Sobre el derrumbe en la Facultad de Artes de la PUCP
Unas cuantas veces, en mi época de estudiante de la Católica, por motivos distintos, pasé la noche en el campus: una vez estuve horas dando vueltas por ahí, con amigos, la noche de un conteo de votos en las elecciones de la Federación de Estudiantes (se decía que un candidato perdedor, despechado por la derrota, daba vueltas por la zona de Derecho con una pistola; Derecho en esa época no tenía un pabellón propio: era una colección de cabinas blancas, hechas con tabiques de madera prensada, columnas de fierro a la vista y techos de calamina, y su disposición era la de un pequeño laberinto).
Años después, me quedé a dormir una noche en una caseta de la Facultad de Artes: mientras la chica que era mi enamorada en esa época vigilaba unas esculturas que había colocado en el horno, yo veía en una pequeña tele portátil un partido entre el Boys y el Cristal. Recuerdo que lloviznaba: las gotas de agua que caían sobre el techo repicaban con tanto barullo que parecían por momentos suficiente peso para quebrar la calamina y filtrarse hasta dentro del taller. Los estudiantes de Artes se quedaban trabajando allí noches enteras con gran frecuencia, como de seguro lo hacen hasta ahora: era divertido ver a cada cual en su pequeña casita, visitándose unos a otros, como si fueran los habitantes de una ciudad en miniatura.
Nunca me expliqué por qué dos facultades tan prestigiosas como Derecho y Artes, que daban a la Universidad Católica buena parte de su presencia pública y no poco de sus ingresos, tenían los locales más pobres de todo el campus: cabinas prefabricadas con techo de calamina, baños que parecían de estadio, carpetas de kindergarten, todo ello en una universidad que solía inflamarse de orgullo mencionando lo adelantados que eran sus departamentos de ingeniería, que tenía un avanzadísimo laboratorio de resistencia de materiales y de la que salían cada cierto tiempo propuestas vanguardistas sobre construcción y diseño civil.
Por ese tiempo, Derecho obtuvo su pabellón propio, que incluía uno de los edificios más absurdos de los que se tenga noticia: un anfiteatro construido, según decían, con la escala equivocada, en el que todo --puertas, ventanas, escalones, pupitres, pizarras, rellanos-- es más pequeño de lo que debería ser. A Artes, sin embargo, le fue peor: sigue existiendo hasta hoy en ese pueblito miniatura de casetas prefabricadas, aunque, a decir verdad, la fragilidad de las cabinas y la austeridad del ambiente parece darle al conjunto un aire de informalidad conveniente a la naturaleza de lo que allí se hace.
Leo en el diario La República de hoy que ayer ocurrió un grave accidente en una de esas cabinas: un obrero que pintaba el techo prefabricado se vino abajo atravezándolo hacia el interior de la caseta, y se llevó consigo en la caída a tres estudiantes que resultaron, como él, con heridas. Lo más grave de la noticia es que el obrero, que estaba pintando el techo sin protección alguna, lo hacía por órdenes de unas autoridades universitarias que habían optado por cubrir la calamina con pintura impermeable, en lugar de reemplazarla por otro material, ante el reclamo de los estudiantes de que dicha calamina contiene asbesto y es, en consecuencia, altamente tóxica.
Las autoridades de la Católica deberán entender que no tienen derecho a colocar a sus obreros y contratistas en la contingencia de sufrir un accidente, así como no tienen derecho a poner a sus estudiantes en el riesgo de contraer enfermedades a causa de la proximidad constante del asbesto. Si el pabellón de Artes es un ambiente físicamente nocivo para quienes lo habitan horas y horas de cada día, debe ser modificado (o reconstruido o reemplazado) de manera que deje de ser una amenaza. La Católica tiene dinero de sobra para hacerlo de inmediato. Y también tiene el deber de ofrecer una explicación clara acerca de por qué no lo ha hecho hasta ahora.
Imagen tomada de La República.
6.9.07
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11 comentarios:
Hola Gustavo, la PUCP ha enviado esto:
El día de hoy miércoles 5 de septiembre, a las 10:40 a.m., ha ocurrido un lamentable accidente dentro del campus de nuestra Universidad. Dos canalones
del aula-taller I-117 de la Facultad de Arte cayeron al piso en momentos en que el señor Francisco Campos Canchaya (52), trabajador de la empresa
Mantenimiento en General Espinoza S.R.L, realizaba retoques de pintura en los techos de dicho taller.
En este accidente dos alumnos de la Facultad de Arte resultaron heridos: la alumna Satomi Yolanda Asuy Kochi (2007.1140) sufrió un golpe en la mano derecha, el cual la ha causado una escoriación que ya ha sido atendida en el
tópico de los Servicios de Salud. El otro alumno, Ítalo Flores Silva
(2006.0010), ha sufrido hematomas en la cabeza, una escoriación en la
mejilla izquierda, un esguince en el tobillo derecho y continúa en
observación por indicación médica. El trabajador de la empresa contratista ha sufrido fractura de fémur y del brazo izquierdo. No ha necesitado intervención quirúrgica y ya ha sido enyesado en el centro médico al que fue conducido por personal de los Servicios de Salud de nuestra Universidad.
Este accidente se ha producido en el marco de los trabajos de pintura de los techos de la Facultad de Arte que se venían realizando sin contratiempos
desde el 27 de julio pasado y que concluirán esta semana. Hace más de dos meses, nuestras Universidad encargó a la UNI un estudio que midiera la presencia de asbesto en el aire de estas aulas y los resultados indicaron que la presencia de este mineral estaba muy por debajo del límite de
exposición aceptable según estándares internacionales. Sin embargo, se procedió al recubrimiento de pintura de los techos de las aulas, precisamente, para aumentar los niveles de protección con respecto al
asbesto. El accidente se ha debido a la falta de medidas de precaución por parte del trabajador de la empresa Mantenimiento en General Espinoza S.R.L, algo que nuestra Universidad deplora.
Las clases en la Facultad de Arte no se han suspendido, pues se trata de un accidente de trabajo localizado en un único taller y las medidas correctivas ya han sido solicitadas a los ingenieros de la Oficina de Infraestructura,
por lo que las actividades académicas no sufrirán ninguna alteración.
San Miguel, 5 de septiembre del 2007
Pontificia Universidad Católica del Perú
Completamente de acuerdo contigo en este punto. La admiistracion de la PUC desprecia su facultad de Artes en terminos practicos, mientras se enorgullece de ella como propaganda. Y el problema no es solo infraestructural (asbestos, precariedad) sino estructural. No se si aun lo sea, pero hasta hace un tiempo dicha facultad era la unica en el Peru que ofrecia bachilleratos en bellas artes. San Marcos lo hacia en Historia del arte, y la importante -y tambien maltratada- Escuela de Bellas Artes, no ofrecia un bachillerato de rango universitario. La facultad de arte esta secuestrada en buena parte por un profesorado impermeable al cambio, reciclando a Winternitz ad infinitum. Preguntenle a los estudiantes, la arbitrariedad de los juicios profesorales, no profesionales, la ignorancia enquistada y arrogante. Se necesita no solo cambiar los cubiculos sino reformar toda la facultad.
Y la modificacion no debe ser simplemente seguir criterios comerciales dictados por la admistracion -alli tienes los bonitos edificios de diseno grafico- sino repotenciar las artes como tales, ponerlas al dia, plantearlas como reto de investigacion visual, en sintonia tanto con las provincias como con el mundo, es decir, que sea verdaderamente una facultad (un poder) de Arte universitario (osea Universal).
Susana: ¿qué clase de precauciones piensas que debió de tomar el pobre tabajador para evitar que el techo se viniera abajo a causa de su peso? Muy triste el papel que te toca desempeñar dando este tipo de explicaciones en representación de la universidad.
Y sobre la descripción que diste acerca de las condiciones de los locales de arte y derecho, Gustavo, éso sólo significa que todas las generaciones de izquierda caviar de La Católica sólo sirvieron para poblar las cafeterías de puro bla, bla, bla.
Susana, discúlpame por favor. No leí la primera parte de tu comment, que indica que sólo reprodujiste el comunicado oficial de la universidad.
Gustavo, otra vez soy yo.
He oído cosas aun peores de las que cuenta el anónimo de las 11.45 sobre la arbitrariedad del funcionamiento de la facultad de Arte, cosas que a nivel psicopedagógico resultan insostenibles pero que allí son pan de cada día. La se por fuente de primerisima mano y de toda mi confianza. En relación a la infraestructura, es cierto y evidente que Arte es una facultad olvidada. Pero ese problema no le es exclusivo, aparece en mayor o menor medida en otros Departamentos, institutos y edificios PUCP. Yo me resisto a creerlo, pero algunos empleados de la Biblioteca Central me han dicho que ya a partir del siguiente semestre, o muy pronto, se dejarán de comprar libros porque estos simplemente no caben en la biblioteca. Están arrumados en los estantes, en el suelo, en fin... Yo pido muchos libros cada semestre y debo decir que siempre los han comprado, jamás he tenido una negativa, todo lo contrario. La bibliotecaria encargada de Psicología es en extremo amable y eficiente y nos apoya siempre. Pero los empleados de la biblioteca dicen que ya a ellos les han informado que se van a cortar las compras porque la Univerisdad no tiene intención de ampliar las instalaciones de la biblioteca y ya no hay donde poner mas libros (y me resulta lógico que no haya sitio, el espacio del segundo piso de la biblioteca es el mismo hace años, y los libros aumentan cada semestre...). Que la Universidad tienen sus prioridades sobre que y cuando construye, es innegable.
Vicky:
Disculpada...
creo que deberías decir que sacaste este tema de un blog alternativo. por lo menos te pedimos honestidad ya que no puedes con tu mala honda y intolerancia.
http://www.youtube.com/watch?v=2wrQfZE8hLY
Si uno entra a la PUC por la puerta principal verá que hay un gran cartel anunciando la construcción de un complejo de edificios (entre la facultad de arte y el jardín central) de hasta 12 pisos.
Lástima que inviertan gran cantidad de plata (que a la PUC le sobra) y no se fijen en facultades como la de Arte.
Ahora bien, es justo reconocer que poco a poco las facultades de la PUC han ido teniendo locales mejor equipados. Creo que los únicos que están en casetas son los de Arte. Humanidades después de mucho tiempo logró tener pabellón propio hace unos poco años. Y es un buen pabellón.
Siguiendo lo que dice Susana, me pregunto por que los libros de Arte de la biblioteca Central no pasan a un buen local de la facultad de Artes. Si no quieren ampliar la Biblio central entonces que construyan mejores espacios en las respectivas facultades, y asi podrian descongestionarla. Es mas, tengo entendido que los mejores libros de arte que estan en la facultad de arte estan en la sala de profesores, no de libre acceso a todo estudiante, especialmente a los de arte. La PUC, asi como se preocupa de cobrar boletas, deberia priorizar la descentralizacion de la biblioteca central via implementacion de las bibliotecas de facultades. Y, por supuesto, comprar mas libros. Esa biblioteca esta ya varias decadas atrasada, y encima van a dejar de comprar libros? Ridiculo. Ahi hay una tarea urgente para los centros federados: exigir que la PUCP asi como va aumentando sus boletas mejore lo que ofrece. O es mas importante adornar el CAPU? Una auditoria no vendria mal, pero con mucho cuidado que la iglesia catolica con el infame Cipriani a la cabeza no meta cuchara. Sino tendremos una biblioteca medioeval donde lo unico que se compre sean las enciclicas del papa Inclemente XXX, y la foto de Rafael Rey invitando a leer a Josemaria Escriva.
Soy egresado de la PUCP y me apena tremendamente la imagen que viene dando mi Alma Mater a raíz de este accidente y especialmente a raíz de ese infame comunicado que más parece propio de una Cía. de seguros que de una universidad que se precia de ser humanista.
Los problemas en la gestión de la PUCP vienen de años y la situación se hace insostenible tanto para los alumnos, profesores y para los egresados que vemos con espanto que nuestra querida PUCP aparece dando qué hablar y no siempre de forma positiva.
Insisto, es urgente un proceso de "descaviarización" de la PUCP: mayor transparencia en la gestión en el gasto, mayor pluralismo académico en todas las facultades (la facultad de CC.SS es un feudo "caviar") y un mayor acercamiento del perfil profesional hacia los desafíos que supone el mercado laboral peruano.
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