18.5.08

Top 10 mortal

Sobre la muerte y la agonía

Hace tres años, en una conversación con un grupo de colegas de la University of Southern California, alguien me preguntó qué libros incluiría en un curso de literatura comparada cuyo tópica fuera la muerte. En mi respuesta mencioné varios de los libros que nombro a continuación.

Aquí van mis diez ficciones favoritas (¿
favoritas será la mejor palabra aquí?) sobre el tema de la muerte y/o la espera de la muerte. Van sin ningún orden particular y quedo a la espera de los candidatos que los lectores del blog hubieran elegido.

1. Hamlet, de William Shakespeare. Imagino que esta elección no es necesario explicarla: en el drama de Shakespeare la muerte es más que solo eso: es la interrogación sobre la posible vacuidad de la existencia y la indignación ante quien toma una vida ajena.

2. La muerte de Iván Ilich, de León Tolstoi. En la pequeña novela de Tolstoi un accidente estúpido y en apariencia intrascendente termina poniéndole fin a la vida de un hombre. Pocos relatos señalan tan notoriamente la inconmensurabilidad del discurrir de la vida ante el aparente sinsentido de su final.

3. Aura, de Carlos Fuentes. En la decidida y cíclica (pero pasajera) resurrección de la anciana está marcada la imposibilidad de renunciar a la vida. La mujer que es madre de sí misma es una imagen descarnada (o reencarnada) del monstruoso y sin embargo natural deseo de vivir para siempre.

4. Una muerte muy dulce, de Simone de Beauvoir. Hace poco expliqué mi cariño por esta nouvelle en que Beauvoir describe la muerte de la madre de la protagonista evadiendo la dramatización del final, convirtiéndola no en tragedia sino en fin natural de la existencia.

5. La montaña mágica, de Thomas Mann. Hans Castorp, el visitante temporal del hospital, se convierte casi inadvertidamente en uno de sus pacientes permanentes. Los siete años de agonía se transforman en el presagio de una muerte que no causará la enfermedad, sino la entrada del protagonsita en la guerra. Narración filosófica en esencia,
La montaña mágica contiene acaso las más profundas reflexiones de la novela europea sobre los temas de la enfermedad, la agonía y la muerte.

6. El sur, de Jorge Luis Borges. En sólo un puñado de páginas Borges plantea, más allá de un complejo estudio sobre la literatura como prolongación de la vida (emblematizado en ese texto de
Las mil y una noches que Dahlmann relee constantemente), una revisión compleja del tema de la muerte como corolario y definición retrospectiva de la vida de cada ser humano.

7. Antígona, de Sófocles. Uno de los textos más veces reescritos en las letras occidentales,
Antígona no sólo reflexiona sobre la muerte y sus consecuencias en la vida de quienes son afectados lateralmente por ella, sino además acerca del valor de la muerte en la formación de la memoria comunal.

8. Los adioses, de Juan Carlos Onetti. En cierta forma una breve reescritura de
La montaña mágica, la nouvelle de Onetti ofrece una mirada singularmente oscura (en cierta forma sucia) más que sobre la muerte, sobre el vacío significativo de la vida, que Onetti parece concebir como una agonía inevitable y una sucesiva degradación.

9. Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Acaso el más interesante clásico latinoamericano sobre el tema de la muerte, la novela de Rulfo, como varios de sus cuentos, comprende la muerte como seña de la destrucción de una comunidad, una destrucción que no es progresiva, sino más bien el estado perpetuo de ciertos gastados y enfermos cuerpos sociales.

10. Everyman, de Philip Roth. Esta novela corta es en cierta forma el más bello responso fúnebre que quepa imaginar: la constación de las nimiedades y los pequeños triunfos incoloros de una vida común a la luz de la desaparición de un hombre que podría ser cualquier persona.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a mencionar a Ravelstein, de Saul Bellow, por considerar que es una especie de obituario novelado. Esas palabras que recuerda el biógrafo en que se transforma el alter ego de Bellow, “No tengo apuro en morir”, dichas por Ravelstein, siempre resuenan en mí cuando siento que mi salud decae. Y en un plano opuesto, pero no menos genial, hay que mencionar a Los suicidas, brillante novela del brillante Antonio Di Bendetto, no un estudio sobre la muerte, diría yo, sino más bien sobre cierta pulsión hacia ella, trágica, oscura. Y Zama, si bien se mira, otra novela de Di Benedetto, puede también ocupar un lugar importante en esta colección trágica y oscura, ya que es una sospecha de todos que el personaje central es un muerto en vida, atrapado en un cuerpo que respira demasiado. Sus palabras también son memorables: "No morir aún" deja escrito, como si lo que le quedara de aire fuera a emplearse en un trámite que lo excediera y sin embargo, sin oportunidad de disfrutar ya de nada, se empeñara en cumplir.

Bz dijo...

Y en cuanto a películas, una de mis preferidas sin duda es aquella de la imagen que utiliza para este post: El séptimo sello. Bergman logra el sentido existencialista, para mí, con gran originalidad y madurez. ¿Tiene usted en mente alguna lista similar pero en el caso de cine?

Saludos,

Luis Alvarado dijo...

Recuerdo cinco cuentos donde el tema de la muerte me ha dejado particularmente perplejo, no porque sea una muerte truculenta o cruel sino porque a veces se está muerto antes incluso de estarlo y se está vivo aun después de muerto, bueno esta lista puede dar una ida:

Los asesinos de Ernest Hemingway
recuerdo a ese personaje que va a ser asesinado y no hace nada para impedirlo, sólo espera a que eso ocurra. hasta ahora no me quito la angustia.

Caronte de Lord Dunsany
siempre he pensado qué pasaría si toda la humanidad muriera. Lord Dunsany también lo pensó y lo escribió en este cuento que creo debe ser uno de los mejores relatos breves que existen.

Llamada Nocturna de Ray Bradbury
Este es uno de los cuentos de ciencia ficción que más me gusta. Me parece de una actualidad alucinante, todo el tema de la virtualidad está ahí. No sé, si hablo de él por ahí que les malogro la fiesta, pero la verdad es un cuento notable con una de las muertes más extrañas (por lo que significa en el relato) que recuerdo.

El buitre de Kafka
bueno no hay peor cosa que saber que algo te atormenta y no sabes porque justo a ti. lo peor es que un día te quieres liberar de eso que te atormenta y eso que te atormenta se da cuenta y viene a atormentarte por última vez. cada vez que recuerdo esta historia me deprimo.

El puente sobre el río del buho - ambrose bierce

este cuento también es uno de los mejores cuentos que he leído y bueno creo que tendría que estar en cualquier antología donde el tema sea la muerte.


bueno, había pensado también en "por amor a la momia" de German espinoza y en cualquier cuento de los libros de sangre de clive barker, aunque nunca me queda claro si en él el tema sea la muerte o el sadismo o el erotismo o todo al mismo tiempo.
Gustavo podrías hacer una lista de tus novelas o cuentos favoritos donde el tema sea la paranoia?

Daniel Salas dijo...

El Zahir de Borges, en donde una moneda cifra el olvido imposible de la muerte.
Las memorias postumas de Blas Cubas, de Machado de Asis, en al que el protagonista escribe ya muerto.
Dead Man de Jim Jarmusch, un western onírico.
Heart of Darkness de Joseph Conrad.
Fun Home de Alison Bechtel, en donde se estudia la muerte del padre y se practica un sigular pero necesario culto a los cadáveres.
Y casi toda la obra de Bergman.

Anónimo dijo...

También se podría incluir "La muerte en Venecia" de Thomas Mann y su maravillosa adaptación cinematográfica. Me auno al pedido de una lista de diez películas sobre el mismo tema.
Saludos,
R.

Anónimo dijo...

¿Qué tal "Ligeia" de Poe?
Agrego "Mientras Agonizo" de Faulkner. También "Absalón, Abasalón".


En Cuestión de películas:

"Ordet" de Dreyer
"Laura" de Otto Preminger
"Ikiru" de Kurosawa

Anónimo dijo...

Conocí a la Dama en el palacio del príncipe Próspero, cuando era niño, y de ese primer encuentro guardo el recuerdo más especial.

Saludos,
Santiago

Anónimo dijo...

Diles que no me maten. Juan Rulfo

Daniel Salas dijo...

Nos estamos olvidando de "Pedro Páramo". Es un pecado mortal, justamente.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Cómo que nos estamos olvidando. Ahí está Pedro Páramo en mi lista.

Anónimo dijo...

La divina comedia

Anónimo dijo...

muerte y muertos en el drama universal hay montones, sobre todo en nuestro tiempo, gran inspirador, no es cierto?
no es casual que las antigonas modernizadas sean muchas. la que más me conmueve, la existencialista versión de anouilh, aunque algo más sesuda y compleja es la de brecht. y no creo que se quede demasiado atrás la sentida versión que nos dejó watanabe.
otras maravillas necrofílicas en el teatro: los muertos condenados a su infierno acompañado en huit clos, a puerta cerrada, de sartre. la muerte como amenaza en el malentendido de camus. la historia de la muerte triunfadora, en el cuervo de alfonso sastre (sí, inspirada por el poema de poe). la muerte más dolidamente chistosa del teatro en español: Ay Carmela de Sanchis Sinisterra.
O esa maravilla moderna que es la muerte (más bien la agonía) de un vendedor viajante de a. miller.
sobre la muerte como angustiante pregunta es también, para mi gusto, angels in america de tony kushner.
y para no perder las buenas costumbres, también hablemos del drama peruano: pienso en Requiem para siete plagas, muerte y miseria como leyes sociales en la radical obra de gregor díaz; muertos que nunca descansan de su propia violencia, en La hija de Lope de sara joffré; o toda la enorme secuela de teatro peruano sobre la violencia política en que hay mucho por descubrir.

Carlos v.s.

Anónimo dijo...

Felicitaciones al autor del post y a los comentaristas. Verdadera guía temática de lectura. Espero con ansias la siguiente.

Las intermitencias de la muerte de José Saramago, la cual comienza con esta frase tremenda: "Al día siguiente no murió nadie".

Varios cuentos de Horacio Quiroga.

El cuento La muerte de Thomas Mann, donde se lee esta frase: "tengo miedo de que la muerte pueda tener algo aburguesado y ordinario".

Y aunque creo que apunta más a una vida desgraciada, menciono La melancólica muerte del chico Ostra de Tim Burton. No puedo olvidar cuando el médico le recomienda al padre que se coma a su hijo para obtener vigor sexual. Luego el padre le pregunta al chico Ostra: "Carlo queridísimo, hijo no quisiera causarte desconsuelo. Pero ¿has pensado en el cielo o te has querido morir?". Tremendo.

francisco ángeles dijo...

Un par que me gustaron mucho:

- La muerte de Carlos Gardel, de Lobo Antunes.

-Esta salvaje oscuridad, de Harold Brodkey.

saludos,
Francisco

Anónimo dijo...

Los volcanes y la muerte lenta:
Las nieves del Kilimanjaro y Bajo el volcán.

Santiago

Carlos M. Sotomayor dijo...

Tras un rápido repaso, aquí algunas novelas donde el tema de la muerte me ha sacudido, en diversas épocas y por distintas razones.

1. La muerte feliz de Albert Camus
2. Patrimonio de Philip Roth
3. El pozo y el péndulo de Edgar Allan Poe
4. La tregua de Mario Benedetti
5. No oyes ladrar los perros de Juan Rulfo
6. La carretera de Cormac McCarthy
7. El mercader de Venecia de William Shakespeare
8. Aire frío de H.P. Lovecraft

Anónimo dijo...

Aprovecho la mención de un libro de Philip Roth para citar un fragmento de la literatura estadounidense analizada por Maldwyn A. Jones (muerto el año pasado -2007-) en su obra "Historia de Estados Unidos 1607-1992", Segunda Edición. Madrid, Cátedra, 1995. Ojalá no lo acuses de antisionista, antisemita o judeófobo (Rendón dixit) por las siguientes líneas: "Los dos novelistas que habían dominado sus letras antes de la guerra, William Faulkner y Ernest Hemingway, siguieron produciendo durante los años cincuenta, aunque sin añadir nada sustancial a sus reputaciones. Sus sucesores desafían una clasificación fácil, aunque algunos consideran significativo el hecho de que las novelas más discutidas fueran de autores 'minoritarios', sobre todo judíos y negros. Pero los principales escritores judíos -Norman Mailer, Bernard Malamud, J. D. Salinger y Saul Bellow- no pertenecían a ningún movimiento o género. Sólo Malamud, en novelas como The Assistant (El dependiente, 1957) y The Fixer (El hombre de Kiev, 1966), trató de forma explícita temas judíos. Las obras más famosas de Bellow (Dangling Man, 1944; The Victim, 1947; The Adventures of Augie March, 1953; Herzog, 1964), aunque a veces describían personajes judíos, se preocupaban en esencia de las luchas del individuo en un mundo hostil. Salinger, al idealizar la juventud a la vez que se centra en sus problemas en The Catcher in the Rye (El guardián entre el centeno, 1951) y Franny and Zooey (1961), obtuvo muchos seguidores entre los adolescentes. Mailer, como no logró repetir el éxito de The Naked and the Dead (Los desnudos y los muertos, 1948), quizás la mejor novela estadounidense sobre la Segunda Guerra Mundial, se pasó a una nueva y característica forma de periodismo que produjo, entre otras obras, The Armies of the Night (Los ejércitos de la noche, 1968), relato personal de la marcha por la paz a Washington de 1967".
Fragmento de la página 541, de la edición española citada.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

¿Antisionista? ¿Antisemita? ¿De qué estás hablando?

Anónimo dijo...

Qué pena que no sepas esos conceptos que tanto has denunciado en tu blog. Obviamente lo escrito por Jones no tiene nada de antijudío; sólo lo cité para ver tu reacción: si te arañabas o no, ya que cada vez que una persona ha hablado de lo judío o usado términos como comunidad judía, tú te has sorprendido o indignado.
Uno nunca sabe cuando te vas a poner a renegar acerca de lo que opinan los demás sobre lo judío en la literatura, el humor del cual son blanco, etc; según sea el tema tocante...

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Anda a que te revisen el IQ en una clínica especializada y si pasas de 40 regresas y sigues dándonos lecciones de estupidez.