las decenas de amenazas de muerte de las que lo han hecho blanco la ultraderecha europea y norteamericana, incluyendo a los neonazis, los negacionistas del Holocausto y los antisemitas de toda especie.
Esas amenazas aumentaron y se multiplicaron exponencialmente, claro está, luego de la aparición de internet, esta siempre útil ventana en cuyas batientes la humanidad ha decidido colgar su ropa más sucia y sacudir sus instintos más obscenos.
El primero de febrero, apenas hace dos semanas, a punto de abordar un ascensor en un hotel de San Francisco, Elie Wiesel, a sus setenta y nueve años de edad, fue atacado por uno de esos sujetos lamentables y engorrosos, uno de esos acomplejados que había pasado años denigrándolo, insultándolo y haciendo escarnio de él, anónimamente, desde blogs y sitios web.
Cinco días después de la vergonzosa golpiza, el anónimo se convirtió en sujeto con nombre y apellido: Eric Hunt. El sujeto redactó un artículo en el que describió paso a paso el ataque contra Wiesel, y lo reivindicó como parte de su "lucha por la libertad".
No tuvo que colgar su texto en un pequeño estercolero unipersonal (como el blog de Carlos Gallardo, donde los nazis peruanos juegan al Holocausto con la venia del pánfilo anfitrión), sino que lo hizo en una gran publicación antisemita, una de las más visibles del planeta: ZioPedia, donde los nuevos Hitlercitos y Mussolinitos del mundo se dan el lujo de recolectar dinero para su causa a través de depósitos efectuados con tarjetas Visa y Mastercard...
"Temí por mi vida de una manera en que no había temido desde 1945", declaró Wiesel (sobreviviente de Auschwitz y Buchenwald), poco después del ataque. Y añadió: "Hasta el día de hoy usaron palabras; ahora han pasado a la violencia".
Aquellos que promueven, cobijan y tantas veces aplauden la violencia de palabra que infecta internet de modo creciente deberían pensar un rato en las cosas que están respaldando a la larga: por ejemplo, la cohesión y la coordinación dentro de movimientos unificados de lo que hasta hace poco eran casos aislados de loquitos agresivos sin poder real...
Aunque, a veces, el solo pedirles que piensen un rato pueda resultar abusivo.
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4 comentarios:
No se si entiendo el penultimo parrafo. Acaso esperas que "aquellos que promueven, cobijan y tantas veces aplauden la violencia de palabra que infecta internet" se sientan preocupados por "la cohesión y la coordinación dentro de movimientos unificados de lo que hasta hace poco eran casos aislados de loquitos agresivos sin poder real"? Eso no tendria sentido, no porque, como sugieres en el ultimo parrafo, no puedan o quieran pensar sino porque si promueven, cobijan y aplauden la violencia, aunque sea solo verbal, lo mas probable es que esperen que se realice en actos concretos. Hay palomillas de ventana y palomillas de la calle, pero todos, al fin al cabo, son palomillas.
Por otro lado, que sugieres contra la violencia verbal en Internet?
Exactamente: quienes dicen preocuparse por las libertades civiles y los derechos humanos y, al mismo tiempo, cobijan y publican discursos violentistas (ver, por ejemplo, la labor vergonzosa del blog de Carlos Gallardo) son básicamente unos hipócritas.
¿Qué sugiero hacer? Un primer paso es que quienes se consideran liberales, por ejemplo, no promuevan el fascismo.
Yo estaba pensando en websites tipo Stormfront y el que mencionas en este post, no en los blogs-basura.
Corrigeme si me equivoco: En tu opinion, blogs como el de Gallardo promueven el fascismo al no censurarlo?
Hablando entonces sobre los blogs-basura, decir que "promueven" y "aplauden" el fascismo tal vez sea un exceso. Ahora, que lo "cobijan" es un hecho.
Depende de a qué te refieras por "fascismo". Sobre qué es el fascismo como doctrina o como programa, es posible que la gente de la que hablas no tenga ni la más remota idea de lo que es, y entonces mal se les puede acusar de promoverlo, al menos conscientemente. Pero si dices "fascismo" en el sentido más cotidiano y vulgar, es decir como ejercicio y grosera ostentación de un desprecio total por la dignidad de los demás, incluyendo componentes de desprecio racista, clasista, etc, el término les cae perfecto. Igualmente les cae perfecto el término si con él aludes a la tendencia autoritaria a desvirtuar el discurso ajeno, sometiéndolo a interpretaciones aberrantes (Borges era una maestro en mostrar y desmontar ese tipo de fascismo: lee Deutsches Requiem o Pierre Menard, por ejemplo). De hecho, ese es el objetivo central de lugares como los blogs basura.
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