4.4.07

Oráculos

A mí una cosa que me molesta como nada en el mundo son los oráculos. Cada sociedad y cada época tiene los suyos. Nuestro medio y nuestro tiempo le ha dado esa posición, sobre todo, a sociólogos y psicoanalistas.

Uno los ve y los lee opinando sobre, literalmente, cualquier cosa, desde las fechorías de las barras bravas y la corrupción policial hasta la última novela, la última película y el último episodio de algún talk show.


Los más irritantes, sin la menor duda, son los psicoanalistas que psicoanalizan a personas a las que nunca han visto en su vida y de cuya intimidad lo desconocen absolutamente todo. A ellos se suman los piscoanalistas que psicoanalizan en general, sin nombre propio.


Una vez, en la Universidad Cayetano Heredia, cuando yo era profesor allí, me tuve que soplar dos horas escuchando a un par de psicoanalistas mientras ellos reducían toda la obra de Vargas Llosa al nivel de un simple complejo edípico.


Suelen ser psicoanalistas que, para comenzar, son incapaces de distinguir entre el mecanismo inconsciente de los sueños y el complejo mecanismo de la creación ficcional, de modo que leen los libros sólo de dos maneras: como si el libro fuera un cliente que se acaba de echar en su diván, o como si el libro fuera un resumen del último sueño del paciente.

Por su lado, muchos científicos sociales, sociólogos y antropólogos sobre todo, se enfrentan a las ficciones como si fueran o bien puramente documentales, o bien teorías del mundo. (Allí está la alucinante miopía de la célebre mesa redonda sobre Arguedas, en la que casi nadie fue capaz de integrar el elemento estético dentro de su análisis, como si fuera un factor sin importancia en la obra de arte y no, precisamente, el principio organizador de las ideas en cualquier narración).

Pero en fin, más allá de eso, de lo quería hablar era de los psicólogos que psicoanalizan a personas a las que no conocen, los que psicoanalizan
en general, a partir de tres o cuatro datos que encuentran en los periódicos, los que jamás nunca hablarían en público sobre los pacientes que acuden a sus consultorios a inflarles los bolsillos, porque eso sería poco ético, pero que sí hablan alegre y públicamente sobre quienes no son sus pacientes, e incluso dan entrevistas a costa de la intimidad de esas personas (porque el psicoanalista siempre, necesariamente, sugiere estar echando luz sobre lo más íntimo de las personas), y las usan como propaganda para su práctica profesional.

¿El caso más reciente? Ni más ni menos que una directiva del Centro de Psicoeterapia Psicoanalítica de Lima, la psicoanalista Matilde Caplansky, que se acaba de despachar en Caretas con un minucioso análisis de pacientes "anónimos" con tendencias al plagio. Lean la entrevista y díganme si no es convincente.

Pero luego díganme otra cosa: sabemos perfectamente que cada vez que un periodista va donde un psicoanalista a preguntarle sobre cualquier cosa, el resultado es una lista de "psicopatías", es decir, la conclusión es siempre la idea de que cada vez que alguien hace algo negativo, ese alguien es un enfermo, o, para usar términos más afines a los de Caplansky, un pervertido.


De hecho, en esta entrevista a Caplansky, el periodista Jerónimo Pimentel da por sentado y evidente que un plagiario es un enfermo desde un primer momento: su tercera pregunta es "¿qué psicopatías pueden explicar el plagio?". Y cuando no obtiene, en principio, la respuesta buscada, no se queda corto: propone sus propias enfermedades: "¿mitomanía, depresión?". Luego, cuando ya logró que la psicoanalista diga que el plagiario es un enfermo, se le prende el foco: ahora voy a hacer que diga que es malvado: "¿es posible que haya un goce en este tipo de trasgresión?"

Lo triste es que, claro, diez de cada diez psiconalaistas con afán de figuración dirán siempre más o menos lo mismo: si desintomatizan al personaje objeto de la entrevista, si lo declaran sano y bueno, o, por lo menos, no pervertido, se acabó el asunto y nunca más irán las cámaras a sus consultorios (salvo que tengan algo realmente interesante que decir, pero eso sólo es el caso con pocos de ellos).

Entre eso y el hecho de que no se ha sabido jamás el caso de un psicoanalista que considere realmente sano a un solo ser humano sobre la faz de la tierra, la pareja periodista / psicoanalista se vuelve extremadamente funcional: las entrevistas siempre son idénticas e igualmente aburridas, siempre dicen lo mismo: fulano tiene un problema, tiene que hacerse ver; pero siempre son exactamente lo que el periodista estaba buscando.

De hecho, si Jerónimo Pimentel hubiera decidido a priori, por ejemplo, que el caso de Alfredo Bryce es una suerte de manifestación de la flacidez de las reglas de convivencia social en el Perú, y hubiera querido que eso se ligara con su pertenencia de clase o cosas por el estilo, no habría faltado el científico social o, claro, el crítico literario a la mano para decir tal cosa. Pero esa mañana Pimentel quería que alguien le dijera que el escritor era un sociópata. Eligió bien.

Extraordinariamente bien, además, porque Caplansky es del tipo de psicoanalista que la prensa adora: el psicoanalista que no sólo es capaz de diagnosticar a personas, sino que diagnostica naciones enteras; descubre enfermedades nacionales, males de la patria: el plagio y la corrupción como síntomas de lo peruano descompuesto. ¿Cuál será la escuela psicoanalítica que permite diagnosticar enfermedades nacionales? ¿Debe el psicoanalista reunirse en sesiones de 45 minutos por reloj con la nación toda y pedirle el pago puntual de sus honorarios antes de determinar la perversión comunal?

Lo más gracioso de la entrevista: el largo fragmento en que Matilde Caplansky despotrica contra los intelectuales que se creen con derecho a opinar sobre cualquier cosa, como si fueran expertos en todo. Hay que prestar mucha atención a Caplansky cuando habla sobre ese tema: recordemos que ella es una experta en todas las almas de este ancho universo.


(Todo esto lo digo, claro, no como un experto, sino como un potencial paciente).

28 comentarios:

Gustavo Faverón Patriau dijo...

ENTREVISTA DE JERÓNIMO PIMENTEL
A MATILDE CAPLANSKY

tomada de:

REVISTA CARETAS, número 1970

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Psicoanálisis del Plagio

Un número cada vez más sorprendente de ilustres de las letras peruanas, donde figuran Rafo León, Alfredo Bryce y Alonso Cueto, ha sido acusado de plagio recientemente, tal vez la peor falta en la que puede caer un intelectual. Más allá de la particularidad de los casos (y de la variabilidad de los descargos), llama la atención que ante el develamiento de los mismos la responsabilidad de los autores haya sido siempre minimizada (salvo en el caso de León, quien ha sido hidalgo al reconocer su error, ver CARETAS 1954). En tiempos en los que la productividad, un valor más corporativo que individual, es una exigencia autoimpuesta en algunos escritores que funcionan como franquicias, es válido preguntarse qué le está pasando a quienes para muchos son el reducto moral de la sociedad, porque han empezado a emparentarse con lo peor de ella: los políticos. La sicoanalista Matilde Caplansky ofrece luces sobre la impunidad como maligno homogenizante social.

–¿Qué consecuencias cree que tendrán para el Perú los últimos escándalos de plagio?
–Creo que ninguna. Somos muy frívolos. Para el chisme de un ratito, perfecto, pero para la reflexión no nos damos tiempo. No tenemos hábitos de reflexión más serios.

–¿Qué es lo que tiene que pasarle a un escritor psicológicamente para que decida cometer un plagio, más aún, asumiendo que no le falta talento?
–Siento que como peruanos ellos también sufren de lo que llamo “el factor impunidad”. Es decir, el “todo vale”, “el más péndex es el mejor”, “puedo hacer lo que me da la gana porque soy bien macho”, etcétera. Es patético.

–¿Sugiere que hay un componente masculino en el hecho de plagiar?
–Casi. Hay más perversiones en hombres que en mujeres según las estadísticas clínicas, y creo que las mujeres son menos propensas al plagio en concreto. Daría para hablar de lo que la cultura le permite a la mujer como “plagio permanente”, por ejemplo, en la moda, los modales, la “seudo femineidad”, el maquillaje, etc. Pero ya sería otro tema.

–¿Qué psicopatías pueden explicar el plagio?
–Básicamente que el sujeto “cree” que no es malo, ni punible, ni grave porque nadie va a decir nada ¡nunca!, o lo que es peor, ¡que nadie se va a percatar del delito!

–¿Pero en qué marco específico se encuentra? ¿Está dentro de la mitomanía? ¿La depresión?
–El marco es la psicopatía para algunos llamada sociopatía.

–¿Es posible que haya un goce en este tipo de trasgresión? Digamos, de la misma forma en la que plagiar en un colegio puede tener de travesura en un niño.
–Es muy posible. Aun cuando la travesura de un niño no es tan grave como el plagio de un adulto, en los niños encontramos más “moral”, o si se quiere, sentimientos de culpa. Me pregunto si estos adultos la tienen. Yo diría que no tanto o quizás nada.

–¿Se puede decir que el plagio es al intelectual lo que la corrupción al político?
–Yo diría enfáticamente que sí, son iguales. Para mí sufren de la misma enfermedad nacional llamada “síndrome de impunidad”.

–Probablemente sea el modelo francés del intelectual y artista el que impele a un escritor a opinar de casi cualquier tema. ¿Este imperativo termina siendo pernicioso?
–Yo creo que sí. La “erudición enciclopédica” es falsa en esta época, y además favorece la saturación del escritor-intelectual, al convertirlo en un sabelotodo presente en todo ámbito y disciplina. Obviamente pueden opinar, pero no sé si es bueno que lo hagan sobre toda materia.

–¿En estos tiempos se puede decir que el literato tiene una responsabilidad con la sociedad?
- Una responsabilidad insoslayable, sin lugar a dudas, lo cual no lo obliga a escribir sobre todo y todo el tiempo.

- ¿Ha llegado el momento en que los escritores, en tanto firmas comerciales, son más laxos éticamente y se permiten ilícitos con tal de cumplir sus compromisos?
- Posiblemente están más expuestos a la tentación y al “pecado”, algunos por lo menos, aunque no sé si también tiene que ver con el monto de banalización y narcisismo que tenga cada quien. No me imagino a Giovanni Sartori, Saramago o al mismo Gabo haciendo esas concesiones. Pero en fin, el hombre y la carne son débiles. (Jerónimo Pimentel)

David dijo...

Concuerdo en lo medular con tu opinión, Gustavo. Lo más triste es que en el Perú, explicaciones de ese tipo abundan sobre todo orden de cosas, generando la impresión que los psicoanalistas tienen el patrimonio de explicar los vericuetos de la mente nacional.

Si bien hay profesionales de este gremio a los que respeto (e.g., Jorge Bruce, Max Hernández), la mayoría suele aplicar sus modelos teóricos de una manera bastante ligera, por decir lo menos (ojo, que no me meto a cuestionar si el psicoanálisis es ciencia o no, porque estaría abriendo un flanco de debate distinto y más complicado). Por otro lado, es preocupante que bajo la exhuberancia verbal de muchos de ellos, se vayan transmitiendo al gran público un escaparate de conceptos que virtualmente sirven para explicar todo, pero que un análisis más detenido revela un rosario de explicaciones circulares y que destilan un determinismo psicologicista peligroso.

Se me ocurren algunas hipótesis para entender esta situación: (1) escaso número de especialistas de primer orden en psicología y ciencias sociales en el Perú, con orientaciones teóricas distintas del psicoanálisis (los que cumplen este requisito, o son desconocidos, excepto por un grupo reducido de intelectuales, o prefieren mantener su ámbito de influencia solo dentro de las aulas universitarias; (2) precaria preparación académica de muchos periodistas que, cual acto reflejo, asocian "fenómenos psicológicos" con psicoanálisis; y (3) cierta fascinación de una parte de nuestra sociedad por discursos crípticos, alambicados y simplificadores, que solemos relacionar con una verdad “sublime” a la que acceden solo ciertos elegidos.

Anónimo dijo...

Gustavo,

Qusiera comentar tu articulo. En lineas generales, coincido contino en el tenro de lo que dices. Como psicologa, tambien creo que muchos psicoanalistas abusan del poder de la interpretacion y lo interpretan todo, incluso acontecimientos con los que no han tenido ninguna experiencia directa y que por lo tanto, no han generado transferencia ni contratransferencia, procesos basicos (desde el psicoanalisis) para cualquier interpretacion.

Dicho esto, quiero hacerte dos precisiones.

1) Aunque haces referencia los psicoanalistas, por alli hablas de los psicologos, como si ambos terminos fueran equivalentes. NO LO SON. Yo soy psicologa, y no soy para nada psicoanalista (es mas, discrepo profundamente con esta corriente). No todos los psicoanalistas son psicologos, y justamente esto es una de las razones de los problemas que vemos: muchos psicoanalistas (gran parte de ellos la verdad) son iletrados en psicologia. El psicoanalisis no es psicologia.

2)Gran parte de la responsabilidad la tienen los medios, por su incultura psicologica. Ellos son los que convocan a psicoanalistas para hablar de todo, como si no existieran otras opciones, desde la psicologia, que pudieran dar luz a los distintos problemas. Si en esos paneles tuvieramos a psicologos cognitivos, del desarrollo, biopsicologos, psicologos experimentales, neuropsicologos o psicologos evolucionistas -por mencionar solo algunos- seria otra cosa. Pero los medios no hacen distinciones y no ayudan a que las sociedad las haga.

Anónimo dijo...

No es de extrañar, esta es la época de termitas de la reducción
saludos

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Hola, Susana.

Estaba a punto de responderte que yo nunca confundiría a un psicoanalista con un psicólogo cuando se me ocurrió revisar mi texto y encuentro que sí cometí ese error: la única vez que usé el término psicólogo, de hecho, quería decir psicoanalista. Por supuesto que entiendo la diferencia que explicas (y, como te imaginas, de hecho, la peor de mis pesadillas es la del sociólogo mediático con certificado de psicoanalista: a esos sí que no los para nadie).

Bromas aparte, concuerdo completamente con lo que dices.

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Una observación aparte: curiosamente, de los tres escritores que Caplansky menciona al final como insospechables de plagio (Sartori, García Márquez y Saramago), dos (GGM y Saramago) sí han sido acusados de plagio alguna vez.

Félix Reátegui dijo...

Hola Gustavo. Excelente comentario. Siguiendo con las defensas disciplinarias, me atrevería a decir que las lecturas "sociologistas" más planas de la literatura no la suelen hacer sociólogos sino, por ejemplo, literatos que se acercan a la ciencia social vía los estudios culturales. Difícil identificar, por ejemplo, el marco teórico de Pierre Bourdieu (Reglas del Arte) o incluso de Anthony Giddens (Transformaciones de la Intimidad) con las simplificaciones que evocas, ciertamente irritantes. Sobre la legendaria mesa redonda sobre Arguedas, te comento una ocurrencia. Releí el debate hace un par de años en la reedición que hizo el sociólogo Guillermo Rochabrún (contiene un excelente epílogo suyo), y me quedó la fuerte impresión de que quienes condujeron la discusión por el lado de la verificación etnográfica y de la documentación sociopolítica fueron desde el comienzo los literatos. Claro que, como Aníbal Quijano hizo las observaciones más duras en ese tren de reflexiones, queda en el balance de que los sociólgos mataron a Arguedas. SEUO

Félix

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Y tampoco con lo que dices estoy en desacuerdo, Félix: uno de los males de los estudios culturales es, precisamente, que inclina a los críticos literarios hacia la facilidad de hacer análisis textuales que en verdad son lecturas psicoanalíticas o sociológicas o historicistas débiles. Pero eso es parte de una endemia de la crítica literaria: la perpetua búsqueda de métodos "importados" desde otras disciplinas y la variable fortuna con que son adaptados a la propia.

Ahora bien: en el psicoanálisis el problema es mayor, porque desde Freud mismo ha estado ya siempre allí la tendencia a leer ficciones y sueños de la misma manera, como si en verdad fueran los mismo, lo que implica la reducción del texto a síntoma.

Por cierto, alguien a quien vale la pena leer para entender cómo el psicoanálisis puede ser realmente valioso en el análisis literario es Peter Brooks (Reading for the Plot). Libro excelente, imperdible.

Anónimo dijo...

Gustavo,

si, y a ese parrafito me referia. Bueno saber que fue un error...

Anónimo dijo...

Bueno, vayamos a la madre del cordero: Freud, un tipo bienintencionado, pero que cometió también algunos yerros por sobreinterpretar o hasta tergiversar testimonios para hacerlos encajar en sus teorías. Imprescindible: "Why Freud Was Wrong" de Richard Webster.

Anónimo dijo...

"el sicoanálisis es una superstición judía" (woody allen)

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Por la falta de humor, me arriesgo a decir que esa es una cita falsa o deformada de Woody Allen.

No sé por qué, la frase me hizo pensar en dos citas de Borges: cuando hace decir a Zur Linde en "Deutsches Requiem" que el cristianismo es una "enfermedad del judaísmo" y cuando le hace decir al periodista de "La muerte y la brújula" que el cristianismo es una de "las supersticiones judías".

Pero claro, nada que ver con el psicoanálisis.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con el Post. Recuerdo haber visto por la tele a personajes que en 30 segundo ofrecen un diagnóstico de personas con sólo ver cinco minutos antes un video que el propio periodista le muestra. Es de una irresponsabilidad tremenda, más cercano a las pseudociencias como la astrología que a disciplinas supuestamente científicas.

Y en eso también incurren personas serias como el Sr Bruce de Peru21. En el último cambio de mando hizo toda una interpretación de por qué Toledo olvidó quitarse la banda presidencial y por qué Alan se la colocó a sí mismo. Como Bruce tiene una imagen pública respetable, su versión suele ser tomada como cierta de inmediato.

Creo que hace falta más rigor científico.

Anónimo dijo...

Díganme si me equivoco: le quitamos la jerga de psicoanalista y ¿no son estas opiniones que podríamos haber escuchado de cualquiera?

Anónimo dijo...

Me causa gracia que alguien diga que Jorge Bruce se salva de ese lote. Bruce es el mas grande sicoanalista de la patria. No lo han visto analizando, en 10 minutos, a Toledo en el programa de Cecilia Valenzuela? Estudiando las pulsiones de Elian ? Opinando sobre todo lo vivido en el Peru? Es el mas grande opinologo del pais. Hay que cuidarlo mucho....

Anónimo dijo...

Osea que un sociólogo no puede opinar de las "fechorías de las barras bravas?" Inaudito, espero que se trate de un error de redacción. Tal parece que ese derecho -y el de opinar acerca de, literalmente, cualquier cosa- solo está reservado para tí, Faverón. En vez de irritarte, ponte a pensar si no les asiste el mismo derecho que te lleva a escribir, con mucho disfuerzo y poca fortuna, sobre el personaje de El Túnel y las elecciones de Toledo, García y Fujimori.

A. Ele dijo...

Hola, Guatavo: Leí el artículo, y luego este párrafo en tus comentarios:
"la peor de mis pesadillas es la del sociólogo mediático con certificado de psicoanalista", ¿Tiene algo que ver con la crítica de Martín Tanaka al plagio de Bryce? ¿El artículo no es una forma tangencial de abordar lo del sociólogo Tanaka?
Es una pregunta paranoica la mía, lo sé.
Attem
ALAN LUNA

Gustavo Faverón Patriau dijo...

No tenía la menor idea de que Martín fuera psicoanalista. ¿Estás seguro de eso?

Por otro lado, veo una diferencia entre opinar sobre el tema que sea cuando no se hace como experto (por ejemplo, cuando Martín o yo o cualquiera censura moralmente un plagio, cosa para la cual no necesitamos ningún cartón, por decirlo de algún modo) y opinar profesionalmente, anteponiendo nuestros títulos, sobre temas que en verdad quedan más allá de lo que podamos decir desde nuestra profesiones.

Anónimo dijo...

Creo que el señor Faverón ha tenido algún problema con los psicoanalistas o ha descargado su mala onda contra ellos aquí. ¿Sobreinterpretar? Sí, es verdad, muchos comenten ese error, pero ¿generalizar? Da risa cuando se menciona la palabra sobreinterpretar y bla bla blas. ¿Y qué es lo que hace el señor Faverón en su blog? ¿No es un "psicoanalista" virtual según su propia concepción de ellos? ¿No puede aceptar acaso que sí, es muy probable que todos, absolutamente todos tengamos algún problema por resolver? No creo que Caplanski busque figuración o exaltar su ego al hablar con la prensa sencillamente porque no lo necesita. Igual con Pimentel. Por qué algunos se rasgan las vestiduras cuando lo único que se ha intentado es buscarle una explicación a, ciertamente, un problema como el plagio en personas que, como bien dice Pimentel en una de sus preguntas, no les falta talento. Acaso eso no indicaría algún tipo de problema, ya sea de tipo clínico o de tipo "pendejo de barrio"? Por favor, señor Faverón, así como usted se da la potestad de críticar, comentar, analizar sobre cualquier cosa en este blog (por no decir la inmortalidad del mosquito), por qué Caplanski, y no quiero compararlos -pobre Caplanski si así fuera el caso-, no podría hacerlo en algo que esta en su rama de estudio y especialización?
Un poco menos de hígado, señor Faverón. Un poco menos de ignorancia, también. Un poco más de tolerancia, aunque rime.

Anónimo dijo...

Desde hace un tiempo se le están dando a otro tipo de pensadores (biólogos, genetistas, físicos,etc.) la oportunidad para, desde esa perspectiva, opinar sobre lo que pasa con el ser humano en general, esta libertad que desde que tengo memoria fué exclusiva de literatos, abogados, sociologos etc. ya fué,como repito, superada en otras realidades, y claro, es más lógico pedir una opinión científica a un científico y no a un letrado con toda la preparación y buenas intenciones que éste tenga.
Pensar en el tiempo actual que los paradigmas de la conducta humana pueden ser explicados mejor por un sociólogo, etc.,por ejemplo, que por un genetista,etc., me parece errado, en todo caso pueden ser complementarios y no exclusivos, además, en mi opinión, la sabiduría tiene poco que ver con la inteligencia...

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Bueno, la única idea del exaltado comentarista, ya estaba respondida antes de que escribiera su pataleta: está en mi comentario anterior: todo el mundo tiene derecho a opinar sobre lo que sea, pero ningún profesional del psicoanálisis debería tener derecho a repartir diagnósticos clínicos sobre personas a las que ni siquiera se ha conocido.

Por cierto: ningún problema con mi psicoanalista, gran persona, excelentes recuerdos, magnífico diván, gran afición por este blog: se lo recomiendo de todo corazón.

Anónimo dijo...

Se ve mucha ojeriza personal aquí. De lo que se acusa al prójimo, es de lo que sufren el autor y varios de los comentaristas de este blog. Mucha ignorancia como ya dije, basta leer el comentario sobre el poeta Bendezú. Al menos el comentarista no se pierde un solo escrito de Pimentel por lo que se ve. Ironizando, doctor Faverón, eso es síntoma de alguna psicopatía??.

Ah, y nada de pataletas. Si escribi lo que escribi habiendo leído su "explicación" es porque no me pareció para nada suficiente. No buscaba que me respondiera.

Saludos,

El exaltado comentarista.

PD: Por cierto, ¿qué tiene que ver el hermano de Pimentel en todo este asunto? Se ve que aquí la gente piensa que todos se manejan de la misma manera. Creo que la mayoría de aquí está bastante grande como para seguir pensando en peleas de patotas y facciones.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Gracioso. Si no fuera porque tengo una clase dentro de media hora, me quedaría a "ironizar" (como dice el exaltado) sobre un tema curioso: cómo alguien puede inventarse enemigos donde no los hay, suponiendo, por ejemplo, que los diez o veinte comentaristas de este post son algo así como monstruos al acecho que están escondidos en alguna caverna del ciberespacio esperando a los distraídos para arrojárseles encima. No, pues, amigo Bustamante, si tiene algo en mi contra, adelante, pero hágame el favor de no insultar así, en masa, a quienes sólo tienen en común el haber pasado por aquí esta tarde...

Anónimo dijo...

Nada en su contra, amigo Faverón. No se sobreestime tanto. Y recalco el "varios comentaristas" (y no todos, evidentemente) de mi post anterior. Parece que usted tiende a generalizar no sólo en sus entradas e ideas sino también en sus interpretaciones de los comentarios ajenos.

Anónimo dijo...

de acuedo con lo que gfp escribe en el post "oraculos".
que podria agregar o comentar? creo que el psicoanalisis es un metodo clinico que se circunscribe exclusivamente a la relacion terapeuta-paciente, por lo general el paciente busca al terapeuta para aliviar sus sintomas (angustia, fobia, depresion, paranoia, etc).
mi experiencia con el psicoanalisis fue muy interesante, porq entre otras cosas descubri que en la medida que yo pudiera primero individualizar y luego procesar el sintoma, probablemente podria obtener una cura, (descubri entre otros asuntos que la depresion es culpa, que la paranoia en sus cuatro modalidades, es defensa)pero claro la cura entendida como tal, en realidad ni el psicoanalisis ni el terapeuta la van a dar; el terapeuta es como un espejo y, en todo caso, es el paciente y su capacidad de proceso mental , lo que neutraliza el sintoma y permite la cura.
yo nunca me someteria a una terapia con ese tipo de "psicoanalistas" que suelen veletear en los medios (tv, prensa), ya que como comentaba, es una actividad clinica y habria que preguntarnos en todo caso sobre cual es el criterio para que terapeutas como caplanski, maestre o bruce(que no es psicoanalista y quien tiene los mas desafortunados comentarios -ver comentarios anteriores-) pontifiquen en forma tan poco elaborada sobre la conducta de un politico, de un escritor o de quien fuera el desafortunado de turno.
recuerdo una definicion de psicoanalisis que lei hace muchos años, el texto ha quedado impreso y sigue ahi, no recuerdo si en un libro o en un medio, lo lei a raiz de los vladivideos en la epoca del ocaso del satrapa fujimori, lo que origino, en buena hora, una avalancha de comentarios de corte psicoanalitico por parte de algunos profesionales; esta definicion establece que el psicoanalisis es una ciencia humanista y antidogmatica, y luego seguia el texto, a mi me quedo grabada la primera parte: psicoanalisis ciencia humanista y antidogmatica... ya en la definicion encontramos este dualismo de dogma-antidogma y cada vez que escucho a tal o cual "psicoanalista" comentar gestos, conductas, etc. de personajes publicos -escritores, politicos-
lo unico que me transmiten es su deseo de exhibicion y publicidad a traves de los medios. me pregunto, que proyectan inconscientemente al "analizar" al paso conductas que por su naturaleza se convierten en noticias de los medios? pero ahi lo dejo y por lo demas felicitaciones por el espacio, este tipo de "post" convierte el blog en algo mas intelectual y menos periodistico..(entiendase esto ultimo como de simples noticias del dia para comentar)

slds.,
bn

Max Palacios (Lima, Perú) dijo...

Hola Gustavo:

Después de muchos meses me animo a comentar en tu blog. Concuerdo en muchos puntos con tu texto. Sin embargo, algo que me llama la atención de la entrevista es este pequeño fragmento, digno de antología:

–¿En estos tiempos se puede decir que el literato tiene una responsabilidad con la sociedad?
- Una responsabilidad insoslayable, sin lugar a dudas, lo cual no lo obliga a escribir sobre todo y todo el tiempo.

Después de leer la respuesta que da esta persona, yo me pregunto ¿quién autorizó a esta "intelectual" a opinar sobre lo que debe y no debe hacer un escritor? ¿Ahora los escritores tienen que someterse a los dictados de psicoanalistas, sociológos, antropólogos, arqueólogos, antropófagos, cosmetólogos o cualquier profesional que estime dar una opinión literaria?

Pero lo que más llama la atención es la contradicción que nace en la respuesta: primero se afirma que los escritores tienen un "deber" insoslayable frente a la sociedad, para despues afirmar que no pueden opinar de todo y en todos los temas.

Entonces, ¿en qué queda la respuesta? "Yo sí puedo opinar sabiamente sobre lo que me dé la gana, pero los escritores no siempre lo deben saber todo" (!!!) (La clásica ley del embudo a la cual nos tienen acostumbrados algunas personalidades: ancho para mí, angosto para ti)

En fin, celebro mucho la escritura de tu post y espero seguir leyendo más notas de actualidad y de opnión que mucho bien le hacen a nuestro enrarecido ambiente literario.

PD: A BENIGNO NIEBLA, LUCHING, BUSTAMANTE Y TODAS LAS MULTIPLES PERSONALIDADES QUE TIENE UN EX-CELEBRE BLOGGER LE RECOMIENDO UNA LECTURA DE LACAN, SOBRE TODO EN LO REFERENTE A LA REPETICIÓN, LA TRANSFERENCIA Y LA PULSIÓN (ESTE ULTIMO TEMA LE VA A PERMITIR EXPLICARSE MUCHA DE SUS ACTITUDES).

Anónimo dijo...

Tema aparte: creo que sería una buena idea que quienes no tenemos un blog propio hagamos uno sólo para enlazar los sitios que creemos reflejan mejor nuestra personalidad, de modo que sea más creíble que existimos.

Anónimo dijo...

Felicito tu espacio Gustavo, porque se puede dialogar sobre asuntos interesantes, con respeto y educación. Y con cualquiera.

Y ya se extraña el Blog Moleskine de Iván Thays, ¿cuándo regresa?, para saber de los suplementos culturales, las anécdotas de escritores, revistas del mundo y del movimiento nacional. Hugo Neyra luce muy presumido que no provoca verle. Thays está mejor a pesar de su timidez.

Con respecto a la crítica hacia los psicoanalistas, me parece que ellos no deberían de opinar en tv. sino sólo en sus consultorios como debe ser obviamente, mediante un trabajo concienzudo y personalizado, y claro, bajo secreto profesional.

Un psico-analista que sale 10 minutos en tv. a analizar el comportamiento de un equis no es un profesional serio. Sí, puede dar su opinión personal con su perspecivas de médico pero definitivamente no como un verdadero análisis psicoanalítico en semejante escaso tiempo. Sino sería una falta de respeto a los largos años de carrera y studios.

Jorge Bruce me parece un gran periodista, y considero que ha errado de profesión, debería hacer sólo periodismo. Saludos.

Anónimo dijo...

desde hace años el psicoanalisis no es mas que una rama de la literatura. un cuentazo. los que crean todavia en ello, tomese un buen sicotropico. pidanle a alan garcia la receta. salut