2.9.09

Tesis y síntesis

El haiku y la tesis doctoral

Como saben algunos (privilegiados o malditos, esa es otra discusión), escribir una tesis doctoral puede ser la más sorprendente serie de epifanías o el más súbito descenso a los infiernos. La escritura de mi tesis (2002-2004) tuvo un poco de ambas caras: infierno, epifanía, infierno, infierno, epifanía, etc.

La tesis doctoral suele ser vista por el autor --a la vez agente de la escritura y paciente de mil enfermedades-- como su primera pero tal vez última oportunidad para cambiar la faz del mundo (académico). Esa premisa es falsa y sus consecuencias pueden ser nefastas: es el origen de las tesis inacabables, los objetivos inabarcables y los incurables subibajas de depresión, fase maniaca, depresión, etc.

En el mejor de los casos, uno comienza la tesis recurriendo a la ayuda de los mayores expertos en su campo que tenga a la mano, y la termina aspirando a la posibilidad de que, al cabo del proceso, uno haya llegado a manejar el tema acaso tanto o mejor que ellos.

(Los míos, es decir, los miembros de mi comité de tesis doctoral, fueron Edmundo Paz Soldán --gurú mayor--, Debra Castillo, Bruno Bosteels y Ricardo Piglia. Pero informalmente ese comité fue más grande y formaron parte de él mis amigos Peter Elmore y Daniel Salas, mi profesor Joan Ramon Resina, y mi esposa, Carolyn Wolfenzon).

Un ejemplo de cuán esquivo puede resultarle a uno mismo el tema de su tesis: yo quería trabajar el asunto de las novelas latinoamericanas del siglo XX en las que era detectable la presencia simultánea de discursos hegemónicos y discursos contrahegemónicos, cuya convivencia creaba textos ficcionales contradictorios en sí mismos.

O, más precisamente, textos que eran escenarios para la representación de contradicciones discursivas: representaciones de la lucha por el dominio del campo hegemónico, en las que a un discurso dominante se le filtraban casi silenciosamente fragmentos de discursos marginales, subversivos o contestatarios:
Estrella distante, El hablador, Respiración artificial (por eso invité a Piglia al comité, y él aceptó muy amablemente tras escuchar un borrador de mi propuesta).

Sin embargo, pronto me di cuenta de que para entender el fenómeno de las "disidencias discursivas" en esos libros, debía estudiar previamente otros anteriores, de la primera mitad del siglo XX. Y luego pasé a otros del cambio de siglo, y luego a otros del XIX, y al final mi tesis se remontó a Guamán Poma y llegó a centrarse en un número de novelas y textos autobiográficos del inicio del periodo republicano.

Jamás alcancé a trabajar los textos contemporáneos que me había puesto como objetivo inicial, pero la escritura y la investigación de la tesis me permitió, de todas maneras, comprender mejor su origen y la historia de la que ellos provenían.

Si hubiera intentado cubrir todo el espectro de mi interés, desde los textos que estudié finalmente hasta los que me había colocado como meta al inicio, mi tesis hubiera tenido unas mil páginas, es decir, setecientas más de las que tuvo, y probablemente no la hubiera terminado en ningún plazo razonable: las tesis suelen crecer y crecer, como los monstruos en las películas de la serie B de los sesentas.

Todo esto lo cuento sólo a manera de salto por las ramas para presentarles una página web que encontré leyendo el Huffington Post. Puede proveer de cierta sana diversión a quienes estén hoy en el trabajo de escribir una tesis doctoral (lo que en el mundo anglo llaman
doctoral dissertation) o que hayan pasado por ese proceso recientemente.

La página se llama Dissertation Haiku y su mecánica es simple: se trata de que los autores de una tesis doctoral ingresen en la página, expliquen brevemente de qué va su trabajo y luego procedan a explicar la idea central de la tesis en un breve haiku (un poema corto en tres versos, casi siempre de 5, 7 y 5 sílabas cada uno).

Es decir, esta es una buena oportunidad para decir en muy pocas palabras eso que uno tiende a decir en miles y miles de largas y complejas oraciones.

¿Mi haiku? Podría ser este:

Si tú eres doble
tu voz es una lanza
clavada en ti.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

roland forgues se manda contra ti en el comercio:

http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/debate-literario-red/20090902/336351

Anónimo dijo...

hola, creo que se te pasó y escribiste "expectro" en lugar de "espectro".

Anónimo dijo...

No es un buen haiku. Es poco impresionista, poco fotográfico, poco naturalista. Además se ahoga en el condicional, y en la representación de la voz como lanza.

Tu aquí, tu allá
La voz tuya está
clavada en ti.

o mejor

Tu aquí, tu allá
tu voz "aquiallá"
se clava en ti.

and so on.

Anónimo dijo...

Charco de lluvia
Mi soledad húmeda
Bangandán, caíme.

Anónimo dijo...

Para el anónimo "entendido" en haikus:
Tesis vagabunda
te afincaste
en mi curriculum.
¿Es bueno, malo, buenísimo o malísimo?

POTOVIRGEN

Anónimo dijo...

Vengo de leer el aquí invocado artículo de Forges de quien nunca había oído hablar, lo que al parecer diría muy mal sobre mi formación cultural porque el señor en cuestión se cree una notabilidad archiconocida por escribir en el periódico (igualito que el finado coronel en Rayuela). Lo dije antes y lo repito con otras palabras: Martínez es un inimputable por carecer de responsabilidad intelectual, no sabe de lo que habla pero cae en la impostura de pretender conocer lo que no conoce ante sus lectores, se entera epidérmicamente de las cosas y cacarea sobre ellas como si las conociera en profundidad. La consecuencia es que en ocasiones desbarra monumentalmente.
SACAPUNTAS NEBRIJA (Correctómano)

Anónimo dijo...

Potovirgen (de hecho no eres el marques de poto alegre, bien por eso).

Tu haiku esta mejor, pero tampoco va del todo.

Recuerdo a Watanabe, quien si era un entendido en el haiku, recalcando hasta el cansancio que lo importante en los haiku es que representan el instante a traves de los sentidos (casi como si fueran fotografias del momento). Alli la simpleza, y la belleza. Demas esta decir que la metafora no va (lo mata), y que la metrica no es tan importante.

Tesis vagabunda
te afincaste
en mi curriculum.

Mejor:

tesis errabunda
descansa sola
en mi librero

o algo asi

Anónimo dijo...

Amable anónimo, no pensaba exponer un real haiku, lo que busqué es simplemente una sonrisa o risa del lector de puente aéreo. En tal sentido lo de "librero" mal podría sustituir a "curriculum",tampoco el poetizante "errabunda" al jodedor "vagabunda".Pero de todas maneras muy agradecido por tu gentileza. Y nos une la admiración por el inolvidable Wata.....

Anónimo dijo...

¿Ves desencanto?
Sólo es mi goce y
300 hojas

Sampler Boy dijo...

Si tú eres doble
Sodomización Mutua
Clavada en ti

Decano de Letras de la San Martín dijo...

Están chéveres los haikus, excepto, precisamente, los del anónimo que ha querido dictar el taller de haikus.

Anónimo dijo...

corrige expectro por favor

Anónimo dijo...

No seas cojudo pues decano. Mis haiku (sin la "s") son improvisadamente malos. Los otros simplemente no son haiku.

Anónimo dijo...

Faverón no es puntilloso ni serio al escribir: se le escapan un montón de errores ortográficos por el apuro a la hora de tipear.
Así, que pides mucho si crees que enmendará la errata "expectro".

Hiato Calato dijo...

Febril expectro
Fuera de mi espectro
Ortografía ¡Plop!