29.3.07

Detalles de la niña


Las columnas del escritor Gregorio Martínez en Perú 21 no me las pierdo por nada, aunque, por lo común, después de leerlas, pienso que de no haberlas visto tampoco me habría perdido de nada. La última, titulada Vargas Llosa y Fidel, es la muerte: un galimatías como todos sus textos, que en doce párrafos quiere explicar:

a) Por qué Marx se equivocó.
b) Qué pasó con la perestroika.
c) Por qué Pol Pot era en el fondo un idealista buena gente.
d) Qué hizo bien y qué hizo mal Fidel Castro.
e) Por qué en el diario El País no se puede atacar a Vargas Llosa.
f) Por qué Vargas Llosa es tan absolutista como Fidel Castro.

Pero, en el fondo, lo que hace
Gregorio Martínez, palabreo horroroso de por medio, es preparar durante mil doscientas palabras, una revelación "mortífera", a la que dedica el último párrafo del artículo: que Vargas Llosa se equivocó en un dato de Travesuras de la niña mala. Lo hace a raíz de un artículo de Matías Valles en El Diario de Mallorca. Dice Martínez:

"Al final, con respecto al endiosamiento de Mario Vargas Llosa, el artículo de Matías Valles hace una observación mortífera: "...un novelista de la talla de Vargas Llosa desobedece incluso las reglas básicas de la documentación". Esto porque en Travesuras de la niña mala el personaje Ricardo muere con sida. Y entonces en la novela transcurría 1972 o 1973. El más desprevenido sabe que el sida empezó en los ochenta. Sí, alguien tiene que decirles a los dioses lo que ocurre en la realidad concreta".
Lo malo es que, en este caso, el más desprevenido es Martínez, quien mete la pata hasta la cadera con el dato que da (y entonces alguien tiene que decirle lo que ocurre en la realidad concreta, o, al menos, en la novela de Vargas Llosa).

En primer lugar, "Ricardo" es el protagonista de
Travesuras de la niña mala, que no muere en ningún momento de la novela (de hecho, el final del relato da a entender que Ricardo es quien nos ha contado la historia, años después de ocurrida: Travesuras es, se supone --o será--, su primera novela).

En segundo lugar, el personaje que muere de sida es
Juan Barreto, el amigo de infancia a quien Ricardo ha reencontrado en Londres y en cuya casa el narrador se ha alojado a principios de los años setenta.

En tercer lugar, todos los capítulos de
Travesuras de la niña mala terminan con largos saltos temporales, en los que la narración avanza apresuradamente: son la despedida de una época y el paso a otra. En el caso del capítulo 3 (que cuenta la muerte de Barreto), el salto se da, precisamente, desde 1972 y 1973, fechas señaladas como el periodo en que Barreto lleva una vida nocturna agitada y movediza en Londres, recorre los años setentas, y llega a finales de la década (por eso en el inicio del capítulo 4 ya se habla retrospectivamente sobre el gobierno de Morales Bermúdez).

Uno podría decir: pero a finales de los setenta tampoco había sida. Eso no es tan claro. No está de más mencionar un dato que muchas veces se pasa por alto: el sida se volvió endémico y mundial a principios de los ochentas, cuando empezó a ser detectado masivamente en California, pero los médicos que han seguido su pista, han descubierto muestras de sangre con HIV en pacientes muertos incluso en 1959, y las primeras víctimas hoy conocidas del virus fueron --como quien le da más realismo al relato vargasllosiano-- marineros ingleses.

Por eso, de hecho, el narrador se refiere a la enfermedad de
Barreto como un mal nuevo, desconocido para los doctores, que nadie en la junta médica sabe determinar y diagnosticar; e incluso aclara específicamente: "nadie hablaba del sida todavía" (139).

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Goyo Martínez suena como esos patas que critican los errores circunstanciales de Don Quijote como si con eso probaran que Cervantes es mal escritor. ¿Su artículo tiene un tufillo de envidia, no?

Bruno Ysla Heredia dijo...

Ese artículo salió publicado hace como un mes en el diario; parece que en vez de poner el último artículo de Gregorio Martínez han vuelto a publicar éste.
Saludos

Anónimo dijo...

qué forma más evidente e desviar la atención. La noticia es el posible plagio de Cueto.

Anónimo dijo...

Bruno, uno lee dos veces un mismo artículo de Martínez y es como si fuera la primera vez, porque de todas maneras no tienen sentido. They just don´t make sense!

Anónimo dijo...

En los años 80,(espero que la memoria no me falle), cuando se presento la novela La guerra del fin del mundo en Lima, se hizo una ceremonia en el Hotel Bolivar. Asistio, me parece Fernando Belaunde.Dias despues, Martinez publico una patetica cronica en el Diario de Marka donde destilaba su resentimiento y envidia. Me parecio tan despreciable que, fijate tu, hasta ahora me acuerdo :)

Luis

Gustavo Faverón Patriau dijo...

La pregunta es cuánta mala sangre hace falta para llamar a MVLl "absolutista" en el mismo artículo en que se caracteriza a Pol Pot, asesino de millones, como un "idealista".

Anónimo dijo...

buen dato, Luis, acá no reconocen nada, si no eres de los amigos de Faverón no te reconocen ni siquiera un dato bueno.

Anónimo dijo...

cuando leí EL RESCATE DE ATAHUALLPA. (perú21)se me terminó de caer Martinez. Es una pésima versión (plagio ?) del discurso de Guaicaipuro Cuautemoc del 2002. Además que el tema no es nada nuevo.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

NOTA:

No existe el menor rastro de copia entre los dos textos que el comentarista anónimo menciona.

schatz67 dijo...

Es curiosa la forma que tienen algunos diarios de seleccionar a sus columnistas.Parece que el amiguismo y la escasa rigurosidad siguen siendo la norma en la mayoria de los medios.

Coincido en la ligereza y mala leche de Martinez para descalificar con argumentos falaces a los que no piensan como él o simple y llanamente no son sus amigos. Sabía de su falta de apego al buen uso del lenguaje,parece que esta falencia se ha hecho extensiva al ejercicio de la verdad.

Saludos

Jorge

Anónimo dijo...

Bien visto, Gustavo. Además de tener una prosa confusa y desagradable, Martínez se queda siempre en la superficie de esos asuntos que va hilvanando desordenadamente.
Aunque la novela de Vargas Llosa no es, en definitiva, una de las mejores que haya escrito, es efectiva y divertida. Además incorpora nuevos temas: la inmigración, la adaptación a universos culturales nuevos, la integración, los lazos con el lugar de orígen.

Anónimo dijo...

anonimo de las 10:47: no me parece que sea una forma evidente de desviar ninguna atencion hacia lo de cueto.
mas bien, cuando dices "la noticia es el posible plagio..." tienes que reflexionar en forma mas tolerante antes de escribir semejante afirmacion. para quien es esa noticia, la mas importante? creo que el administrador del blog postea y comenta lo que decide...
y sobre lo de cueto, a ver si le damos un poco mas de tiempo, para leer y luego opinar sobre esta noticia, creo que aun es prematuro hablar.

slds a todos, bn

Anónimo dijo...

Traavesuras... no es una de las mejores, es la peor novela de VLL. Mas, como lo señalas, Gustavo, la enfermedad es nueva en los tiempos que el narrador refiere. Ni siquiera se la denomina como Sida. Pero de todas maneras, se sabe que es un síndrome de inmunodeficiencia, que ataca las defensas, y eso, a finales de los setenta, no se describía tan claramente como se hace en la novela. Pero digamos que este es un error minúsculo si lo comparamos con la incoherencia en la que cae VLL al final del libro, cuando dice que el protagonista siempre quiso ser un escritor. Desde el inicio de Travesuras... nunca se dan, ni siquiera pistas, de que el protagonista pretenda ser un novelista.

Anónimo dijo...

y le sigues dando cuerda a lo de Cueto publicando el último comentario! Te estás comportando de forma extrañ con un amigo.

A.

El Chato Heston dijo...

He leído el post a medias porque me encuentro leyendo "Travesuras..." desde el lunes, y al menos sé del caso de SIDA. Tal parece que Martinez no entiende el significado de la palabra FICCION. La novela le puede parecer a Martinez buena o mala, mediocre o un clásico, pero está demás eso de 'reglas básicas de la documentación' en lo que a este género se refiere.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Diego M: desde muy temprano en la novela es obvio para cualquier lector despierto que el trabajo de traductor es una marca de la vocación literaria frustrada del protagonista.

Anónimo dijo...

Gustavo ,la verdad no comprendo qué puedes ganar publicando esos comentarios que rondan en torno al tema del plagio inventado de Alonso Cueto. Ningún blog literario ha tocado el tema porque lo que se necesita con una acusación tan grave y débil es prudencia, pero tú insiste en publicar comentarios que recuerdan permanentemente el tema. Y no me importa si me anulas este comentario.

Anónimo dijo...

No pues Gustavo. No puedes decir eso en tu afán de defender ese libro. Es un traductor enamorado de su profesión. De ser escritor frustrado por lo menos escribiría ficción para él o lo hubiera intentado a lo largo de la novela. Pero no, nunca dice nada de eso a lo largo de la novela. Nunca tampoco habla de escritores paradigmáticos, por lo menos, no nombra a más de dos. Y finalmente, si este traductor tiene una frsutración, es el no poseer del todo el amor de la niña mala, un personaje que por cierto, está también muy mal construido, patético cuando abuela. El final, simplemente desentona del todo y sorprende de manera ingrata.

Anónimo dijo...

Gustavito, Gustavito... dices que nunca te pierdes un artículo del amigo GREGORIO y luego dices que no deberias haberlo leido. No entiendo. ¿No será que te cuesta aceptar que las cronicas de nuestro amigo gregorio son de lejos más interesantes , entretenidas y sobre todo amenas que los post tediosos que escribes? Referente a TRavesuras bueno, lo lei hace ya buen tiempo y me pareció una novela mediocre (al igual que LA HORA AZUL, GUERRA A LA LUZ DE LA VELAS y toda esa narrativa de la violencia). No sé por qué hablan tanto de esa novela que Es para el olvido. Muchachos Uds que parecen odiar al negro, les recomiendo Canto de sirena...una novela llena de humor popular escrita por Gregorio años atrás. Saludos.
J. CARTHAPILUS