1.2.09

Rebeldes con control remoto

El caso Vaccaro frente al caso Majaz

Una gran cantidad de peruanos se sabe racista. No importa que lo declare abiertamente o lo intente negar, lo crucial es que se trata de una tara que casi nadie combate activamente.

Salvo cuando ocurre a distancia, cuando denunciarlo no incomoda, cuando puede ser atribuido por completo a alguien más, sin que afecta al denunciante ni a su círculo.

Cientos de miles de peruanos tienen en sus hogares empleadas domésticas a las que hacen trabajar en regímenes de semiesclavitud, con sueldos risibles, sin seguro médico, sin horarios legales, sin horas de descanso, sin consideración alguna.

Esos mismos empleadores protestan por el trato que se les da a las empleadas en las playas de Asia. El mandil blanco se vuelve más afrentoso que el maltrato y que la estructura que soporta al maltrato: ahora ellos, si no obligan a su empleada a usar mandil, tienen la consciencia tranquila.

Cuando el abuso social con rasgos racistas brota violentamente en frente de ellos, lo dejan pasar por alto: lo hacen todos los días, en cada esquina, en cada calle: son testigos y actores de una sociedad segregadora y abusiva, pero se disocian de ella, se lavan las manos, no se hacen responsables.

De pronto, viene el caso Vaccaro y todos se desesperan, se atoran, se conmueven, se enfurecen: pelean por ver quién muestra con más ira su molestia. Dos semanas antes, el caso Majaz no los conmovió tanto, o no los conmovió en lo más mínimo: ocurría demasiado cerca, ocurría sólo entre nosotros, no había chivo expiatorio extranjero, no le daba oportunidad al chauvinismo ni a la patriotada imbécil.

Cuando brota de una manera sui géneris, a distancia, encapsulado, incapaz de herir a nadie, el racismo (la xenofobia) les revuelve la sangre a estos rebeldes. Cuando brota en la punta de sus narices, en su tierra, afectando a los mismos afectados de siempre, les deja la sangre tibia y en paz.

Esto que digo es sólo una nota a pie de página para este post colocado por Daniel Salas en el blog del Gran Combo Club, al que deberían darle una mirada.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Gustavo, bien interesante el tema. Me hizo recordar algo que dijo George Orwell en su ensayo "Shooting an Elephant":

"A story always sounds clear enough at a distance, but the nearer you get to the scene of events the vaguer it becomes."

**C.

Anónimo dijo...

Que curioso Sr. Faveron porque un amigo te mandó un comentario protestando porque cuando aparecieron las evidencias de las torturas en Majaz todo el mundo estaba ocupado con el conflicto de la franja de Gaza. El dice que su protesta no apareció en tu Blog.

Lo que me indignó tambien es que en el blog ESPACIO COMPARTIDO tampoco apareció nada, igual en la versión digital de CARETAS, no tengo acceso a la versión completa online o la versión impresa, pero igual no me extranharia que la revista de Zileri hubiese obviado este caso.
cc: utero, gran combo, caretas

zeta dijo...

Màs bien, la mayorìa no se considera racista, pero piensa que casi todos los que conoce lo son; curioso, ¿no? Bueno, en eso sì, sin duda, no se combate. O sea, cuando nos olvidamos completamente que somos racistas. Ja,ja,ja,ja, uy eso sì que fue hosco, pobres... Màs que eso, no les importa, no nos importa hasta que nos toca, y seguramente eso lo pensaràn los que de pronto no pudieron pasar a la discoteca que tanto querìan, què triste. Bueno, un asunto de nunca acabar.

Rafael Euribe dijo...

1. El caso de Vaccaro, parecia ser un caso de racismo "entre" blancos: europeos blancos maltratando verbalmente a blancos sudacas. Luego se vio que este no era el caso.

El caso Majaz, es el caso del uso de tacticas antisubversivas contra legitimas demandas sociales. Es un caso de prepotencia policial, no de discriminacion racial: Majaz no es playa Asia.

2. Hay creo, diferencias sustanciales en ambos casos, como para hacer comparacion de las reacciones que sucitaron. Si quieres probar el uso del doble standard en nuestra "intelligentsia" anti-racista, creo que hay muchos mejores ejemplos.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

La comparación es válida precisamente porque son dos casos sumamente distintos, uno de los cuales, el menos importante, ha merecido mucha más atención que el crucial.

zeta dijo...

Justamente, esa prepotencia por parte de la policìa se dio por un asunto racista, o alguien ha visto que los policìas sean prepotentes de esa manera con otras personas...

Sebastián dijo...

Cien hombres muertos, catástrofe. Un millón muertos, estadística. - Adolf Eichmann.

Haciendo la horrible parafraseada: "Montones de campesinos torturados, noticia. Una peruana en el exterior raceada, afrenta al país."

Anónimo dijo...

El caso Majaz es sumamente grave porque nos esta reiterando que no hemos aprendido de la larga y sangrietna guerra interna. Ni la policia, ni los inversionistas, ni los diarios y algunos comentaristas.
Un Fiscal encubriendo los maltratos en la propiedad de una minera, me recuerda al ejercito desapareciendo todo un pueblo para quedarse con su ganado.
Igual con el caso de las esterilizaciones forzadas y con enganhos en zonas de pobreza.
Juancho

Anónimo dijo...

el caso Vaccaro es indignante, no solo por el racismo señor Faveron,es por el maltrato a una mujer. ¿o usted es misogino?

usted habla de patriotada. ja,ja,ja

Anónimo dijo...

Interesante. César Hildebrandt es de la misma opinión. Me parece de caballeros haberlo reconocido.

Rafael Euribe dijo...

No es un problema de discriminacion racial. Esta presente pero no es lo principal. Lo que hay que custionar es la legitimdad del uso de tacticas antisubversivas para reprimir demandas sociales.

La prepotencia fue de la DINOES (Dirección Nacional de Operaciones Especiales) es decir de comandos, no de simples policias. Actuaron como actuan los soldados americanos en Iraq, las bolsas, las manos atadas, la amedrentacion.

Seguramente el jefe del comando se quiere ganar un ascenso.