12.10.09

El test de Wilde, 1

Gonzalo Garcés inaugura una nueva sección de Puente Aéreo

El test de Wilde es un nuevo ingreso en la programación semanal de Puente Aéreo.

Se trata de un cuestionario de catorce preguntas (siempre las mismas) que cada semana será respondido por un distinto escritor latinoamericano.

El primer invitado ha sido también el primero en notar que el test contiene un error, error del cual
deriva su (de otra forma arbitrario) nombre; El test de Wilde, así, nace equivocado y espera seguir estándolo siempre.

Ese primer invitado es Gonzalo Garcés, escritor bonaerense, ganador en el año 2000 del Premio Biblioteca Breve por su novela Los impacientes. Es autor, además, de las novelas Diciembre (1997) y El futuro (2003), y colaborador de Quimera, Letras Libres, El Mercurio, Revista Ñ, La Nación Domingo, etc. Aquí el primer Test de Wilde:

-¿Qué pintor ha pintado el mundo como tú lo imaginas cuando escribes?

-Gustave Moreau, que es un pintor pésimo.

-¿Cuándo comenzó el siglo XXI para la literatura en español?

-En 1986, cuando murió Borges. Viene siendo un siglo de mierda, desde entonces.

-En una tumba está enterrado el compromiso social del escritor; en otra, el realismo mágico. ¿A cuál de los dos ataúdes le pondrías un clavo extra?

-El compromiso social del escritor no está muerto. Ian McEwan escribe novelas comprometidas con una visión liberal y racionalista del mundo. Fernando Vallejo escribe desde el compromiso con una visión fascist
a del mundo. Y muy bien, además.

-Estás en París, a principios del siglo XX. Todos los escritores que conoces pertenecen a algún grupo literario y ninguno te acepta. Tienes que inventar tu propia escuela: ¿cuál sería?

-¿Por qué no me iban a aceptar? Aunque fuera en el futurismo, yo entraba en lo que fuera.

-Si pudieras cambiar parte del argumento de una célebre obra literaria, ¿qué obra sería y cuál sería el cambio?

-Anna Karenina no se suicidaría: envejecería llena de dudas, preguntándose si hizo bien en fugarse con Vronsky, pensando a veces que sí, a veces que no, a veces que da lo mismo, porque finalmente un hombre no es tan diferente de otro. Pero eso, pensándolo bien, ya lo hizo Chéjov en La dama del perrito. Chéjov, en ese cuento, es como si le dijera a Tolstoi: no sea tan melodramático, ni tan literariamente convencional, las cosas suelen ser más grises y usted lo sabe.

-La muerte de Emma Bovary fue la mayor tragedia en la vida de Oscar Wilde. ¿A qué hecho ficticio habrías aludido tú si hubieras sido autor de la célebre frase?

-Oscar Wilde no habló de la muerte de Emma Bovary, sino de la de Lucien de Rubempré. Yo sí eligiría un momento de Madame Bovary, pero no la muerte, sino cuando Emma mira cómo Charles se pasa la lengua por los dientes después de comer y lo desprecia. Ahí nomás empecé yo también a despreciar al varón de la especie humana, y por supuesto a mí mismo como tal.

-¿A qué personaje literario le caerías a golpes?

-Al artista del hambre de Kafka. Es uno de los pocos con los que yo tendría una chance de ganar.

-¿Cuál fue el último libro ajeno que te ocasionó un atisbo de envidia?

-Todos. Todos los libros que leo me dan envidia. Lo digo en serio.

-Te llevan, por un tiempo indefinido, a las mazmorras del castillo, donde sólo hay dos celdas que ya albergan cada una a un prisionero. ¿Prefieres compartir la celda del Quijote o la de Hamlet?

-La de Hamlet, claro. Es que no soy sociable. El Quijote seguro que quería conversar todo el tiempo.

-TS Eliot aceptó las masivas modificaciones que Ezra Pound le hizo a The Waste Land. ¿A quién --sin barreras de tiempo-- le darías una libertad similar con un manuscrito tuyo?

-Es interesante que Eliot se haya dejado hacer por Pound, y en cambio cuando Pound trató de meter las manos en el Ulises, Joyce lo ignoró completamente. ¡Cómo me gusta esa actitud de Joyce! Me parece mucho más admirable, aunque quizá si hubiera escuchado a Pound tendríamos un Ulises más legible. A propósito, yo como editor eligiría justamente a Joyce. Porque Joyce no cortaba: reinterpretaba tu manuscrito, dándole sentido a lo que no lo tenía. Un método mucho más económico, elegante y artístico. Fue lo que hizo con La conciencia de Zeno, de Svevo.

-Mishima construyó un ejército personal para reivindicar la idea de honor del Japón medieval. ¿Con qué objetivo armarías un ejército?

-Para crear un estado independiente en Uspallata, en los Andes, entre Chile y Argentina.

-Siempre ha habido libros de los que medio mundo habla pero que muy pocos leen en verdad. ¿Con qué libro sospechas que ocurre algo parecido en estos tiempos?

-La verdad es que yo encuentro que pasa más bien al revés, hay libros que nadie admite haber leído y todos lo han hecho.

-Te acaban de nombrar ministro de Educación y tu primera orden es eliminar de los libros escolares a cierto autor. ¿De quién se trata?

-De Julio Cortázar. Cortázar encarna la tara latinoamericana de empezar con las conclusiones grandiosas y dejar la curiosidad y la observación para cuando haya tiempo. Ningún alumno de escuela necesita que le refuercen eso; ya lo está aprendiendo en su casa.

-Si tuvieras el poder de regresar a la vida a un escritor ya muerto, ¿a quién elegirías y por qué (o para qué)?

-Es gracioso, iba a escribir el nombre de Philip Roth, para que siga escribiendo, y me di cuenta de que Roth sigue vivo y sigue escribiendo. Es como prepararse para ir de compras y encontrar una pizza en la heladera.

16 comentarios:

El Oso Dudoso dijo...

Pobre Cortázar!

Anónimo dijo...

Buena entrevista pero se me cae cuando dice "Cortázar encarna la tara latinoamericana de empezar con las conclusiones grandiosas y dejar la curiosidad y la observación para cuando haya tiempo. Ningún alumno de escuela necesita que le refuercen eso; ya lo está aprendiendo en su casa".
Creo que leyó un libro que no era de Cortázar, que nos dé el título.

Huellas de mordidas bajo el reloj de pulsera, dijo...

Tal vez se refiere a que en las ¿fabulas? de Cortázar las historias están terminadas, no hay finales abiertos o la sensación de que algo se nos está ocultando.

Anónimo dijo...

si lo emplazaran a que explique en dos párrafos qué taras hay en La puerta condenada, La autopista del sur, La noche boca arriba, etc, este gaucho tendría que recurrir a un trabalenguas
debe de haber entre 10 y 15 cuentos clásicos de Cortázar, de esos que releemos varias veces en la vida: nunca serán textos terminados

Anónimo dijo...

es claro que este escritor no conoce el Cusco. Hay que recorrer el mundo.

Anónimo dijo...

oh q lindo el photoshop!

Anónimo dijo...

ES UN POCO INFANTIL ENTENDER LO QUE DECLARA EL ENTREVISTADO EN TÉRMINOS DE VERDADERO/ FALSO. MÁS VALIOSO ES PENSAR EN EL TIPO DE LECTURA QUE LE DA A CROTAZAR. UNA NUEVA LECTURA SIEMPRE ES SALUDABLE.

Anónimo dijo...

Interesante el test, ahora bien, parecen respuestas de un critico literario.. Porque la verdad no lo conozco como escritor. Muy eruditas esas respuestas, se ve que ha leido mucho de literatura y reflexiona "correcta, original y cripticamente", pero nada mas..

Anónimo dijo...

A propósito del test de Wilde, y sin salirnos del tema de las taras, hay una foto de Beto Ortiz disfrazado de Oscar Wilde que apareció hace años en el Comercio. Tal vez alguien podría subirla a la red para carcajearnos un poco.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

¿Crípticamente?

Uno que pasaba por ahi dijo...

La novela de Garcés que ganó el premio de Barral es excelente. Habría que comentarla alguna vez.

Anónimo dijo...

Dios los cris y ellos se juntan. Para condenar a Ollanta eres el primero en levantar el dedo; tu pata, ministro de un regimen que amordaza medios, no representa ningun problema. Que bien pues, esa es la moral de doble filo que siempre te caracterizo.

Sebastián dijo...

No conocía de la obra de Garcés, así que al buscar un poco me topé con este artículo, "Instrucciones para criticar a Cortázar": http://www.letraslibres.com/index.php?art=9669

Muy interesante, para salir un poco del esquema acostumbrado. Aunque creo que su querer ver los lugares comunes en Rayuela le hace pasar por alto que muchos de los actuales lugares comunes son consecuencia de la misma Rayuela.

Instrucciones para ser un joven escritor, dijo...

La pipa y los parches en el saco, ya pasaron de moda, lo mismo que el compromiso político. Agítese el pelo, déjese la barba si no es usted muy lampiño; sea egocéntrico, lea novelas de detectives, despotrique de alguna que otra vaca sagrada y, sobretodo, practique a diario su pose de alguien que posa porque no cree en las poses.

Anónimo dijo...

¿soy yo o son bien pesados estos escritores sabelotodo?

Anónimo dijo...

Interesante comentario sobre Ana Karenina,un verdadero desafío, por cierto el cuento de Chejov es una joya que vale la pena volver a leer. VL