La blogósfera legible
Si los blogs fueran libros que pudiera disponer en un anaquel y colocar lomo con lomo a la espera de un buen tiempo para la lectura, estos son los que tendría yo en la repisa, junto a mi cama, esta semana.
La Jaula Abierta, de uno de los ensayistas más creativos y contundentes de las letras hispanas hoy, Roger Bartra. Dos perlas últimas de su blog, para que piquen el diente y nunca más quieran dejarlo: este post sobre la tendencia conservadora en la clase obrera británica, y, sobre todo, este otro, titulado "La fascinación por lo mórbido", que trata de lo que anuncia.
La Lectora Provisoria es un blog colectivo argentino siempre lleno de carne y muy poco hueso, en el que hace unos días apareció un capítulo más de la saga El Proyecto Aira, donde se pasa revista a cuanto dime y/o direte sobre César Aira haya asomado en la prensa rioplatense durante la semana. Este no tiene desperdicio: luego le dedico un post.
Fragmentos, del crítico literario mexicano Christopher Domínguez Michael, que algo viene cocinando con Santayana, tendiendo puentes entre su labor crítica y su perfil en la filosofía, a juzgar por las últimas dos entradas de la bitácora, que provienen originalmente del suplemento El Ángel del diario Reforma.
Correo Fantasma, de José de la Colina. Su último texto en una invitación a la lectura de Generación Y; el anterior da una mejor medida del talento del blogger: una reflexión humorística sobre el rostro mortal y mortífero de Poe en cierta famosa fotografía.
El Señor de Abajo es un blog publicado por Pedro Mairal, Adriano Battu y Miguel U. (?). Mairal ha dejado allí copia de un cuento suyo, Coger en castellano, que es la cosa más triste (no el cogimiento castizo en sí, digo, sino el cuento mismo). Y si alguno de ustedes no ha leído a Mairal, tiene dos libros más en la cuenta de tareas por hacer: Una noche con Sabrina Love y Salvatierra.
En Río Fugitivo, de Edmundo Paz Soldán, aparece por estos días una explicación de la figura del escritor viajero-turista-conferencista-entrevistado, peregrino de todas las ferias y todos los encuentros, que parece ser el prototipo del autor contemporáneo en su relación con el mundo editorial.
1.2.09
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5 comentarios:
¿Y qué pasó con el blog del mejor reseñista de Lima? Claro que sabes que me refiero a Javier Agreda o seguro no te gustó la reseña que hizo sobre la Oreja de Perro de Thays. Me gusta Agreda, no se casa con nadie.
Te la paso:
Con Un lugar llamado Oreja de Perro el escritor Iván Thays (Lima, 1968) vuelve a la narrativa después de ocho años de publicar su anterior novela, La disciplina de la vanidad (2000). Un retorno tan esperado como exitoso, pues este nuevo libro ha sido finalista de la última edición del Premio Herralde, y por ello publicado en España y ampliamente comentado en ese país y otros de América Latina. La novela tiene una sombría trama: Oreja de Perro es un pequeño pueblo ayacuchano, arrasado por la violencia política, al que llega un joven periodista limeño que acaba de sufrir la muerte de su hijo y el abandono de su esposa.
El relato se inicia con esta llegada (el periodista debe cubrir una ceremonia en la que participará el presidente Alejandro Toledo) y acaba con el retorno del protagonista a Lima. Entre estos dos viajes suceden pocas cosas, pero la falta de acciones es compensada con la historias de diversos personajes, concebidos en base a estereotipos y referencias cinematográficas: Mónica, la esposa del periodista (“...idéntica a Mia Farrow”), el fotógrafo Scamarone (alcohólico, cínico...un Belmondo), la mística Jasmín (habla con los ángeles y lo adivina todo), el acomplejado Tomás (¿una caricatura de los rivales de Thays en la polémica entre escritores criollos y andinos?), etc.
Como siempre en la obra de Thays, más importante que los sucesos es el “viaje interior” (título de su novela de 1999) del protagonista: los recuerdos de su relación con Mónica, de los momentos compartidos con su hijo, o simplemente de sus anteriores comisiones periodísticas. Estas remembranzas se convierten en reflexiones literarias –escritas en un lenguaje aparentemente sencillo pero bastante elaborado– sobre aquellos temas que ya pueden ser considerados –aplicando la terminología vargasllosiana– los “demonios personales” de Thays: la memoria y la ausencia del ser amado.
El que esas reflexiones no tengan el interés ni el peso necesario es sin lugar a dudas el mayor problema de Un lugar llamado Oreja de Perro. Como en los personajes y en las historias, aquí también el autor opta por lo efectista, esquemático y algunas veces hasta frívolo. El protagonista del libro enfrenta las peores tragedias personales y sociales, sin embargo parece más preocupado en elaborar intrascendentes juegos literarios (recordando el momento preciso de la muerte de su hijo, no puede dejar de mencionar a Guillaume Apollinaire y Kenzaburo Oé) o en coquetear con todas las jóvenes que encuentra, buscándoles parecidos con actrices famosas.
(Artículo publicado previamente en La República).
Si esos fueran mis blogs de cabecera, yo sería un snob
ya ya, bien que lees al ybarrón, que sería el libro porno que guardas debajo de la cama. No te hagas el loco qeu todo se sabe.
Notable el cuento de Mairal. El tema seria la nostalgia de los buenos tiempos pasados frente a la rutina de la vejez o del matrimonio.
un blog también a tomar en cuenta la última semana fue el de Idelber Avelar: el 30 de enero posteo fotos de los ataques con fósforo blanco en Gaza que no había visto antes. Antes de eso le había dedicado varios post, unos más interesantes que otros, al tema.
Rafael Ramírez
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