28.1.06

Leo & Leo

Mirado de lejos, es Leo Zelada. Mirado de cerca, es Leo Aguirre. Uno juraría que son dos personas distintas, y tal vez sea verdad, pero en el fondo son lo mismo: ególatras sin ángel ni gracia capaces de cualquier cosa por un poco de publicidad. El Chávez y el Ollanta de las letras peruanas.

Zelada anda en gira española presentando libros a diestra y siniestra, y colmando casillas de correo electrónico con mensajes sobre sus vueltas al ruedo ibérico (por lo menos, mi correo recibe cinco o diez copias diarias de mensajes suyos). Sobre él hablaré en otro momento; o mejor no. Sin contar sus emails, la última vez que supe de él, amenazó con fusilarme cuando Humala llegara al poder. Por ahora, hablemos de Leo Aguirre.

Leonardo Aguirre sigue teniendo su blog, casi clandestino, en el que los anónimos marginados de Puente Aéreo entran a comentar las cosas que se escriben aquí. Y sigue luchando para ser reconocido. Aunque, en el fondo, ya lo es.

Es reconocido como el más gratuito y el menos calificado reseñador de literatura en la prensa peruana; como el seudocrítico que juzgaba los libros por sus solapas y sus contratapas; como el tipo al que le pegaron por mezquino y a quien absolutamente nadie quiso levantar del suelo; como el literato incompetente para quien Dante Alighieri es un poeta renacentista y C.S. Lewis la cumbre de la literatura universal; como el sujeto que propicia en un espacio de Internet la injuria, la maledicencia y la infamia contra medio mundo, y en cuyo blog se puede difamar a vivos y muertos con tristísima impunidad; como el evangelista renegado que quisiera parecer progre pero no sabe qué hacer con su homofobia, su racismo y sus resentimientos sociales; como el único admirador declarado de su propia obra, y, finalmente, como el autor de unos cuentos aburridos, despatarrados y tan superficiales como una erisipela de media hora en la azotea de un edificio, relatos hechos de muletillas sin ingenio y plagados de lugares comunes.

Muchas personas me han pedido que deje de caer en el juego de Aguirre, que deje de referirme a él y me dedique a otros asuntos, que no le dé la publicidad que un blog puede brindar, que es poca, pero que él busca y disfruta cada vez que puede. Voy a hacerles caso: no volveré a hablar más sobre Aguirre. Hasta ahora lo hice en la creencia de que, al leer sus cuentos, descubriría que valía la pena prestarle atención. Ya los leí, y veo que estaba equivocado. No vale la pena hacerle concesiones al individuo por respeto al autor. En este caso, también, ambos son lo mismo.

¿Por qué, entonces, me doy el trabajo de hablar sobre él en esta oportunidad? Porque Aguirre, en una muestra más de su bajeza espectacular, ha permitido la publicación en su blog de un anónimo que dice lo siguiente:

"
Ni el señor Faverón, por lo visto en actitud cómplice, ni el señor Marcel Velázquez, han respondido a las acusaciones del señor Montoya sobre la militancia del crítico Velázquez en el grupo subversivo Puka Llacta”.

(Tengo que aclarar que, al supuesto señor Gustavo Montoya, lo invité a escribirme un email, en el que comprobara de algún modo su identidad, y a presentar todas las pruebas que tuviera para respaldar su acusación contra Marcel Velázquez. Nunca lo hizo).

Aguirre
, que jamás ha sido capaz de escribir dos líneas coherentes de respuesta a mis críticas, sólo ha encontrado como camino para sus pequeñas venganzas el dejar la puerta de su blog abierta a comentarios de ese tipo. Hay que recordar que, según él mismo ha dicho muchas veces, Aguirre aprueba uno por uno los mensajes que aparecen en su blog, de modo que él es cómplice y responsable por cada uno de esos anónimos, algunos de los cuales bien merecerían una demanda judicial.

Según ese mensaje, Marcel Velázquez es un ex subversivo y yo, que ni siquiera lo conozco, soy su cómplice y encubridor. Aguirre sonríe, agradece y publica esa infamia. ¿Se necesita algo más para saber qué tipo de persona es?

Postdata

Añadiendo torpeza a su mala intención, Aguirre ha colocado en un post un mensaje firmado por "Marcel Velázquez" que llegó como comentario a su blog. El verdadero Marcel Velázquez lo ha tenido que desmentir. Esperemos que estas prácticas poco éticas de Aguirre acaben de una buena vez.

7 comentarios:

Fernando Velásquez dijo...

No, no es necesario. Pero creo que harías mal al dejar de escribir sobre él. Hay que seguir de cerca a gente que como Leonardo Aguirre -a quien no conozco personalmente pero que ha logrado ya convertírseme en un indeseable- no escatiman esfuerzos en levantar infundios para subir sus bonos (cuáles, no tengo idea). No te culpo, sin embargo, si lo haces: te ahorrarías la mala sangre que causa leer estupideces y bajezas. Pero lo que hace ese tipo es fascismo puro. Y no creo exagerar:Goebbels era un pésimo escritor y una bolsa llena de resentimiento, además de racista, homofóbico, ignorante, hipócrita y un largo etcétera. Me imagino que leer una edición del Völkischer Beobachter debe haber sido una experiencia muy similar a leer el blog de Aguirre.

Otrosí: yo recuerdo también perfectamente el post en el que Aguirre anunciaba el retiro de su blog para dedicarse de lleno a la literatura. El texto, claro está, ha sido retirado por su autor.

Fernando Velásquez dijo...

Por andar desvinculado de la Internet, recién me he puesto al día leyendo los posts anteriores, y llegué al que titulaste "Suciedad anónima". Ahí explicas por qué no es posible seguirle dando espacio a los que insultan e injurian. Dicho está y te respaldo. Eso cambia también mi postura respecto de tu decisión de no hablar más del tema de este post. Sigo pensando lo que dije en mi comentario anterior: Aguirre y su comparsa de anónimos son peligrosos. Pero el peligro es mayor en tanto se propaguen sus sandeces. Tu decisión finalmente corta por lo sano. No hay por qué prestarse al juego de quienes buscan a cualquier precio una notoriedad patética.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Pues, diré que me ha resultado conmovedor el mensaje que envía El Mercurio, y que lo he recibido con una media sonrisa irónica para no creérmelo todo. A mí, Aguirre no me parece ingenioso, ahí discrepamos. En el fondo, mis críticas a él no son en defensa de la moral, sino en defensa del buen humor.

Aun así, el verdadero lado gracioso del asunto se hará obvio cuando, con los años, quede demostrado que Leonardo Aguirre es una creación del gordo Salas, el gordo Salas es una invención mía, y yo soy una criatura creada por Ricardo González Vigil para conquistar el mundo...

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Permítanme expresar mi felicitaciones a Gustavo, porque, al fin, ha decidido no ocuparse más de Leonardo Aguirre. Las discusiones acerca de él se cuentan entre las más aburridas de este blog (es más, las únicas aburridas).

Estoy por completo de acuerdo con el texto de Mercurio---quien, contra lo que lee Gustavo, no dice que Aguirre (de quien no sé nada excepto lo que se dice en este blog) sea ingenioso.

Carlos M. Sotomayor dijo...

Coincido con Luis Hernán Castañeda. Si Leonardo Aguirre da cabida en su blog a una serie de repudiables anónimos -que no hacen otra cosa que destilar insultos contra personas específicas- pudiendo evitarlo, es casi como si refrendara él mismo aquellas diatribas. Una no tan sutil manera de complicidad, digamos.
Así, lo que está consiguiendo (o ha sonseguido) Leonardo con su blog es que todo lo que se diga a través de él no posea un ápice de credibilidad y no sea tomado en cuenta. Ahora, traer a colación los exabruptos de aquel blog y comentarlos aquí, en este blog, ¿no es una manera inocente de legitimizarlo? (en el sentido de reconocer y validar a Aguirre, como dice Jeremias, como un agente cultural).

Elvis Mendoza Martínez dijo...

Considero que el único espacio al cual debe ser confinado Leonardo Aguirre, luego de demostrar sus 'capacidades' como excepcional crítico; además de fascista es el silencio. Los deslindes de cualquier tipo, como el de Gustavo, estan fuera de lugar.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Elvis, te entiendo; pero no es tan fácil. El tipo se ha vuelto un publicista de difamadores, alguien que mantiene una página en internet que UNICAMENTE sirve para injuriar a otras personas. Ahora mismo, por ejemplo, este sujeto ha publicado nuevamente textos sobre mí (camuflados como anónimos), escritos por otro megalómano de su especie y que faltan absolutamente a la verdad.

Si fueras tú el objeto de todos esos ataques, ¿también propondrías el silencio como única respuesta?

Pero, bueno. Ya no es el tema. Gracias a Fernando Velázquez, Miguel Rodríguez, Jeremías Gamboa, Luis Hernán Castañaeda, Carlos Sotomayor y los demás (Elvis y sobre todo Mercurio), por responder a este post de manera solidaria.