9.11.10

1916

Y de pronto, 2010

Muchas veces he tenido la tentación de echarme a buscar entre documentos y archivos la información para escribir una novela histórica sobre el Perú. La perspectiva de ahogarme entre legajos y estanterías me ha disuadido. Pero sé una cosa: si alguna vez lo hiciera, elegiría un sólo año y el nombre de ese año sería el título de la novela: 1916.

En 1916, en una calle de Lima, Manuel González Prada preparaba la edición final de sus Grafitos, que aparecerían en París el año siguiente. Su hijo Alfredo recién se doctoraba en Ciencias Políticas pero ya formaba parte de un grupo literario que ese mismo año lanzaría al ruedo poético la antología Las voces múltiples.

El líder de ese grupo, Abraham Valdelomar, editaba, también en 1916, los únicos cuatro números de la revista literaria que llevaba el mismo nombre del colectivo, Colónida, en cuyas páginas, entre muchas otras cosas, se celebró la aparición del libro La canción de las figuras, de un poeta de la generación anterior y que en 1916 andaba en el pico de su creatividad, José María Eguren.

Mientras tanto, Valdelomar guiaba por las calles de Lima (y por los caminos de la poesía europea) a un muchacho trujillano de futuro promisorio, su semi-tocayo César Abraham Vallejo, quien componía en esos meses los poemas de Los heraldos negros, colección que terminaría en 1918 y que se publicaría un año después. (Vallejo venía de mostrar sus poemas a los amigos de Trujillo: Víctor Raúl Haya de la Torre, Macedonio de la Torre, Alcides Spelucin, Antenor Orrego: otro universo en efervescencia).

También en Colónida aparecieron versos de José Carlos Mariátegui, entonces un chico de veintidós años, que en 1916 renunciaría al diario La Prensa para pasar a la redacción de El Tiempo, siguiendo la naciente inclinación contestataria y la pasión socialista que empezaba a cultivar y de la cual hablaba a todo el mundo. Entonces Mariátegui firmaba aún con su seudónimo frances, Jean Croniqueur.

En 1916, Clemente Palma dirigía tanto la revista Variedades como el diario La Crónica. Faltaba un año para que se produjera aquel incidente desgraciado en que Palma le recomendó el sucidio antes que la poesía a Vallejo: Valdelomar en el lado progresista, Palma en el conservador. Esos eran los nombres que dominaban el paisaje literario en las publicaciones limeñas.

El padre de Clemente, Ricardo Palma, tenía 83 años en 1916, vivía ya recluido en su casa de Miraflores pero aún tenía el ánimo para divertirse jugueteando con sus papeles y su memoria, para armar la selección de Las mejores tradiciones peruanas, esa suerte de antología personal que la Casa Maucci publicaría en Barcelona al año siguiente. Incluso tuvo fuerzas para escribir la brevísima "autobiografía" que precede a aquella edición.En 1916, José de la Riva Agüero daba a la imprenta su Elogio del inca Garcilaso; Ventura García Calderón, que acaba de ver editado su Parnaso peruano, escribía y publicaba su primer libro en francés, y Víctor Andrés Belaunde (quien dos años más tarde refundaría el Mercurio Peruano), concluía el manuscrito de sus Meditaciones peruanas.

En 1916, Leonidas Yerovi vio la quiebra de un semanario que había fundado cinco años antes, Balnearios, y, para resarcirse, colaboraba en la fundación de otros dos: Don Lunes (con Federico More y Málaga Grenet) y Rigoletto. Tras un viaje a Buenos Aires, Yerovi había abandonado su trabajo en La Crónica y era ahora director de cultura de La Prensa. Faltaba muy poco tiempo para que, el 15 de febrero de 1917, un extranjero celoso de los galanteos de Yerovi hacia su novia lo asesinara en la puerta del diario. En las dos horas que duró su agonía, una nube de limeños adoradores del poeta (el dramaturgo más popular de su tiempo) se reunió a acompañarlo en la calle frente a la Maisón de Santé.

En 1916, en Arequipa, Martín Chambi tomaba las fotografías que irían a formar su primer catálogo de postales, el que pondría a la venta en Sicuani, al año siguiente, inmediatamente después de abrir su primer estudio, tras casi una década de aprendiz en el de Max Vargas. Al mismo tiempo, en 1916, el hijo de Max, Alberto Vargas, se embarcaba hacia Estados Unidos, a convertirse en el creador de las famosas Vargas Girls.

Por otro lado, 2010



Por otro lado, en 1916 había un presidente constitucional sin sombras de corrupción en torno a él, José Pardo, fundador de la Escuela de Bellas Artes, la Academia Nacional de Historia, la Academia Nacional de Música y las dos mayores escuelas para maestros del Perú, la Normal de Varones y la Normal de Mujeres. (Fue también, por otro lado, el presidente contra el cual lucharon quienes reclamaban la jornada laboral de 8 horas). El alcalde de Lima era Luis Miró Quesada de la Guerra, el primero en crear comedores escolares en la ciudad.

Hoy tenemos un presidente cuyo contacto con los temas culturales parece reducirse a desafinar en las rancheras y que reconoce la importancia (o la mera existencia) de las artes y la literatura únicamente cada vez que un novelista peruano gana un Premio Nobel. Y tenemos un alcalde que, por pura ignorancia y por pura demagogia, desmanteló las mejores iniciativas culturalesque se habían puesto en marcha en la capital en décadas.

Los intelectuales peruanos más ampliamente reconocidos fuera del país deben de ser Mario Vargas Llosa, Hernando de Soto y acaso el padre Gustavo Gutiérrez. Pero, salvo Vargas Llosa, los demás son en la práctica inexistentes para el 95% de los peruanos (salvo por los que recuerdan a De Soto como el que le dijo "hijo de puta" a Vargas Llosa en la tele).

Sospecho que si se hiciera una encuesta abierta y general en el país para determinar cuáles son los intelectuales peruanos más destacados hoy, además de Vargas Llosa, la lista estaría llena de nombres tan absurdos como los de Martha Hildebrandt, Marco Aurelio Denegri o César Hildebrandt, y la verdad, no me sorprendería demasiado encontrar el de Gastón Acurio.

(Finalmente, hasta un novelista serio como Miguel Gutiérrez pudo escribir en un célebre ensayo que Abimael Guzmán era el intelectual central de su generación. Si las paparruchas fundamentalistas de Guzmán y sus lecturas primarias de filosofía europea podían ser juzgadas así por Gutiérrez, ¿que nos queda a los demás?).

Lo cierto es que el contacto de los peruanos con la intelectualidad, incluso si se pensara que en el pasado fue apenas reverencia ciega o devoción ante una forma de autoridad, ahora no es ni siquiera eso: parece desvanecido en la nada: "intelectual" fue el nombre de una vocación, luego un signo de estatus, luego una mala palabra, hoy es una palabra hueca.

Y no, no tengo ninguna nostalgia por una sociedad en la que reinen el doctoreo y la verticalidad, ninguna nostalgia por la figura del académico que se siente superior al resto o el humanista que sólo ha buscado el título universitario porque ya no le queda la posibilidad del nobiliario.

Sólo es nostalgia por un espacio donde la verdadera creatividad sea más importante que el éxito, o mejor, en la que el éxito sea consecuencia de la creatividad, y donde los humanistas y los poetas y los pintores y los ideólogos no estén separados en esferas ni confinados en compartimentos estancos, sino en diálogo, construyendo cosas nuevas, incluso si esas cosas son sueños enfrentados.

Mi propia vocación tanática seguramente me hace más inclinado a escribir una novela sobre este Perú, el de hoy, en el que muchos impulsos están vivos y funcionan y se renuevan y la gente lucha por salir adelante cada día (y en el que la nación ha dejado de ser solamente la capital y solamente ciertos habitantes de la capital), pero en el cual, lamentablemente, el impulso a la intelectualidad es sistemáticamente asesinado desde el Estado.

Y sin embargo, ¿no sería bueno que alguien escribiera 1916, y los peruanos leyeran esa novela y supieran que así también podía ser el país?

Imágenes: José Carlos Mariátegui (1915), en la parte trasera del automóvil, con compañeros y familiares; César Vallejo con la "bohemia" de Trujillo (después, Grupo Norte); Abraham Valdelomar; carátula de Colónida; famosa fotografía de Martín Chambi.

...

23 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Alguien se dio el trabajo de leer "La casa de tantos" de N. Yerovi? ¿Tiene algo del contenido de este post?

Como fuere, muy interesante la información de esta última entrada.

Muchas gracias.

Javicho dijo...

¡Discrepo! Considero que la vocación política de Alan García privó al Perú de un buen cantante criollo de una inconmensurable vena dramática. En todos estos años de figura pública, con sólo unas escasas apariciones musicales, Alan ha demostrado sobradamente que cantar se le da muchísimo mejor que gobernar. Son mejores sus segundas voces valseando que sus políticas de gobierno. ¿Y pides política cultural en el Perú? ¿Qué puedes pretender, cuando una maravilla como la huaca del Sol en Trujillo, que en cualquier país del mundo sería un monumento nacional gestionado por el Estado, está en manos de una compañía cervecera?

Anónimo dijo...

para que la gente lea una novela de ese tipo, habría que acercar la fecha

qué fecha de la segunda mitad del XX se podría elegir?

Enrique Prochazka dijo...

Interesante post, Gustavo. En algún momento escribí que el siglo XX duró apenas diez años, hasta 1910: que luego hubo un periodo extrañísimo hasta el annus mirabilis de 1922, y de ahí para acá, un hiato aun sin nombre.

En su breve ensayo "La civilización de espectáculo", que entiendo que pronto se ampliará a libro, Vargas Llosa deplora el estado de la cultura (no en el solitario Perú, sino en Todas Partes) pero al mismo tiempo declara que su defensa de la libertad, incluso de la libertad de trastornar y des-significar lo que él entiende por cultura, está primero que la defensa de esas formas culturales que aprecia y que ve desaparecer, entre ellas la figura del intelectual a favor del histrión y -lo dice- del chef de cocina.

Los casi setenta comentarios de tu post anterior, Gustavo, apuntan en la dirección de una preocupación, que me parece que secuelas (permítaseme, pues, el préstamo) en éste. Qué debemos conservar? Qué estamos de acuerdo en dejar que se vaya por el hoyo? Yo he pasado los últimos doce o trece años tentando respuestas a esto. Tengo las mías, privadas; y a estas alturas me pregunto si el tema siquiera puede discutirse ya de manera racional y argumentada.

Un abrazo,

Enrique

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Enrique: creo que nos preocupan las mismas cosas aunque quizás nos preocupen de maneras diferentes. Me gustaría hacerte una entrevista, quizá simplemente a través de un chat, o via email, sobre estas cosas. ¿Te interesa? Ah, Miss Belevan me pide en este momento que te envíe sus saludos.

Anónimo dijo...

Muy buen post, he disfrutado de esa lectura. Creo que el Sr Prochazka es demasiado exigente con el S. XX, aunque sospecho tiene mucho de verdad. Creo que el S XX no se acaba en su año 22. Luego aparecen otros intelectuales, Basadre, el mismo Mario Vargas Llosa..

cesar dijo...

Como si toda la historia del Peru dependiera del exito o del fracaso de nuestros escasos intelectuales,,.
Cesar Escalante.
Paris, 2010.

Anónimo dijo...

las preguntas de este post est[an respondidas en el anterior. setenta comentarios para hablar de denegri quien sería, en circunstancias normales, solo un anecdótico personaje de cafetín, que ahora se ve aupado por la mediocridad a la categoría de crítico literario ante la ausencia de acceso al campo cultural de verdadera gente destacada. sí, pues, no es 1916, no hay toda esa gente pensando el perú,en el mismo perú. mira que vll vive fuera desde el 58.

Anónimo dijo...

Además de 1916, ¿se sabe de otros periodos de la historia humana en los que alguna sociedad haya funcionado con altos índices de creatividad y tolerancia? Se dice que, en ese sentido, el Califato de Córdoba mantuvo una política que permitió la coexistencia pacífica de moros,cristianos y judíos.

Anónimo dijo...

Prochazka,

Gran parte de la "imposibilidad de discusión" que planteas se la debemos a todos ustedes, quienes pretenden vendernos un mensaje donde lo racional y lo argumentado se transforma en una mera masturbación de ideas complejas.

Anónimo dijo...

Noto cierto pesimismo en tu post...
Aunque suene ridículo, prefiero ésta época a 1916. Me explico:
Curiosamente, aunque en 1916 la vida intelectual y artística era mucho más rica que hoy, la literatura peruana se hallaba confinada exclusivamente a nuestro territorio, eran poquísimos los autores peruanos leídos en el exterior (sólo se me ocurren Palma y el Inca Garcilaso). Claro que, en general, los escritores de entonces estaban mejor formados que los de hoy, pero...¿quiénes los leían? La tasa de analfabetismo era muy alta.
Además, no había ninguna posiblidad de que un autor peruano ganara un premio importante como el Nobel (ahora es distinto).
Tengo la vaga esperanza de que el Nobel a Vargas Llosa ayude a fomentar interés por la lectura en este país.
Recuerda que en 1916 se alababa a un "poeta" como Chocano y se ninguneaba a Eguren.

Juan Pérez Gonzales
Ocupación: Agricultor
Dirección: Perú

Enrique Prochazka dijo...

Celebro tu respuesta y acepto tu invitación, Gustavo. Con un abrazo; si para nada más, servirá para conversar. Y en efecto hay cosas que nos preocupan de manera distinta. No es sólo cuestión de gustos, sino de vocación para encontrar / definir problemas. Digo, decía Demócrito.

En mi lista de dudas acerca de qué arrojar por el hoyo faltaron dos. Una, cómo hacer para que, al empujar vanidosamente cosas al hoyo, no resbalemos y caigamos nosotros mismos. La otra, por qué creer que siquiera ALGO ha de salvarse del hoyo. Quizá el destino en el hoyo es el que presta valor histórico final a algo.

"New York now leads the world's great cities in the number of people around whom you shouldn's make a sudden move."
-David Letterman

Anónimo dijo...

¿Cómo que no se piensa al Perú? EN comparación con esa época, ahora tenemos ejércitos de sociólogos, antropólogos, historiadores y economistas que publican regularmente libros que tratan sobre el Perú. Solo que ninguno ha recibido el barniz romanticoide de los Basadres...

Anónimo dijo...

Bueno y en gran parte también es culpa de los que fungen de "intelectuales" en el Perú, uno de los problemas creo que es su homogeneidad, no solo provienen de la misma clase social, de la misma ciudad, hasta de los mismos 3 distritos, de dos universidades y hasta de la decena de colegios bien, eso aunado a su ignorancia del Peru y lo peor a su falta de deseo de conocerlo hacen que cada vez sean mas ajenos al resto de los peruanos y sus ideas cada vez mas encerradas en una burbuja.
Hablan entre ellos, se tiran flores entre ellos y cuidan celosamente de sus "espacios conquistados".
En realidad deberían irse todos ellos a USA así podrían hablar mejor entre ellos o cuando entre a trabajar al Ministerio de Educación o ser asesores de algún gobierno hacer algo realmente para mejorar la educación en el Perú pues solo así surgirán los verdaderos intelectuales.

Anónimo dijo...

GT

La decada de la verguenza, donde todos se quedaron "cojudos" fue en la epoca de FUJIMORI, hubo una prensa docil,nadie protestaba frontalmente al gobierno, no recurdo si hubo oposicion, ya no deseo renegar...

Espartaco dijo...

Disculpen el off topic.

El motivo de la presente es hacer conocer un hecho que amerita conocerlo, ventilarlo. Se trata de la censura que practica el dueño de un blog llamado Gran Combo Club. No se si será generalizada pero a mí me ha tocado mi ración de intolerancia.

Y lo más incorrecto es que practica eso en el momento y lugar (post) donde le señala lo mismo a alguien (la señora RMP) a quien está criticando en su blog: La arrogancia, la intolerancia de quien se siente todopoderoso, intocable.

En uno de los comentarios (que no publicó) le decía precisamente: Usted censura a quien se le viene en gana con la certeza que nadie se enterará, y si se enteran tampoco importará porque tiene asegurado su grupo de apoyantes, no tan poderosos como los de la señora Palacios pero que -piensa usted- le asegura la misma impunidad.

Es literalmente porque se le da la gana. Ni siquiera porque no está de acuerdo; porque hay otros comentarios que también le disgustan pero no los censura (tal vez porque son más famosos) y no es que me haya puesto declarada y hostilmente de parte de la señora Palacios; ni menos que escriba comentarios insultantes o con groserías. (Él le había advertido -con todo derecho creo- a la sra Palacios: Sus comentarios insultantes no pasarán)

Tengo las capturas de pantalla de los comentarios enviados. De antes de enviarlos, y de luego de enviados (cuando sale el avisito: "Comentario retenido")

Gracias por la atención.

Anónimo dijo...

tu post me recuerda aquella idea Hegeliana sobre la lamentación nostálgica por los valores olvidados del pasado, que aquella olvida el hecho de que esos valores no tenían ninguna existencia anterior a nuestros lamentos, que los hemos literalmente inventado con nuestros lamentos por su pérdida.

Anónimo dijo...

Si pues, anónimos derrotistas, nada mejor que posar de inteligente diciendo "no" a todo.
Si los lamentos crean el pasado, ¿por qué no pueden crear el futuro?

Anónimo dijo...

Estimado Gustavo: Percibo tu exigencia que como dices se puede llamar nostalgia o ese prurito insalvable por conocer de que indicios procedemos.
El significado mismo de la foto que acompaña tu post es de una lucidez impactante.Es como expresión viviente
de que no siempre todo fue como tierra arrasada, que no venimos del desierto,que un botín esplendoroso (que es pasado, historia, en fin..) está esperando que lo nombren.
Estas palabras de Walter Benjamin creo nos pueden ayudar a entender ese reclamo tuyo,y es bueno que lo sepas, es plenamente compartido:"¿Acaso no nos roza,a nosotros también,una ráfaga del aire que envolvía a los de antes?.¿Acaso en las voces a las que prestamos oído no resuena el eco de otras voces que dejaron de sonar?(..)Si es así,entonces,entre las generaciones del pasado y la nuestra,está vigente una cita secreta,un compromiso secreto de encontrarnos.Es decir:eramos esperados sobre la tierra.También a nosotros,entonces, como a toda otra generación, nos ha sido conferida una débil fuerza mesiánica, a la cual el pasado tiene derecho a dirigir sus reclamos."

Anónimo dijo...

Haciendo a un lado a MVLL, es cieto que la mayoría escogería a HIldebrandt y Denegri, lo cual dice muchísimo sobre nuestro pobre criterio para evaluar a los intelectuales. Sin embargo, también es cieto que, buscando entre los académicos del país, no encuentro a nadie que hable (para bien o para mal) sobre diversos temas con cierta solvencia.

Vengo de la facultad de Humanidades de la Católica y no hay más que expertos en sus áreas específicas, peleando siempre por temas insignificantes y separados de la política.

Como diría Diógenes el can, ¡busco un intelectual!

Anónimo dijo...

Sin embargo, también es cieto que, buscando entre los académicos del país, no encuentro a nadie que hable (para bien o para mal) sobre diversos temas con cierta solvencia.

¿Y cuáles fueron los criterios de búsqueda?

actvservidor dijo...

Cuán ignorante soy... leeré más, mucho más al respecto.

saluos!!

Anónimo dijo...

Sí pues, estamos tan cagados que vivimos lamentándonos nostálgicamente por los "valores olvidados del pasado", a tal punto que el autor de este post afirma que César Vallejo era trujillano (no le fue necesario fijarse en un mapa y enterarse que el Departamento de La Libertad tiene 12 provincias dos de las cuales se llaman Trujillo y Santiago de Chuco y que la primera está en la costa mientras que la segunda, en la sierra -digo, es un decir-) y que fue Valdelomar quien lo condujo por los caminos de la poesía europea. Ojalá en tu ficha bibliográfica pusieras que eres canteño, escritor, crítico literario y profesor de literatura...

Firma: Un corrector de estilo