3.10.08

Los sueños del pueblo

¿Por qué somos nacionalistas?

Parte de las cosas que hay que hacer para hablar con claridad sobre política es no confundir términos: no llamar dictadura a lo que es sólo un gobierno autoritario y mucho menos a una democracia formal presidida por un individuo de personalidad autocrática.

Pero, ¿qué pasa cuando es la realidad la que insiste en confundir sus escenarios? ¿Qué ocurre cuando una democracia representativa es homicida y sus instituciones caen en la corrupción y los atropellos típicos de otra clase de régimen?


Si entiendo el concepto de democracia no desde sus formalismos, sino desde sus principios y sus ideales, tendría serios problemas para llamar democrático a alguno de los gobiernos peruanos que han tenido lugar desde que soy consciente: Velasco y Morales Bermúdez, dictadores; el caballero Belaunde Terry presidió sobre innumerables violaciones a los derechos humanos; Alan García, en su primer régimen, decidió masacres asistido por quien es el vicepresidente de su segundo gobierno; Alberto Fujimori sumó los horrores de todos los gobernantes previos,
and then some.

En perspectiva, sólo Valentín Paniagua y Alejandro Toledo gobernaron en democracia, respetando los poderes del Estado, conduciendo las mismas políticas que anunciaron al inicio de sus periodos, disminuyendo notablemente la corrupción de las administraciones anteriores, etc.

Curiosamente, a Paniagua, nadie lo eligió: los peruanos no lo llevaron al poder; la casualidad y una carambola del destino oculta entre leyes que nadie recordaba lo condujeron a ese lugar. La muerte se lo llevó con injusta rapidez y su imagen quedó, en el fondo, olvidada para siempre.

A Toledo la prensa lo detestó, la gente eligió culparlo de cualquier cosa, el racismo secular se activó en su contra sin tapujos y sin remordimientos: el suyo fue el mejor gobierno del último cuarto de siglo, pero era un cholo, tomaba whisky, jugaba fulbito en playas de lujo que no eran para gente como él, hablaba feo, era un lustrabotas de Stanford, habráse visto, quién se creía que era.

Los peruanos premiaron los crímenes contra la humanidad de García regalándole nuevamente Palacio de Gobierno, para que pudiera limpiar todas sus culpas y las de sus cómplices. Los que no colaboraron en esa tarea, en su gran mayoría, estuvieron a punto de darle el poder a un belicoso oportunista, sin ideas y sin juicio, sin inteligencia y sin programa: ese matón callejero, egomaniaco, mitómano, irresponsable, que es Ollanta Humala.

Millones de peruanos, no cabe duda, esperarían que el criminal Alberto Fujimori fuera absuelto de sus culpas para votar por él nuevamente; no les importan las firmas falsas, las alianzas con narcotraficantes, los comandos paramilitares, los grupos de aniquilamiento, las esterilizaciones forzadas, los cientos de millones robados, los asesinatos masivos, el autogolpe, la reescritura de la ley a la medida de sus conveniencias, la lógica mafiosa de su ejecutoria, los abusos delictivos contra su esposa, etc. Recompensan al dictadorzuelo votando por su hija oligofrénica, educada en universidades norteamericanas con la plata hurtada a las arcas del Estado: querrán llevarla al gobierno y dejar que indulte al líder de la jauría.

Y luego, Alan García. De nuevo, Alan García: el prófugo, el reo contumaz, el presidente.

Ayer, leyendo
Burma Chronicles, de Guy DeLisle (un artista québécois que ha reinventado el género de las travelogues en el mundo del cómic), me encontré con un dato curioso, que me hizo pensar en Alan García y en Ollanta Humala.

El dato es este: en el país antes llamado Burma, o Birmania, hoy llamado Myanmar, el general Than Shwe, dictador desde 1992, ordenó (y su orden se sigue cumpliendo) que todos los diarios y todas las revistas del país, en todos los ejemplares de todos sus números, republicaran permanentemente, en su primera plana, los doce principios ideológicos fundamentales del régimen, y, en la página final, los cuatro puntos cruciales que conforman lo que él llama "El Sueño del Pueblo", es decir, las nociones elementales que deben guiar la vida política de los birmanos: los sueños de los ciudadanos son impuestos por ley, sus ideales son dictados desde el poder.

Esos cuatro puntos de "El Sueño del Pueblo", están también pintados en carteles en todas las ciudades de Myanmar, en los cruces de las calles, en la entrada de los parques, a la salida de cada túnel, en todas las carreteras y en las paredes laterales de los grandes edificios. ¿Cuáles son esos cuatro puntos? ¿Cuál es "El Sueño del Pueblo"? Este es el tetrálogo en cuestión:

1. Oponerse a quienes actúan como títeres de elementos extranjeros para sostener puntos de vista negativos en contra del Estado.

2. Oponerse a aquellos que intentan poner en peligro la estabilidad del Estado y el progeso de la nación.

3. Oponerse a las naciones extranjeras que interfieren en los problemas internos del Estado.

4. Aplastar a todos los elementos destructivos, internos y externos, como a un enemigo común.

Esos principios se han traducido históricamente en un número casi infinito de decisiones políticas: las pocas ONG´s que funcionan en el país son acosadas e investigadas permanentemente; las organizaciones internacionales y de derechos humanos son perseguidas y acusadas de defender intereses antipatrióticos y foráneos: son "elementos extranjeros que difunden ideas negativas". Esa es la misma lógica que, pocos meses atrás, llevó a Than Shwe, increíblemente, a prohibir el ingreso de la ayuda internacional para los damníficados por un terrible huracán que dejó varios miles de muertos y heridos.

Esos cuatro puntos son los principios guías de cualquier forma de nacionalismo extremo. Son, por ejemplo, los pilares ideológicos sobre los que se sostuvo todo el discurso político de Ollanta Humala hasta que le cayó del cielo el dinero de Hugo Chávez y entonces decidió afiliarse a la campaña seudo-bolivariana del venezolano (el protegido y protector de Monteisnos, nunca lo olvidemos). Y es el mismo discurso de Chávez en su persistencia antiamericana, y el de los hermanos Castro, y el de Evo Morales: cualquier oposición es juzgada antinacional y acusada de servir a intereses extranjeros. Por cierto, a veces es verdad, y eso no hace sino legitimar falsamente el discurso.

Pero, con las excepciones y los matices del caso, eso mismo era lo que decía Belaunde en 1980, para denunciar a la izquierda en el mismo paquete del senderismo, como subvencionados por Cuba o por el "comunismo internacional"; y es lo que decía Alan García en su primer periodo, en la dirección opuesta, para culpar a las derechas de ser apóstoles del imperialismo norteamericano. Y ahora, dirigiendo el discurso exclusivamente en contra de la oposición populista, sindical o de izquierda, es lo que dice García cuando afirma que cualquier forma de oposición en el Perú es una maquinación chavista, incluyendo las defensas de los derechos humanos y las actividades de las ONG´s.

Y, paradójicamente, es ese tejido ideológico nacionalista el que ha elegido García para sustentar sus exabruptos cuando habla del perro del hortelano: su meta es la inversión extranjera de índole capitalista, pero --vaya golpe de timón-- sostiene, acusatoriamente, que quienes se oponen a que esa inversión sea predatoria e indiscriminada, son traidores al ideal de progreso de la nación y están manipulados por
otros intereses extranjeros.

Me pregunto qué clase de fibra primitiva tenemos los peruanos en lo político, qué clase de chauvinismo desbocado abrigamos, para que tanto los que promueven la inversión extranjera como los que temen su impulso devorador tengan que recurrir, insólitamente, a un mismo subterfugio y una misma retórica nacionalistas para dar fundamento a sus proyectos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

la educacion (en un sentido bien amplio) es la madre de nuestro problema

Anónimo dijo...

La fibra primitiva es la del mundo moderno tardío, como el título que tú mismo elegiste dice: el nacionalismo.

Es igual en EEUU, Japón y China, desde que los Estados nación se volvieron la regla. Quizá menos en Europa occidental, pero igual muy pocos países no tienen un discurso nacionalista como una suerte de thelos.

Por eso creo que es muy discutible hablar de un presente postmoderno. La nación sigue siendo el leitmotiv del mundo, por lo menos por ahora.

Una muestra es el caso reciente entre Colombia y Ecuador. Colombia violó leyes, pero las leyes internacionales, claramente, privilegian la soberanía nacional por sobre cualquier otro criterio.

Eduardo Salazar dijo...

Yo creo, mi estimado Faverón, que cada pueblo tiene el gobierno que se merece... si hace unos pocos años nos encontramos en la decisión de votar por Humala o por García fue porque nosotros mismos, los peruanos, los pusimos en segunda vuelta (por cierto, no soy afín a Lourdes ni a sus aliados, particularmente -y me enfrento a que me hagas leña con esto, pero es lo que creo- voté por Diez-Canseco en la primera vuelta).

La causa de la "tara política" de la que los peruanos sufrimos viene de muy atrás, si pensamos en el país en los tiempos del Incanato, definitivamente la forma de gobierno era dictatorial y absolutista, parecido a lo sucedido en la colonia, sólo que esta vez en vez de haber chimúes, chancas y aimaras sometidos a los incas, habían chimúes, chancas, aimaras E incas sometidos a los españoles. Salvo algunos brotes de insurgencia autóctona, el país se hallaba bajo la dominación dictatorial y absolutista española (como de hecho debes saber, el libro sobre los movimientos revolucionarios del s. XVIII que escribiste es excelente).

Con la llegada de la independencia creo que empezó la guerra civil, la cual persiste hasta nuestros días (robé la frase a GGM), primero entre dictadores y militares salitreros y huaneados; luego entre aristócratas y más militares cauchero-azucareros; luego entre comunistoides y derechistas civiles y militares, para terminar en lo que nos encontramos... civiles autoritarios (parece que es nuestro sino).

No concuerdo con la visión de que el gobierno de Toledo fue el mejor de todos, no soy fujimorista pero me parece que el de Fujimori (el primero) fue el mejor de todos los de la República, nos sacó del abismo y estabilizó al país... ya con eso deja libre el camino a Toledo y Krupp cía. (perdón, Karp, pero parece el nombre de artilleria germana).

Creo que Bayly para las próximas elecciones es la mejor opción (es una chanza, luego de tanto ditirambo).

Saludos cordiales.
Eduardo Salazar

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Gracias por tu comentario, Eduardo.

Yo voté por Susana Villarán, aunque la verdad es que ahora no lo haría de nuevo. No veo por qué supones que yo te podría "hacer leña", como dices, por no ser partidario de Lourdes Flores. ¿Me querrías explicar a qué te refieres con eso?

Anónimo dijo...

"Creo que Bayly para las próximas elecciones es la mejor opción"

De que hablas?? Mejor opcion para que tipo de eleccion??

Eduardo Salazar dijo...

Estimado Gustavo, con lo de "hacer leña" me refería a lo que podrías contestar respecto a mi votación POR Diez-Canseco y su partido del puño con la flor (el símbolo del PSOE español), no por no votar por Lourdes... tengo la idea que dentro de todos los politicastros que hemos engendrado como país, Javier Diez-Canseco al menos ha mantenido un papel decente en su vida política.

Al anónimo lector, respecto a lo de "votar por Bayly" estaba haciendo una broma, luego de haber estado bastante molesto (y deprimido) por haber recordado todos los gobiernos republicanos que hemos tenidos.

Sabes que Gustavo? Creo que lo de Canudos, las intrigas políticas de los florianistas, jacobinos, el alcalde del pueblo utilizando a Gall, y los "coroneles" terratenientes... siguen presenten, pero no en el país más grande del mundo... sino acá mismo.
(Y lo peor... no creo que se vayan)

Saludos cordiales
Eduardo Salazar

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Yo tenía la misma percepción de Diez Canseco hasta que buscó, oportunistamente, la proximidad de Ollanta Humala.

Anónimo dijo...

Eres uno de los poquisimos que tiene presente las esterilizaciones forzadas y con enganho del régimen Fujimori. Me parece extranho que no se juzgue a nadie por este crimen que no tiene otra explicación que el racismo. Eliminación de los vientres de mujeres andinas.

Murieron mujeres por las pésimas condiciones higiénicas de la cirugia. Se esterilizaron mujeres jóvenes que nunca habian tenido hijos. Despues la risa cínica del japonés en un discurso de la naciones unidas, El Cairo creo.

Juancho