Escritores metidos a cineastas hay muchos, y cineastas metidos a escritores, incluso más. El paso no es fácil, y a veces el viajero sale mal parado. El ejemplo más irregular es el de Paul Auster, uno de los narradores cruciales en las letras norteamericanas de décadas recientes, quien, sin recibir créditos oficialmente, codirigió la estupenda Smoke en 1995, para luego, ya con su nombre, ese mismo año, embarcarse, también como codirector, en la menos lograda Blue in the Face, y en 1998 dirigir, él solo, la pésima Lulu on the Bridge.
Para el próximo año, Auster anuncia The Inner Life of Martin Frost, que sus admiradores esperamos impacientemente pero también con reverente temor. Aunque, si nos va mal con esa película, es bueno saber que un joven director argentino, Alejandro Chomski, a quien muchos saludan como una de las futuras grandes estrellas del cine latinoamericano, está ya trabajando en la preproducción de In the Country of Last Things, basada en la novela homónima de Auster.
Y ya que llegamos al mundo hispano: otros dos escritores vienen haciendo un nuevo intento de crossover al terreno de la dirección cinematográfica. En Portugal, el español Ray Loriga, ocho años después de su espantosa La pistola de mi hermano, está rodando Santa Teresa, muerte y vida, con Paz Vega en el improbable rol de la santa de Ávila. (Hace dos años, en su pueblo natal, vi --para espanto de mi enamorada judía, a quien no le cuadra ese asunto de las reliquias católicas--, en un frasquito, supongo que conservado en formol, el dedo de Santa Teresa, y puedo dar fe de que en nada se parecía a Paz Vega). Un artículo de El País asegura que Loriga se ha tomado el proyecto con enorme seriedad; falta ver si la santa le hace el milagro a Ray.
Y en Chile, Alberto Fuguet ha logrado el sueño de su vida: filmar una película que (a diferencia de Las hormigas asesinas, el cortometraje que estrenara hace un par de años) está recibiendo críticas positivas y un sonoro éxito comercial. El título de su nuevo largo es Se arrienda, y su tema no es desconocido para los lectores del sureño: tiene que ver con aspiraciones y vocaciones frustradas, con la posibilidad de hacer lo que uno quiere con su vida y la necesidad de hacer lo que uno debe según la sociedad.
Veremos si, quizá, el Encuentro de Cine Latinoamericano de la Universidad Católica permite que en el Perú se le dé un vistazo al trabajo de los cineastas Loriga y Fuguet. (La película de Chomski habrá que esperarla hasta el 2007).
1 comentario:
Pier Paolo Pasolini, Ingmar Bergman y Woody Allen son tres que han hecho ese cruce en la otra dirección, del cine a la literatura, y no lo han hecho nada mal, sobre todo los dos primeros.
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