14.10.07

La incorrección III

Hildebrandt, Mariátegui: el marqués y los charlatanes

En días recientes se ha desatado una fea bronca entre Aldo Mariátegui y César Hildebrandt, dos de los más celebrados atacantes de la corrección política en nuestro país: el tipo de bocafloja al cual en el Perú se suele llamar desenfadado o incluso --dios sabe por qué-- polémico.

¿Los argumentos más encendidos de una y otra parte? Hildebrandt ha llamado a Mariátegui "idiota" por comparación con su ilustre ancestro y Mariátegui ha llamado a Hildebrandt "bastardo", en comentario que por poco sutil nos ahorra cualquier explicación.

Es curioso ver que el razonamiento falaz desde ambos lados --notorio en el tipo de argumento
ad hominem que los dos esgrimen como si fueran razones y fundamentos-- se podría evitar si Mariátegui y Hildebrandt mostraran un poco más de: (1) respeto por la lógica, (2) ética periodística, o (3) ni más ni menos que corrección política.

Si respetaran la lógica, ambos tendrían que notar que un ataque personal no sirve para desarticular argumentaciones que exceden (o deberían exceder) las biografías de sus enunciadores. Si creyeran en la ética de su profesión, notarían que cualquier tema de debate queda desvirtuado en medio de esa andanada de seudotrapitos puestos al sol.

Y, si no fueran tan enemigos de la corrección política, su "debate" tendría necesariamente que haberse circunscrito a la defensa de ciertas ideas: en la imposibilidad de destruir al adversario sacándole en cara los méritos o deméritos de la parentela y las circunstancias de su origen, algo sustantivo tendrían que esgrimir para derrotar al otro.

Tengo que decir, eso sí, que leerlos me ha resultado divertido. Sobre todo porque el ejemplo de ambos deja en claro que no se equivocaba Julio Ramón Ribeyro cuando, al escribir uno de sus mejores cuentos, "El marqués y los gavilanes", hacía la parodia del tipo de preocupación que atormenta y asedia la mente de los que se sienten parte de una aristocracia: la duda sobre el origen propio y el origen ajeno, la necesidad de probarse superior, no en función de los méritos o las ideas, sino describiendo al adversario como el retoño torcido de una familia recta o como el retoño natural de una familia torcida.

Todo esto me hace pensar una cosa: quizá la verdadera virtud de la corrección política no sea ética, sino más bien estética, dado que una posible consecuencia de su régimen sería evitar pleitos (y textos) tan feos y despatarrados.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

es que el problema es que no tienen ideas que defender, ¿por qué pides cosas que no existen?

Anónimo dijo...

A mí sí me gusta Hildebrandt, aunque, como dijiste en alguna parte, confunde barroco con barraca y berraco. Lo último que escribió en contra de Martha Hildebrandt es un ejemplo de ello; uno puede entender que en medio de la pelea a uno se le escapen golpes bajos, pero ¿qué tenía que ver la hija de ella en el asunto? Pésimo.

Anónimo dijo...

llamar a otro "pobre idiota, pobre infeliz" es una argumentaci�n pol�ticamente correcta, Gustavo?

Anónimo dijo...

Menciona a la hija para contar el episodio de la bomba cholotrónica,
aqui una parte que esta en Youtube:
...
Durante el segundo belaundismo te recluiste en casa a ver telenovelas y a botar sirvientas. Fue en esa época que le dijiste a tu hija que la solución para el Perú era "la bomba cholónica, el equivalente nacional de la bomba neutrónica".

Matibel, tu única hija felizmente, lo contaba muy divertida, así como contaba lo maravillosa madre que fuiste al enterarte de que ella estaba en cinta la mismísima noche en que dio a luz a Nadiana allá en París.

-Mi madre dice que habría que poner a un millón de indios en el zanjón y lanzar una bomba atómica. Sería la bomba cholónica -contaba Matibel doblándose de la risa.

No se doblaba de la risa sino que se le abrían los ojos cuando contaba lo afortunada que eras teniendo una cuenta off shore en un paraíso fiscal para no pagar impuestos en el Perú.

....

Anónimo dijo...

En Lima la horrible todo puede suceder,así que no te extrañe,Gustavo,que, inimaginablemente,Hildebrandt y Mariátegui se escriban a dúo y whisky en mano una invectiva en tu contra por haberles disparado esta incorrección III.

RODOLFO YBARRA dijo...

Verdaderamente lamentable esta pelea de dizque “líderes de opinión” donde el argumento se traduce y se resume en “idiota” y “bastardo” por decir lo menos. Al igual que el caso de Ann Coulter, (referido en la segunda entrada) llamada eufemísticamente, por unos: neoconservative ¿¿?? Tal parece, que todo fuera, un simple problema de conceptos, un ponerse de acuerdo en qué eres tú y qué soy yo. "Ah y yo me salvo porque soy libertarians". Esto no solo me parece inaceptable, sino aberrante y no es precisamente la teoría, muy profusa lo que nos demuestra lo contrario a los conceptos, sino la práctica donde los negros, judíos, latinos, espaldas mojadas, etc. son pisoteados más que por palabras desdeñables, por la gran máquina capitalista que no solo oprime la libertad sino las conciencias y trastoca la mentes (o los bolsillos) de los ingenuos o de los oportunistas que aprovechan las marejadas políticas para llevar agua a sus molinos y tomar posición de ventaja frente a las eternas mayorías a quienes como en la época de los romanos hay que darles pan y circo o si se rebelan, arrojarlos a los leones. Frente a esto habría que preguntarse a qué grado de hipocresía o de “incorrección política” nos movemos en un mundo cuyas poleas se dirigen desde los bastiones de la economía de mercado, de sus retretes o bolsas de valores, de sus alcantarillados psicosociales (acaso estas aparentes peleas no son, sino eso, parte de una supuesta "democracia".

Y es que la incorrección política es una constante en estos tiempos mediáticos donde los operadores políticos tienen que lavarse la cara antes de “salir al aire”. Lo importante no es mantener en vilo a la ética, la verdad o los principios, sino todo lo contrario, disfrazarse con supuestas búsquedas “elevadas” para encaminar en buenos rieles la carga hipócrita de esta sociedad: las mentiras, el mal proceder, el aprovechamiento parasitario, la satisfacción insana de oscuros deseos, que casi siempre acaban en el desmedro, la explotación y el maltrato a las mayorías. Creo yo, que mientras más mediático sea el personaje, y quisiera regresar a estas tierras del señor –ya se han nombrado en la primera entrada a Hildebrandt y al señor Aldo Mariátegui,otra vez encontrados en las disputas de una palabra y una verdad que no le pertenecen-, pero fácil podrían entrar los personajes ridículos y diletantes que suelen dirigir programas periodísticos muy sintonizados o los de otros cortes, llámese culturales, deportes hasta llegar- para no nombrar a los Lúcars, los Álamos Pérez Luna o Lo(a)s Rosa María Palacios, tan visibles ellos, por ejemplo y como metáfora, al señor Pérez Alvela (perdonen la mención extrapolítica, y/o como figura literaria, que pasaré a justificar a continuación ), quien en otro tipo de hipocresía –que al fin y al cabo es la misma- intenta difundir –contrario a sus verdaderos principios- el vegetarianismo, mientras se come un pollo a la brasa con ají a escondidas, tal y como una vieja amiga, y colaboradora de este señor, refirió alguna vez.
Es decir, la verdad ya no es la expresión pura y directa de un espíritu noble frente a una realidad, sino una (de)construcción, una pasada de barniz, un coqueteo con lo que se quiere “escuchar” o “ver”, ya no importa que un alcalde o un cura haga lo que tiene que hacer, “sin que la mano derecha sepa lo de la izquierda”, sino que hay que orquestar cada buena acción con avisos pagados en los periódicos, carteles o paneles gigantescos como suele hacer el alcalde de Lima o poniendo su nombre en cada vereda, en cada poste o monumento, como hizo alguna vez el alcalde –y seguro repetido por otros- de una conocida ciudad (Huancayo); o con alguna vineada y con una mesa de bocaditos como suele hacer el padre Martín cada vez que hace –o dice hacer- una “obra de caridad” y a quien se ha visto relacionado reiteradas veces en situaciones incómodas –por decir lo menos- que comprometen su sexualidad, pero él se niega a admitir en público lo que en privado –la pederastia- le condenaría a la cárcel, el rechazo mediático y la condena pública.
En el caso de los políticos “mayores”, la situación es peor, aunque los aparatos de control traten de homogenizar, pasteurizar el mensaje y hacerlo sutil. Hace unas semanas el señor Alan García viajó con sus ministros a Hualcará en Cañete a recibir –irónicamente- las llaves de una ciudad destruida por el seísmo y olvidada sistemáticamente por el centralismo bicentenario y, ante el dolor y el reclamo justo, solo le quedó hablar sobre el “cañonero” del fútbol peruano, Lolo Fernández ¿?; y al señor Del Castillo solo le quedó decir –emulando al bufón “pecoso” Ramírez- que “sí o sí” le ganábamos a Paraguay ¿¿??. Y es que el sincretismo, es también una vieja forma de manejar el correctismo político, dando gato por liebre cuando el comensal no sabe –o no puede- distinguir lo que está comiendo.
Todos recordamos a Vargas Llosa, en su campaña con el Fredemo, que tenía que cargar y besar –contra su voluntad y asqueamientos inocultables- a niños menesterosos y comer en carreta para “limpiar” su imagen libremercadista y plutócrata. Recordamos también –en un error de imagen- a Lourdes Flores hotentósica y obesa (y esto no es un insulto, sino una descripción vulgar) bañándose edénicamente en su piscina mientras su padre profería un insulto racista contra el candidato Toledo, que, por cierto, terminó siendo peor que un felipillo y a quien le importaba más estar en Punta Sal y beberse todos los Johnny Walker posibles, que solucionar los problemas de “su amado país”. Total, la chakana terminó siendo un buen escudo para los actos de inmoralidad y los bacanales que se dieron durante su gobierno.
Quizás este breve y apretado repaso, -con innumerables y escandalosas omisiones- nos motive a rebuscar en un pasado distante donde encontraremos mayores hallazgos de “(in)corrección política” aquí en Perú land, de un presente que no se explica sin un referente histórico, donde de hecho han de estar el “pan grande” de Billinghurts o la “alianza” electorera APRA-UNO o quizá la recolección durante la guerra con Chile del presidente Prado, quien se llevó las joyas y el dinero en efectivo de muchos peruanos que quisieron salvar a su patria pero que encontraron –como en una canción de vals- la traición y el olvido.
Una “(in)corrección política” histórica –y reprochable- han sido las ideas de don José de san Martín, quien nunca ocultó sus deseos de chantarnos un rey traído de europa, ya que desconfiaba de que nosotros mismos pudiéramos regir nuestros destinos. Muchos lacayos y sirvientes sistémicos estarían felices como lo están ahora del neoliberalismo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Anónimo de la 1:13: te faltó esto:
"Hace meses fuiste a mi programa y antes de sentarte me agradeciste por haber contratado a tu hija Matibel como productora. Siento que, alpoco tiempo, tuviera Matibel que irse por una orden mía: la inteligencia, como sabrás, no se hereda inexorablemente."

Y, además, la chica se despachó con todo eso porque pensó que estaba hablando con su tio, no con el periodista.

Anónimo dijo...

Dentro de todo lo criticable que puede ser esa huachafa pelea, el ataque de CH tiene más clase que el de AM (que no dice nada sobre los temas Agois y Suez Energy), que sólo se limita de burlarse de características físicas.

Al menos el chato ha tratado de defenderse con argumentos de las afirmaciones que se hacían en la cita de Caretas publicada por Correo.

Anónimo dijo...

¡Epa,1:46PM!Se ve al trasluz que te gustaría trabajar con Cecilia Valenzuela.A mí tanto Rosa María Palacios como ella me saturaron y ya no las soporto.Pero al menos Rosa María no se roba los modos televisivos de Hildebrandt como con cautela al comienzo y ahora con total descaro lo hace.¿Donde hubo fuego cenizas quedan?

Anónimo dijo...

Esa es otra cosa que no me gusta de Hildebrandt. ¿Por qué tuvo que estuvo con la Valenzuela? Parece que no sabe que hay una enorme diferencia entre lo privado y lo público.

RODOLFO YBARRA dijo...

Disculpas, señor anónimo de las 3:07 pm. Hubo un olvido involuntario. Faltaba en mi lista: Cecilia Valenzuela, también "el señor",amigo de Toledo,Alberto Ku King. Eduardo Guzmán. Claro -por supuesto- Bayly, quien acaba de referirse al señor de la chacana como "huaco erótico" -y como dicen- siguen firmas...

RODOLFO YBARRA dijo...

Disculpas, señor anónimo de las 3:07 pm. Hubo un olvido involuntario. Faltaba en mi lista: Cecilia Valenzuela, también "el señor",amigo de Toledo,Alberto Ku King. Eduardo Guzmán. Claro -por supuesto- Bayly, quien acaba de referirse al señor de la chacana como "huaco erótico" -y como dicen- siguen firmas...

Anónimo dijo...

EL tipo de periodismo que plantea Gustavo como ético no lo aceptaría ni el padre de la retórica ética, Aristoteles. Debieras leer la famosa sentencia que señala que a las personas debe tratárselas no como son o debieran ser, sino como quieren ser tratados. Además, todo el cuerpo de razonamientos que, aunque intolerables para la lógica, Aristóteles considera válidos y muy útiles para la deliberación publica, incluyendo insultos, a los que té también recurres

Anónimo dijo...

"(...) a las personas debe tratárselas no como son o debieran ser, sino como quieren ser tratados."
Y también hay que tener en cuenta que no hay que hacerle a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Yo por eso sigo virgen.