1.9.08

Dígame licenciado

¿Un champancito, bloggercito?

En la Católica, cuando era yo estudiante, la gente tenía la costumbre de llamar doctor a los profesores. Sobre todo los empleados de los diversos departamentos: le decían doctor a cualquier maestro (e incluso a algunos jefes de práctica). Y los profesores aceptaban ese trato, a pesar de que el noventa por ciento de ellos no tenía ni habría de tener nunca un doctorado en nada.

En México la costumbre es llamar licenciado a cualquiera con un cierto cargo que implique cualquier tipo de autoridad o responsabilidad: licenciados por todas partes, licenciados en las mesas de parte, en las aulas, en los pasillos de cualquier juzgado, en las escaleras de todos los ministerios. Dígame licenciado, decía el personaje de Chespirito.


Transnacionalmente, flotando por sobre todas las fronteras, hay un trato que me resulta incluso más risible e irritante: poeta por aquí, poeta por allá. Todos los mortales que escriben en verso, desde el más olvidable versificador hasta el más brillante iluminado de las musas, se llaman
poetas unos a otros:

"Nos metimos una tranca con el
poeta Pepito y el poeta Juanito; el poeta Luchito está enfermo y sus amigos el poeta Pedrito y el poeta Pablito le van a rendir un homenaje en la plaza frente a la casa del poeta Ricardito; al poeta Ramirito lo han metido a la cana porque lo encontraron borracho tirado en la pista saliendo del departamento del poeta Rafaelito: es un atentado de la represión contra la poesía, que vive en el pecho del poeta Rodolfito".

Y después uno lee sus obras y se pregunta qué significa la palabra
poeta para estas personas que tan a flor de labios la tienen día tras día: ser llamado poeta en el Perú es más fácil que ser llamado doctor en la rotonda de Letras o en el patio de San Marcos, o licenciado en una alcaldía mexicana. En el submundo de los que se autodenominan poetas, escribir cualquier verso, incluso si es a todas luces anodino, lo pone a uno en contacto con los dioses y por encima de la comprensión de los demás mortales, y muchas veces más allá del bien y del mal.

Me pregunto si eso no es parecido a la que está ocurriendo con la palabra blogger. Claro, me podrán decir que blogger es una categoría discreta y tangible: si tienes un blog, eres un blogger. Pero eso me suena un poco simplista; me suena a cuando Susy Díaz se pone una tanga de lentejuelas y mueve trabajosamente los muslos en giros espasmódicos de ritmo más bien antojadizo y pide que la llamen artista. O como cuando Magaly Medina latosamente dice ejercer como periodista de investigación por dedicarse a corretear futbolsitas con una cámara a "altas horas de la madrugada".

(Magaly Medina, la única vez en que conversamos, en una cena de Teve+, hace una década, me repitió una y mil veces que ella era una persona muy leída, muy culta, que deglutía libros a una velocidad abismal y seguía mis reseñas de libros semana a semana: tiene un afán de reconocimiento intelectual que de ninguna manera se condice con su oficio, que es la bataclanización del periodismo).

¿Qué hay detrás de la consagración del término blogger como distintivo de una comunidad? En todas partes, pero de modo claro en el Perú, la categoría parece acarrear una ética un tanto enclenque: el blogger es dueño de un espacio virtual en el que hace lo que quiere, gobierna según su capricho y decide pragmáticamente, ya montado en el caballo, lo que es permisible y lo que no.

El asunto de los comentarios anónimos es un ejemplo concreto: no hay blogger que no se enfrente a él tarde o temprano, y cada quien se piensa libre de decidir sobre él como mejor le parezca. La única vez en que un grupo de bloggers (Silvio Rendón, Daniel Salas, yo mismo y algunos otros) propusimos que se llegara a un acuerdo compartido acerca de qué tipo de comentarios eran permisibles y cuáles no, se nos acusó inmediatamente de pretender establecer una censura. Como si cualquier pacto social fuera indiscriminada represión.

Curiosamente, quienes nos acusaron de esa violencia censora procedieron a llamar a la discrepancia "Guerra de los Blogs", quizá excesivamente entusiasmados por algún juego de roles que los marcara en la --aparentemente inacabada-- infancia. ¿Cuál fue la consecuencia visible de esa "guerra" que ciertos bloggers libraron en defensa de su libertad de hacer lo que a ellos se les diera la reverenda gana?

La consecuencia está a la vista: la blogósfera prospera en violencia, se acostumbra a los blogs basura, miles de calumnias, injurias y difamaciones contra decenas de personas públicas y no públicas están en internet y pueden ser leídas por cualquiera. Y cuando alguien, como ha sido recientemente el caso del poeta, crítico y novelista Mirko Lauer, observa la falta de ética que todo ello supone, la respuesta es pasmosa por su incapacidad de autocrítica: se dice que Lauer no entiende nada porque hay una "brecha generacional" entre él y los bloggers, que Lauer no sabe cómo funciona el nuevo mundo, que es una tontería molestarse por los insultos. (O se entra en discusiones marginales acerca de que el Twitter no es un blog ni un website sino una red virtual de mensajería). O se dice, demostrando una aun mayor falta de criterio, que por qué se queja tanto Lauer si a él no se le ha insultado mucho. Como si sólo pudieran proponer un comportamiento ético las víctimas mayúsculas de los atropellos.

Lauer --hay que recordarlo-- fue el primer columnista de la prensa escrita en notar que ciertos blogs peruanos habían superado largamente a sus contrapartes impresas: escribió en La República, por ejemplo, que los llamados "blogs literarios" eran en conjunto muy superiores a las secciones culturales de los diarios limeños. No es ésa la afirmación de alguien que es incapaz de comprender la importancia (actual y, sobre todo, futura) de los blogs en la vida social y cultural del país. A Lauer no le molestan los blogs: le molesta el uso poco ético de ciertos blogs.

La lógica que se esconde detrás de la noción de que los blogs tienen derecho, por ejemplo, a publicar comentarios anónimos injuriosos, sin siquiera responsabilizarse por ellos, no es en lo más mínimo una lógica novedosa, propia de una generación joven que ha crecido pensando al mundo con ojos que los mayores no pueden comprender. Es, más bien, la lógica del diario chicha, la lógica de la sección de vilipendios sin confirmar de Correo, la lógica de la zona liberada para la anarquía, el duty free de la amoralidad: el difamador anónimo es el juez sin rostro de Fujimori, el que tira la piedra y esconde la mano, el que escribe silenciosamente en la pared de un baño y sale corriendo. No hace falta pertenecer a una u otra generación para comprender eso.

El anonimato en los blogs no es una novedad: es la nueva forma de la capucha que se pone el ladrón antes de entrar en la casa ajena, con la única diferencia de que, en este caso, si un blog le abre la puerta, el ladrón puede entrar en casi todas las casas del planeta.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Faverón, ahora que hablas de los 'poetas', en vez de publicar recortes de reseñas de un tal Fidel K, deberías darle espacio a las reseñas serias sobre todo si se trata de un poemario. Ambos sabemos que la aparición de un poemario debe celebrarse y difundirse.

RUMESILDO BARTHES

PARABELLUM: CUANDO LA GUERRA NO SE TRIVIALIZA.

Los poemas que integran Parabellum (tercer poemario de Víctor Coral) fueron, según confesión de su autor, escritos en pleno conflicto personal. Son palabras, ideas, frases, planteamientos que formaban parte de un híbrido literario “que se negaba a tomar forma”.
Este material, que sumaba a su carácter básico, un profundo, potente e innegable aliento y valor poético, formó parte, en su origen, de los constantes intentos del poeta por lograr un registro personal que lo separe de su generación -generación que en "Poeta en la trinchera" descubrimos que no existe.
En lo que se refiere a su estructura, puede considerarse que el poemario tiene dos autores: el que firmó las ideas ("Fan de Marinetti") y el que dio la forma ("Uchuraccay, un sobreviviente").
Quien estas líneas escribe llegó a tener el borrador por sólo una noche. Convencido de su alto valor, decidió conminar al autor para que envíe a imprenta el original. El trabajo final se limitó a seleccionar los pensamientos más altos –donde la GUERRA reina y establece nuevos reinos-, colocarlos en forma de ‘poema’ y otorgarles estructura, ordenamiento y ritmo poéticos. Es preciso señalarlo, que no se contribuyó a enriquecer el texto, ni siquiera con una sola palabra (lo puede corroborar, Guillermo Cebrián, el editor).
No es –ni será- nuestro interés principal hacer un análisis literario del libro. Considero que la alta calidad de estos poemas hablan por sí solos (“yo el poeta de los locos…”). Pero de lo que sí estamos seguros es de que, después de su publicación, fijará el inicio del momento más elevado de la poesía belicista, poesía imbuida de ese conmovedor y afirmativo espíritu que anima al mejor poema de la colección: “Coral, el vate herido”.

Anónimo dijo...

El documentado sociólogo, historiador y politólogo Faverón (quien en sus tiempos libres también funge de crítico literario) nos acaba de dar una clase maestra sobre "retórica senderista" y ha tomado como ejemplo el discurso del poeta Rodolfo Ybarra para demostrar su tesis. Y no es que Ybarra nos haya endilgado frases al estilo de "me ubico en la luminosa trinchera de combate de la poesía" o "soy la cuarta espada de la revolución poética mundial". No, nada de eso. A partir de Faverón sabemos que también es parte de la "retórica senderista" ser "el brazo armado de la poesía", afirmar que "es el momento de pasar a la clandestinidad" y "tomar a la fuerza" el establishment. El señor Rendón se me adelantó en aclarar que esa no es sino una "versión histriónica, desinformada, que poco tiene que ver con Sendero Luminoso". Cita a Gorriti, pero cualquiera que hubiera leído cualquier informe de la época sobre la guerra interna sabría que esa no es, ni nunca fue la "retórica senderista". Además, ni siquiera es necesario saber de retóricas de los grupos subversivos, sino tener simple sentido común, para entender que Sendero no podría haber llamado a pasar a la clandestinidad durante el conflicto armado, porque, de facto, ya estaba en la clandestinidad. Y que la decisión de pasar a la clandestinidad no es atributo ni de Sendero ni del marxismo, sino una facultad de cualquier grupo o persona que no vea una salida política legal a su proyecto o que se sienta perseguido. Como los apristas durante los años 30 y el propio Haya de la Torre en los años 40. Intuyendo su error, Faverón se ha apresurado a coincidir con Rendón, tanto así que ahora matiza y dice que la de Ybarra es una "retórica seudo senderista" (ojo, se debe escribir junto, "seudosenderista", pero lo dejo tal y como lo ha escrito el siempre docto Faverón). Pero eso no es lo que dice este blogger en su último post dedicado a Ybarra. Afirma, entre otros dislates, que "cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta de que esas frases corresponden, literalmente, a la retórica senderista y que Ybarra juega con esa retórica de manera irresponsable", e insiste: "no he dicho que Ybarra sea adherente a posiciones senderistas o terroristas; he dicho que usa una retórica senderista y he dado ejemplos evidentes". Pero creo que para cualquier lector más o menos objetivo ya quedó claro que la retórica que usa Ybarra no es ni "literalmente" ni "evidentemente" senderista. ¿No es acaso ahora el momento de rectificarse y de reconocer que se cometió un error? En un anterior comentario, le indiqué a Faverón que estas insinuaciones tienen un claro tinte policiaco, y uno de sus "alter egos" retrucó que criticar no es mandar al cadalso a nadie. Pero hay una distancia abismal entre el ejercicio de la crítica y la acusación difamatoria. Si yo escribo que el contenido del post de Faverón es "fascistoide", no he pasado la línea de la simple crítica. Pero si escribiera que Faverón demuestra con su razonamiento que es "cómplice del grupo Colina", eso sería difamarlo. Ser fascista (como ser homofóbico y racista) puede considerarse condenable moralmente y criticarse, pero no está tipificado como delito. Sendero Luminoso, en cambio, es una organización ilegal en el Perú. Tildar a alguien de "pro senderista" o de usar "retórica senderista" es prácticamente ponerlo en la mira de la Dincote, lo cual es más grave cuando, como se ha demostrado hasta la saciedad, esa insinuación es calumniosa. Rectifíquese pues, señor Faverón, y por favor no se olvide usted también de tomar con urgencia clases de lectoescritura como las que con tanta insistencia recomienda.

Arturo Delgado Galimberti

creía que llovía y era mierda que caía dijo...

Pues en mi barrio... a los muchachos que ni éramos licenciados, ni poetas, ni nada, se nos llamaba rey... ¿cómo va, rey? , gracias, rey... ¿Qué quieres, rey? ¿cómo está la mamá, rey? Tal vez nos lo decían con cariño... porque el rey era más que el doctor y más que el licenciado... Aunque a mí, personalmente, nunca me hizo mucha gracia...

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Imagino que eres español. Tengo un amigo español que le dice "rey" a todo el mundo...

Anónimo dijo...

Carajo, no sabía que era famoso.¿Qué hace mi nombre en el primer comentario de 5:24:00 PM?
RUMESILDO B.

Anónimo dijo...

Es lo contrario de lo que quiero decir

Yo creo que más bien se es escéptico para atribuir el título 'poeta'. Aunque el pata de la esquina haya publicado un libro, uno se caga de risa antes de aceptar que podría ser un poeta. Solo entre compadritos con acceso a medios se poetean fácilmente.

(Con esto de quién es poeta, ¿no caemos en eso de qué es arte?, ¿cuándo una obra es arte?, ¿si la obra conmueve a una sola persona en el mundo, no es ya arte? ¿si el pata ha expresado su interior en esa obra, no es ya arte, aunque nadie la encuentre así? Lo ignoro, honestamente: ¿existe un parámetro para decir quién es poeta y quién no?)

Anónimo dijo...

Coincido con el post, pero hacia el final, se lee:


"El anonimato en los blogs no es una novedad: es la nueva forma de la capucha que se pone el ladrón antes de entrar en la casa ajena, con la única diferencia de que, en este caso, si un blog le abre la puerta, el ladrón puede entrar en casi todas las casas del planeta"

Se entiende que habla del anonimato injurioso, porque yo no me imagino enviando mis comentarios firmados con nombre y apellido y sin embargo como anonimo suelo postear mis comentarios que suelen no matar ni una mosca.

Cambiando de tema me parecio interesante lo de la retorica senderista, definitivamente me parece totalmente inaceptable y posera, ademas de irrespetuosa; como que Sendero jodio la posibilidad de una retorica de la guerra... Recorde que hacia 1980-1981 (Sendero aun no aparecia) en la Catolica aparecieron poemarios muy buenos bajo una editorial que llevaba por nombre "Asalto al cielo"
Ahora que han pasado los años no dejo de relacionar este nombre con lo que se nos veia venir y no imaginabamos, o con todo este tema de la retorica senderista.
Asalto al cielo !q buena frase! Alguien sabe a quien se le ocurrio?

Anónimo dijo...

todos son poetas y ya. Solo a los negados para la palabra les puede importar que la gente se poetee. Por mí, que todos sean poetas y se traten como poetas, todos; el mundo sería un poco mejor.

Poeta

Anónimo dijo...

En Caracas y buen número de provincias venezolanas se le dice amistosamente "poeta" a cualquiera que dé muestras de algún idealismo, a todo "buena gente",no metalizado.

Segundos Afuera dijo...

Y que me dices de los tres Césares de la poesía peruana?

A saber:

Vallejo,

Calvo,

y last but not least,

Cueto.

schatz67 dijo...

No voy a comentar sobre las categorías y títulos que la gente antepone para darse cierto "nivel"(y eso que no haz mencionado a todos los "maestros" que caminan por allí,creo que compiten en cantidad con los "doctores")

Lo del caso de Lauer si merece un análisis muy diferenciado.No se inventa nada nuevo cuando se critica a los anónimos injuriosos que siguen circulando por allí.Pero estos libelos nos son mayoría,no son populares y no generan una corriente de opinión con real influencia.Yo si estaría de acuerdo en una suerte de regulación positiva como la que alguna vez propusiste,lamentablemente es una idea que genera más dudas que certezas y por ahora habrá que limitarse a bloquear los anónimos para evitarse malos ratos.

Creo que este fenómeno de los blogs sigue creciendo geométricamente cada año y así como hoy en día casi todo el mundo tiene un e-mail en unos años casi todos tendrán un blog o pertenecerán a uno.Y esa interacción permanente generará una suerte de contrato social mínimo con reglas y normas específicas que en algun momento limitarán el accionar de los desquiciados.La tecnología es maravillosa pero asumir sus consecuencias no es una tarea fácil,mira nomás lo que sucede con spamers,hackers y trolls,por más precauciones que se tomen siempre hay algun problema nuevo.

Leyendo a Lauer uno piensa que el balance blogger no es positivo.Creo que no es así,dejando de lado los problemas mencionados el espacio de divulgación personal y especializado en el que este fenómeno se ha convertido nos permite a neófitos y especialistas interactuar en forma ágil e inmediata.Mejor aún:decidir que es lo que consumimos cuestionando la veracidad de la fuente pues tenemos no una sino varias posibilidades de retroalimentación.

Algo diametralmente opuesto a lo que sucede con el balance de la prensa tradicional:eternos conflictos de interés,un descrédito absoluto de los escribas y sus líneas editoriales y una caída en picada del negocio periodístico a nivel mundial.

Que los principales diarios de cada país tengan más visitantes digitales que compradores de papel es una comprobación de ese hecho.Y que los blogs del comercio reciban más "clicks" que la edición impresa solo confirma la importancia de este espacio de comunicación.

Ya queda en uno decidir si ve el vaso medio vacío o medio lleno,que lástima que Lauer lo vea negativamente.

Saludos

Jorge

Anónimo dijo...

Te picaste porque no saliste como uno de los 20 Blogs Peruanos.

Anónimo dijo...

poeta madre , callense yaaaa¡¡¡

Anónimo dijo...

"Asalto al cielo !q buena frase! Alguien sabe a quien se le ocurrio?"

UN POEMA Y UNA RESPUESTA QUE TE PUEDE INTERESAR:


Charles Baudelaire, Francia 1821-1867

I

Raza de Abel, tú come y duerme;
Dios te sonríe complaciente.

Raza de Caín, en el fango
cae y muere míseramente.

Raza de Abel, tu sacrificio
¡es aroma de serafín!

Raza de Caín, tu suplicio
¿podrá tener un día su fin?

Raza de Abel, mira tus siembras
y tus rebaños prosperar.

Raza de Caín, oigo que el hambre
igual a un perro te hace aullar.

Raza de Abel, patriarcalmente
conforta el vientre junto al lar.

¡Raza de Caín, en tu negro antro
tiembla de frío, pobre chacal!

¡Raza de Abel, ama y pulula!
También el oro sabe engendrar.

Raza de Caín, corazón ardiente,
guárdate bien de desear.

¡Raza de Abel, creces y engordas
como las chinches en la madera!

Raza de Caín, por los caminos
¡se arrastra tu familia entera!

II

¡Raza de Abel, con tu carroña
has de abonar el suelo humeante!

Raza de Caín, tus ajetreos
todavía no fueron bastante.

Raza de Abel, he aquí tu oprobio:
el hierro al hierro gana la guerra.

Raza de Caín, sube hasta el cielo
¡y arroja a Dios sobre la tierra!



De: Las flores del mal, 1857.


SE ATRIBUYE QUE FUE EL IDEAL DE LA REVOLUCION DE LA COMUNA DE PARIS DE 1871, TOMAR EL CIELO POR ASALTO. LA RELACIÓN CON ESTE POEMA DE BAUDELAIRE, ES CON EL ULTIMO PARRAFO:

Raza de Caín, sube hasta el cielo
¡y arroja a Dios sobre la tierra!

OSEA ASALTA Y TOMA EL PODER Y DERROCA AL VIEJO REGIMEN.

LA COMUNA DE PARIS DE 1871 FUE UNA REVOLUCIÓN PROLETARIA. ¿A QUIÉN SE REFIERE BAUDELAIRE CON ESO DE RAZA DE ABEL Y RAZA DE CAÍN? AHORA ESPEREMOS QUE FAVERON NO INSINUE QUE BAUDELAIRE USABA RETORICA COMUNISTA.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Por lo menos el anónimo reconoce que lo que dije se refería a una retórica y no a una afiliación política.

Anónimo dijo...

todos critican a los poetas y ninguno escribe ni una carta a su novia, para críticos literarios de azángaro han nacido estos burros que comentan en este blog.
cuando escriban un poema,hablen, cerdos analfabetos.

Anónimo dijo...

Gran poema el de Baudelaire, pero no me queda claro si los editores de "Asalto al cielo" se inspiran en el o en este poema en particular para crear la frase en mencion.
Tengo la impresion que fue creada por alguno de esos poetas que pululaban en la Catolica entre 1979 y 1984.
En todo caso no se le puede negar cierta retorica violentista, al margen de ideologias.

Ernesto dijo...

No hay que hacerse paltas, al final cada uno va limpiando su casa de acuerdo a sus criterios, y los lectores no son tan tontos como para seguir visitando sitios donde los trolls se cuelan por la ventana.