24.4.08

Malas películas imprescindibles 5

Á Meia-Noite Levarei Sua Alma

José Mojica Marins es uno de los bichos más raros del cine latinoamericano. La cuarta de las treinta y cuatro películas que ha dirigido, A Meia-Noite Levarei Sua Alma, conocida por muchos con el nombre de su protagonista, Zé do Caixão (Coffin Joe, en inglés; José del Cajón, en español), es, casi medio siglo después de su estreno en 1964, no sólo un film de culto en su país, sino un punto imprescindible en el tejido del imaginario popular brasileño.

Mojica Marins es hoy un gordito de negra barba larga y uñas casi tan largas como la barba, con los dedos blindados de anillos con imágenes satánicas y las paredes de su casa y de su estudio cubiertas por calaveras y estatuillas ligadas a cuanta superstición puebla la imaginación callejera del Brasil. Desde los años ochentas sus películas abandonaron el género del terror y esa suerte de
giallo místico-psicodélico que las caracterizó en los sesentas y setentas, y se volvieron más bien cintas de trash soft porn --si se me permite acuñar el término-- poco inspiradas y nada atendibles.

Pero
Zé do Caixão, el protagonista de su film estrella y de otras muchas cintas que Mojica Marins rodó a lo largo de los años, es una creación inolvidable, y con toda razón ha sido colocado, si no en el Olimpo, al menos sí en el altarcillo pagano de la cinefilia brasileña: el personaje, interpretado siempre por el mismo cineasta, es un enterrador de largas garras y sombrero de copa, vestido de traje negro y envuelto en capa de seda y guantes de cuero, con cierta sed no metafórica de sangre femenina, y dueño de una carcajada que ni el peor villano de melodrama dejaría de envidiar.

Pero es además un descreído, un cínico, un librepensador acaso demasiado liberado, sin rastro de fe en nada más allá de la vida terrena, un mujeriego fervoroso y un materialista que bordea el positivismo más radical; es un asesino en serie, pero uno que mata en la búsqueda de la mujer que pueda prolongar su estirpe teniendo un hijo suyo; y el único rasgo de bondad que muestra en cualquiera de las cintas en que su biografía se desarrolla, es la breve escena de
A Meia-Noite Levarei Sua Alma en la que reconviene a un padre por maltratar a su pequeño hijo.

El golpe de genio de
Mojica Marins está en hacer de Zé do Caixão un villano atroz a quien su descreimiento de la superstición convierte siempre en una víctima en potencia en medio de un mundo que, gobernado precisamente por las supersticiones, de un modo y otro se las arregla para darle su merecido de manera sobrenatural. Algo así como el castigo que llega del más allá para Don Juan en las muchas versiones teatrales y operísticas de su historia; de hecho, Zé es un Don Juan en muchos aspectos, aunque su afán no es la satisfacción primaria del deseo sino la reproducción.

A los amantes de lo raro: ninguna cinemateca está completa sin las películas de Mojica Marins sobre
Zé do Caixão.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo pensé que yo era el único peruano que había visto a Zé do Caixao. Lo máximo esa pela, buen dato para los locos del cult film.

Unknown dijo...

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