15.10.07

Flores, homenajes y rescates

Scorza, Vargas Llosa y Eielson en Página/12, el NYT y El País

Este fin de semana aparecieron en la prensa internacional al menos tres artículos que vale la pena revisar sobre otros tantos escritores peruanos, dos de ellos fallecidos y uno en plena actividad. En Babelia, del diario El País, Carlos Jiménez publica el artículo Un poeta de la incertidumbre, sobre Jorge Eduardo Eielson, a raíz del homenaje que la Bienal de Arte de Venecia rinde al poeta y artista plástico. El texto es entusiasta:
"La medida de su radicalismo la da su decisión de tensar la poesía hasta el punto de hacerla saltar fuera de los marcos que la fijan tanto a la letra impresa como a la propia literatura. Eielson es un poeta que ha actuado más allá o más acá de la literatura, aunque tampoco se haya negado a explorar el espesor foucaultiano de la misma con poemas en los que el tema recurrente es el lenguaje mismo".
En Radar Libros del diario argentino Página/12, es Patricio Lennard quien escribe, en Cuando la tierra tiembla, un ensayo de no poco interés sobre Manuel Scorza y, en particular, acerca de su novela Redoble por Rancas, recién reeditada por la casa De la Campana, dentro de un proyecto que considera el relanzamiento de toda la pentalogía de La guerra del silencio. El largo párrafo introductorio vale mucho la pena:
"Un día del mes de junio de 1983, la esposa de un juez fue secuestrada de su hacienda por combatientes de Sendero Luminoso, y luego ejecutada en una plaza pública de Yanahuanca, departamento de Cerro de Pasco, en los Andes centrales del Perú. Decir que esa mujer era la esposa del juez Francisco Montenegro, y que en el lugar en que la ultimaron transcurre Redoble por Rancas, la novela que en la década del 70 le dio fama internacional a Manuel Scorza, acaso sería invocar una simple coincidencia. Decir, no obstante, que esa mujer es un personaje que aparece fugazmente en la novela, y que su esposo el juez Francisco Montenegro es uno de sus protagonistas; o que ese asesinato, como el autor sugiere en el epílogo a la edición de 1983 de su novela, en parte se debió a lo que allí denuncia acerca de ese hombre abusivo y de su "temida, todopoderosa, legendaria esposa", prueba que los hechos no constituyen sólo una de las tantas noticias policiales que los diarios publicaron ese año en que Sendero Luminoso se cobró el mayor número de víctimas de toda su historia, sino una intrusión de la realidad en la ficción, un efecto colateral de la literatura, una coda sangrienta que se le añadió al texto".
Por último, en el New York Times, Kathryn Harrison entrega una reseña (Dangerous Obsessions) tremendamente elogiosa de la versión inglesa de Travesuras de la niña mala, The Bad Girl, traducida por la siempre estupenda Edith Grossman. Vargas Llosa, como suele suceder cuando su nombre aparece en la prensa americana, es descrito en el ensayo como uno de los grandes maestros de la literatura contemporánea en cualquier lengua.

Harrison, básicamente, lee Travesuras de la niña mala como una sutil, talentosa e inteligente reversión de Madame Bovary (escribí hace un tiempo sobre eso), y recurre a La orgía perpetua como fuente adicional para trazar el paralelo:

"The genius of “Madame Bovary,” as Vargas Llosa describes it in “The Perpetual Orgy,” is the “descriptive frenzy… the narrator uses to destroy reality and recreate it as a different reality.” In other words, Flaubert was a master of realism not because he reproduced the world around him, but because he used language to create an alternate existence, a distillate whose emotional gravity transcends that of life itself. Emma, Vargas Llosa reminds us, has survived countless readers. Not merely immortal but undiminished by time, her passions remain as keen as the day her ink was wet.

"Vargas Llosa, too, is a master. Long one of the pre-eminent voices of postmodernism, he has transformed a revolutionary work of Western literature into a vibrant, contemporary love story that explores the mores of the urban 1960s — and ’70s and ’80s — just as “Madame Bovary” did the provincial life of the 1830s. In each case, the author revisits the time and geography of his own youth in a work poised, minutely balanced, between the psychic and corporeal lives of its characters. The trajectory of Emma’s yearning leads inexorably to her poisoning herself with arsenic, the torturous death of a woman who seizes freedoms allowed only to men. And if contemporary society appears less inclined to penalize a sexually liberated woman than did the rigidly censorious era of Emma Bovary, Vargas Llosa evinces a more dangerous postfeminist world, one in which misogyny flourishes under a veneer of progressive attitudes and token equalities".

Imagen tomada de aquí.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Scorza tuvo una enorme “energía” literaria prometedora segura de muchos libros en caso viviera el tiempo suficiente. Y no carecía de genio. El accidente de Avianca en que murió, truncó este halagador proceso. Su carácter, algo nervioso e introyectado (aunque en aparente paradoja no exento del don empresarial), suscitaba la burla en el fondo envidiosa de algunos de los figurones actuales, los que sin duda alguna estarían ahora por debajo de él si no se hubiera muerto. La fabril “producción” de Vargas Llosa, con seguridad lo habría incitado a dar más de sí y en nada sería improbable que actualmente estuviera a la altura o en mayor nivel que el de Mario. Siento que estas reediciones de Scorza lo encaminan hacia la permanencia literaria.

Anónimo dijo...

A nuestros escritores olvidados, como Scorza, los tienen que rescatar en el extranjero para que nosotros les hagamos caso nuevamente.

Anónimo dijo...

No necesariamente. Ya había escuchado de Scorza, pero por la anécdota quye mencionan en este post la estoy anotando esa novela en mis pendientes.

Anónimo dijo...

Mario Vargas Llosa es un maestro y uno de los mejores escritores en el mundo.
Lástima que esos izquierdista y "politicamente correctos" del Nobel se la tengan jurada por la valiente defensa de MVLl de los valores libertarios (valores que en el fondo los izquierdistas de todo pelaje, abominan).
En fin, qué se puede esperar de aquellos que le negaron el Nobel al mismísimo Borges

Anónimo dijo...

Borges nunca necesitó el nobel (tal vez lo quizo, pero no lo necesitaba). ¿Por qué tendríamos que exigir que se lo den a Mario?

Anónimo dijo...

Por la misma razón del anónimo de1:58 PM,y por explícito deseo testamentario de Alfred Nobel,no sería del todo inimaginable que Scorza fuera ya a estas alturas el primer Nobel peruano.¡Quién sabe hasta dónde habría llegado en su calidad literaria!Yo siento que bastante más lejos de lo que llegó en su vida truncada.

Anónimo dijo...

Gustavo, hoy día es el Blog Action Day. No te olvides

Anónimo dijo...

El título correcto de la pentalogía de Scorza es La Guerra silenciosa. Si hay alguien que quiera leerla, yo le puedo decir que no tiene que comenzar con Redoble por Rancas; cada una de las novelas es independiente y yo recomendaría El jinete insomne, que es muy tierna y a la vez, quizá, el más grande descalabro de risa de la Literatura Peruana; hilarante hilarante. Pero más allá de esta pentalogía, fuera de ella, está La danza inmóvil, el último trabajo cabalmente terminado de Scorza, una novela que conjuga muchísimo más que las de La Guerra silenciosa; es decir, no hay pierde: tiene de social, tiene de cosmopolita, tiene tonos rojos y rosas, en fin. Aquí un fragmento de La danza: "Vaca Sagrada y acaso el Editor no me pedían ni siquiera un libro inocuo, hermafrodita como sus best sellers, sino un grato pousse-café que ayudara a la buena digestión del banquete de la burguesía cosmopolita, un libro simpático, encantador, vestido a la moda, oloroso a Eau de Toilette Vetyver, un libro que ni deseándolo podría yo escribir...". Bye.

Anónimo dijo...

Falta tu post de blog action day.

Anónimo dijo...

En realidad, tú señalaste la correspondencia con La educació0n sentimental. La vaca profana centró el asunto en Bovary. Al César lo que es del César

Anónimo dijo...

Muy bien por Mario. Es uno de los grandes maestros de la literatura mundial