5.3.07

One of the best

No parece haber sido difícil para la comunidad literaria peruana aceptar a Daniel Alarcón como uno de los suyos.

Si uno ve el caso con atención, notará que la cosa no era tan previsible:
Daniel, después de todo, tiene de peruano el nacimiento, la tradición familiar, los regresos materiales y simbólicos al Perú y la preocupación temática en sus libros, pero escribe en otra lengua, y la lengua, tradicionalmente, ha sido la gran definidora de las tradiciones nacionales.

Esa aceptación es, entonces, un paso adelante en algo que parece inevitable (y que sería una tontería tratar de evitar, por cierto): la quiebra paulatina de las fronteras literarias, la lenta pero constante demolición de la noción romántica de literatura nacional (y decir esto, por cierto, no equivale a comprarse todo el rollo de la famosa globalización).

Eso hace más interesante la siguiente noticia. Así como la crítica peruana, creo (al menos yo lo he hecho, si eso sirve de algo), ha venido reconociendo a Daniel como uno de los mejores entre nuestros jóvenes, la crítica norteamericana ha dado una primera gran señal de estar en la misma ruta: reconocer a Daniel como uno de los mejores entre los nuevos narradores de Estados Unidos.

¿Cuál es la señal? La prestigiosísima revista Granta, una de las más famosas publicaciones inglesas, ha confeccionado, en su número 97, en base a los votos de críticos mayoritariamente de Estados Unidos, su segunda lista de "los mejores narradores jóvenes americanos" (la primera, una década atrás, incluía a celebridades de hoy como Edwidge Danticat, Jeffrey Eugenides y Jonathan Franzen) y en la nómina de los veinte privilegiados aparece Daniel.

Yo me enteré porque la noticia rebotó hoy en The Guardian, el diario inglés
. La página web de Granta no sólo consigna la lista, sino también una breve reseña biográfica de cada ganador (aquí está futbolísitca semblanza de Daniel) y un extracto de alguna nueva obra de cada uno. De nuestro compatriota aparece un fragmento del cuento "The King is Always above the People", que, imagino, consta entero en la versión impresa de la revista.


18 comentarios:

PVLGO dijo...

Pero Granta es britanica, me parece.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Tienes toda la razón (y es un error tonto de mi parte): los que son norteamericanos en gran número son los críticos y escritores votantes que confeccionaron la lista. Ya hice la corrección.

Anónimo dijo...

En mi modesta opinión la literatura no tiene nacionalidades ni fronteras. Pretender encontrar o trazar patrias para escritores en base a elementos comunes como la lengua o la nacionalidad es algo que va contra la propia naturaleza del escritor, cuyo oficio solitario es individualista per se, normalmente ajeno a sentimientos colectivos como los patrióticos. Los éxitos de un escritor no deberían ser motivo de orgullo nacional y cosas por el estilo, como si estuviéramos hablando del fútbol o un deporte más. Pero nunca faltan quienes se trepan al coche en estos casos con homenajes oficiales que no hacen otra cosa creo que desconcertar a los sorprendidos escritores que poco o nada deben de haber pensado en dejar bien en alto el nombre de la patria en cada momento dedicado a escribir sus ficciones.

Fernando Velásquez dijo...

la literatura, tal y como la conocemos hoy, aparece a fines del siglo XVIII, como producto de la democratización burguesa. el nombre ha sido luego aplicado retroactivamente a textos que cuando fueron concebidos no eran propiamente "literarios"--aunque su aparición se veía venir desde el barroco. voltaire es uno de los primeros en utilizar la palabra 'literatura' en su acepción moderna, que implica además la existencia de un mercado en el que las ideas puedan circular libremente como mercancías. que esa libre circulación no estuviera dada desde el inicio hace la historia más interesante, pues relaciona directamente a la literatura (junto con la prensa) con reivindicaciones políticas que terminarán por configurar los regímenes democráticos burgueses europeos. estas luchas políticas coinciden con el surgimiento de la idea moderna de nacionalismo, que--por la obvia relación con las lenguas literarias--irá de la mano con el desarrollo de las llamadas "literaturas nacionales". y si es complicado hablar de literaturas nacionales en europa, lo es todavía más en casos como los de las repúblicas creadas en el siglo XIX como resultado de las guerras de independencia en la américa española (sé que doy mil vueltas para decir algo que podría haberse reducido a "la independencia de hispanoamérica" o algo así, pero es que decirlo así sería dar por sentadas demasiadas cosas!)

así, me parece que al hablar de literatura estamos hablando de bastantes más cosas, a pesar de que existe desde hace mucho una tendencia por esencializarla como un discurso trascendental, y que incluso puede llegarse a decir (en vena heideggeriana) que se trata de la expresión más pura del ser. puede ser también (personalmente, desconfío de la trascendencia), pero hay una serie de condiciones históricas que hacen de la literatura un discurso menos "religioso".

y la literatura nacio con camiseta. de hecho, lo que nació fue literaturas, y esa tensión entre nacionalismo y universalismo ha existido desde entonces. por eso, es difícil desestimar el orgullo nacional y cosas por el estilo. y dudo que los escritores se sorprendan demasiado, porque muchas veces algunos de ellos han sido quienes favorecieron tomar a la literatura como un campo para el orgullo nacional, como el fútbol o el voleybol.

Anónimo dijo...

uhmmmm, ya. Hasta donde sé, Granta considera entre sus elegidos a Daniel por sus libros publicados y escritos originalmente en inglés. Esto hace más difícil aún el desarrollar un orgullo nacional por lo que él hace. Ahora bien, los peruanos siempre estamos hambrientos de triunfos, y Gustavo a pesar de todo su espíritu moderno y racional, se emociona con lo de su compatriota. Vale como emoción, pero nada más.

G.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

O sea que la emoción vale como emoción.

Comienza una jornada de hallazgos esta mañana en Puente Aéreo.

Ya en serio, G:

"Los peruanos siempre estamos hambrientos de triunfos" es una afirmación que sólo se puede hacer si previamente se hacen una generalización, una abstracción y una reducción que son extremadamente nacionalistas: la idea de que todos los peruanos sentimos LAS MISMAS emociones ante los mismos estímulos.

Anónimo dijo...

Ese G. no se sabe estar callado en cuestiones que se le escapan. Reflexionar sobre el arte narrativo es muy distinto de escribir, sea que lo hagamos bien o mal esto último. Muchos escritores, y no solo los jóvenes, son poco dotados para la reflexión sobre aspectos que exceden el trabajo creativo.

Anónimo dijo...

Sorry si dije algo discutible. Es que ocurre que todos tenemos prejuicios, y muchas veces estos están signados por el criterio de la estupidez. ¿Quién no tiene prejuicios?, por ello, me siento salvado puesto que soy uno más. Solo quería decir que hay diarios peruanos que todos los días sacan en portada algo de que sentirnos orgullosos. Eso me llevó a pensar que los peruanos buscamos eso. Sorry de nuevo si me equivoqué Gustavo. Saludos.

G.

Anónimo dijo...

El de Alarcón, curiosamente, no es el primer caso de un escritor peruano que escribe en otra lengua y alcanza el éxito. Ya lo precedió Carlos Castaneda, por ejemplo, y mucho antes Ventura García Calderón, quien en sus buenos tiempos de diplomático en París publicaba en francés en la editoras más pintadas de la Ciudad Luz. Quienes asumen que la patria es el lenguaje están, creo, no en un error, sino se ubican en una perspectiva demasiado conservadora. Que Alarcón escriba en inglés no anula una evidente estructura de sentimientos que tiene como centro al Perú y eso, sin ninguna duda, valida su pertenencia a la tradicìón nacional. Otra cosa es que los gringos nos vengan a contar la historia, como el Atahualpa ese que encarnó Plummer y que Gustavo comentó largamente en este blog.

Fernando Velásquez dijo...

yo comparto el recelo de G. sobre esos orgullos. y la tradición nacional, pues bueno, existe, pero de manera bastante poco productiva. ojo, que no hablo de los textos, sino del esquema que se les superpone a los textos después de escritos para darles un sentido orientado a la empresa de construir una "identidad peruana". en todo caso, el universo de alarcón es más peruano que irlandés el de beckett, no? pero sí, es desagradable ver a la gente que se sube al carro y se le infla el pecho porque "un peruano triunfa en el exterior" cuando no le interesan en lo más mínimo los intentos que hacen lo mismo a la vuelta de la esquina.

ahora mismo estoy escuchando la canción "titicaca" de serge gainsbourg. es peruano gainsbourg?

Fernando Velásquez dijo...

no represento demasiado bien mis ideas con lo que acabo de escribir. en parte porque el reconocimiento tiene dos vías, y daniel alarcón parece reconocerse él mismo--problemáticamente, como era de esperarse--como un escritor peruano. como siempre, todo lo relacionado con la identidad es equívoco, complicado y, por lo mismo, fascinante.

Anónimo dijo...

todos tenemos prejuicios, yo también, estoy salvado entonces. Qué es eso? Un escritor tiene la obligación de evitar los lugares comunes y librarse de todos los prejuicios posibles. Una buena prueba de eso es precisamente Daniel Alarcón.

Manuel

Anónimo dijo...

Vamos, G., arriba ese ánimo. No debes pedir disculpas por expresar tu opinión. Faverón es sin duda un tipo inteligente y un crítico agudo, pero no es dueño de la verdad (tampoco el virulento anónimo de las 10.14).

Un par de citas: "One does not inhabit a country; one inhabits a language. That is our country, our fatherland—and no other" (E.M. Cioran); "Minha pátria é a língua portuguesa" (Fernando Pessoa).

El caso de Pessoa es interesante (en relación a Alarcón), pues vivió muchos años en Sudáfrica y se manejaba muy bien en inglés. Sin embargo, escribía en portugués (lo que da pie a que se le considere, más allá de su evidente calidad literaria, uno de los mayores poetas de la lengua portuguesa).

Me parece un tanto forzado definir a Alarcón como un escritor peruano. El idioma quizá no lo sea todo, pero está lejos de ser irrelevante (además, como bien apunta Faverón, Alarcón no sólo escribe en inglés; además se crió en EEUU y vive en EEUU).

Dudo mucho que Alarcón se defina a sí mismo un escritor peruano (es decir, un escritor peruano y punto). Además, ¿qué importancia tiene? Su peruanidad no mejorará ni empeorará su literatura; a lo más, podría ganarle algunos lectores en el Perú (con tamaño mercado, vaya suerte).

Digamos que Alarcón es el más peruano de los escritores estadounidenses.

F.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Yo no entiendo bien una cosa: los comentaristas que asumen como cosa indiscutible que la noción de literatura nacional es una piedra, ¿se han puesto a pensar en las dimensiones de esa afirmación?

Yo, por ejemplo, he notado que muchos escritores (por poner un caso obvio), con gran facilidad, pueden sentarse en una mesa a hablar durante horas sobre la literatura peruana de la violencia política, y luego sentarse en otra mesa a hablar durante más horas sobre la importancia de la generación del 50 o del 90, y luego sentarse en otra mesa durante incluso más horas a hablar de que las literaturas nacionales son un invento absurdo, una tontería de los críticos, etc. Algunos, de hecho, pueden decir todas esas cosas sin necesidad de cambiar de mesa.

¿Cómo es eso? ¿O sea que la literatura peruana sí existe y es un corpus definido (o definible) y manejable cuando hablamos de la generación tal, o de la narrativa de la violencia, pero no existe cuando hablamos explícitamente de literaturas nacionales? ¿Qué cosa es la tradición narrativa de la violencia si no es un lugar de articulación de discursos sobre la estructura de la nación peruana, su sociedad, su cultura y la relación entre el estado y la gente? ¿Qué relevancia tiene hablar de la generación del setenta si borramos de nuestra mente el detalle de que buena parte de esa generación (el grupo Narración, por ejemplo) se articuló en torno a un discurso sobre la revolución y las formas particulares que ella debía tomar en el Perú?

Una cosa es no ser nacionalista y otra cosa es decir que no existen literaturas nacionales, es decir, literaturas que se definen a sí mismas en términos de su relación con una nación? ¿Qué cosa son las Tradiciones peruanas, entonces? ¿Por qué Vargas Llosa encuentra imperativo escribir un libro sobre Arguedas al mismo tiempo que escribe novelas que discuten y critican las ideas de Arguedas (desde El hablador hasta Lituma en los Andes)?

Alguna gente suele pensar que si hablan de una literatura nacional, le están restando importancia a una cierta idea de universalidad de la literatura. Eso es falso. Esas dos ideas no son contrapuestas. Si quieren el ejemplo más obvio, lean "El escritor argentino y la tradición", el ensayo en donde Borges escribe sobre la relación entre la literatura argentina y las otras literaturas, y sobre la forma en que "el escritor argentino" se sitúa frente a "LA" literatura. ¿Acaso Borges se hace paltas para hablar, simultáneamente, de una literatura universal y de unas literaturas nacionales? ¿Acaso es ridículo que hable de "el escritor argentino", que es una categoría, una abstracción, hecha a partir de un concepto tácito de nación?

Anónimo dijo...

recien me pongo al tanto de este tema.

"Pretender encontrar o trazar patrias para escritores en base a elementos comunes como la lengua o la nacionalidad es algo que va contra la propia naturaleza del escritor, cuyo oficio solitario es individualista per se, normalmente ajeno a sentimientos colectivos como los patrióticos."
¿Un escritor es acaso un ente aislado de su entorno? Eso me parece, señores, una brutalidad total, un barbarismo! no puede ser! que me dicen de Fredy Ternero, eh?

Anónimo dijo...

Entonces ¿qué es lo que define a la literatura nacional? Desde el punto de vista del que no está metido en literatura (mí punto de vista) literatura nacional es simplemente lo que la profesora del colegio intenta vanamente hacernos creer que es literatura nacional.

Anónimo dijo...

César Moro escribió casi toda su obra en francés, en ella casi no hay referencias al Perú. Pregunta: ¿Alguien tiene alguna duda sobre el lugar que Moro ocupa, con toda justicia, en el canon de la poesía peruana? Es un escritor peruano al que, al igual que Alarcón, hay que leer traducido al español, en caso de que no se conozca la lengua en que escribieron, claro está.

schatz67 dijo...

Me parece algo bizantino discutir sobre la pertenencia de Alarcón hacia tal o cual sitio cuando es algo que de por sí no le genera ningun conflicto a él tal cual lo manifestase en más de una entrevista.

De otro lado hay cierto sector mediático que esta siempre pendiente de los éxitos y logros de los peruanos en el exterior.Sabe que esa imagen de peruano exitoso vende y la explotan de la forma más escandalosa e inimaginable.En un país donde la costumbre ha sido rezumar frustración,derrotas y miseria hasta el logro más irrisorio (que no es el de Alarcón así se le considere 50% peruano)es considerado algo significativo.

A mí me parece que "War by candlelight" es un buen libro.Al final, eso me importa más que saber si el que lo escribió nació en Mendocita o en Timbaktú.

Saludos

Jorge